The Teacher's Son [Gay + Adul...

By jav_lar

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"Lo que ves es lo que soy, Pero no soy lo que crees que ves, Ni lo que ves es todo lo que soy" Diego es chico... More

Parte 1 - Capitulo 1 *
2. "Ten cuidado con lo que deseas"
3. "Murphy"
4. Antes que nada es un bully
5. Espía atrapado
6. "La Noche" *
7. Normalidad anormal
8. Verano
9. Nuevos inicios *
10. ¿Un jabalí no es lo mismo que un cerdo?
11. Pool Party
12. La Primera Cita
13. "Estoy casi seguro que es un hombre lobo"
14. "Citas no citables"
15. "Sexo, Tacos y Rock&Roll" *
16. On line
17. La pelea
18 "Tutorías"
19. "Don't tell me it's over..."
20. Xbox, Pizzas y Cervezas
21. "La Mascota del Equipo"
22. "Tú-Aquí-Ahora"
23. "Bad Dragon"
24. "Max el Terrible"
25. "Shadow"
26. "Franco"
27. "Parte del grupo"
28. "Amigos de verdad"
29. "La cena"
30. "Te amo"
31. "Estaré contigo siempre que me necesites"
III - 32. "Entre broma y broma..."
33. "La Mazmorra"
34. "Amigos, más que amigos"
35. "Fortuito y divertido"
36. "Duelo"
37. "Así no es como me hubiera imaginado terminarían las cosas."
38. "Joven 18"
39. "Yo no soy gay"
40. "Halloween"
41. "Encuentros y desencuentros"
42. "Memorias de un pasado olvidado"
43. "Domingo"
44. "Gemelos"
45. "Visita inesperada" *
46. "Absolutamente nadie debe enterarse"
47. Helado frito
48. "Misión de rescate"
49. "Intervención"
50. "Alex"
51. "Blue Moonstone"
52. "¡A por él!"
53. "Hola"
54. "Te presento a mi..."
55. "Charlas"
56. ¿Dónde quedo yo?
57. "¡Dime que no es verdad!"
58. "¿En dónde he venido a parar?"
59. "Día siguiente"
60. "No, no somos amigos"
61. "La Broma"
62. "No eras tan listo como creías"
63. "Luau"
64. "El Jabalí Salvaje, acorralado"
65. "Navidad"
66. "El chico del bus"
67. "Cuenta atrás"
68. "Tiempo fuera"
69. "Tenemos que hablar."
IV. 70. "CmO 4.2"
71. "Promesas rotas"
72. ¿Qué haces aquí? ¡Vete!
73. "Días oscuros"
74. "Secuelas y consecuencias"
76. "Mudando a una nueva vida, parte 1"
77. "Mudando a una nueva vida, parte 2"
78. "Si de verdad lo amas... Déjalo ir"
79. "Playlist de los corazones rotos"
80. "Todos los caminos me conducen a..."
81. "Estira y afloja"
82. "Cuatro noches, tres días, dos errores, un anillo"
83. "Te juro que no es obsesión"
84. "Padre"
85. "Padre parte 2"
86. "Despedidas"
Epílogo. "La noche del cometa"

75. "Segundas oportunidades"

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By jav_lar


75.

"Segundas oportunidades"


En cuanto Omar desaparece por el pasillo, mi madre se acerca para rodearme entre sus delicados y cálidos brazos tratando de consolarme.

-Tranquilo cariño, todo irá bien.

-Estoy bien. -Respondo con poco convencimiento, pues es evidente que nada esta bien.

#

El tiempo pasa sin darme cuenta, las fechas del calendario solo son números sin importancia, de todas maneras, no tengo nada especial en mi agenda, salvo las sesiones con el señor Ubeda.

Donde justo estoy ahora: hojeando una revista de viajes en la sala de espera de su consultorio, sentado entre Hiram, quien no paraba de mandar mensajitos por su teléfono y un señor de hoscas facciones, seguramente contando los minutos para que la hora de sesión de su familiar termine y poder salir de aquel sitio a hacer algo de provecho.

Mientras tanto, la señorita Vélez, una joven y entusiasta recepcionista tiene siempre encendido el radio de una estación de música pop, en el volumen justo para "hacer menos incómodo" el silencio entre los presentes. Entre canción y canción el locutor suele hacer comentarios sobre datos curiosos de toda índole, casí nunca le presto a tención a sus pretenciosas intervenciones, por lo regular me limito a escuchar la melodía.

Algo en la perotada del locutor hace que mi atención se gire a él.

"Un día como hoy 27 de mayo, pero de 1937 se inaugura el puente Golden Gate en San..."

27 de mayo.

27 de mayo.

¡No puede ser!

-Señor Sayas, Señor Sayas, su turno. – La señorita Vélez tiene que llamar mi atención dos veces e Hiram sacudirme el hombro para de poder siquiera sacarme brevemente de mis pensamientos. El señor que estaba a mi lado ya se ha retirado junto con el paciente anterior.

Con pasos lentos al principio, luego rápidos y furiosos entro al consultorio visiblemente afectado.

- ¿Todo en orden? –Pregunta el señor Ubeda levantando un instante la vista de su block de notas.

- No, nada esta en orden. ¡Por el contrario, todo es un maldito caos!

-El universo entero es un caos, así que, ¿Podrías ser más espécífico?

- ¡Hoy es 27 de mayo! –Grito desesperado, como si eso lo explicara todo.

El psicólogo deja sus notas sobre la mesa junto al sillón donde está sentado para mirarme con mayor detenimiento. Yo no dejo de dar vueltas por toda la oficina.

- ¿Qué sucedió este día?

