The Teacher's Son [Gay + Adul...

By jav_lar

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"Lo que ves es lo que soy, Pero no soy lo que crees que ves, Ni lo que ves es todo lo que soy" Diego es chico... More

Parte 1 - Capitulo 1 *
2. "Ten cuidado con lo que deseas"
3. "Murphy"
4. Antes que nada es un bully
5. Espía atrapado
6. "La Noche" *
7. Normalidad anormal
8. Verano
9. Nuevos inicios *
10. ¿Un jabalí no es lo mismo que un cerdo?
11. Pool Party
12. La Primera Cita
13. "Estoy casi seguro que es un hombre lobo"
14. "Citas no citables"
15. "Sexo, Tacos y Rock&Roll" *
16. On line
17. La pelea
18 "Tutorías"
19. "Don't tell me it's over..."
20. Xbox, Pizzas y Cervezas
21. "La Mascota del Equipo"
22. "Tú-Aquí-Ahora"
23. "Bad Dragon"
24. "Max el Terrible"
25. "Shadow"
26. "Franco"
27. "Parte del grupo"
28. "Amigos de verdad"
29. "La cena"
30. "Te amo"
31. "Estaré contigo siempre que me necesites"
III - 32. "Entre broma y broma..."
33. "La Mazmorra"
34. "Amigos, más que amigos"
35. "Fortuito y divertido"
36. "Duelo"
37. "Así no es como me hubiera imaginado terminarían las cosas."
38. "Joven 18"
39. "Yo no soy gay"
40. "Halloween"
41. "Encuentros y desencuentros"
42. "Memorias de un pasado olvidado"
43. "Domingo"
44. "Gemelos"
45. "Visita inesperada" *
46. "Absolutamente nadie debe enterarse"
47. Helado frito
48. "Misión de rescate"
49. "Intervención"
50. "Alex"
51. "Blue Moonstone"
52. "¡A por él!"
53. "Hola"
54. "Te presento a mi..."
55. "Charlas"
56. ¿Dónde quedo yo?
57. "¡Dime que no es verdad!"
58. "¿En dónde he venido a parar?"
59. "Día siguiente"
60. "No, no somos amigos"
61. "La Broma"
62. "No eras tan listo como creías"
63. "Luau"
64. "El Jabalí Salvaje, acorralado"
65. "Navidad"
66. "El chico del bus"
67. "Cuenta atrás"
68. "Tiempo fuera"
69. "Tenemos que hablar."
IV. 70. "CmO 4.2"
71. "Promesas rotas"
72. ¿Qué haces aquí? ¡Vete!
73. "Días oscuros"
74. "Secuelas y consecuencias"
75. "Segundas oportunidades"
77. "Mudando a una nueva vida, parte 2"
78. "Si de verdad lo amas... Déjalo ir"
79. "Playlist de los corazones rotos"
80. "Todos los caminos me conducen a..."
81. "Estira y afloja"
82. "Cuatro noches, tres días, dos errores, un anillo"
83. "Te juro que no es obsesión"
84. "Padre"
85. "Padre parte 2"
86. "Despedidas"
Epílogo. "La noche del cometa"

76. "Mudando a una nueva vida, parte 1"

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By jav_lar



76.

"Mudando a una nueva vida, parte 1"

Contra todo pronóstico y a pesar de mis esfuerzos por no volver, heme aquí, en mi ciudad natal.

Llegué hace tres días por lo que, entre la mudanza, tratar de organizar la casa a mi gusto y acoplarme al nuevo trabajo no he tenido tiempo de salir a ningún sitio. Menos aún el pensar siquiera en ponerme en contacto con algún viejo conocido. De todos modos, ¿Qué podría decirles cuando los viera? Han pasado tantos años que estoy seguro no podríamos reconocernos, aunque nos topáramos en el subterráneo.

- ¡Cupcake! ¿Empacaste el traje gris claro? –Una voz en grito proveniente del segundo piso consigue sacarme de las casillas rápidamente.

- ¡Te he dicho un millón de veces que no me digas así! –Le respondo con tono irritado. –Claro que lo empaqué porque es mío y lo estoy usando ahora.

- ¿Es enserio terroncito? Yo quería ponerme ese ¿Entonces qué se supone que voy a vestir?

-Tú tienes tu propia ropa, ponte lo que sea.

- ¿Lo que sea? Entonces puedo...

- ¡Ni se te ocurra ir todo pandroso! –Le corto el rollo antes de que termine de decir cualquier tontería que tenga pensada.

-Vale, pero con lo de la mudanza se me ha olvidado mandar a la tintorería mi traje.

- ¿Cómo puedes ser tan descuidado?, ponte el gris Oxford, ese te queda bien. –Termino por prestarle uno de los míos, continuar con la charada solo nos retrasaría más y ya vamos tarde. –A veces me pregunto porque estamos juntos. –Exclamo con impaciencia.

-Pues porque me quieres y yo te quiero a ti, pichoncito. –Responde el muy cínico entre risas mientras escucho como revuelve mi armario.

Presa de un nerviosismo por llegar tarde, doy unas cuantas vueltas alrededor de la sala. Intentando calmarme un poco, tomo una revista de crucigramas de la mesita de centro resignado a responder unas cuantas páginas antes de que ese mequetrefe termine de arreglarse.

De la nada, comienzo a cavilar en las circunstancias que tuvieron lugar para terminar justo donde estoy.

##

Flash back

&

Después de asegurarme que Teddy estuviera con una buena familia y feliz. Decidí que ya era hora de dar por terminada esa etapa de auto-contemplación. Lo primero que hago es cuidar de mi alimentación, la cual estuvo mucho tiempo basada en comida chatarra, así que opto por platillos más saludables. Lo segundo y creo ha sido lo más difícil, fue inscribirme en un gimnasio. El recuerdo de Omar entrenándome me hacía sentir mal, no lo suficiente como para tener un ataque de pánico, pero si, triste.

