COFFEES AND BOOKS 桜狩り; kookmin

By ohsweetbrokendoll

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Hay sólo dos cosas que a Jungkook le encantan. Los libros y los hombres. Jungkook está enamorado de los libr... More

u n u m
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q u i n d e c i m
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a c h t z e h n
d i c i a n n o v e
v i n g t
vingt et un
vingt-deux
vingt-trois
vingt-quatre
vingt-cinq
vingt-six
vingt sept (FINAL 1/2)
vingt-huit (FINAL 2/2)
cap extra + agradecimientos 💗
Después de los cafés y libros ☕📚
(MINI EXTRA) coffees and waves ☁🌊

d e u x

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By ohsweetbrokendoll

En su primer año en la preparatoria solamente se encontraba en la oficina de la directora para tener una agradable plática con ella o ayudarle con algunas cosas ¿La razón? la señora estaba en una relación con su madre y ¿Ahora qué? habían finalizado su relación por una infidelidad por parte de la mamá de Jimin, y desde ese entonces la directora descargaba todo su rencor con el pobre de Jimin.

Si somos sinceros, Jimin si ha cambiado bastante y quizás se mete en uno que otro problema, pero no es para tanto. La directora siempre usa castigos exagerados con él y Jimin se esta empezando cansar de eso. Bendito sea el día que mi madre tuvo la genial idea de liarse con esta tía y luego empezar una relación, pensó sarcásticamente.

Esta vez él no se encontraba haciendo de las suyas cuando fue llamado a la dirección, y estaba tan cabreado que en cuanto apareciera la directora iba a estallar en gritos.

—Jimin. Veo que ya estás aquí. — La señora rubia nació en Rusia y está podrida en dinero, Jimin sospechaba que su familia estaba involucrada con la mafia. Ah pero si eso es lo único que mi madre vio de bueno en ti, pirada. Jimin sólo la insulta mentalmente mientras la observa frunciendo el ceño.

—¿Y tú de que vas, eh? ¡Joder! Estaba por irme a mi segunda clase cuando me dicen que me necesitas aquí. Yo no tengo culpa de que mi madre te haya mandado a la mierda. — Jimin se pone de pie.

—Jimin, por favor voy a tener que pedirte que te calmes.

—¡Que te den! ¡Yo me he estado comportando! ¡Me iré a otro instituto si no paras esta mierda de una buena vez!

Tanya suspiró.

—¿Puedes oírme? Esta vez no te he llamado porque estás en problemas. — Pide pacíficamente mientras toma asiento detrás de su escritorio.

—Te doy unos minutos, y que sea rápido que no pienso sentarme en tus sucios muebles. — no suele ser tan hijo de puta pero esta señora ama tocarle los cojones.

—Iré directo al grano, pero necesito que por favor tomes un respiro por que con esa actitud que tienes no vamos a poder razonar. — Jimin simplemente está esperando lo peor.—Tienes las peores notas de toda la escuela, Jimin. — suelta totalmente seria.

Jimin ríe amargamente.

—¿Estás de coña? ¿Me llamas aquí para eso? Ya lo sé, he estado bajando mis notas. Pero que no pasa nada, me quedan unos cuantos meses para subirlas.

—Jimin. No lo estoy diciendo por molestar, lo estoy diciendo porque estoy preocupada por ti. — Dice la mujer en un tono cansado.

—Estudiantes con malas notas hay muchos ¡Pero claro! Sólo me llamas la atención a mí porque soy desgraciadamente el hijo de tu ex.

—¡Joder! ¡Que no! ¡Que estoy hablando literalmente, no estoy mintiendo! ¡Tienes las peores notas de la escuela! — Empieza a gritar ya cansada de la actitud borde de Jimin.—¿Ahora si me escuchas? Que estás en peligro de no graduarte te estoy diciendo ¡Que eres el peor estudiante de todos!

—Me tienes que estar jodiendo...

—Estoy hablando muy enserio, Jimin. Necesitamos encontrarle una solución a tu pequeño problema, y tienes que dejar las ausencias. — Tanya empezó a sacar unos papeles.

—¿Ausencias? Yo no tengo ausencias. — Se queja Jimin.

—Has faltado a setenta y siete periodos, por supuesto que tienes ausencias. — La rubia fruncio el ceño.

—Bueno, es que me enfermo demasiado en esta époc-

—Shhh. — Lo corta ya cansada. —Estaba pensando en que podría hacer contigo y bueno, no tenía demasiadas opciones... — Jimin jura haber visto una sonrisa burlona en los resecos labios de Tanya. —He estado pensando en tutorías.

—¿Tutorías? — Jimin abrió sus ojos de manera exagerada.

—Sí. Creo que unas clases particulares te vendrían muy bien, alguien que te ayude a subir esas notas que están en la mierda. Alguien que te motive.

—No me jodas... — susurró Jimin. —No pienso tomar tutorías de nadie, Tanya. Lo siento.

—Joder niño. Las necesitas si quieres graduarte. — rodó los ojos Tanya. Jimin la observa enojado, frunciendo su ceño.

— De verdad que no me importa, yo mejor me voy de aquí. — gruñó.