Mi pecho se siente pesado, como si algo lo oprimiera inpidiéndome respirar, al mismo tiempo, tengo una sensación de malestar en la garganta como si quisiera volver el estomago. Lo que termino vomitando son las frustraciones que llevo dentro.

-Hace dos años, el chico malo de la escuela y yo. –No pude terminar la frase, ni siquiera a estas alturas sabría describir lo que hicimos aquella noche en el cubículo. ¿Nos vimos por primera vez, hicimos el amor, solo cogimos, o que fregados pasó? -A estas alturas da igual lo que hicimos, lo importante es que esa noche marcó un antes y un después, no solo en nuestra dinámica, sino en mi vida también.

- ¿Te hizo algo malo? –Pregunta preocupado.

-No. Por el contrario. Yo ahm. Ni siquiera puedo expresar con palabras lo que sucedió.

-Porque no te sientas, y lo intentas. –Sugiere el señor Ubeda indicándome con la mano el sofá que tengo detrás.

Tomo asiento o, mejor dicho, me dejo caer sobre el sillón con una fuerte exalación. ¿Cómo resumir en unas pocas palabras todo lo complicado de nuestra historia y pueda enterder lo que significó para mi?

-En resumidas cuentas, ese chico ha sido una parte fundamental en casi toda mi vida.

- ¿En qué forma?

-Bueno, para empezar, él ha estado cuidándome desde niños sin darme cuenta. En esa época yo lo veía muy cómodo rodeado por una bolita de amigos, siempre sonriendo. Quizá no era el más popular de la escuela, pero para un retraído como yo, parecía el protagonista de una de esas películas cursis para adolescentes.

- ¿Te comparabas con él?

-Sí, obvio, todo el tiempo. Me veía a mi mismo y me odiaba por ser tan tímido, por no saber como acercarme a los demás como él. Lo admiraba y envidiaba.

- ¿Trataste de socializar?

-Lo intenté un par de veces, pero para entonces ya nadie me tomaba en serio, en los juegos era el último al que escogían después de las niñas, incluso después de los niños de grados inferiores.

- ¿Cuál era su reacción ante todo eso?

-Bueno, de hecho, era él quien insistía en que me incluyeran en los juegos y como nadie me quería en su equipo, terminaba en el suyo. Siempre supuse que era por lástima. Pronto dejé de intentarlo y regresé a esconderme detrás de los libros, no volví a levantar la vista hasta mucho tiempo después.

-No me parecen las acciones de un "chico malo".

-Eso fue después, no volví a prestarle atención a él ni a nadie por varios años, hasta que nos reencontramos en preparatoria. Había cambiado tanto que ni lo reconocí, su actitud era mucho más hosca, involucrado todo el tiempo en peleas y disturbios, y cuando no estaba en problemas se la pasaba acechándome. Le tenía miedo, a la vez que me sentía extrañamente atraído por él.

- ¿Te hizo daño?

-Llegué a pensar que robaba mis pertenencias y hacía maldades, bueno, si hizo algunas cosas, pero después supe eran para llamar mi atención. A pesar de ser ahora un adolescente, yo continuaba siendo un introvertido que no se daba cuenta de su rededor.

- ¿Qué pasó después? ¿cómo fue que terminaron estando juntos?

-Todo fue tan extraño, un tiempo despúes de lo sucedido esa noche, comenzamos a charlar, a penas me di cuenta cuando ya eramos amigos, o algo parecido ya que pasábamos teniendo más dicusiones que buenos momentos. Aunque, cada uno de ellos fue especial. De la nada, sus amigos se hicieron los míos, y los míos, digamos que resulta que desde el principio eran suyos también, a excepción de mi mejor amiga que nunca confió en él.

Con forme continuo el relato, me doy cuenta de que tan importante ha sido su presencia.

- ¿Siguen estando juntos? –Pregunta el señor Ubeda al cabo de un rato de silencio.

-No. Soy una pésima compañía, así que terminé con él. –Respondo llorando, al reconocer en voz alta el error que cometí.

- ¿Qué sientes cuando lo ves?

-Por un lado, siento una necesidad por acunarme en su pecho y entre sus brazos. Por otro lado, no soporto verlo, aún recuerdo el dolor infligido en aquella prisión para hacerme odiarlo.

-Entonces, ¿Lo has terminado por que no quieres recordar lo que viviste cuando lo ves o porque no quieres verlo sufrir a tu lado?

-Ambos. En cualquier caso, no sería justo para él.

- ¿Lo culpas de las acciones de tu padre? ¿sientes que él es responsable de lo que te hicieron?

Esa es la pregunta que me ha atormentado durante tanto tiempo, la que no me ha dejado dormir tranquilo. –No. –Respondó sin pensarlo, para sorpresa mía.

- ¿Cómo te sientes ahora?

-Vacío. Escuche, ambos eran mis soportes, mi padre me educó para ser callado, estudioso yobediente a sus órdenes. Omar, representaba el peligro, todo lo opuesto a lo que quería papá, con el aprendí a divertirme, a romper las reglas, a amar. Hoy, no tengo a ninguno de los dos. Sin ellos, no sé ni quién diantres soy yo. Tengo miedo a no tener una identidad si él no esta a mi lado.

- La codependencia es muy peligrosa, así que el vacío en realidad no es tan malo, podemos trabajar con ello.

¿De qué habla este tipo? Mi evidente confusión parece divertirle un poco.

-Por lo que entiendo, tú personalidad entera ha girado entorno a una "figura de poder superior". Eso no es bueno. El que te hayas dado cuenta de ello es importante. Tu personalidad debe ser tuya, no amoldada para conveniencia de otros. Ahora, el vacío que sientes puede ser provechoso, pues eso quiere decir que estas listo para probar y hacer cosas nuevas, reinventarte, dejar todo lo malo atrás y seguir adelante.

