Matt no cree que las cosas van a ser sencillas después de que María muere, en lo más mínimo. Está seguro de que las cosas tomarán giros que harán todo más complicado. Sin embargo, no espera que todo llegue a un punto donde es agotador.
Frank está triste, también está abatido porque debe de cuidar de sus hijos solo, algo que nunca había experimentado. Matt sabe que puede ayudarlo en todo lo que él y los niños deseen, pero no puede hacer mucho, él sigue sin ser su padre y él mismo sigue siendo muy joven para tener aquella carga sobre los hombros. Incluso cuando trata de ayudar, su ayuda no suele ser suficiente.
Y Matt trata de no sentirse mal por eso, porque lo está intentando, porque al menos la poca ayuda que puede brindar es algo. Pero hay veces en las que desearía poder ser más.
Frank y él se separan. Y Matt quiere creer que es algo temporal, que Frank necesita adaptarse a su vida como padre soltero, que necesita un tiempo para entender como su vida funcionará de ahora en adelante. Y él mismo debe seguir en lo suyo, en su último semestre, en sus ganas inagotables de ser alguien en la vida. Matt cree que porque se aman, de alguna manera, se reunirán de vuelta.
Pero pasa un mes, y a pesar de que hay llamadas entre ellos varias veces a la semana, a pesar de que a veces Matt puede cenar con él y los niños y a pesar de que ambos tratan y tratan de volverse a juntar... Eso no pasa.
Están en la misma situación que antes de la muerte de María. Frank sigue tratando (porque Matt sabe que es así) de que ambos puedan verse lo más posible, y Matt lo sigue extrañando cada día. Pero ahora, es peor, es mucho peor. Frank está construyendo una nueva vida, Matt también lo hace, y a pesar de todos sus intentos, ninguno de ellos logra encajar en la vida del otro.
Matt quiere mantener las esperanzas en lo más alto, hace todo lo que hace por Frank. Pero no puedes ocultar el sol con un dedo por más tiempo.
***
—Hey, tú.
Matt sonríe, porque no puede evitarlo, porque siempre lo hace cuando escucha su voz. Frank se oye cansado del otro lado de la línea, y Matt simplemente suspira contra el micrófono del celular, echándose con cuidado sobre el colchón.
Hay libros tirados alrededor de la cama que anteriormente Karen leía y discutía con él esta tarde, mientras Foggy cantaba alguna canción de Childish Gambino y cocinaba tacos siguiendo una receta de Instagram. Matt sabe que debería recogerlos; no lo va a hacer. Está demasiado ocupado justo ahora, sus manos sudando y su corazón latiendo con demasiada fuerza en su pecho.
—Hola, guapo. —saluda Matt, y su voz suena lo más normal que puede; no como si hubiese pasado las últimas semanas pensando y pensando que su relación está estancada y marchitándose— ¿Qué tal tu día?
Y Frank le habla de su día, de como ha conseguido un trabajo en un gimnasio cerca del apartamento, donde enseña a adolescentes a boxear. Le habla de que Lisa está empezando la tesis y la está volviendo loca, le habla de que Frankie ha perdido un diente y se lo ha tragado mientras desayunaba sin querer. Y Matt lo escucha atentamente y el corazón se le encoge, porque aunque sabe que hay problemas en su relación y que se siente inseguro, este es el hombre que ama y desea mas que nada pretender que todo está bien.
Pero Matt lo siente lejos. Desde hace meses siente que está lejos, demasiado para que lo logre alcanzar.
— ¿Qué tal tú? —dice Frank, después de un rato, oyendo como Matt respira pero no dice nada.— ¿Estás bien?
—Claro, todo está bien. —Se apresura a responder. Y retoma la conversación antes de que Frank puede sospechar que miente— Creo que nuestras sospechas eran ciertas, estoy completamente seguro de que Foggy y Karen son pareja a este punto, no sé por que no me lo terminan de decir.
Frank se ríe.
—Hacen una bonita pareja. —murmura él— Siempre me gustó como se veían juntos, creo que tiene sentido que lo estén.
Ninguno de los dos dice nadamás. Matt escucha como Frank respira y se deja llevar por ello, casi puede actuar como si todo está bien.
— ¿Matt?