–¡Suficiente! –Me dije en voz alta al llegar a la puerta del establecimiento. –Si vas a ponerte a llorar ante cada cosa que te lo recuerde vas a parecer una momia panzona. –Por fortuna no había nadie cerca que pudiera escucharme o habrían pensado (con toda razón) que estoy loco.

Unas semanas después me sentía lo suficientemente fuerte emocionalmente, para dar otro paso más.

Conseguí o, mejor dicho, Hiram me consiguió un empleo de medio tiempo en el supermercado donde él trabaja como supervisor. Comienzo acomodando mercancía en sus respectivos anaqueles, así mismo, debo asegurarme que los productos estén debidamente etiquetados. Al principio mamá no estaba de acuerdo en que trabajara, fue Sergio quien me ayudó a convencerla. –Déjalo cariño, ya nos ha demostrado que está listo para tener una responsabilidad mayor, además, le sentará bien el recibir una remuneración por su esfuerzo.

-Sí, estoy de acuerdo con ello, pero se me hace todavía muy pronto. -Sin ocultar se preocupación, mamá aún no da del todo su brazo a torcer.

-No se preocupen. –Le dije a ambos. –Me siento bien, y si llegó a tener un, "episodio", bueno también tengo que apañármelas solo.

Mis "episodios", así es como llamábamos a los ataques de pánico que todavía me aquejan, aunque cada vez con menor frecuencia. Las sesiones con el señor Ubeda habían dado muy buenos resultados, tanto, que solo nos veíamos dos veces por semana, de ahí la inquietud por tener algo que hacer.

El trabajo al ser de medio tiempo, me da la suficiente flexibilidad para continuar yendo al gimnasio y ayudar en el refugio de animales, cosa que en verdad me apasiona. Iván propuso implementar una campaña publicitaria para promocionar el refugio y así lograr que más personas supieran de nosotros y conseguir más recursos.

-Todo eso suena muy bien, solo que hay un inconveniente. –Gisela nos aterriza en la realidad. –Apenas tenemos dinero para cuidar a los animales, y para una campaña como dices, necesitaríamos pagar a un diseñador, publicista, eso sin mencionar los espacios en el periódico y radio.

Su argumento, aunque válido, no logra desanimar del todo a Iván. De alguna manera logra convencer a los voluntarios de diseñar carteles o tomar fotos y videos de los huéspedes peludos para luego dárnoslos a nosotros. Sí, "nosotros" esta ocasión no tuvo que molestarse en intentar convencerme para que me involucrara de lleno en proyecto.

Mediante el uso de las redes sociales y un servidor de páginas web gratuito diseñamos una modesta campaña por internet. Al principio no hubo visitas en el sitio, lo cual me desilusionó un poco, repercutiendo notoriamente en mi ánimo general.

Pamela, una compañera del trabajo, de pronto se me acerca una tarde. –Hey, porque esa cara achicopalada, ¿acaso cortaste con la novia?

-No, no es eso.

-Ok, ¿pero si tienes novia, o...?

-No, nada de nada. Estoy saliendo de un noviazgo complicado, por lo que, de momento, paso de tener alguna relación.

-Oh, ya veo. -Suena desilusionada, enseguida recompone su tono. - ¿Entonces qué es lo que te tiene así?

Tal vez sea porque necesita hablarlo con alguien, o porque la chica me cae bien, le cuento sobre nuestra intención de promocionar el refugio y el escaso éxito obtenido hasta el momento.

- ¡Ah! Pues muy fácil. -El ánimo de Pam sube como la espuma, me toma del brazo y mira con un brillo en sus ojos. -Agrégame como amiga y mándame lo que tienen que yo te ayudo, tengo contactos que podrían estar interesados. -Deben de gustarle mucho los perros, pienso.

Desde ese día, Pam se sonríe cada que nos encontramos en los pasillos, también coincidimos más en los descansos por lo que pronto nos hacemos buenos amigos. Tal como había dicho, sus contactos reaccionaron favorablemente a la página del refugio.

Dada la aceptación a la página, Gisela nos autoriza continuar con el proyecto. Por iniciativa propia me encargo de los video spots, con ayuda de los demás voluntarios, filmo pequeñas cápsulas que voy editando y subiendo posteriormente a internet.

Poco a poco todo va tomando su paso. Las rutinas en el gym las siento menos duras, aunque mi cuerpo todavía no recupera su estética original, sí comienzo a sentir cambios favorables. Estas mejoras, más que en mi cuerpo, son más evidentes en mi estado anímico.

En el trabajo, el trato con los compañeros es cada vez más cordial. Un día se acercan Eduardo y Felipe para preguntarme si me gusta el básquetbol, a lo que respondo afirmativamente. -Bueno, tampoco soy un fanático del deporte, pero si me gusta. -Aclaro.

- ¿Pero sí sabes jugar, cierto? -Pregunta Eduardo.

-Un poco, hace tiempo que no juego.

-Tampoco yo, pero los chicos de cajas nos han retado a un partido y nos hace falta dos jugadores, bueno, uno si tú aceptas. -Explica Felipe.

-Me apunto. -Acepto extrañamente animado.

Dos sábados más tarde, cuando por fin los turnos de todos coincidieron, se disputa el encuentro. Pamela e Iván me acompañan para echarme porras, seguro también habría venido Hiram si no le hubiera tocado trabajar.

El marcador final estuvo tan cerrado que termina decidiéndose en el último segundo: Un jugador del equipo contrario se dispone a encestar para marcar el punto ganador cuando es taponeado por uno del nuestro, Ernesto, el balón sale disparado a un lado justo a las manos de un contrario. Con amplias zancadas Felipe estira lo más que puede la mano para logra desviar el curso, aunque sin hacerse de su control. Aprovechando la rapidez con la que ha cambiado la jugada, me apodero del balón y con un pivote le mando un pase a Eduardo que ya está cruzando la media cancha, dos contrarios corren en su dirección para cubrirlo, dándose cuenta de ello justo a tiempo lanza un tiro desesperado de tres puntos entrando limpiamente.