#

Terapia ocupacional. "Nada mejor para la mente que mantenerla ocupada" había dicho muy resuelto al terminar la sesión. Al salir, en lugar de una receta para tenerme medicado, terminé con una lista de actividades diarias. La cual iba desde levantarme y hacer la cama, hasta labores de limpieza como barrer, sacudir la casa, lavar los trastes, etc. Sin olvidar un apartado especial en que incluía ejercicios mentales.

A modo de juego para burlarse de la extraña receta que me habían dado, Hiram hace una escala, antes de llegar a casa, en un quiosco de periódicos donde compramos algunas revistas de sopa de letras, sudoku y crucigramas.

En la tarde, una vez solo en casa, como desde hace ya mucho tiempo, paso el tiempo mirando sin prestar demasiada atención a la programación en la tele. Por curiosidad y aburrimiento más que por otra cosa, tomo una revista del monto que dejó sobre la barra de la cocina. Aparto la primera al cabo de unos minutos, ver tantas letras y números en desorden me causan un dolor de cabeza, como león enjaulado doy un par de vueltas por la sala antes de tomarla de nuevo. Debe haber alguna lógica dentro de ese caos y voy a ser yo quien lo ponga en orden.

Al anochecer ya había terminado la mayoría de los ejercicios de la primera revista, como no encontraba las palabras correctas que coincidieran con las casillas de algunos crucigramas, decido hacer algo de trampa, consulto algunos libros para ver si así puedo hallar las respuestas que se me escapan.

- ¿Por qué no las buscas en internet si tanto te intrigan? –Sugiere mamá al verme sentado en medio de varios volúmenes abiertos de la enciclopedia en una aparente anarquía.

-No, prefiero hacerlo de esto modo, además, de pasada aprendo otras cosas.

Con una pacífica sonrisa que no le había visto en, años, me deja continuar con mi búsqueda.

Concentrado en la tarea tomo el celular en automatico al recibir la notificación de un mensaje, lo abro sin prestar atención del origen, pues la única que me manda mensajes a estas alturas es Moni.

[-Estaba en la cafetería de la facultad con las chicas cuando cierta canción (espacio sideral), comenzó a sonar por los altavoces. Betty, como seguro adivinaras, comenzó a cantarla sin pudor alguno y por increíble que parezca, no pude resistirme a cantarla con ella. Mientras que Shadow no dejaba de hacernos malas caras, como ninguno de los dos le hicimos el menor caso, resignada y viéndose superada, se nos unió al espectáculo. Ahora entiendo mucho más la canción y lo que decías de ella. Te extraño. Aunque sea déjame saber como estás. Por favor.]

Su mensaje me toma desprevenido. ¿Habrá sido coincidencia? ¿O al igual que yo, sabe qué día es hoy?

Me quedo dormido mirando la pantalla aún después de que esta se ha quedado negra tratando de definir cuál es mi reacción. Su insistencia provoca cierto malestar, aunque también me hace sentir aliviado, por lo menos no me odia. Aún.

Tal vez sea por el cansancio mental por lo que esta noche pude dormir por primera vez de corrido, sin pesadillas.

Con forme pasan los días voy resolviendo los ejercicios mentales con mayor rapidez, asi mismo dejó a un lado la televisión para retomar los libros. Si bien todavía no salgo del departamento más que para las citas con el psicólogo, por lo menos ya no me encierro en mi habitación todo el día, incluso las cenas solitarias y frías han dejado paso a cenas caseras en familia. Digo familiares pues Sergio e Iván vienen cada noche trayendo consigo un platillo y su inagotable cháchara.

Me gusta escuchar sus voces al conversar, aunque mi participación en ellas sea nula. Solo hablo para saludar, pedir me pasen algún platillo, dar las gracias y desear las buenas noches. Estoy tan involucrado resolviendo los acertijos que no presto demasiada atención a lo demás.

Conforme pasan los días voy sintiéndome cada vez más en control de mi entorno. Mi psicólogo insiste en recordarme que "El control solo es una ilusión, al igual que el caos" Con ello quiere decir que puedo tratar, pero nunca voy a tener el verdadero poder de cambiar las cosas a mi antojo o conveniencia, debo aceptar las cosas como son: buenas, malas, regulares y actuar en consecuencia. En ocasiones creo que en lugar de ser psicológo debería dedicarse a ser filósofo. Como muestra, tenemos la asignación de hoy.

-Para esta semana me gustaría que, además de las tareas diarias en casa, leyeras por lo menos un libro del género que gustes, siempre y cuando sea diferente a lo que estas acostumbrado a leer.

-Solía leer casi todo lo que llegaba a mis manos, será difícil encontrar algo que cumpla el requisito.

-Bueno, entonces háblame sobre lo que has leído.

Paso bastante rato hablando generalidades sobre los diversos temas de estudio que he leído. Incluso para mí, ahora que me escucho, sueno bastante aburrido y pretencioso. El señor Ubeda comprende en seguida mi sentir. - ¿Qué puedes decirme sobre lectura recreativa?

-Papá decía que eso era perder el tiempo pues no aportaban nada útil. Aunque, encontré por casualidad un libro que intenté leer con, el hermanito de mi... amigo.

-Intentaste, pero no terminaste.

-Recién estábamos empezando cuando paso lo otro.

-Ya veo. Tal vez deberías darle una segunda oportunidad. Ve a la librería y escoge uno, el que sea, evita por completo los académicos y aventúrate en aquellas secciones que habías pasado de largo, guíate solo por el título y la sinopsis. Y dentro de ocho días me das tus impresiones.