— ¿Sí?
— ¿En serio todo está bien?
Matt piensa por demasiado tiempo que decir, y por la manera en la que Frank respira, sabe que empieza a alterarse. Matt no sabe como decir lo que viene sin empeorar la situación.
—Necesitamos hablar.
—Estamos hablando.
—No. Quiero que estemos juntos y hablemos. Yo no... No puedo hablar de esto por teléfono. —dice Matt. Suspira con demasiada fuerza y trata de ignorar el nudo en su garganta— Necesitamos hablar, y debe ser lo más pronto posible.
—Yo- —comienza a decir Frank, pero se calla, con rapidez. Matt le da chance de que piense que decir.— Está bien. —susurra, con lentitud, inseguro.— Puedo hablar con Lisa para que se lleve a Frankie al parque un rato este sábado y así podemos vernos aquí y hablar.
—Muy bien.
—Me estás asustando. ¿Me debería asustar? —Matt sabe que bromea, pero no sabe si responder esa pregunta sería lo ideal justo ahora.
—Nos vemos el sábado.
Frank suspira. Matt quiere llorar.
—Nos vemos el sábado.
***
—Okey, pero escúchame. —Matt toma una larga respiración mientras siente como las manos de Foggy se colocan sobre sus hombros y le sacuden con cuidado— No importa si tardas una hora, o dos. Incluso si te toma toda la tarde. Nosotros vamos a estar cerca de la zona y cuando estés listo para irte, vendremos aquí y tomaremos un taxi juntos.
— ¡Y si no te vas a ir, también nos avisas! —exclama Karen, colocando su barbilla sobre el hombro de Foggy— Si tenemos que intervenir, en caso de que algo pase, pues-
—Estaré bien. —dice Matt, y se escucha harto de todo esto, pero sabe que ellos solo quieren ayudarlo— Ustedes váyanse.
— ¡Promete llamar! —exclama Foggy, retirando sus manos de los hombros de Matt.
—Prometo llamar.
Karen besa su mejilla con efusividad y le recalca por vigésima vez que llame si algo sucede. Matt respira con pesadez, dice que llamará, y espera pacientemente a que ambos se vayan. Matt ya no escucha el caminar de ambos y se da la vuelta hacia la puerta del apartamento.
Matt pudo haber subido solo —obviamente— pero Karen había insistido en llevarlo y Foggy había planeado un plan perfecto donde él y Karen caminaban cerca de la zona un rato para que Matt no se marchara solo del lugar. Matt lo aprecia, por supuesto que sí. No sabe como podría llevar esta situación solo.
Toca la puerta con fuerza, tal vez demasiada fuerza; los nervios le están jugando en contra. Está pensando en demasiadas cosas al momento en el que la puerta finalmente abre.
— ¡Matt! —exclama Frankie del otro lado, y su voz por sí sola es suficiente para que Mat sonría y deje de sentirse nervioso. Al menos por unos cuantos segundos.
—Hola, cariño. —Frankie con rapidez envuelve sus brazos alrededor de sus piernas, con cariño.
—No sabía que venías hoy. Hoy Lisa y yo vamos al parque, ¿Vas a venir con nosotros?
— ¡Hola, Matt! —saluda Lisa, de algún lado de la sala. Huele a pintura fresca, así que Matt sospecha que debía estar pintando— ¿Cómo estás? ¿Qué tal todo?
—Todo bien, ya sabes. —murmura Matt, porque eso es lo que supone que debe decir a los hijos de su novio, que todo está bien, perfecto, esplendoroso.
—Me imagino. Papá está en el baño, yo me voy a colocar la chaqueta y Frankie y yo estaremos listos para marcharnos.
Frankie suelta las piernas de Matt. Se aleja para decir, en voz alta: — ¡Papá, Matt está aquí!
Matt escucha como Lisa se mueve alrededor de la sala y Frankie llama emocionado a su papá para decirle que Matt está aquí. Nadamás se escuchan pisadas, Matt trata de prestarle atención a cada una de ellas y ni centrarse en como su ansiedad empieza a crisparle con demasiada fuerza en el estómago.
