CAPÍTULO 48. PARTE 2.
POV.ABRAHAM
Pasamos a la sala. Jul nos indicó donde debíamos mirar el lugar donde debíamos sentarnos. Mirando la lista vi que en nuestra mesa estábamos : mamá, Martina, Eva, ese y yo.
En la mesa Eva había acabado en medio de Isaac y mía. Se notaba que no le hacia mucha gracia tener que estar ahí y que en parte lo estaba por obligación.
- Realmente fue divertido- le dijo- No sabia que jugaba tan bien al pádel, la cita de ayer estuvo bastante bien.
- Me alegro te haberte tenido como compañera- dijo el aro, sí, a partir de ahora se llamaría Señor Aro, por la cosa ese que tenía en la nariz – Sino habría acabado con el pelo de color arcoíris.
- Fue un buen castigo. – rieron – Si hubiéramos perdido, ahora mismo seríamos un personaje más de Avatar, la conozco y sé que lo habría hecho.
Intenté ignorar la conversación que tenían, pero era tan duro tenerla al lado y no poder mirarle a los ojos. Martina y mamá hablaban entre ellas y yo solo asentía.
Jul invitó a Eva a bailar. Se dirigieron a la pista de baile que habían colocado tras quitar algunas mesas. Al ritmo de Fonsi empezaron a bailar. Las dos hermanas parecían divertirse. Jul aún tenía esa pena en el cuerpo, el hecho de decirle a Eva que era su hermana le quitaba el sueño varias noches. Cualquiera que las conociera un poco se daría cuenta de que lo ambas compartían ese forma de reír en situaciones equivocadas y era n capaces de decirte de todo con una sola mirada. Su cara era el reflejo de ese alma tan pura.
El Aro se levantó y se acercó a la pista. Sonaba una canción lenta cuando Martina me dio la mano y me llevó hasta allí. Pasé mis manos por su cintura y ella posó las suyas en mis hombros. El Aro y mi Mariposa estaban en la misma posición que nosotros. Nos movíamos con movimientos lentos, suaves, al son de la música.
Me odiaba tanto por haber dejado ir a la única mujer que he amado, amo y amaré. Soyo yo soy el único responsible de dolor.
La canción terminó y seguidaseguidamente empezó otra del mismo estilo. Jul me guiñó un ojo y dirigió su mirada a Mariposa. Yo negué.Jul se acercó a Mariposa y se puso a bailar con ella. Poco a poco se iba acercando a nuestro lado.
- Martina,¿bailas conmigo?- le preguntó Jul.
- Claro- le sonrió.
- Abraham- me llamó- baila tu con Eva.-sin que me diera tiempo a reaccionar ya estábamos bailando. Mariposa posó sus brazos en mis hombros, un escalofrío recorrió mi cuerpo. La abracé. Ella no me miraba. En cambio, yo no podía dejar de admirarla. Aún recordaba aquel día en el baño en el que observé y estudié cada uno de los lunares de su cuerpo. Eran las estrellas del universo más bello.
- Eva- la llamé. Solo quería mirarla a los ojos. Ella levantó la vista y por fin me miró. Pero ahora no sabía que decirle, no sabía si decirle todo lo que sentía o si callarme y aguantarme por ser el idiota que la había dejado.- Me tienes que dar tu número, es para lo de la comida.- me decanté por lo segundo.
- Claro, Jul lo tiene, de todas formas, es el mismo. Nunca cambié de número…
- ¿ Tú vendrás?- le pregunté.
- No lo sé, no lo creo.
- ¿Y eso?
- Tengo cosas que hacer.
La canción terminó y ella se separó rápidamente. Corriendo se fue a la mesa donde la esperaba el Aro, al momento se pusieron a hablar. Yo me quedé ahí solo rodeado de gente solo