¡Vaya tarea la de esta semana! Tiempo atrás sería muy feliz si me dejaran un deber así en la escuela, hoy, no es mucho de mi antojo. Con tal de cumplir con lo encomendado y en aras de salir de lo establecido, me detengo en el quiosco de revistas donde compro los crucigramas y echo una ojeada a lo que tienen ahí. Mi intención es probar con una revista o un mini librito resumido de 20 páginas. Cual es mi sorpresa al encontrar en uno de los costados del puesto una significativa cantidad de libros de pasta dura mal amontonados con los lomos viendo hacia la vitrina. Por lo maltratados que se ven bien podrían ser o muy viejos o de segunda y hasta tercera mano.

Mientras Sergio, que hoy se ha dado el tiempo de acompañarme, ojea el último ejemplar de "Mecánica popular", yo reviso los títulos que acabo de encontrar, como es muy difícil si no imposible consultar la sinopsis de cada uno de ellos, me concentro únicamente en los títulos. En cuanto me he decidio por uno, se lo pido al señor que atiende el quiosco, resulta todo un reto el poder dirigirlo desde afuera para hacerle saber cual es el que quiero. Una vez nos hemos medio entendido, le toca hacer malabares para poder sacarlo de las entrañas que aquella inestable montaña.

- ¡Ah! Este es un buen libro, tienes buen ojo, espero te guste. –Me dice al entregármelo.

Teniendolo entre mis manos ya no resulta ser tan atrayente, las hojas de color marrón y aspera textura dejan ver la poca calidad en el acabado, incluso huele un poco a humedad. Arrepentido de lo impulsivo de la adquisición, pienso en devolverlo, sin embargo, eso sería descortés con el vendedor. Es entonces que recuerdo un viejo adagio que me dijo Papá alguna vez: "Nunca juzgues a un libro por su portada". Respiro hondo y decido darle una oportunidad, total, en este caso, no pierdo nada y podría llevarme una sorpresa.

#

Nuevamente estoy privado de todos los sentidos, incluso ni siquiera estoy conciente de leer, es como si por osmosis las imágenes y voces llegaran directo a mi cerebro. La historia es tan fantástica y genial que me es imposible dejar la lectura a un lado, voluntariamente.

- ¡Hey! ¿qué pasa bro? –Saluda Iván al pasar junto a mi para sentarse en el sillón. Por lo general me tomo muy a mal las interrupciones, solo que en esta ocasión me dan la escusa para respirar y descansar la vista un poco, además, tampoco quiero terminarla tan rápido.

- Lo de siempre. -Respondo automáticamente.

-Vaya, hasta que dejas descansar la enciclopedia. ¿Qué estas leyendo ahora? –Sin esperar respuesta de mi parte toma el libro que tengo entre las manos para ver bien el título. –"El trono de huesos de dragón" de Tad Williams. ¡Uh! Suena épico.

-Pues sí lo es, trata de un pinche.

- ¡Hey! ¿qué así nos llevamos?

-Ja ja, tonto. Es un mozo –corrijo- que se ve envuelto en un complot dentro del castillo.

-Vale para ahí, no me cuentes más que ya me ganó la curiosidad, cuando termines me lo prestas, lo leo y ya despues hablamos de él, vale.

-Me parece bien.

Nuestra pequeña charla es interrumpida por un mensaje entrante en mi celular. comienzo a respiar agitadamente imaginando quien esta del otro lado, recupero el control al ver que es Moni quien lo ha mandado.

[- ¿A que no sabes de quién recibí intivación de boda? Es tan surreal que apenas puedo con la impresión. ¡Se trata de Carlos y Puchoncita! Despues de lo ocurrido en el Blue Moonstone jamás pensé que esto ocurriría. ¿Me pregunto si ella está al tanto de los gustos de su prometido? Como sea, desde ya te digo que no yo seré quien se lo haga saber, menos estando la pequeña de por medio. ¡Oh, es cierto, creo que ese chisme no te lo había contado! Pues resulta que se embarazaron el último semestre de prepa, quizá por eso están aprovechando la boda para el bautizo de la niña, ¿o será al revés?]

Debo de leer un par de veces su mensaje tratando de encontrarle algun sentido. ¿Qué podría responderle?

- ¡Qué impresión! ojalá les vaya bien. –Escribo de vuelta. Me quedo mirando a la nada sosteniendo el teléfono entre las manos tratando de pensar en algo más que decir, las palabras y pensamientos se me escurren. Apenas si recuerdo las caras de los novios como para definir si me alegra o no su enlace, decido mandar solo eso, pues para ser sinceros, me da igual.

No tarda en llegar un segundo mensaje con lo que creo mayores detalles.

[- Hoy Franco tuvo su primera lección de esgrima, nos sorprendió a todos cuando dijo que él también quería aprender ya que en todo este tiempo no había mostrado interés alguno en deportes. Le preste mi viejo sable de practicas y uniforme hasta que veamos si realmente le gusta para comprarle su propio equipo, me hubiera gustado estar ahí para poder verlo y darle ánimos, sin embargo, pidió explícitamente que ninguno de nosotros estuviéramos en las prácticas. Ya te podrás imaginar que Héctor, Micke y yo estuvimos esperándolo a la salida para saber cómo le había ido. Estaba muy cansado pero entusiasmado, aunque todavía es muy pronto para asegurar nada, puedo decir que tenemos otro deportista en la familia. Hasta aquí mi reporte, te mantendré informado. PS. La familia (en especial Franco y yo) te mandamos saludos. Besos.]