—Hey. —Matt escucha la voz de Frank. Se escucha tan nervioso como Matt se siente, pero también feliz. Matt no sabe como sentirse en lo más mínimo— Hey, hola, ¿Cómo estás?
—Bien. —Frank se acerca a él y Matt casi puede sentir que quiere abrazarlo, tocarlo. Pero nunca lo hace. No sabe si debería hacerlo.— ¿Qué tal tú? ¿Cómo está todo?
—Estoy bien. Todo está bien, ¿Quieres algo de café?
—No. Estoy bien.
Ambos se quedan en silencio, lo único que verdaderamente se escucha y que no deja que Matt se asfixie en la ansiedad es el sonido que hacen los zapatos de Lisa y Frankie cuando se mueven por el lugar.
Matt trata de no pensar mucho, incluso si ha pasado toda la noche pensando diferentes escenarios y diferentes maneras y rompiéndose la cabeza. Trata de no pensar, porque se va a volver loco. Debe decir lo que siente, y ver en donde eso finalmente le llevará. Incluso si eso los lleva a separarse.
—Ehm —Lisa murmura, incómoda. Matt puede sentir la mirada de ella y Frankie sobre ellos, probablemente preguntándose por qué no están el uno sobre el otro como normalmente sucede— Nos vemos dentro de un raro, ¿Okey? Les traeré algún dulce a ambos.
Matt no tiene corazón para decirle que probablemente no esté aquí cuando ambos regresen.
Frank besa la mejilla de Frank y de él antes de marcharse. Lisa murmura otro adiós demasiado suave y aún algo inquisitivo. Cuando ambos no están cerca, finalmente, Frank y él vuelven a quedarse en un rotundo silencio.
Que se rompe cuando, casi en un acto de desesperación, Frank dice: — ¿Estás seguro de qué no quieres un poco de café? —Vuelve a preguntar. Matt suspira, como por vigésima vez el día de hoy.
Frank se mueve hacía la cocina y Matt se sienta en una silla giratoria que está en frente de la isla. Se mueve casi ansioso sobre ella, dando pequeñas vueltas, hasta que finalmente se marea y decide comportarse como un adulto, por amor a Dios.
Se escucha la taza de café hacer sonido contra la isla de mármol. El café es dulce y tiene leche, como a Matt le gusta y como Frank no puede creer que así sea. Frank también le dice, sonando casi como un niño asustado y a la expectativa de que algo pase, que Lisa hizo galletas, que puede tomar una si desea.
Matt no lo hace; y Frank (sonando bastante desesperado, impaciente como Matt sabe que es): — ¿Viniste aquí a terminar conmigo? Porque si es así, deberías hacerlo de una vez. Soy un adulto, puedo manejarlo-
—No. —dice Matt, negando con rapidez con la cabeza y dejando la taza de café sobre la isla. Su mano busca la de Frank, y se sorprende al sentir como esta tiembla. Matt está seguro de que Frank es un adulto, pero no está seguro de si pueda manejarlo— No vine a terminar contigo. Vine a hablar, eso es lo que quería hacer-
—Entonces, habla.
Matt pasa su lengua sobre sus labios. Aún queda sabor a café y espuma cuando lo hace, y se siente aún más nervioso que antes. El roce con la mano de Frank le da cierto consuelo, y al mismo tiempo, lo hace querer romperse a llorar.
—No quiero terminar contigo —dice Matt, para comenzar, porque tal vez eso es algo con lo que debería empezar—, no quiero hacerlo, ¿Okey? Te amo. Pero yo... No sé si esta relación está funcionando más.
Frank no dice nada, Matt no sabe como seguir sin ponerse a llorar como un tonto. Así que ambos están en silencio por demasiado tiempo. Matt puede escuchar Summer Nights sonando en el piso de abajo.
—Puedo intentarlo. —dice Frank, de la nada, escuchándose cansado y abatido. Matt casi brinca sobre al asiento al oírlo hablar— Sé que no he sido el mejor de los novios estos últimos meses, pero puedo intentarlo-
—Ya lo has hecho.
—Puedo intentar con más fuerza-
—No, Frank, ese no es el punto. Creo que esto ya no se trata solo de nosotros y si lo intentamos. —Matt suelta la mano de Frank. Sus manos van desesperadamente a su cabello, echándolo hacia atrás.— Estamos tan alejados justo ahora. Estamos viviendo cosas en nuestras vidas que son tan... Diferentes. Tan importantes. Y no estoy seguro si verdaderamente encajamos en la vida del otro.