Tanto los jugadores como los pocos espectadores gritamos y corremos emocionados hacia Eduardo para celebrar nuestra victoria. El equipo de cajeros, como buenos perdedores nos invitan la primera de varias rondas de cervezas en un garito cercano. Al calor de las birras las diferencias entre ambos equipos se van diluyendo, tanto que acordamos continuar reuniéndonos más a menudo esta vez invitando a otros compañeros que por trabajo no habían podido asistir.

Hacía mucho tiempo que no probaba alcohol y no quería romper la buena racha que traía. El señor Ubeda estaba en contra de recetar medicamentos fuertes como antidepresivos, pues según él, ya me habían drogado más que suficiente en el pasado como para agregar todavía más a mi sistema. Por lo mismo, nos había aconsejado evitar todo cuanto se pudiera el que tomara.

El tema del alcohol, se debe más que nada a que, en el estado de embriaguez, era demasiado probable tener una recaía emocional y por consiguiente, los episodios podrían ser mucho más intensos.

Para evitar dar explicaciones engorrosas e incómodas, finjo tomar de una botella de cerveza que Iván discretamente vaciaba por mí, mientras que yo solo bebo refresco.

Por ello, cuando ambos llegamos a casa ya entrada la noche, él está mucho más entonado que yo. A nuestros padres como es natural, no les hace mucha gracia, aunque tampoco nos regañan.

-Me parece muy bien que se apoyen entre ustedes, pero para la próxima, simplemente podrían decir que no. –Nos aconseja con seriedad Sergio. Luego cuando mamá esta distraída, agrega en susurro y con un guiño. –El próximo fin de semana les voy a enseñar a como alargar una bebida hasta por una hora.

#

La amistad con Pamela y Eduardo fue afianzándose cada vez más, buscábamos coincidir siempre en nuestros descansos para pasarla juntos. Tal vez sea mi imaginación, pero a veces siento que ambos compiten por ser el centro de atención, como eso es algo que a mi no me interesa dejo que sean ellos los que se esfuercen. Al parecer mi desinterés en llamar la atención lo toman como algo cool o algo así. Omar seguro se burlaría de mi incomodidad si se lo contara.

Obviamente no lo hago, como tampoco le he hablado de todo lo que me ha sucedido. Sí, hemos conversado de vez en cuando, por mensajes la mayor parte del tiempo y de cosas triviales. El poco contacto que tengo con mi vida anterior es a través de Moni y Luis, y aún ellos saben nada cerca de mis "episodios" ni de las terapias. La razón es simple, no quiero preocuparlos.

#

Un par de grandes noticias pronto ocuparon mis pensamientos. La primera, ¡Mamá y Sergio se casaban en solo un par de meses! Con todo lo ocurrido (lamento decirlo) había olvidado que ya había fecha establecida. Su enlace se había pospuesto por más que obvias circunstancias, por lo cual, ahora que todo estaba tomando su curso resultaba ser el momento ideal.

La segunda, y la más difícil de asimilar, nos tendríamos que mudar. Sergio recibió un importante ascenso en su trabajo, le han dado la dirección general de una oficina en otra ciudad. La diosa de la fortuna quiso que la empresa para la que trabaja mamá también tuviera una cede ahí, por lo que la transferencia es un hecho.

Los cambios me sientan mal, sobretodo porque debía de dejar una vez más la poca estabilidad que estaba formando a mi alrededor. Sabía lo que debía hacer. Respirar, inhalar, exhalar y seguir adelante.

#

Cada vez más estable, decido que ya es hora de continuar mis estudios. Obtener el título de preparatoria, bueno, resultó ser mucho más fácil de lo pensado, aunque tampoco fue como me hubiera gustado. Bajo la modalidad de sistema abierto, prácticamente lo único que debo hacer es estudiar en casa y presentar exámenes.

La ceremonia de graduación, en cambio, supera gratamente las expectativas, en comparación con lo demás.

En un elegante y hermoso auditorio, autoridades del instituto y de la universidad que certifica su validez, van llamando uno a uno a cada persona que hoy consigue su diploma.

-Sayas, Diego. -Anuncia mi nombre la maestra de ceremonias a través del micrófono.

Una salva de porras y gritos de emoción se deja escuchar proveniente del costado izquierdo del auditorio. Muy emocionado y decidido, subo al templete para saludar de mano a las autoridades presentes. Una serie de flashes me deslumbra parcialmente al girar de nuevo hacia las butacas, se trata de mi madre que no ha podido resistirse y se ha acercado a tomar fotos de todos los ángulos que le es posible.

Al fondo me saluda mi familia, incluyendo a Hiram, Pamela, Felipe y Eduardo. Les devuelvo el saludo y rápidamente regreso a mi asiento mientras el nombre del siguiente graduado se oye de fondo por los altavoces.

Concluida la ceremonia somos libres de acercarnos a nuestros acompañantes. Eduardo es el primero en llegar hasta mi abriéndose camino entre todos para felicitarme y darme un fuerte abrazo, su entusiasmo es tal que incluso eleva mis pies del suelo unos cuantos centímetros, justamente cuando en el bolsillo del pantalón vibra mi celular.

-Diego, no sabía que te emocionarías tanto. -Comenta divertido mi amigo.

Riéndome con su ocurrencia reviso el móvil dando gracias por haber recordado ponerlo en vibrador, pues de haberlo hecho unos minutos antes hubiera sonado en el momento menos oportuno.

La expresión en mi rostro debe haber cambiado radicalmente, pues en seguida Edu me pregunta intrigado. - ¿Estás bien? ¿quién es?

-No es nadie importe, solo mi ex. -Respondo extrañado, pues en definitiva no esperaba una llamada suya, y menos ahora.

-Ash, que molesto. Si quieres le contesto, le digo que este ya no es tu número y que no vuelva a molestar. -Se ofrece solicito.

-No es necesario, simplemente lo voy a ignorar y listo. -Cancelo la llamada entrante y me guardo de nueva cuenta el celular. Por fuera parezco indiferente ante el hecho, por dentro, hay un mar de confusión revolviéndose en si mismo.