- ¡Lo que me faltaba! –Exclamo en voz alta. Albergaba la esperanza que Franco pudiera aspirar al desarrollo intelectual sobre el físico. Bueno, ¿qué podría esperar con los ejemplos que tiene en casa?

- ¿Qué paso? -Iván se entedereza al ver mi cabio de humor tan repentino.

-Nada, yo solo, me acaba de mandar un mensaje Omar. –Respondo aún sin prestar demasiada atención a mis palabras.

- ¡Cool! Dale saludos de mi parte. –Como si fuese cualquier cosa, vuelve su atención en la tele echándose nuevamente sobre el sofá.

-Aja. –Le doy por su lado.

Guardo el teléfono en el bolsillo del pantalón para tenerlo en buen resguardo, pienso una respuesta adecuada, o si debería en primer lugar contestarle o no.

Ávido por tener una distracción de mis pensamientos, me esfuerzo por poner atención a la conversación durante la cena. Al principio siento como si estuviera escuchando una conversación ajena en un idioma distinto del que apenas si reconozco una que otra palabra, es necesario poner un mayor esfuerzo en tratar de entender, aunque sea la idea general de sus discursos.

Es exasperante darme cuenta que estoy demasiado atrasado en, bueno casi todo. Lo peor es que ni siquiera están debatiendo sobre temas densos como física cuántica, filósofía o política, por el contrario; los temas son de lo más corriente, por ejemplo, que este año las lluvias se han retrasado, la historia detrás de la foto viral de un perro en silla ruedas, o Iván tratando de convencer a su padre lo deje ir a un viaje de fin de semana con sus amigos de la universidad.

- ¿Qué estás estudiando? –Se me escapa la pregunta en voz alta.

Mi inesperada intervención sorprende a los tres al grado de voltear a verme al mismo tiempo.

-Veterinaria, y por eso es importante este viaje, vamos a ir a un refugio de perros abandonados. De momento tienen más inquilinos de los que pueden tener, por eso nos invitaron para ir a ayudarles en la campaña de adopción y recaudación de fondos.

Si algo me agrada de Iván es que sabe cómo manejar las situaciaciones, respondió a mi pregunta sin hacer revuelo, a la vez que distrae la atención de nuestros padres de mí.

- ¿Tú que piensas Diego?, ¿verdad que debo ir? –Bueno, casi.

-Si es por una buena causa, y crees que te puede ayudar. –Contesto dubitativamente.

-Ese no es el punto, si nada más van a apoyar en el evento no entiendo el porqué deban de quedarse a dormir en el refugio si está aquí mismo en la ciudad. –Sergio definitivamente tiene un punto. -No, ya te dije que no vas a quedarte allá.

- ¡Papá! No seas malo, porfavor, ni siquiera habrá alcohol ni nada parecido. Es más, el profesor estará supervisándonos todo el tiempo.

- Definitivamente no. A menos. –Con esas dos últimas palabras el rostro de Iván se ilumino ante el rayo de esperanza.

- ¿A menos? –Le insta para terminar la frase inacabada.

-Solo si Diego va contigo. –Responde tajante. Mamá reacciona mirándolo fijamente como diciendo "¿A caso te has vuelto loco?

En cambio, Iván voltea a verme muy resuelto. - ¿Qué dices bro? ¿Te apuntas?

-Por mi suena genial. –Una vez más, los tres se me quedan viendo asombrados por mi respuesta.

- ¡Esa es la actitud! – Me dice Iván emocionado a la vez que se zampa un gran bocado de pasta, dando por termiando el tema.

#

Dos días después abordamos la suburban de su profesor con rumbo al refugio. Por un momento pensé que iríamos lejos, esperaba un viaje de por lo menos unas dos horas, pero no, solo fueron cuarenta minutos, apenas para alcanzar una de las orillas de la ciudad. Nada más llegar nos dan una introducción general de lo que hacían en el centro, después nos dividen en equipos de dos y tres personas para ocuparnos de una tarea en específico. Nuevamente me siento como una lapra cuando me doy cuenta que no conozco a nadie más que a Iván, terminaré siendo un estorbo para él, más que una ayuda.

Resulta que al final ni siquiera puedo hacerle ni compañía, mientras que Iván es asignado con el veterinario a ayudarle con los perros enfermos, a mi me ponen junto con otros dos chicos a darles un baño a aquellos que ya están listos para ser adoptados al día siguiente.

Quizá fuera porque el día no es tan caluroso como podría esperarse, las travesuras de los perros al no querer bañarse o porque mis compañeros de equipo son agradables el que termino olvidándome de todo. Llega un punto en el que no sabría decir quien era el que esta bañando a quien. Varias risas, resbalones y perros después, porfin logramos organizarnos debidamente.

A medio día nos reunimos nuevamente con los demás bajo la sombra de una palapa a disfrutar de una merecida comida. Iván me invita a acercarme al grupo de amigos con los que esta sentado haciendo las presentaciones formales.

-No estudias con nosotros en la escuela o ya te habría visto por ahí. ¿Qué es lo que estás estudiando? –Comenta un chico de nombre Ricardo.

Antes de poder responder, Iván se apresura a hacerlo por mí. –Está en su año sabático, así que estoy tratando de convencerlo que entre con nosotros.

- ¡Ah que padre! –responde otra chica, Nadia, creo que se llama. –Deberías animarte.

La explicación de Iván basta para los demás, cuando vuelve a tocarse el tema es por Ricardo quien admite que él mismo se tomó el mismo periodo antes de decidirse sobre la carrera que estudiaría.