—Park Jimin, es una puta orden. Conmigo no te vas a graduar si sales por esa puerta. — Está por ponerse de pie cuando escucha eso, Tanya tiene su mandíbula apretada y se ve que habla muy enserio.

—Y bien, dime a quién elegiste para la tarea. — Jimin tiene los dientes apretados, no tiene idea de porque recibir tutorías le molesta tanto —. Si es alguien que no me agrada no lo haré.

—Iba a elegir a Jeon Jungkook, pero él no tendría la paciencia suficiente para lidiar contigo, no funcionarían juntos y al final tus notas no mejorarían.

—¿Y quién mierda es Jeon jung- no sé?

—El mejor estudiante que tenemos, deberías ser más como él. —Eso estaba de más, pero Jimin simplemente no le tomó importancia. —Entonces he elegido al presidente del consejo estudiantil, Kim TaeHyung.

—Hablame de ese TaeHyung, porfavor. — Pidió cruzando sus pies por encima del escritorio de Tanya. Ella entrecerró sus ojos hacia Jimin pero lo ignoró.

—Es muy inteligente y sus notas son impecables. No tiene ni una sola ausencia y posee una personalidad increíble, es ingenioso y muy hablador. Es divertido y agradable, creo que ustedes se van a llevar bien.

—Espero que no sea malo, si voy a tener que pasar tiempo con él de manera obligada espero que sea agradable al menos. — Jimin suspiró.

—Jimin. Él es el que está obligado a estar contigo. — recordó Tanya.

—Por dios, cuando me conozca querrá estar conmigo siempre. — Jimin le saca la lengua y Tanya ríe un poco.

Se miran a los ojos.

Muy en el fondo Tanya quiere al insoportable de Jimin y extraña a la señora Park. Pero es demasiado orgullosa para admitirlo.

(•••)

—Otra así y te dejo reprobar. — Tanya le halaba del cuello de su camiseta devuelta a la biblioteca.

—Pensé que las tutorías serían desde la comodidad de mi casa, no me pienso quedar aquí. — Jimin hizo un puchero.

—Te estoy tratando de ayudar y todo. No estás en posición de exigir cuando la infeliz de tu madre me rompió el corazón.

—¡Eso no es mi culpa!

—Alguien tiene que pagar por todo el dinero que gasté en regalos para ella. — Resopla Tanya.

—Te dije que no te tomaras tantas molestias y tú no me hiciste caso ¡No es mi culpa! — Chilla Jimin.

—Shhh. Hay que hacer silencio en la biblioteca.

—No me vengas con eso. — Jimin frunce el ceño.

—No querrás que ellos te callen la boca, te vas a molestar y terminarás atacando a alguien porque eres un cabezota.

—Claro que no.

—Que sí, niño.

—Bueno, sí.

La rusa empujó a Jimin cuando estuvieron en el lugar, haciéndole chocar contra una mesa de madera. Jimin observó el lugar. Más allá de los estantes llenos de libros y las grandes mesas para hacer trabajos grupales, habían varias pequeñas mesas de madera únicamente para dos personas a lo largo del lugar con vista al patio, todo estaba alumbrado por lámparas colgantes.

Jimin observó el patio. El césped estaba bien cuidado, poseyendo un verde oscuro y profundo. Habían personas por todos lados, flores, bancas, árboles. Pero Jimin dirigió sus ojos al cielo, maravillándose con su majestuosa belleza.

—Este lugar es agradable. — Sonríe para Tanya, hoy ella está particularmente soportable.

—También me gusta. Me paso seguido por aquí a tomar café.

—¿También hay café? — pregunta Jimin sorprendido.

—En mi institución lo hay todo. — Responde Tanya con aires de grandeza.

—Menos una directora agradable. — Jimin le mira burlón.

—A tu madre le parecía bastante agradable.

—Pues parece que ya no más, se ha ido con otra conquista. — Jimin le guiñó un ojo divertido y Tanya bufo.

—Ese viejo brujo no es mejor que yo. — Fruncio el ceño.

—Claro que no. Volverá a ti cuando deje al viejo brujo sin dinero, tranquila.

—¿Y después irá a por el mio? No gracias, puede quedarse con el viejo brujo.

Ambos ríen.

—¿Cuanto tardará la tutoría? — Jimin saca dos golosinas del bolsillo de su abrigo y le da una a Tanya.

—Tres horas.

—No pienso estar aquí tres horas, tenía planes. — Jimin peina sus cabellos hacia atrás en una mala costumbre que él tiene.

—Creo que considerando lo horrible que tus notas están, deberían ser más horas. — Se burla Tanya.

—He estado teniendo problemas para concentrarme en los estudios y b-bueno, no era mi intención que terminara así.

—Lo sé, Jimin. Pero sé que vas a mejorar.

—No tengo mucha fe en mí mismo. —admite Jimin.

—Yo sí. Y TaeHyung será un tutor ejemplar.

—Ojalá sea así. — murmuró Jimin.

—Bueno Park, tengo un montón de cosas que hacer. — Le palmeó la espalda en señal de apoyo.