Pam, que no ha escuchado nada, viene a nuestro encuentro y se cuelga de mi cuello dándome un beso en la mejilla. Al terminar de tomarnos todas las fotos que quisieron, Sergio nos invita a continuar el festejo en un pequeño y pintoresco restaurante no muy lejos de ahí.

Mis amigos se irían en el auto de Eduardo, mientras que en el coche de mamá solo va la familia, por lo que al llegar al estacionamiento nos separamos momentáneamente.

- ¡Oh mira, que hermosa flor!, seguro alguien la ha dejado olvidada. -Mamá toma una solitaria rosa blanca del parabrisas de nuestro auto, los cajones de ambos lados ya están vacíos por lo cual sin darle mayor importancia mamá me la entrega.

Esa misma noche recibo una llamada de Moni y Luis para felicitarme y para que les cuente con lujo de detalles toda la ceremonia, lo cual lleva más de una hora ya que no dejan de interrumpirse entre ellos. Como de costumbre ambos evitan hacer mención de Omar, porque saben cuánto me afecta recordarlo, solo que esta vez sí quiero saber de él.

Es pasada la media noche cuando por fin nos despedimos. A pesar de la hora, decido aprovechar que estoy solo para marcarle a Omar. "–El número que usted marcó se encuentra apagado o fuera del área de servicio, le suplicamos intentar más tarde." La grabación solo me deja más dudas, por lo cual le mando un mensaje.

[-Hola, perdón por no contestarte hace un rato, he estado algo ocupado. ¿Cómo han estado por allá?]

Ya sé, demasiado impersonal, pero así ha sido nuestra interacción estos últimos meses.

Dan las cinco de la mañana, uno, cuatro días sin recibir respuesta.

Durante la siguiente sesión con el señor Ubeda le expongo cuán difícil es para mí el olvidarlo.

- ¿Olvidar? ¿Cuándo he dicho algo sobre olvidar? Lo que estamos tratando de hacer aquí es superar, no olvidar.

-Creí que había dicho que estaba mal que fuera muy dependiente de él.

-Por supuesto, pero lo que está mal es que quieras encajar en sus expectativas a tal grado que tengas que sacrificar tu esencia. Es como si, para encajar un círculo en una base cuadrada decidieras recortar las partes que sobran, al principio podrías pensar que lo has conseguido, pero durante el proceso, lo que definía al círculo se ha perdido.

-Siguiendo su ejemplo, ¿entonces cómo se supone que el círculo puede embonar en el cuadrado? ¡Es imposible!

-Tienes razón, es imposible si solo piensas linealmente. ¡Abre tu mente pequeño saltamontes! Siempre habrá una forma, si ambos se comprometen de lleno en ello. En cuanto a lo de olvidar, bueno, imaginemos que tu meta es esculpir un grandioso monumento, te afanas tanto en lograrlo que solo piensas en lo que harás a continuación y olvidas todo lo demás, te aseguro, que más pronto que tarde, estarás perdido sin saber siquiera a dónde vas y mucho menos por qué estás ahí.

- ¿Aún si mis recuerdos son dolorosos?

- ¡Sobre todo si son difíciles! Eso te ayudará a apreciar y agradecer los buenos tiempos. Sin mencionar que las vicisitudes ponen a prueba nuestra resistencia y el conocimiento adquirido en el pasado, a la vez que nos enseñan nuevas habilidades para superarlas.

Muy fácil decirlo y hasta cierto punto comprenderlo, el verdadero reto llega al intentar ponerlo en práctica.

Tenía la esperanza de que Omar volviera a intentar comunicarse conmigo los siguientes días, yo mismo intenté marcarle, pero mis llamadas solo sonaban sin que nadie respondiera del otro lado.

Alguien (que no soy yo) ha olvidado y superado el pasado.

#

Antes de darme cuenta ya era la fecha de la boda.

Los dos departamentos estaban sumidos en un completo caos. Familiares de ambos novios se habían dado cita para celebrar el feliz encuentro, como somos literalmente los vecinos del enfrente, prácticamente invadimos el pasillo con tías, tíos, primos y amigos yendo y viniendo de un lado para el otro tratando de ocuparse de algún pendiente de última hora.

La ceremonia por el civil se lleva a cabo en un amplio jardín frente a una hermosa fuente decorada con rosas blancas y color durazno, entrelazadas con enredaderas verdes colgando a su alrededor como si fuera el agua cayendo por sus bordes, mientras que unas series de luces amarillas nos cubren a todos como un cielo estrellado a media tarde.

Sergio se ve alto, guapo y radiante de felicidad cuando nos ve acercarnos. Mi madre, con un sencillo, pero elegante vestido blanco camina por el pasillo tomada de mi brazo, soy yo quien esta tarde la entrego gustoso al hombre indicado para ser su pareja. Iván, mi en adelante hermano, permanece de pie junto a su padre dándole su apoyo como buen padrino.

Una vez dado el sí, se dan un emotivo y largo beso mientras todos los presentes les aplaudimos y deseamos lo mejor.

La fiesta da comienzo prosiguiendo con la algarabía. Familia que no conocía se presenta formalmente, charlamos, reímos y brindamos por los novios y por cualquier motivo que en el momento nos pareciera digno de celebrar.

De mis amigos: Mónica fue la primera en confirmar su asistencia, aún si Luis no pudo desocuparse; Tania vino acompañada de su padre, con quien ahora vive; Hiram por descontado, al igual que mis nuevos amigos, Pamela, Felipe y Eduardo. A excepción del padre de Tania que se la pasa conversando animadamente con unas tías de Iván, nos sentamos los viejos y nuevos amigos en una gran mesa, donde las anécdotas van y vienen al igual que las risas y las copas.

Solo hace falta una canción que todos conocíamos para levantarnos a bailar, al principio en parejas, pero al ser dispares terminamos haciendo una rueda. Tan animado esta nuestro grupo, que poco a poco se nos van uniendo otros invitados, terminamos siendo unas treinta personas moviéndonos al ritmo de la música.

Una noche mágica.