—Yo te quiero en mi vida-
—Frank, no sé si lo sabes, pero soy joven. Demasiado joven que tú. Y creo que eso antes no había sido un problema pero ahora lo es, definitivamente lo es, porque yo empiezo a vivir cosas que tú ya has vivido y es raro. —Frank quiere decir algo. Matt no se lo permite— No sé como encajar en tu vida ahora que María no está. Antes de eso, era un poco más fácil. Yo no soy su padre, Lisa y Frankie pueden quererme pero no soy tú. No soy ella. Y es injusto que esté apartándote de ellos cuando es obvio que te necesitan más que yo-
—Eso es mentira. Pura mierda. No necesita que seas como yo, o María o lo que sea. Y tampoco me estás apartando de ellos-
—Ellos te necesitan más que yo.
—No es motivo para que terminemos.
—No estoy terminando contigo.
— ¿Estás seguro? Sinceramente parece que deseas terminar conmigo.
— ¡No quiero terminar contigo! —exclama Matt, exasperado, sus manos jalando con algo de fuerza su cabello— Definitivamente no quiero terminar contigo-
— ¿¡Entonces qué!?
— ¡Esto no está funcionando! ¿Acaso no te das cuenta de qué esto no funciona? Hace meses creí que estaríamos bien, que todo estaría bien. Pero no lo está. ¿En serio no puedes darte cuenta de eso? —Matt siente como su voz empieza a quebrarse. Frank suspira con fuerza y dar la vuelta alrededor de la isla para poder acercarse a Matt.
—Yo- Okey, okey, lamento haberte gritado. No llores.
—No estoy llorando.
Matt siente los brazos de Frank abrazarle. Matt no está llorando, al menos no todavía, pero se siente triste. Increíblemente triste. Tal vez no vino aquí a terminar con Frank, pero mientras mas habla con él sobre todo esto, mas difícil parece ser encontrar una solución mas adecuada que no los deje a los dos con el corazón roto.
—Creo que debemos tomarnos un tiempo. —dice Matt y se siente horrible decirlo. Frank aún lo está abrazando y Matt no quiere llorar como una magdalena pero aún así comienza a hacerlo— Creo que sería mejor que... No nos viéramos por un tiempo. Creo que necesitamos tiempo para decidir si esto debería seguir- Yo necesito tiempo.
—Matt-
—Tu vida está tomando curvas en las que yo no encajo, al menos no ahora. Necesitas tiempo de acostumbrarte a esta vida, de pensar si esto es lo que quieres. Y yo en serio que necesito estar solo y decidir que demonios voy a hacer con mi vida.
Frank parece una estatua por varios minutos, sin decir nada o moverse. Matt siente algunas lágrimas caer por su rostro, y escucha como el corazón de Frank late con demasiada fuerza en su pecho.
—Okey.
— ¿Okey?
—Sí, okey. —Frank asiente con rapidez, demasiado rápido para ser una respuesta sincera. Pero al menos no está molesto, o llorando. Matt no lo siente completamente bien, pero está llegando ahí— Está bien. Tienes razón.
—...En serio no esperaba que me dieras la razón.
—Normalmente nunca la tienes. —Matt se ríe contra el cuerpo de Frank y siente como sus brazos se afianzan más a abrazarlo. Se encuentra a sí mismo deseando que nunca lo suelte— Pero... Está bien.
–
Cuando Lisa y Frankie llegan a casa tres horas después, Frank está sentado en el sofá de la sala, comiendo galletas y tomando café. Frankie se va al baño y Lisa se acerca a su padre, sonriendo, para después lanzarle una bolsa de maníes cubiertos de chocolate.
— ¿Matt ya se fue? Le traje otra bolsa a él. —murmura Lisa, sentándose a su lado. Despega su vista por un momento de su padre hacia el televisor donde Cowboys vs Aliens está comenzando. Cuando vuelve a mirar a su padre, frunce el ceño— ¿Estás bien?
—Sí.
— ¿Estás seguro?
Él no responde.