En la tarde me asignan junto con Nadia a la guardería. Las hembras son recelosas con sus crías, por lo cual con ellas solo nos limitamos a ver que tengan alimento, agua y mantas suficientes. Lamentablemente, también hay cachorros que fueron abandonados a su suerte en la calle, la mayoría de ellos por humanos que no sabían o no quisieron lidiar con ellos. Para poder garantizar su supervivencia se requiere de un mayor cuidado y atención. Entre ambos les damos de comer leche con unas mamilas, uno podría pensar que es una labor fácil, aburrida y hasta sosa; nada más fuera de la realidad, los cachorros no hacen más que trepar encima de nosotros buscando ser el primero en comer, o repetir turno.

Terminadas las labores del día, continuamos con cursos y capacitación para el día siguiente. Llegada la noche los encargados del refugio nos organizan una pequeña fogatada con bombones y canciones. Por unas horas fui nuevamente un chico in preocupaciones, hasta que nos muestran dónde nos quedaríamos a dormir. Como tienen poco espacio, a las chicas les dan alojamiento en la casa de la entrenadora, ubicada a un costado del refugio, mientras que los chicos somos ubicados en uno de los salones.

En cuanto veo el lugar tuve un flashback de la galera en la que durante meses estuve encerrado. De no ser por Iván que me toma por el brazo encuanto se da cuenta de que comienzo a hiperventilar, conduciéndome hacia la palapa donde habíamos almorzado, podría haber tenido un ataque de pánico frente a todos.

-Vamos hermano, respira, tranquilo. Inhala – Retén – Exhala. Inhala – Retén – Exhala. No pasa nada, tranquilo, estás bien. –Me dice con preocupación en su voz. –Es mi culpa, no debí haberte comprometido. Le voy a hablar a papá.

Aún sin poder respirar con normalidad trato de detenerlo pues no quiero echarle a perder la noche.

-Hola, papá ¿podrías venir?

Desearía decir que me sobrepuse y pasé un grandioso fin de semana, pero no es así. El profesor al darse cuenta de lo que esta pasando nos lleva a parte para evitar la indiscreción de los demás. Gracias a dios mamá y Sergio me encuentran en mejor estado, aunque sin otra alternativa que regresar a dormir a casa, pero solo yo, soy tajante en ese punto.

En la mañana me sentí lo suficientemente bien como para insistir a mamá que me llevara a la feria, ya me había comprometido a poner de mi parte en apoyar al refugio, además, el señor Ubeda tiene razón, el tener algo que hacer mantiene alejados los fantasmas que me atormentan.

#

Durante la siguiente sesión, el señor Ubeda se mostró bastante satisfecho cuando le relaté lo ocurrido. –Hasta cierto punto, y no digo que debes de acostumbrarte a ello, es normal tener episodios como el descrito, aquí lo rescatable ha sido tu actitud frente a él.

- ¡Pero si no me he podido controlar! ¿cómo eso supone un progreso?

-Tal vez no me explique bien. Me refiero a que has sido tú quien tomo la decisión de salir de casa, has sido tú el que no quería perderse la experiencia, y una vez pasado la crisis, regresaste y terminaste el trabajo. Simplemente con eso ya vamos por buen camino.

Tal vez lleve algo de razón. A partir de esa misma semana saliendo de terapia, pongo rumbo hacia el refugio con la firme convicción de apuntarme como voluntario de planta.

Iván y Sergio enseguida me dan su apoyo, asi como sus felicitaciones, mamá se muestra un poco renuente, y con razón, pues teme tenga algún ataque de pánico en la calle. Aunque comparto su temor, también es cierto que disfruto estar el tener algo que hacer.

#

En pocos días la señorita Gisela, encargada del refugio, me tiene la suficiente confianza para acompañarla y asistirla en diferentes labores. Según ella, tengo cierto "don" con los perros.

Atendiendo una solicitud de la policía, los acompañamos a investigar una denuncia por maltrato animal. Después de que ellos convencieran al dueño para poder entrar a verificar el estado del animal nos cercioramos del terrible estado en el que este se encuentra. Semi abandonado en una pequeña zotehuela, sin un techo que lo protegiera del sol o la lluvia, peor aún, sin un traste de comida o agua a la vista.

El corazón se me estruja ante tal visión.

Es un milagro que no tenga un ataque ahí mismo, respiro hondo un par de veces logrando asi controlarme. Debo estar alerta de mi entorno pues el dueño se ha puesto agresivo con nosotros al notificarle que nos tendríamos que llevar al perro, pero, sobre todo, él debería pagar una multa.

Sin perder tiempo y aprovechando que los agentes están con el dueño, Gisela y yo entramos al área donde tienen cautivo a la pobre criatura.

-Hola amiguito, comprendo por lo que has pasado y que estes nervioso, pero ya no tienes porque temer, venimos a ayudarte.

Le hablo con cariño mientras nos acercamos con cuidado a él.

-Tranquilo amiguito, todo estará bien. –Reitera mi jefa mientras intenta ponerle un collar alrededor de su cuello.

Receloso del acercamiento de un par de extraños nos gruñe enseñando los dientes.

-Pequeño Teddy, eres un hermoso perro y mereces vivir en un lugar mejor, mira tengo aquí unas golosinas para ti. –De mi bolsillo saco unos premios para perro que por casualidad cargo conmigo.

El aroma de la comida termina convenciéndolo, con pasos cautos y vacilantes se me acerca con la cabeza y cola gachas, dejándome ponerle un collar sin objeciones.

De nuevo en la camioneta de regreso al refugio, Gisela se voltea a preguntarme. - ¿De dónde sacaste el nombre de teddy?

-No lo sé, solo se me ocurrió en ese momento. Con el pelo de color gris y muy melenudo resalta bastante la mancha blanca alrededor de los ojos y hocico, además, su trompa es más bien chata, lo que lo hace verse como un osito de felpa.