Terminada la fiesta Iván, Moni y yo nos quedamos como invitados en el departamento de Hiram, pues en los nuestros había muchas personas hospedadas. Como su hermano mayor tenía el turno de la noche en su trabajo, Hiram se quedó en esa recámara; Iván, apartó el sillón de la sala ya que le quedaba más cerca del baño, terminó tan cuba que podría vomitar en cualquier momento. Por lo que Moni y yo nos quedamos en la habitación de mi amigo, a pesar de ser buenos amigos nunca antes habíamos dormido juntos. Por extraño que parezca, no nos sentimos incómodos ante la perspectiva de compartir cama, más bien lo vimos como una oportunidad para platicar un rato más en lo que el sueño nos llegaba por fin.

- Hablado de bodas. ¿Alguno de nuestros amigos ya ha dado "el Gran Paso"? –Pregunto como si tal cosa, en realidad, lo que quería preguntar era si Omar estaba saliendo con alguien. Si no hice la pregunta de forma directa, fue porque pensé sería mejor preparar el terreno para llegar a ello.

-Ninguno. –Suspira. –Cindy y Lucas siguen juntos, pero aún no hay anillo que yo sepa, solo Carlos ha caído en la trampa, y eso, por más que obvias circunstancias.

- Casi lo olvidaba, por cierto. ¿Qué tal estuvo la boda-bautizo de Carlos?

-Puff, fue, rara. Puchoncita, como te imaginarás, no cabía de felicidad, se pasó toda la ceremonia con una enorme sonrisa de oreja a oreja. Si no la conocieras bien podrías llegar a creerle, aquí entre nos, se veía a leguas que solo estaba fingiendo.

- ¿Crees que haya chantajeado a Carlos, o peor, que lo haya descubierto?

-Pues, él se veía contento, durante todo el tiempo estuvo cargando y cuidando a la niña, ni siquiera se la dejó a ella para las fotos.

-Entonces lo más probable es que los hayan obligado a casarse por la niña.

-Sí, puede ser.

Volteando a verme un instante, Moni por fin toca el tema que temía y quería abordar.

-Sé que no me incumbe y tal, pero. ¿Por qué no invitaste hoy a Omar?

-Le intenté llamar unas cuantas veces, pero no me contestó. Incluso marque a su casa, casualmente, nunca coincidíamos, ¿El o Luis te han dicho algo?

-Nada. -Responde apesadumbrada y algo molesta.

-Lo olvidaba, no te agrada. –¡Demonios Moni, échame un cable!

-No es eso, es solo que ya no los veo, verás, Luis y yo... terminamos. –Me dice casi en un susurro con voz entrecortada.

- ¡Qué! ¿Porqué? –Eso, definitivamente no me lo esperaba.

-Entre sus clases y prácticas, las mías y el trabajo, bueno, apenas nos veíamos una, máximo dos veces al mes. Lo platicamos y tomamos la decisión de seguir siendo solo amigos.

-Lo siento. –Le tomo la mano tratando de reconfortarla. - ¿Por eso no vino?

-Oh no, tenía un diplomado muy importante este fin de semana, me pidió que lo disculpara contigo, en verdad quería verte.

Sabía que era verdad, cuando le llamé para invitarlo estaba muy emocionado con la perspectiva, hasta que se dio cuenta que coincidía con su curso. Sin embargo, eso no fue lo que me llamó la atención, sino el tono triste en la voz de mi amiga, al parecer tenía la esperanza de pasar un par de días juntos y con suerte reavivar su relación.

- ¿Funciona?, ser amigo de tu ex. –Pregunto sin apartar la vista del techo.

-Terminamos bien así que sí, o por lo menos, hasta que lo recuerdo o veo hacer una bobada que me gusta y me dan ganas de besarlo, luego caigo en cuenta que ya no puedo hacerlo y, duele. Pero la vida sigue ¿no es cierto?

Tras un breve silencio en el que estoy seguro ambos tratamos inútilmente de convencernos de ello, me pregunta.

- ¿Funciona?

- ¿El qué? –Giro la cabeza para verle el rostro.

-La distancia y el tiempo, ¿has olvidado a Omar?

Esta vez soy yo el que calla, con gran interés observo el poster de una película en la que aparece un gran dragón que Hiram tiene pegada en una de sus paredes, antes de contestar.

-A veces. Unos días apenas si pienso en él, otros, no hago otra cosa más que extrañarlo.

Ambos, nuevamente guardamos silencio unos instantes, sumidos cada uno en nuestros recuerdos y sueños.

-Estúpidos y sensuales Gallardo. –Suspira Moni.

-Estamos jodidos. –Respondo.

A pesar de permanecer despiertos por otro rato más, ninguno de los dos tiene ánimos de seguir hablando.

#

Retomar los estudios se pone a tope en mi lista de prioridades. Tiempo atrás podría haber dicho que elegiría QFB (química fármaco biología), o economía como llegó a sugerir papá. Ahora, tomar la decisión resulta ser más complicado, en todo este tiempo libre, jamás pasó por mi mente el pensar cual sería mi carrea. Sin embargo, el colaborar en la campaña y la página web del refugio fue una experiencia que disfruté bastante, dándome una buena idea de a lo que me quiero dedicar: Mercadotecnia y publicidad.

Escoger una universidad es harina de otro costal. Sobre todo, porque los tiempos se me vienen encima y si le añadimos el hecho de que se nos viene además el cambio de ciudad, no resulta ser tan fácil.

Mamá me ayuda consiguiendo folletos de varias escuelas, mientras que Sergio dedica una semana a repasar y comparar conmigo el plan de estudios que cada una de ellas ofrece, viendo sus pros y contras.

Una de ellas se destaca de las demás, complementariamente a las materias econo-administrativas, también ofrecen edición de medios digitales, medios de comunicación e incluso una esbozada de diseño gráfico. Este aspecto fue decisivo para convencerme.

Lo bueno de todo es que en los viajes que tuvimos que hacer para la inscripción, los aprovechamos también en buscar una casa que nos quedara cerca a todos y conocer un poco la ciudad.

