The Teacher's Son [Gay + Adul...

By jav_lar

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"Lo que ves es lo que soy, Pero no soy lo que crees que ves, Ni lo que ves es todo lo que soy" Diego es chico... More

Parte 1 - Capitulo 1 *
2. "Ten cuidado con lo que deseas"
3. "Murphy"
4. Antes que nada es un bully
5. Espía atrapado
6. "La Noche" *
7. Normalidad anormal
8. Verano
9. Nuevos inicios *
10. ¿Un jabalí no es lo mismo que un cerdo?
11. Pool Party
12. La Primera Cita
13. "Estoy casi seguro que es un hombre lobo"
14. "Citas no citables"
15. "Sexo, Tacos y Rock&Roll" *
16. On line
17. La pelea
18 "Tutorías"
19. "Don't tell me it's over..."
20. Xbox, Pizzas y Cervezas
21. "La Mascota del Equipo"
22. "Tú-Aquí-Ahora"
23. "Bad Dragon"
24. "Max el Terrible"
25. "Shadow"
26. "Franco"
27. "Parte del grupo"
28. "Amigos de verdad"
29. "La cena"
30. "Te amo"
31. "Estaré contigo siempre que me necesites"
III - 32. "Entre broma y broma..."
33. "La Mazmorra"
34. "Amigos, más que amigos"
35. "Fortuito y divertido"
36. "Duelo"
37. "Así no es como me hubiera imaginado terminarían las cosas."
38. "Joven 18"
39. "Yo no soy gay"
40. "Halloween"
41. "Encuentros y desencuentros"
42. "Memorias de un pasado olvidado"
43. "Domingo"
44. "Gemelos"
45. "Visita inesperada" *
46. "Absolutamente nadie debe enterarse"
47. Helado frito
48. "Misión de rescate"
49. "Intervención"
50. "Alex"
51. "Blue Moonstone"
52. "¡A por él!"
53. "Hola"
54. "Te presento a mi..."
55. "Charlas"
56. ¿Dónde quedo yo?
57. "¡Dime que no es verdad!"
58. "¿En dónde he venido a parar?"
59. "Día siguiente"
60. "No, no somos amigos"
61. "La Broma"
63. "Luau"
64. "El Jabalí Salvaje, acorralado"
65. "Navidad"
66. "El chico del bus"
67. "Cuenta atrás"
68. "Tiempo fuera"
69. "Tenemos que hablar."
IV. 70. "CmO 4.2"
71. "Promesas rotas"
72. ¿Qué haces aquí? ¡Vete!
73. "Días oscuros"
74. "Secuelas y consecuencias"
75. "Segundas oportunidades"
76. "Mudando a una nueva vida, parte 1"
77. "Mudando a una nueva vida, parte 2"
78. "Si de verdad lo amas... Déjalo ir"
79. "Playlist de los corazones rotos"
80. "Todos los caminos me conducen a..."
81. "Estira y afloja"
82. "Cuatro noches, tres días, dos errores, un anillo"
83. "Te juro que no es obsesión"
84. "Padre"
85. "Padre parte 2"
86. "Despedidas"
Epílogo. "La noche del cometa"

62. "No eras tan listo como creías"

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By jav_lar




62.

"No eras tan listo como creías"


La mañana transcurre como cualquier otra, salvo por pequeños detalles como que son pocos los exámenes que aún tenemos y menos aún las clases. En ocasiones pasadas me moría de aburrimiento por lo que solía buscar refugio en la biblioteca casi todo el día; está vez, aprovecho el tiempo libre conviviendo más con mis amigos.

Un alboroto recorre los pasillos, el profesor Sayas ha publicado su lista de promedios finales. Tengo miedo de que vuelva a perjudicar intencionalmente a mi novio, sobre todo por los últimos acontecimientos. No tengo mucha prisa por ver mis peores sospechas hechas realidad así que decido postergarlo una hora más.

- ¡Vaya! Pero si es el pequeño maricón de la escuela. –Tenía tanto tiempo que no sabía nada de "Puchoncita" que ya hasta me había olvidado de ella. -No entiendo cómo es que te atreviste a dar asesorías al equipo, siendo que no eras tan listo como creías.

Su provocación no causa efecto alguno en mí pues no tiene sentido lo que dice, por otro lado, Moni si se engancha con su comentario.

-No seas boba y déjanos en paz. ¿Cuándo vas a entender que Carlos no te dejo por Diego? ¡Te dejó porque eres una mitómana insoportable!