-Si tú lo dices. –Responde divertida mi jefa.

Revisarlo es complicado, se agacha y llora cada que alguien intenta acercarse a él. Mostrando una enorme paciencia el doctor Fernández poco a poco se va grajeando su confianza. Tras la revisión del veterinario nos confirma lo que ya sospechábamos, presenta un grave problema de desnutrición y para colmo una pata lastimada.

Como el dueño ni siquiera le había dado un nombre más que "apestoso", la jefa decide registrar su expediente con el nobre de Teddy, haciéndolo así oficial.

De manera preventiva todos los nuevos inquilinos deben de pasar un tiempo en observación, es decir encerrados en jaulas, a mi parecer eso no es como se supone se deba de rehabilitar a un ser que ya ha sufrido mucho.

-A mi tampoco me gusta. Pero es un mal necesario, además es solo temporal. –Me explica el veterinario Fernández. –Antes de poder reunirlos con la jauría debemos asegurarnos que no sean portadores de enfermedades, o parásitos que puedan contagiar a los demás. También tenemos que determinar si son o no peligrosos.

-Entiendo, pero ellos no tienen la culpa.

-Efectivamente, la culpa es de los dueños irresponsables que no los cuidan como deberían, un registro adecuado de sus vacunas y desparasitación no es tan complicado, e incluso los baños sirven para sacarlos de la rutina de una forma divertida. –Mi jefa tiene razón, aún puedo recordar que, junto a la placa de identificación de Rex, también traía una donde indicaba cuándo había sido su última vacunación; además, las veces que ayude a bañarlo fueron realmente divertidas para todos.

Paso el resto del día perdido entre recuerdos de una época en la que no sabía que era feliz.

Desde entonces, decido tomar la obligación de cuidar de Teddy como propia. Mis labores diarias son diversas por lo que me es difícil encontrar una escusa para pasar frente a su jaula, aún así lo hago unas veinte veces al día, siempre saludándolo con cariño y de vez en cuando, pasándole una que otra galleta a escondidas. Por supuesto, él no sabía que debía ser un secreto entre nosotros, a los pocos días se había aprendido la rutina, cuando llegaba de ver al psicólogo ya estaba esperándome moviendo la cola apremiándome a que le diera la ansiada golosina.

Regresando del refugio para perros el sábado por la tarde tengo dos cosas muy claras en la cabeza: Uno, quiero un perro, pero no a cualquiera. Quiero adoptar a Teddy. Segundo, y creo yo lo más difícil de conseguir, hablar con Omar.

Espero hasta que estemos todos reunidos en la cena para hacer mi petición, súplica, de poder traer a Teddy a casa.

-No creo que sea justo para el perro adoptarlo en estos momentos. –Contesta mamá. –Vivimos en un departamento pequeño, él necesita su propio espacio, correr y muchos cuidados. Aquí estaría igual que a dónde estaba antes, confinado a un reducido espacio y solo, la mayor parte del tiempo.

-Pero mamá, Teddy es grandioso y muy tranquilo.

-Te creo corazón, pero la respuesta es no.

-Nos turnaríamos entre los dos para cuidarlo. –Me apoya Iván.

-Lo siento, pero la respuesta sigue siendo no.

Iván trata de animarme secreteándome, aunque no tan sutilmente. –No te preocupes, tenemos unas semanas para poder convencerlos.

Todavía tiene que recuperarse de su pata y estar en observación un tiempo antes de estar seguros que no representa un peligro para los futuros dueños. Luego, estará más que disponible para la adopción.

-Lamentablemente, hay otra cuestión a tener en cuenta. –Interviene Sergio. -Dentro del reglamento del edificio esta muy claro que no se permiten mascotas.

¡Lo que me faltaba!

Tras una tajante derrota, la perspectiva del segundo punto en mi lista es desalentadora. Medito un rato si debo o no mandar contestación al mensaje de Omar. ¿Y si por comunicarme con él tengo una recaída? La terapia va tan bien que ya no hace falta me acompañen a ir a ningún lado. Además, han pasado ya muchos días desde que lo escribió.

Tras romperme la cabeza un rato finalmente consigo redactar unas pocas y vagas palabras.

[- ¿Me pregunto de dónde habrá sacado la idea de la escrima? Solo asegurate que no pierda el interés por los estudios. Saludos a todos por allá.]

Tardo más en dejar el celular en la mesa de noche, que en llegar el aviso de una respuesta.

-Puedo asegurarte que de mí no fue, la idea la sacó de un libro que ha leído veintemil veces. Y no solo fue la esgrima, sino que me ha hecho consegirle una camiseta naranja y toda la cosa. Este verano quiere ir al "Campamento Mestizo". Por más que he buscado no hay uno de esos, por lo menos no uno que un mortal pueda encontrar en el directorio, jajaja.

-Mi culpa. –Acepto. – Me pareció una forma entretenida de introducirlo a la lectura, debo recordar conseguir ese libro, nunca supe como termina la historia.

-Deberías, a propósito, mi hermano pregunta si puede hablar contigo por teléfono, está muy emocionado con sus clases y quiere contarte los por menores.

Titubeo unos instantes antes de responder con mano temblorosa. –Dile que mañana estaré libre despues de las seis de la tarde.

-Ok, le diré entonces. Si te incomoda o tienes cosas que hacer puedes decírmelo con confianza.

-No es eso. –Miento. –Es solo que tenemos pensado salir por la mañana.

-Vale, eso suena genial.

-Sí. Oye, me tengo que ir. Cuídate.

-Claro. Tu también. [Escribiendo........................] Hasta luego.

Aún duele pensar en él, solo que ahora no sé el porqué.