Me sorprendió saber que Iván no vendrá con nosotros. El cambiar de universidad a estas alturas de su carrera resultaría muy complicado, por lo cual él se quedará aquí, rentando una pequeña habitación compartida en una pensión para estudiantes.

Por ello él tiene un doble trabajo a la hora de la mudanza, debe escoger sabiamente lo que va a conservar consigo y cuáles de sus cosas enviará con nosotros.

Como aún falta para que el cambio ocurra y yo si voy a ir con ellos, por desidia dejó todo al último momento. Grave error.

Si creí que organizar una boda era una locura, bueno, eso era porque no me había tocado una mudanza de dos casas al mismo tiempo.

¿Dónde carajo tiene uno guardadas tantas cosas?

Mi cuarto podría parecer medianamente ordenado si no le prestaras la suficiente atención, lo cierto es que todo está "escondido" de tal forma que da esa impresión. Entre que descuidé por mucho tiempo mis cosas, como por que seguí el consejo del señor Ubeda de tratar de mantener a raya el impulso de tener todo bajo control en mi vida, la habitación está hecha un desastre.

Con la fecha límite a punto de llegar, me limito a llenar cajas y cajas sin ton ni son. Total, cuando nos instalemos en la nueva casa ya tendré tiempo de ir acomodando todo.

Mamá y Sergio tampoco lo tuvieron fácil, deben elegir que muebles se llevan y cuáles no. ¿La estufa de mamá, la de Sergio, o comprar una nueva? La misma pregunta para cada cosa. De alguna forma que aún se escapa a mi comprensión, entre los dos se dan el tiempo de ir separando todo en tres grupos: nos lo llevamos, donaciones y basura.

Lo más difícil de todo es tener que decir adiós, nuevamente.

Solo qué en esta ocasión, si tuve tiempo de hacerlo. Gisela y el veterinario Fernández me organizaron una pequeña fiesta de despedida en el refugio de animales. Mis compañeros voluntarios decoraron uno de los salones con un gran letrero de "¡Buena suerte Diego!", alrededor colocaron fotos de nosotros bromeando, trabajando, y de cada uno de los perros que ayudamos a encontrar una familia. Me consuela saber que Iván, seguirá colaborando en el refugio.

Mis nuevos amigos del supermercado, organizaron algo más modesto. Aunque ignoran los motivos, saben que yo no tomo alcohol, por lo cual en lugar de irnos de farra toda la noche, quedamos de vernos en una cafetería para después ir al cine. Justamente ahí es donde me sentí un poco incómodo.

Al sentarnos en las butacas quedé en medio de Eduardo y Pamela, todo normal, lo raro empieza cuando las luces se apagan. Con la excusa de agarrar palomitas, Pam se recuesta en mi brazo dejando descansar su cabeza en mi hombro. Por mi parte, me mantengo estático en el asiento sin saber a ciencia cierta cómo debo reaccionar. Tras respirar profundo decido dejarlo pasar, solo somos amigos y es la última vez que nos veremos.

Hubiera funcionado si su mano no bajara hasta tomar la mía, no tomo la suya, pero tampoco la rechazo. Dado el mensaje ambiguo que envío, ella no duda en entretenerse acariciándola, haciendo dibujos aleatorios por el dorso. Supongo debió interpretar mi respiración agitada de nerviosismo como excitación, ya que luego paso a repetir el mismo patrón solo que esta vez en mi muslo, acercándose peligrosamente a mi entrepierna. A todo esto, Eduardo sentado del otro lado no da muestras de percatarse de nada. Con cuidado, tomo la mano de mi amiga y la deposito con cuidado en el reposabrazos. Haciendo caso omiso de su mirada extrañada me dispongo a ver el resto de la película.

Comentarios van y vienen sobre la proyección al salir de la sala, Pam luce un poco distraída pero no lo suficiente como para que Eduardo o Felipe se den por enterados, lo cual agradezco. Al cabo de un rato nos despedimos y cada quien va por su rumbo, excepto ella. Espera estar a solas para hablar conmigo.

-Siento lo de hace un rato, es solo que, tú me gustas y no quería dejar pasar la oportunidad de saber si yo también te gustaba.

-Perdón. –Respondo decaído. Tal vez debería decirle la verdad.

-La que debe disculparse soy yo. Cuando nos conocimos, me habías dicho que acababas de salir de una relación, eso fue hace siete meses. Ella debió de lastimarte mucho, si no has podido olvidarla en tanto tiempo.

-Él, y fui yo quien le hizo daño. –Ante mi respuesta, levanta su mirada hasta encontrarse con mis ojos.

-Oh. –Es lo único que responde. –Guardaré tu secreto, no te preocupes.

-Tampoco es un secreto. Mi mama lo sabe y me apoya, mi padre lo sabe y no lo acepta, solo unos pocos amigos lo saben. No quiero ocultarme, ya no más, es solo que tampoco pretendo ir por la vida gritándolo.

-Entiendo. –La mirada que me dirige vuelve ser alegre. -Eres un gran chico Diego, qué afortunado el que consiga conquistar tu corazón.

Estirándose un poco me da un beso en la mejilla a modo de despedida antes de subir a un taxi.

#

La nueva casa es increíble. Mucha luz por todos lados entrando por enormes ventanales, una de las cuales ofrece una magnífica vista de la ciudad recortada por el malecón y el puerto. Lo mejor de la casa no es que tenga mi propia habitación independiente a la de Iván, ni el hecho de que sea de dos pisos, sino que alrededor se extiende un jardín del tamaño justo para que un perro pueda ser feliz.

Es un gran acierto el que Sergio haya pedido unos días de descanso en su trabajo para instalarnos en la nueva casa. Además del trabajo de organizar y acomodar todos los muebles que traemos, también surgen algunos "detalles" de carácter urgente. Una fuga en el lavamanos del dormitorio principal, la ventana rota en el cuarto de Iván, cambiar la alfombra vieja del segundo piso, conectar los servicios de luz, agua, gas, y varios etcéteras más.

