Cuarenta y ocho

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Valentina

A veces el sonido de el despertador me provoca ganas de lanzarlo por la ventana de cada hotel al que voy..

¿Saben porque no lo hago?

Por el solo hecho de que evita que no siga durmiendo mil horas más, porque si fuera por mí ni siquiera me levantaría de la cama a ninguna hora de el día.

El estado de ánimo me tiene con bastante flojera últimamente.

Todavía estamos en México y hoy tenemos el segundo Auditorio Nacional, habíamos tenido un día libre entre el primer show y el de hoy.

Había podido descansar un poquito, la verdad no me alcanzó para mucho, la gripe que traigo encima me tiene por el suelo y es literalmente, a cada lugar que voy trato de echarme en cualquier lado, pareszco una anciana que no se puede mantener mucho rato en pie.

La relación con Mike no va bien, nada bien, bueno en realidad no es que vaya bien o no, la verdad es que no tiene absolutamente ningún rumbo.

No hablamos desde el día de la discusión por el <mensajito de Marcos> que lo hizo salirse de sus casillas y soltarme todos sus celos guardados.

¿Como solucionamos las cosas nosotros?

Siempre igual, sin hablarnos, evitandonos, parecemos adolescentes descubriendo su primer amor y peleando por cualquier estupidez que se nos cruza.

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Levanté la cabeza de mi almohada y apoyé mis codos en el colchón, me quedé así por varios minutos sin poder parar de bostezar, es un hábito ya en mi, demoro más en bostezar que en levantarme.

Agarre mi celular y deslicé la pantalla, ya eran las nueve, tardísimo, aún así me quedé media colgada revisando mis redes sociales hasta que me aburrí.

Melissa ya no estaba en la habitación, tampoco Gio, supuse que ya habían bajado a desayunar, aun así me pareció raro porque ayer nos dormimos tarde ya que se nos había  pasado la hora conversando y tomando alguna que otra copita.

Parece que la única que tiene el sueño pesado soy yo.

Resignada logré poner mis pies sobre el suelo y caminar hasta el baño.

Me di una ducha rápida y me vestí con ropa bastante sencilla ya que por ahora solo bajaría a desayunar con ánimos de volver a subir a acostarme.

El ascensor llegó a el primer piso al cabo de unos segundos, las puertas se abrieron adelante mío y salí, cada paso que daba era un poquito de tormento más para mí cuerpo, hasta creo tener fiebre.

Entré a el comedor, había una mesa en la que algunos de mis compañeros desayunaban, lamentablemente incluido el, que parecía estar de muy buen humor ya que no paraba de reír junto a Ruggero.

Cuál de los dos más irritable.

Sin más opción caminé hasta la mesa, capte la atención de meli que sonrió al instante de verme, me señaló el lugar libre a su lado y fui hasta ahí directo.

— hasta que apareciste rubia.— me  saludó con un beso en la mejilla y yo correspondi gratamente.

La analicé bastante y algo de la ropa que traía puesta se me hacía conocida.

Era obvio que sí.

— esa es mi campera.— achique los ojos y ella me miró de la misma forma que yo, pero negó conteniendose la risa.

— sos una chorra.— afirmé palmeando la mesa con mis dos manos.

— Señorita Zenere usted no dice buen día.— escuche la voz de el italiano.

Mire hacia en frente pero claramente no me encontré con el <italiano>, la mirada se me desvío totalmente hacia el, no logré hacer casi contacto con sus ojos porque la corrí instantáneamente.

La tensión entre los dos se notó de acá a la china más o menos.

— Buenos días Ruggero.— solté lo más seca que pude aunque él no tiene nada que ver con los problemitas de el <otro y míos.>

Me voy a servir algo de desayuno, muero de hambre.— hice la silla hacia atrás y me paré otra vez.

— ¿gordi me traes otro café?— escuche la voz de la rubia dirigiéndose justamente a mi.

— Punto número uno <sácate mi campera.> Y punto número dos <move esos pies y ese cuerpito lindo que tenés.> — Le dije entre risas y ella bufó un par de veces seguidas.

Caminé hasta las tazas y llené una con té y otra con café, para que vean yo si soy buena amiga y cumplo mis favores.

Di un par de pasos hacia la comida no sin antes dejar las tazas en la mesa, quise retroceder cuando llegué a ese sector, ahí estaba parado como pensando en que iba a devorar ahora.

Intenté, juro que intente hacer como que no estaba allí, pero es imposible, imposible para el y para mí mil veces peor.

— Hola...— soltó con voz ronca pero aún mirando los platos sobre aquella mesa y rascándose la barbilla.

— Buen día Mike. — dije con un tono de voz casi ni notorio aunque probablemente el haya escuchado.

Comencé a servir algunas cosas sobre mi plato, el aún parecía no decidirse, solo miraba con detención mis movimientos y eso la verdad me ponía aún más incómoda.

— Pede hiciste una mezcla rara de cosas... ¿mucha comida no te parece?— miró mi plato, el que hace un micro de segundos estaba vacío y ahora se desbordaba, debo tomar como falsa excusa que eran los nervios de su presencia al lado mío.

— Te había dicho que cuando se trata de comida no te metas...¿No? — aplané los labios, <no quiero reírme> reiteraba mil veces mi conciencia.

Aunque ya sé que estando cerca de el eso es imposible, aunque hayan mil peleas entre nosotros su humor no cambia, y lo que genera su humor en mi tampoco.

— Neta que si... Solo comentaba, ¿Quieres que te ayude a llevarlo? — preguntó sonriente mientras intentaba agarrarlo, obviamente yo puse mi cuerpo de espaldas antes de que logrará aunque sea tocarlo.

— Ni te le acerques, es mio.— lo rete con la mirada por encima de mis hombros y lo sentí demasiado cerca, su respiración chocaba contra mi cuello.

¿En qué momento pudo acercarse tanto a mí?

— ¿Y tú?— preguntó apoyándose en mi hombro, sentí sus manos frías en mi piel, acarició mi abdomen por debajo de mi remera.

Extrañaba su contacto.

— ¿Yo que?— le pregunté y me di vuelta para mirarlo, realmente no había entendido a que se refería.

Mordió su labio inferior con una sonrisa contagiosa.

— ¿Tu sigues siendo mía? — preguntó en voz bajita y se acercó demasiado a mi boca, es increíble la capacidad que tiene para dar vuelta las cosas.

<no sabia cómo eliminar esa tentación pero de alguna forma u otra debía hacerlo, no me podía mostrar tan frágil frente a sus caricias y acercamientos repentinos....¿Tanto poder puede llegar a tener este hombre sobre mi?>

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Holaaaaaa!
Acá les dejo nuevo capítulo...
Espero les guste...
Gracias, gracias, gracias por leer!










Deseo Prohibido (Michaentina 💜)Where stories live. Discover now