Nota de la autora: hola! solo quiero aclarar que este es un universo paralelo al MCU, lo que quiere decir que algunas cosas que pasaron en las películas no han pasado aquí y no necesariamente va a pasar todo de igual forma (no necesariamente va a existir Thanos) y pueden coexistir muchos personajes que ya murieron o que nunca se han conocido.
|En una galaxia lejana|
No voy a mentir, el hombre era algo extraño pero de esos extraños buenos... de ese tipo de excentricidad que hace a las personas más interesantes, más misteriosas. De momentos sentía que era una persona normal con la que podía hablar tranquilamente pero en instantes me daba la impresión de que ocultaba algo que jamás iba a poder descifrar y eso era lo que me intrigaba más.
-Éste de Hemingway va a gustarte-. Me aseguró pasándome uno de los libros mientras que luego seguíamos caminando por la feria. Había una especie de conferencia en un lado en un pequeño escenario y música en vivo a unos cuantos metros, acompañados de la comida distribuida en puestos esparcidos a lo largo de la feria.
Por un momento mientras caminábamos observé a Loki mirar alrededor un tanto desconcertado, como si buscara a algo o alguien, o como si se ocultara de algo más.
-¿Todo bien?-. Le pregunté trayéndolo de vuelta a la realidad presente.
-Si, si todo está bien-. Aseguró recobrando la compostura -¿Quieres ir por algo de tomar?-. Preguntó entonces y los dos fuimos por algo de té y café, yo no pude evitar mirar alrededor antes de hacerlo, para ver si algo andaba mal pero todo parecía estar en total calma.
-¿Desde hace cuanto estás en Nueva York?-. Le pregunté mientras nos sentamos cada uno con su respectiva bebida, las cual él había insistido en pagar como un caballero, aunque le dije unas mil veces que yo podía hacerlo.
-Unos cuantos meses, ya casi un año-. Me aseguró él -¿Qué haces, aparte de trabajar en la cafetería?-. Me preguntó algo curioso, queriendo saber más de mí también.
-Estudio arte en la universidad-. Le asegure y él me miró con media sonrisa algo intrigado.
-Interesante-. Aseguró, a veces su mirada me hacía sentir que estaba intentando adivinar lo que pensaba o algo más de mí.
-¿Qué haces tú?-. Le pregunté ahora yo curiosa por saber a qué se dedicaba, se me estaba haciendo difícil posicionar al hombre en un trabajo ordinario.
-Me dedico a varias cosas, nada en específico...-. Comenzó a decir y yo lo mire con una ceja alzada.
-Eso no es una respuesta-. Le asegure cruzándome de brazos, no satisfecha con su respuesta, él me miró y suspiró.
-¿Te crees muy lista no?-. Preguntó con una ceja alzada.
-Si-. Le respondí riendo un poco.
-Bien, digamos que relaciones internacionales-. Aseguró entonces poniéndole un título concreto al asunto, lo que me dejó pensando ¿Sería una especie de diplomático de alguna embajada o consulado? Eso explicaría la ropa elegante y parte de misticismo que lo rodeaba.
-¿Tienes familia aquí en Nueva York?-. Le pregunté a él que negó con la cabeza enseguida, no era demasiado conversador y me estaba costando sacarle algo de información -¿Familia en alguna otra parte?-. Insistí.
-Haces muchas preguntas-. Aseguró mientras terminamos el café y nos paramos para seguir caminando por el parque.
-Tú no das muchas respuestas-. Le dije encogiéndome de hombros.
-¿Para qué quieres saber?-. Inquirió Loki, mirándome de reojos, cómo si me analizara, también estaba intentando desviar mi atención para que no siguiera preguntando.
-Para saber al menos que no eres un asesino serial-. Le dije entonces con una mueca y él sonrió.
-¿Te parezco un asesino serial?-. Preguntó sonando casi ofendido en broma, colocando una mano en su pecho de manera exagerada.
-Si-. Le asegure -Los asesinos seriales muchas veces son elegantes, se mezclan entre las personas y no responden a mis preguntas-. Insistí acercándome a una pila de libros de Jane Austen, ojeando sin prestar demasiada atención.
Tenía toda la pinta de asesino, era misterioso, no quería decirme nada, tenía un trabajo secreto y no voy a negarlo, era bastante atractivo, ya tenía una especie de parecido con Ted Bundy en mi cerebro.
-Te parezco elegante-. Dijo entonces tomando solo eso de todo lo demás que había dicho, sonando en parte sorprendido en parte halagado por el comentario -Mi hermano dice que me visto como una bruja-. Dijo despreocupadamente mirando los libros junto a mí, respondiendo sutilmente a mi pregunta, así que al menos sabía que tenía un hermano.
-Tú hermano está demente-. Le respondí riendo, con mi mirada puesta en un libro en particular, sintiendo como él me miraba de reojos, de manera disimulada.
-Banks, si en serio fuera un asesino ya te habría asesinado-. Sentenció al fin suspirando y continuando el camino mientras que yo lo seguía.
-¿Cómo sabes que yo no soy la asesina?-. Le pregunté sonriendo y mirando los enormes árboles alrededor comenzando a florecer.