—¿Masturbarte con una foto de mi mamá? — Jimin sonríe burlón.

—Sí, pero no le digas a nadie. — Ríe Tanya y Jimin se le une.

—Adiós rubia.

—Adiós rubio. Suerte. — Le hala los cabellos divertida pero sin lastimarlo. —Saludos a tu madre.

Jimin le guiña un ojo y así Tanya le da una última mirada simpática para irse.

Ahí Jimin cae en cuenta de que no sabe en donde está el tal TaeHyung, sus ojos color miel se pasean por el lugar. No está vacío pero no hay muchas personas, a lo lejos una chica de cabellos rosados está sumergida en su libro y lleva audífonos puestos. Jimin se siente incómodo y fuera de lugar, nadie lo estaba observando pero igual se sentía tímido. Nunca había ido a la biblioteca escolar, ni a ninguna. Jamás le tomó importancia a estas y ahora tenía que pasar sus tardes ahí, era inesperado pero no le molestaba en realidad.

Sin atreverse a tomar asiento espera plantado en su lugar. Pasan unos minutos pero él ya está cansado de esperar, no es conocido por ser paciente. Su paciencia es tan nula que ya está cabreado.

Se voltea bruscamente por el enojo, dispuesto a buscar la salida. Después de aquella brusca acción siente su frente chocar contra un fuerte pecho y siente un líquido caliente y pegajoso deslizarse por su cuello.

—¡Joder no! — Se queja Jimin retrocediendo enseguida. Entonces sus ojos se encuentran.

Jimin jamás se había sentido tan intimidado. Tan expuesto. Vulnerable. Pequeño. Sentirse así a él no le gustaba, no era conocido por dejarse intimidar por nadie.

—¡Lo siento! — se apresura en decir.

—Ve por donde vas, niño. — Se queja el más alto.

Su ceño está fruncido. Sus labios son algo delgados pero son carnosos y atractivos, el inferior es un poco más grueso que el otro. Su cabello es negro azabache y está bien peinado. Es todo el sueño de cualquier chica, y Jimin envidia lo musculoso que es. Aún llevando una camisa de vestir puede observar lo trabajado que está, Jimin es demasiado pequeño a su lado. Lucha contra las ganas que tiene de pucherear cuando observa al chico cruzarse de brazos.

El rostro del azabache se suaviza al ver con quien acaba de chocar.

Jimin está echando humos, el café en su cuello quemaba y la verdad es que no era toda su culpa.

—Está caliente ¡Maldición! — Jimin lleva una mano a su blanquecino cuello, ahora cubierto por café.

Escucha al desconocido bufar, y después sus ojos se abren como platos cuando aquel azabache extiende una servilleta hacia él. Jimin la toma enseguida, buscando aliviar el ardor en su cuello.

El pelinegro observa al pequeño rubio quitar con la servilleta el líquido caliente. Su cuello enrojeció un poco, ese café sí que estaba hirviendo.

—Para evitar accidentes como estos deberías prestar más atención a tu alrededor. — Suelta el más alto. Los ojos de Jimin viajan hacia la camisa del tipo, un poco manchada de café.

—No es para tanto, pudo haberle pasado a cualquiera. — Ríe Jimin. El azabache tiene una mueca y aunque ya no está frunciendo el ceño por alguna razón sigue luciendo enojado. —No pasa nada, tranquilo. Si quieres te invito otro café. — sonríe apenado.

El azabache negó.

—¿Otra camisa...? Tengo unos cambios en mi casillero, no querrás andar así en el camino a casa...

—No hubiese pasado si no fuese por ti.

—Eh, es que sí que tengo un poco de mala suerte... — Se encogió de hombros Jimin. —Me pasan cosas así siempre, de verdad. Es algo muy loco. — Suelta una pequeño risa.

—Ajá. — Es todo lo que responde el azabache, lo está mirando fijamente y Jimin mentiría si dijera que no se siente intimidado, pero de todos modos le sostiene la mirada.

Jimin lo mira esperando a que se mueva para poder irse pero él sigue atravesado. Cuando Jimin trata de pedirle con la mirada que le de un permiso el desconocido arquea una ceja.

—Espera. Tú eres Jimin. — Lo señala y Jimin mira su largo dedo como si estuviera infectado o algo.

—¿Cómo lo sabes?

—TaeHyung me habló de ti. Dijo lo suficiente como para que yo esté totalmente seguro de que eres Park Jimin.

—Pero yo no conozco a TaeHyung. — Jimin hace una mueca.

—Digamos que él te ha visto por ahí. — Se encogió de hombros el azabache.

—Bueno, entonces veo que eres su amigo. Dile que ya que es un impuntual le diré a Tanya que busque a otra persona para su trabajo.

—TaeHyung ya le dijo a Tanya que no puede venir hoy. Ella te buscó un reemplazo para hoy. — El chico aún tenía el ceño fruncido.

—¿Y quién es el reemplazo? — Jimin empezó a buscar con sus ojos a quién podría ser.

—Soy yo.

Por alguna razón, el corazón de Jimin dejo de latir un instante cuando escuchó eso.

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