Mientras Sergio y yo ponemos manos a la obra, vienen a mi memoria los momentos felices y las enseñanzas que mi padre me dio: como arreglar una fuga, cómo tratar con un técnico y hacerle entender que es lo que quiero, reparar los mosquiteros y no machucarme un dedo con el martillo en el intento, ni a temerle a cargar y mover cosas pesadas.

Recostado sobre el colchón desnudo, esa noche me pongo a pensar en que el señor Ubeda tenía razón. "Pretender olvidar tu pasado es necio e inútil, pues eso ha forjado quién eres hoy, asimilarlo y aprender de él te hará ser mejor mañana."

Extrañaré las frases raras de mi psicólogo.

Una de las primeras cosas que hacemos al llegar es contactar con la psicóloga que de ahora en adelante seguiría mi caso, se trata de la sra. Núñez. Entre las cosas que platicamos lo que más hincapié hizo fue el que aprovechara este nuevo comienzo, para hacer "ajustes" en mi persona.

-No estoy diciendo que te reinventes radicalmente, o que te disfraces de marinero o rapero en un intento por encajar con los demás. Simplemente, has un autoexamen sobre las cualidades que mejor te describan, tómalas como un punto de partida y desarróllalas. Ahora, lo que no te guste tanto de ti mismo, ve la forma de darles un giro y vuélvelas una virtud.

-Lo hace sonar como si fuese tan fácil.

-Con una pizca de práctica y tres cucharadas de entusiasmo, todo se puede.

Entusiasmo es lo que sobra. Por lo menos a mi madre. El último fin de semana de vacaciones lo dedica por completo a mi persona.

Sin mentir, podría decir que visitamos todas las plazas y centros comerciales de la ciudad en tiempo record. Entramos a todas las tiendas de ropa que se nos cruzaron por enfrente. Sergio nos acompaña el primer día porque necesitaba comprar uno o dos trajes nuevos para el trabajo, terminó tan cansado que en el segundo día se inventa un desperfecto en la casa que urge su atención y quedarse en casa ver la televisión.

Resulta inevitable encontrar durante el recorrido una tienda con artículos de motociclismo. Permanezco parado frente al aparador por un largo rato.

- ¿Quieres entrar a ver? –Pregunta mamá al cabo de no sé cuánto tiempo de estar embobado.

-Sí. –Curioso, iba a decir que no.

Dentro, el aroma reinante era una mezcla de caucho de neumáticos nuevos, madera tratada y... cuero. Recorro la tienda por completo, hasta llegar a las chamarras de piel, me gustan sus modelos. Lo único malo es que todas son gruesas y pesadas ya que obviamente son para protección del conductor.

Aburrida de no encontrar algo que le interese en la tienda, mamá me pide continuemos visitando los demás locales. Una vez fuera hace un comentario que logra descolocarme un poco.

-Además. ¿Para qué quieres una chaqueta de esas? por más templado que este el clima, me imagino te has de asar con ella, además, ya tienes una.

- ¿Qué yo qué?

- ¡Ay corazón! Pues la que puse en tu cuarto. ¿No te acuerdas? ¿O la dejaste en la otra casa? –La forma tan despreocupada de decirlo es porque no sabe lo que aquello significa para mí.

Tarde se me hacía para volver a casa y abrir cada una de las cajas aún cerradas desde la mudanza.

Con manos temblorosas abro la última de ellas, dentro, encuentro dos cajas de lata que reconozco enseguida, mis tesoros ocultos. Debajo, perfectamente bien acomodada esta la cazadora de piel que hace mucho tiempo me regaló Omar cuando creyó que solo regresaría a vivir con mi padre, a unos pocos kilómetros de distancia. También está una caja de madera grabada con simbología élfica y otras cosas más que, en un momento de desesperación mandé por paquetería, sin la certeza de que llegarían a su destino, dándolas por perdidas para siempre.

Tomo la motera entre mis brazos enterrando mi rostro en ella, aspirando su olor, el cual milagrosamente sigue intacto.

Guardo su chaqueta como un tesoro, el más preciado de ellos. Solo la uso en momentos importantes de mi vida: Como el primer día de escuela.

#

Lo que más detesto de volver a entrar a clases, por un gran margen, es el conocer gente nueva, hablarles y adaptarme a ellos. En cuanto echo una ojeada al salón de la primera clase me doy cuenta que no soy el único con problemas de integración. Al ser temprano, son pocos los estudiantes que han llegado, sin hacerse caso, han dejado muchos lugares vacíos entre los que han ocupado.

El primer instinto nerd me dice que tome el asiento más cercano al escritorio del profesor, otra vocecilla me aconseja justo lo contrario, "¡No! ve hasta el fondo del salón, tú ya no eres un nerd, ¡Recuérdalo!

El momento de duda pasa rápidamente, ocupo una banca ubicada a la mitad de la segunda fila a partir de la entrada. Dejo mi mochila en el suelo, me coloco los audífonos para escuchar música y continúo un libro, "El círculo mágico" de Katherine Neville mientras comienza la clase.

- ¿En qué parte vas del libro? –Pregunta un chico al sentarse en la butaca de mi derecha.

- ¿Perdón? –Respondo quitándome los auriculares, al no estar seguro que se dirigía a mi.

-Sí, ¿en qué parte vas? Yo recién lo leí en vacaciones y debo confesar es uno de mis preferidos, lamente mucho no tener con quien comentarlo ya que mi hermano prefiere pasar su tiempo en videojuegos que leyendo, si quieres podemos ir comentándolo mientras lo lees. ¿Qué te parece? –Suelta el discurso sin detenerse a respirar siquiera.

-Ok. Así que te gusta mucho leer. –Cierro el libro y le pongo atención. Si hay algo de lo que me arrepiento de mi pasado es el haberme cerrado a sociabilizar desde un principio.

-Sí, soy una especie de ratón de biblioteca. Espero no te moleste. –Dice esto último apenado, como si su comentario estuviera fuera de lugar.

-Para nada, ¿Por qué habría de molestarme?