#

En poco tiempo, el Dr. Fernández da luz verde para poder integrar a Teddy en la manada, la cual lo recibió muy bien. Tal vez el hecho de haber estado solo casi toda su vida sea un motivo por el cual no pudo integrarse tan fácilmente, gruñe enseñando los dientes a todo aquel curioso que se le acerca.

Viendo su reacción, abro la puerta para poder entrar a acompañarlo, Gisela me detiene antes de poder abrir la aldaba de la reja. -Teddy estará bien, tu presencia solo lo podrá más nerviso, correrá hacia ti y no querra conocer a nadie más.

Efectivamente, al poco tiempo, y despues de oler varios traseros, sele nota calmado y juguetón con el resto de la manada.

Podría decir que hicimos un excepcional trabajo con él, pero el mérito de su éxito y rápida recuperación se la lleva sin duda alguna el propio Teddy. Es un perro fuerte lleno de amor para repartir.

Antes de lo pensado ya esta listo para buscar una nueva familia.

Me da mucha tristeza recibir esa noticia, no por él, sino por mi. Me hubiera gustado ser yo quien le diera el cariño y cuidado que sin dudas se merece. En terapia, con el señor Ubeda expío todo ese sentimiento, maldiciendo la falta de control y la inutilidad de mi propia existencia.

- ¿Qué hemos hablado sobre el control? –Me recuerda, apenas levantando la vista de su block.

-El control y el caos son solo una ilusión. –Repido cansadamente.

-En cuanto a lo otro. Ninguna existencia es inútil, todos tenemos una razón de existir, incluso las plantas y las piedras, sin mencionar a las células y bacterias primordiales de las cuales provenimos. Si te enfocas solo en las cosas malas y en un tiempo y lugar determinado podrías pasar de largo muchas cosas, abre los ojos y tu mente, ve el plano general.

"El plano general" ¡Cómo si eso ayudara en algo!

#

Recién bañado y con un paliacate azul atado al cuello de un alegre Teddy, nos dirigimos junto con otros peludos a la feria de una localidad cercana.

Ese fin de semana muchos cachorros fueron elegidos, dejando a los adultos relegados. ¿Por qué no querían llevarse al juguetón de Pirata, el atrapa-pelotas profesional Kurcoben, al apacible Demostenes que siempre busca un cariño o incluso al coqueto de Teddy?

-Las personas prefieren a los cachorros porque piensan que pueden "hacerlos a su modo" más fácilmente, en cambio, creen que los adultos vienen con mañas difíciles de controlar. –Se lamenta Gisela al preguntárselo.

No todo es malo, al acercarse la tarde, Kurcoben y Demostenes lograron conquistar el corazón de un par de familias.

El segundo día la afluencia de visitantes no decae, la mayoría son niños curiosos ante la novedad de la cercanía y variedad de razas. Una pequeña de unos nueve años, se muestra emociada con los perros, tanto, que quiere entrar al corral para acariciarlos a todos.

- ¡Mamá mira! ¡Muchos perritos!

-Sí, ya los vi Sandy. ¡Ah! ese pequeño aún tiene sueño, y aquel se ve que es muy travieso.

Madre e hija rodean el corral para ver mejor a todos los cachorros, quizá, como otros antes, se animen por adoptar a uno. De pronto, la niña voltea y encuentra a los adultos. Sus ojos se abren como platos, deja atrás a los pequeños y pone toda su atención en ellos.

- ¡Mamá mira este!, ¡Corre!

-Que coqueto se ve con esa bandana azul.

-¡Sí, parece un osito de peluche!

Ambas pasan horas observando a todos los perros, pero su tención siempre termina en Teddy. Con cierto dolor, relleno el formulario para su adopción, aunque también me siento tranquilo de que haya encontrado tan pronto una familia.

Lo bueno, para mí, es que no se lo llevaron ese mismo día. Como parte del protocolo primero debíamos asegurarnos que las condiciones en las que tendrían al perro fueran adecuadas, o podrían caer en la misma situación de la que fueron rescatados.

Gisela me permite acompañarla en la visita de recnocimiento y entrega. Me quedé muy calmado al comprobar que es una familia donde podrá ser querido y cuidado. En la feria solo habían ido Sandy, la niña, y su madre de nombre Pamela. El papá de la familia llamado Jorge, nos muestra la casa y las aeras donde estaría el perro. Su patio trasero esta cubierto en su mayoría por un pasto verde, solo una pequeña área de cemento donde está una casa para perro de madera.

-Espero le guste la casita, se la hice yo mismo. –Nos dice el señor con una franca sonrisa en el rostro. –Aunque creo pasará la mayor parte del tiempo dentro de la casa, en cuanto mi hijo vea a Teddy estoy seguro que insistirá en que duerma en su cuarto.

-Ya veo, me gustaría darle algunos consejos a su hijo para que pueda tener una buena convivencia. –Comenta Gisela.

-De momento no está en casa, se fue de intercambio a otra ciudad, pero créame, él sabra como apañárselas.

Todo indica que estará en buenas y cariñosas manos, es lo único que necesito saber.

Con gran dolor tengo que decirle adiós a mi nuevo amigo. Antes de salir me agacho hasta su altura, le acaricio detrás de la oreja y le digo. –Eres un hermoso y grandioso perro, sé feliz en tu nuevo hogar. – Como si pudiera entender mis palabras, Teddy mueve la cola como rehilete a la vez que apoya sus patas en mis hombros y me lame cariñosamente el rostro.

Teddy me ha dado una gran lección. No importa cuan mal te haya tratado la vida, siempre valdrá la pena darle una segunda oportunidad.

Y es lo que pienso hacer.





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