Michael
«y por más que busque no
encuentro como dejar de
encontrar tus ojos.»
Me desperté lentamente y estire mis brazos haciendo sonar los huesitos de mis muñecas, parpadee varias veces para quitar la pesadez de mi cabeza luego de haber dormido más de dos horas con incomodidad.
Mire por la ventana, el cielo nublado, analicé los asientos de la combi y me alegré un poco de estar en soledad, ni siquiera noté cuándo todos se bajaron.
Recordé que hace días estoy por hacer un directo en Instagram y nunca encuentro el momento justo, quiero hablar sobre mi cancion y el videoclip.
La siesta me quitó tiempo pero creo que todavía me queda un rato para realizarlo antes de entrar al aeropuerto.
Ayer concretamos un show increíble en Guatemala y hoy ya viajamos para Buenos Aires.
Tenemos algunos días de descanso antes de terminar con los últimos shows de la gira.
Antes de entrar a Instagram le contesté unos mensajitos a mi mamá y respondí algunas cositas en Twitter.
[...]
Comencé a hablarle a la cámara de mi celular mientras veía que mucha gente ya se iba conectando.
Me acomodé entre los asientos y sonreí al ver los lindos mensajes que comenzaban a pasar, uno tras de otro.
Luego de varios segundos ya éramos más de 2000 personas.
Primero antes que nada les pregunte cómo andaban y que realizaban en ese mismo instante, algo bastante obvio.
•Todo mundo da sorpresas -suspiré- y a mi nunca me salen, así que está vez me toca hacer una sorpresa -afirmé- , así que van a tener que aguantarse un poquito.•
Solté un par de carcajadas ya que veía a muchas personas diciéndome que soy un estafador y cosas super raras que precisamente ya las había leído en Twitter minutos atrás.
La puerta de la combi se abrió y apareció Martín con unas hojas y una lapicera.
—Necesito que firmes unas cositas mike.— me comentó.
—Saluda martinsito.— Le señalé la cámara y el agitó una de sus manos con una sonrisa en el rostro.
—¿Cómo me porto en la gira?— pregunté.
— El mejor, el que más nos hace rabiar pero el mejor.— Soltó divertido.
Me dió las hojas junto con la lapicera y señaló donde debía firmar. Me acomodé entre los asientos y dejé el celular apoyado en un respaldo.
—¿En mi pasaporte?— pregunté extrañado y sin haber entendido.
—No, no, aquí, es la visa.— me volvió a señalar.
— A porque esto es lo de salida..— asentí mientras firmaba.
—¿Falta mucho?— pregunté mientras le devolvía la lapicera junto con los papeles.
— No, presentamos esto y ya bajamos.— respondió.
— Bueno, yo estoy aquí.— solté y al ver que se iba apurado volví a cerrar la puerta.
Me acosté otra vez sobre los asientos y tomé mi celular retomando lo que estaba haciendo, claramente luego de esto voy a tener un dolor de espalda tremendo.
•¿Quieren que les diga algo peor? Algo que las va a poner peor... -solté una carcajada gigante.- esto me va a encantar.-festejé-.•
•Tengo la versión final de mi primera cancion como solista, de nuestra primera canción, tengo el nombre, tengo la idea de el videoclip, tengo el elenco de el videoclip, bueno.. en eso me falta ajustar algunas cositas pero ustedes ya se imaginarán quien es.•
Me quedé colgado leyendo las respuestas, amo demasiado a todas estas personas.
•Los quiero muchísimo a todos okey, tengan un día padrísimo y en cuanto pueda les iré contando más cositas sobre todo esto, los quiero Bye.•
Me despedí y corté el vivo.
La puerta de la combi se abrió con esfuerzo y la carita de la rubia se asomó.
— ¿Te pensás bajar? Porque te informo que ya está por salir el avión.— me retó como si fuera mi madre.
— Si sargento, ya voy.— reí mientras intentaba salir por la angosta puerta de la camioneta en la cual siempre me golpeo la cabeza.
— ¿Solo ustedes se vuelven a buenos aires? — preguntó Martín mientras me daba la mochila.
— y rugge, si, creo que solo rugge, los demás todos van a Perú martinsito.—
— Dale, su avión sale en más o menos una hora así que les recomiendo que vayan yendo, busquen a rugg, ah y ustedes vuelven con Matías okey, buen viaje chicos. — Nos saludó y se fue rápido.
[...]
Nos instalamos en nuestros respectivos asientos a la espera de un viaje bastante largo.
Obviamente que en su compañía se me van a pasar las horas volando como habitualmente.
— pede.. ¿Pensaste en lo que te propuse ayer después de el show?—
Volteó a verme como si no hubiera entendido. Sonreí nervioso.
— Si. — asintió.
— Pero no puedo.— negó con su rostro.
No sé qué se me pasó por la mente en ese instante, apostaba porque su respuesta fuera positiva.
— ¿Neta?— la miré anonadado.
— No puedo decirte que «no»— Estalló en risas burlándose de la expresión de tristeza que probablemente tengo ahorita en mi cara y también ganas de asesinarla..(a besos).—
— Te odio pede. — Sonreí.
— No sabes el peso de encima que me quitas, neta, no iba a poder reemplazarte.. osea en pocas palabras me ibas a arruinar la carrera si no eras parte.— le sonreí.
— No exageres Mike, sabes que sos muy talentoso con o sin mi.— Afirmó y me dio un besito tierno en la mejilla que me hizo quedar embobado como niño pequeño cuando le dan un dulce.
[...]
Dormimos, ella con sus manos aferrándose a mi cuello y su carita apoyada en mi hombro, horas sintiendo su respiración pegando contra mi piel, transmitiendome tranquilidad de tenerla a mi lado.
Tapados con una manta, el aire acondicionado siempre está tan frío y me hace odiar los malditos aviones.
Abrí mis ojos despacio y observé el recorrido, en media hora pisariamos suelo argentino nuevamente. La neta es que extraño con ganas mi apartamento, mi camita, mi espacio.
Obviamente querría estar llegando a mi país, igual en un abrir y cerrar de ojos termina la gira y ya estoy de vuelta.
[...]
En un suspiro aterrizamos en Buenos Aires. Bajamos de el avión e hicimos los trámites correspondientes para la entrada al país. Perdimos de vista a rugge así que nos detuvimos a esperarlo. Me aleje de dónde se había sentado valen para ir a comprar un agua, tenía la garganta completamente seca.
Cuando regresé me encontré a la rubia fundida en un abrazo con el morocho menos pensado..
Se me escribió en la mente aquel mensaje que el le había enviado días atrás y que yo encontré en su celular, motivo de aquella discusión.
—Quitale las manos de encima..—
No sé porque reaccione así.. las palabras me salieron solas, quizá los celos, quizá la rabia.
— A mi novia.—
Solté sintiendo el hervor en la sangre.
No sé porque dije lo que dije, claramente nunca llegamos a confirmar que estamos juntos pero otra vez lo digo.. las palabras me salieron solas, me salen solas cuando me pongo en este estado y más cuando se trata de ella.
El morocho deshizo el abrazo con Valentina y se dió vuelta a mirarme, hicimos contacto visual, nos insultamos en silencio.
—¿Novia?—
Soltó en tono divertido.
Se me reía en la cara.
[Continuará]