-Pues no lo sé, a muchos de la prepa les parecía cosa de ñoños.

-Nah, ni al caso. Soy Diego, por cierto.

-César. –Extiende la mano con una amplia sonrisa.

El primer día se presentan muy pocos profesores, por lo que prácticamente nos la pasamos conociéndonos entre nosotros. En la segunda hora y con la mayoría del grupo presente unas compañeras organizan un círculo para presentarnos. Creí, yo sería el mayor de todos al haber perdido dos años, sin embargo, no fue el caso. Había una chica de 23 años que, por su trabajo, le pidieron debía titularse para poder aspirar a una promoción, igual pasaba con un señor de 36 años. También estaba un chico que tampoco quiso dar mayores explicaciones del porque había dejado pasar tres años para retomar sus estudios. Dos chicas presumieron que se habían tomado un año sabático para viajar, una de mochilera por Europa y la otra visitando Estados Unidos para perfeccionar su inglés.

Al avanzar el semestre resulta inevitable que los grupos que se formaron al principio vayan separándose o incluso fusionando con otros. Por extraño que parezca, las rivalidades no eran significativas, sino al contrario, el grupo era unido y trabajamos bien en equipo.

Para el segundo semestre mi bolita estaba conformada por: Daniela, la sociable mochilera; Román el sonsacador, que siempre tenía las mejores ideas tanto para el relajo como para las tareas; César, el que más estudiaba de nosotros y a pesar de ello, el que más trabajo le costaba entender las clases; y yo, que era la voz de la consciencia del grupo, pero no por eso el aburrido.

Nos acoplamos tan bien que podíamos hablar sobre cualquier cosa. Por ejemplo, cierto día, a principios de febrero que estábamos holgazaneando en las jardineras, pasa frente a nosotros un grupo de chicas de diseño gráfico, en el cual iba el amor platónico de Román. Al verla, este se levanta y se acerca a ella sin importarle la presencia de sus amigas, una vez que la tiene enfrente le dice.

-No sé si estoy dormido o despierto, pero tú eres todo cuanto he soñado, salgamos de dudas y regálame uno de tus besos.

Ante semejante piropo el corro de chicas se ríe a carcajada suelta, excepto la susodicha que ruborizada continúa su camino, unos pasos más adelante se voltea para responderle.

-Despierto quizá no, pero dormido tampoco. ¡Hasta la próxima, señor Sandman! –Con cortas risitas se aleja con sus amigas.

- ¡Míralo, si no andas tan perdido! –Daniela es la primera en burlarse de él.

- ¿Qué? ¿apoco no es hermosa? Y vieron, le gustó mi piropo. –El efecto ensoñador en Román continúa provocándole una boba sonrisa.

-Si tú lo dices. Pero aquí entre nos. –Comenta César en tono confidencial. –Yo no cambiaría a Vero por nada del mundo.

Como es de suponerse, le toca a César ser el objeto de nuestras chanzas.

-Pues yo digo que Humberto es el más guapo del curso. –Siguiendo el juego, Daniela menciona a un compañero de otro grupo que siempre está rodeado por chicas.

No puedo evitar el casi ahogarme al intentar contener una carcajada. Una vez recuperado, le digo sin más. –Espero no estés realmente interesada en él, lo he encontrado en grinder, sabes. –Mi comentario es tomado como broma más que como advertencia, lo cual tampoco es tan grave.

- ¿Qué hay de ti Diego? ¿a quién se las dedicas por las noches? –Pregunta Román.

-Bueno, hay un chico de sexto semestre que me parece guapo. –Suelto como si nada.

Sus caras son una mezcla de diversión, sorpresa y duda.

- ¿Es enserio? –César es el primero en reaccionar al ver que yo no me río.

-Sí, es en serio. –Corroboro.

-Caramba, y yo que pensé que tenía un chance contigo. –Me abraza Dani.

- ¡Hey! Que yo lo vi primero. –César intenta jalonearme a su lado.

- ¿Y yo qué? También necesito amor. –Dice Román fingiendo celos.

De las cosas que me gustan de la universidad, es el que la mentalidad es muy diferente a la de la preparatoria. Sí, los rumores van y vienen, pero no causan el mismo impacto que solían hacer. Aquí a casi nadie le impresiona o importa la sexualidad de los demás lo suficiente para armar un escándalo. Incluso hay quien ha experimentado el mundo bi, ya sea de forma discreta o no.

#

Las materias formativas son complementadas por lo que llaman "Tronco común", es decir, clases que deben tomar todos los alumnos de la universidad sin importar la carrera. Entre ellas están por mencionar algunas: inglés, ética y práctica profesional, técnicas de estudio e investigación y por supuesto computación. Dado que son abiertas para todos los estudiantes, en un grupo puedes encontrar a alumnos de ingeniería, derecho, contabilidad, turismo, etc.

Como es de suponer, también hay alumnos de todos los semestres, por lo que hallar un punto en común con ellos es prácticamente imposible, aun así, debemos intentarlo pues algunos trabajos son en equipo. La idea de hacer este tipo de dinámicas es prepararnos para el mundo laboral pues allá afuera tendremos que trabajar de la mano con otras profesiones.

En el caso de computación, me toca ir a la facultad de comunicación que está al lado de la nuestra. Al llegar tomo el primer sitio desocupado que encuentro. Con forme van llegando los demás, me percato que la mayoría se conocen entre ellos, lo cual tampoco es de extrañar, cuando tomé inglés 1 y 2 solo había tres personas que no eran de nuestro curso.

En cuanto entra el profesor, los que estaban platicando con sus amigos se apresuran a tomar los pocos asientos disponibles. A mi lado se sienta un chico moreno de vivaces ojos oscuros, en seguida se presenta al darse cuenta que no soy de ahí.

-Hola, mi nombre es Roberto.

-Mucho gusto, yo soy Diego.

Quiero pensar que la estática producida por las computadoras es el causante del chispazo que siento al tocarse nuestras manos al saludarnos. Sea cierto o no, ahí comenzó una amistad que antes de terminar el semestre se convirtió en una algo más.







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