Háblame de tu familia

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El despertar siempre es un momento agridulce. Emoción porque el sol vuelve a brillar, ganas de empezar un nuevo día, expectativas. Esa es la parte dulce. La parte agria es cuando te tienes que levantar de la cama y dejar atrás ese nidito de sábanas cálidas y almohadas blanditas que has creado durante toda la noche. Claro que tampoco hay porque abandonar el nido inmediatamente, porque quedarse remoloneando en la cama un buen rato al despertarse es posiblemente de las cosas más placenteras que puedes hacer. Bueno, rectifico. Hay algo más placentero. Y es quedarte remoloneando sobre las sábanas mientras Natalia Lacunza te hace cosquillitas en el brazo y tú apoyas la cabeza sobre su abdomen. Eso si que es un buen despertar.

- Solo tienes que saber cocinarlo, pero la comida vegetariana no tiene porque estar peor que la que puedes comer tú.

- ¿Pero no echas de menos de vez en cuando comerte una hamburguesa, un pescado o un sandwich mixto así calentito con el queso fundido? - se relamió los labios mientras Alba la miraba.

- Pues no. Al principio hay cosas que cuestan, pero ahora te prometo que no lo echo de menos, además, pobres animalicos Natalia... - puso cara de pena - te voy a poner un documental que vas a alucinar.

- No, no, no - negó moviendo la cabeza - No porque me voy a sentir fatal.

- Pues por eso mismo, así ves lo mal que lo pasan y te das cuenta de que ser vegetariana haría mucho bien al planeta.

- Por favor te lo ruego no lo hagas - sujetó sus brazos y Alba se colocó bocaabajo con la cabeza sobre la tripa de Natalia mirándola.

- Huir del problema no lo hace desaparecer - dijo con un retintín cómico.

- Vale, lo admito Albi soy lo peor por ser cómplice de la indusria cárnica.

- Pues si - se rió.

- Albiiiiii - se quejó - hacemos una cosa, cuando esté contigo, prometo comer solo lo que tú comas - Alba frunció el ceño poco convencida - pasito a pasito.

- Bueno, vale. Pero te acabaré convenciendo como hice con Julia - la avisó apuntándola con el dedo.

- Igual hasta me dejo convencer por ti - dijo sonriente y Alba apoyó la cabeza sobre su cuerpo mientras acaricibacon una mano las clavículas de la cantante - ¿te hace una ronda de preguntas? - propuso Natalia y Alba asintió - vale pues... ¿besos o abrazos?

- No vale - se quejó poniendo una mueca infantil.

- Claro que vale.

- Es que no se puede elegir.

- Que si Albi, si solo pudieras abrazarme o besarme el resto de tu vida, ¿qué preferirías?

- Pues - hizo una pausa - voy a decir abrazarte, porque tus brazos son super largos y me encanta encajarme en tu pecho cuando lo haces - dijo sonriendo tímidamente haciendo que Natalia sonriera también - aunque darte un abrazo que no acabe en beso me sabría a poco la verdad - Natalia se mordió el labio mirandola y agradeció no tener que elegir de verdad. La acercó a ella y le dio un beso rápido en los labios.

- Eres monisima - dijo sobre sus labios.

- Calla - se quejó vergonzosa Alba separándose - me toca a mi. ¿Qué es lo último que piensas cuando te vas a dormir?

- En lo que va a pasar al día siguiente - contestó rápida.

- Osea que no eres de las que reflexiona sobre el día...

- No mucho, me comería la cabeza todo el rato pensando en si he hecho bien o mal las cosas... - negó con la cabeza - quita, quita, prefiero pensar en el mañana.

¿Me das fuego? // ALBALIAWhere stories live. Discover now