-Porque no podrías matar ni a una mosca-. Aseguró él como si me conociera demasiado.
-¿Por qué no? Podría matarte a tí-. Le dije sintiéndome casi ofendida por la seguridad con la que dijo eso, aunque estaba en lo cierto no creo que pudiera matar a alguien.
-Quiero verte intentarlo, cariño-. Dijo riendo un poco cosa que no hacía muy seguido.
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El mensaje de buenos días de _____________ en definitivamente le puso una sonrisa en el rostro, no se había dado cuenta al momento pero era algo que necesitaba en ese instante, le estaba haciendo falta tenerla cerca, sobretodo en este día en el todo parecía estar de cabezas, cosa no era demasiado extraña los últimos años.
Todo había comenzado temprano en la mañana, cuando regresaba de hacer algo de ejercicio, una llamada lo detuvo en el medio del pasillo. No odiaba al hombre, apenas si había hablado con el hombre y le agradaba, de todas las personas que lo rodeaban parecía ser uno de los que tenía cerebro, pero no era de esos que llaman para saludar de vez en cuando por eso le preocupó ver su nombre en la pantalla del aparato que tenía en las manos.
-Strange-. Dijo sonando algo preocupado.
-Stark-. Lo saludó el otro -Pasa algo-. Le informó.
-Eso imagino-. Le dijo Tony suponiendo que no lo estaba llamando para decirle buenos días.
-Percibo un extraño campo de energía desde hace unos días en Nueva York, parece estar moviéndose no está estático-. Le informó mientras Tony pensaba qué rayos podía ser.
-Tenemos vibranio...-. Iba a comenzar a decirle en caso de que fuera eso de lo que estuviera hablando, al fin y al cabo lo habían traído hacía unos meses pero habían comenzado a usarlo apenas hacía unas semanas y podía ser esto lo que el Dr. Strange sentía pero éste no dudó en descartarlo de inmediato.
-No es vibranio-. Le informó enseguida -Es algo más poderoso, se mueve continuamente alrededor de la ciudad-. Insistió.
-¿Algo como el teseracto de nuevo...?-. Preguntó Stark sin siquiera querer pensar al respecto.
-No, esta vez parece diferente, parece sutil... creo que son armas Stark-. Le advirtió Stephen.
-Le diré a Banner que comience a hacer un análisis-. Dijo Tony de inmediato redirigiendo su camino, había pensado en ir a su departamento pero ahora estaba tomando el pasillo subterráneo del completo dónde tenían el tipo de tecnología que no podían tener a la luz del mundo.
-Stark...-. Insistió Strange antes de finalizar la llamada -Si no encuentran nada para mañana, voy a ir a Nueva York-. Aseguró él y después de esto finalizó la llamada. Había mejorado al menos sus modales y el respeto de privacidad de los demás, porque la última vez que percibió algo se había aparecido de la nada en el medio de la escena cuando nadie lo conocía, ahora al menos había tenido la decencia de avisar que iría. Tony apresuró el paso para llegar a donde estaba Banner y así comenzar a trabajar en el asunto.
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-No estuviste aquí...-. Le dije cuando ya nos habíamos ido de la feria, ahora caminábamos por la ciudad, cada uno con una bolsa de libros en la mano, pasábamos por las enormes torres y edificios del centro mientras que yo miraba arriba -Fue aterrador...-. Agregué recordando los eventos que habían tomado lugar aquí hacía bastantes años ya.
-Puedo imaginarlo-. Aseguró él, pero no, no podía imaginar el miedo de que básicamente extraterrestres aparecieran del medio de la nada intentando matarnos a todos.
-¿Sabes lo peor de todo? que el gobierno lo sabía y no dijeron nada... sabía de la existencia de personas... que podían hacer cosas diferentes y no dijeron nada-. Agregué pensando en Tony y en todos los demás, habían permanecido ocultos en las sombras y si no hubiera sido por los eventos de Nueva York, no creo que ninguno de nosotros hubiera sabido de ellos -Quién sabe qué más nos oculta el gobierno-. Terminé de decir suspirando y recordando un par de videos de teorías de conspiración sobre el área 51 que había visto la noche anterior.
-¿Te asusta?-. Preguntó Loki -Que haya... ¿cómo lo llamaste? extraterrestres-. Preguntó como si llamarlo de esa manera fuera algo fuera de lo común y yo me encogí de hombros.
-Te parecerá una locura pero no...-. Admití mirando hacia arriba como si pudiera ver la galaxia entera con solo mirar al cielo -Es decir, tuvimos mala suerte de que el primero que viniera a la tierra hubiera querido asesinar a todo el mundo...-. Comencé a decirme pero él me interrumpió.
-Gobernar, no asesinar-. Me corrigió como si supiera mucho del tema pero no le presté demasiada atención.
-Es lo mismo... pero no creo que todos sean así, además hay como mil planetas allá afuera, sería interesante conocerlos, a las personas...o cosas que habitan en ellos, qué hacen, cómo hablan, cómo lucen, la tecnología que deben tener-. Le comenté -No sé, me parecería interesante conocer más de ellos-. Terminé de decir suspirando y Loki me miró con una leve sonrisa.
-Me agradas __________-. Aseguró.