- El amor, que es una mierda.
- Soy la presidenta de ese club.
- Y yo socia honorífica.
¿Qué pasa cuando dos personas que reniegan del amor sienten que están a punto de enamorarse?
- Julia... - dijo Alba al despertarse oyendo un ruido atronador en el salón de su casa - ¡JULIAAAAAA! - gritó la segunda vez, pero nadie respondió. Se levantó de la cama maldiciendo con su camiseta negra ancha que dictaba en una esquina "I feel like jambo" y fue andando hacia el salón para encontrarse a su amiga pasando la aspiradora con Camela de fondo - ¿me explicas? - dijo al llegar al salón y bajar el volumen.
- Ay, hola guapa - dijo sonriente.
- ¿Qué haces? Que me muero de dolor de cabeza - dijo atónita yendo a la neveraa coger una botella de agua y dando un trago largo.
- Normal... Seguirte el ritmo ayer era complicadito... te bebiste todas las cervezas del bar.
- No es verdad.
- Si lo es - se acercó a ella - y a mi no me engañas, era porque te pusiste de los nervios con cierta cantante de metro ochenta.
- ¿¡Qué dices!? - dijo quitándole importancia - ni me acordé de ella el resto de la noche.
- ¡Y una mierda pa ti! - se quejó Julia - Que te conozco de sobra.
- Que me dejes, pesada - dijo volviendo a su habitación.
- ¡Alba! - la llamó y se giro - ¿has visto sus historias?
- ¿Las de quién? - Julia rodó los ojos.
- Las de Natalia Lacunza - dijo obvia.
- Pues no - dijo moviendo los hombros.
- Pues deberías - sonrió Julia y Alba fruncio el ceño y entró a su habitación cogiendo el móvil para meterse en Instagram.
Cogió el móvil y entró en la aplicación buscando el nombre de Natalia. Vio su foto de perfil rodeada por colorines y pinchó sobre la imagen. Se encontró un par de historias de ella cenando con sus amigas y en el bar. Nada raro. Todo normal. Pasó las historias hasta que llegó a la última:
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Alba sonrió mordiéndose el labio inferior durante unos segundos y lo liberó de golpe negando con la cabeza. Ni si quiera sabía si se refería a ella. De hecho, lo más lógico era que no fuera así. No iba a escribirle una canción. Ni ella iba a hacerle un tatuaje.
- ¡Eres idiota! - gritó desde su habitación y su amiga apareció allí - no es por mi.
- ¿Cómo sabes a que historia me refería si no es por ti?
- Mimimimimimimimimi - se burló - a mi no me psiconoanalices eh - la apuntó con el dedo y Julia se rio escandalosamente antes de salir de la habitación de nuevo.
Estuvo tentada de contestar, pero no iba a darle el gusto. No le daba la gana que se lo creyera tanto, bastante lo hacía sin necesidad de empujoncitos. Lo que si hizo fue verla varias veces durante el día. Demasiadas quizá teniendo en cuenta que únicamente es una foto con una frase. O quizá poco teniendo en cuanta que esa foto era de Natalia Lacunza y que la frase podría ser para ella. Que no era, por supuesto, pero podría haberlo sido.