- ¡Ja ja ja! Veo que están atrasados de noticias, Carlos y yo regresamos y estamos mejor que nunca. Ahora si me disculpan tengo cosas más importantes que tratar. –Pasa en medio de nosotros empujándonos. - ¡Ah! Por cierto, yo que tú tendría cuidado con, las amistades, uno nunca sabe cuándo un "amigo" podría traicionarte, ¡Ja ja ja! – Se aleja riéndose como desquiciada tras soltar semejante enigmático comentario.

No puedo evitar sentir un escalofrío recorrer mi espalda, sé que no debo de preocuparme por sus amenazas, hasta el momento no le ha salido bien ninguna de sus tretas, pero eso por alguna razón no deja de inquietarme.

- ¿Crees que sea cierto?

- ¿El qué? –Pregunto confundido, con mis desvaríos he vuelto a perder la mitad de la conversación con Moni de nuevo.

-De que va a ser, de lo de Carlos y esa tipa. ¿No sé supone que él es... ya sabes?

Desde aquella extraña noche en el cabaret no habíamos vuelto a tocar el tema de la orientación del capitán del equipo, tácitamente acordamos que debíamos respetar su decisión de mantenerlo en secreto.

-No lo sé, puede que aún no se decida, o tal vez le gusten ambos.

-Eso puedo llegar a entenderlo, pero, ¿Ella?

-Sí, uno nunca creería que tuviera tan malos gustos con las chicas.

La diversión a costa de puchoncita termina en cuanto veo las listas de papá. Lo primero que busco es la nota de Omar, suspiro aliviado cuando encuentro una nota aprobatoria al lado de su nombre.

-Aun no entiendo que es le ves. -Detrás de mí, Moni rueda los ojos con fastidio.

-Es, difícil de explicar. –Corto la conversación rápidamente pues, no es el lugar ni tenemos tiempo para que le explique qué es lo que veo en él que me tiene idiotizado.

Más por cambiar de tema que por otra cosa reviso la lista de mi grupo, con el dedo índice la recorro de arriba hacia abajo.

Un 7.1 como calificación final es algo que nunca había experimentado antes, menos aún si tenemos en cuenta que quien me la puso fue mi propio padre. Lo curioso del asunto es que en realidad no me afecta tanto como se supone que lo haría, por el contrario, la nota es lo que menos me importa. Si quisiera, podría ir a dirección a quejarme para que la revisaran, haciendo cálculos tendría que haber obtenido 1.3 en el último parcial para bajar tanto el promedio. Eso es lo que haría si quisiera que sancionaran a papá, por decir lo menos, según lo que él mismo me contó incluso podrían llegar a rescindir su contrato y quizá con ello afectar su nuevo empleo. No sé si estoy seguro de querer hacerlo, de lo que sí estoy seguro es que no quiero perjudicarlo ni desquitarme, sería como comenzar un círculo vicioso del que no deseo participar.

Haciendo oídos sordos a los rumores que corren los pasillos decido seguir adelante con mi vida ocupándome de asuntos que tienen mayor importancia. Como por ejemplo obtener dinero extra, algo de vital importancia pues no puedo ir por la vida sin, aunque sea unas monedas, ni mucho menos vivir a costa de los padres de mi novio. En el almuerzo Tony llega con la solución. El día anterior había visto un anuncio en una librería donde solicitaban un ayudante.

Emocionado de poder hacer algo productivo nos dirigimos de inmediato al centro comercial aprovechando que la siguiente hora la tendríamos libre. La entrevista de trabajo fue corta, el dueño del negocio, el señor Loaiza me hizo una serie de preguntas sobre los libros que he leído y mis favoritos. Contento con mis respuestas me ofrece el trabajo sin mayores dificultades, la paga no es mucha, pero es algo de donde partir.

A Omar no le agradó la idea, sin embargo, no puso demasiadas objeciones. En lo que si fue tajante es que él iría a recogerme todas las noches, no le hace gracia que viaje de noche en transporte público. Quejarme resultaría tonto, lo mejor de viajar en su moto es el poder abrazarlo durante todo el trayecto, sin contar con que antes de llegar a su casa paramos en cada parque y zona oscura para besarnos furtivamente.

Según el acuerdo al que llegamos, en la escuela tendríamos el mínimo contacto posible para evitar sospechas de nuestra relación, claro que, de vez en cuando nos la ingeniábamos para estar a solas unos momentos, estas ocasiones se fueron volviendo más escasas. En gran parte porque no había momento en que no estuviera acompañado de la banda de Donato.

Ya me había hecho a la idea, además lo hace para poder evitar que hagan alguna tontería. El jueves, se le nota fastidiado y de muy mal humor, mucho más de lo normal. Preocupado por su estado le pregunto a Lucas si él sabe los motivos. –Pues que va a ser, ya está harto de andar con esos cretinos que no lo dejan ser feliz. –Fue su respuesta.

En la noche al pasar por mí, lo noto ensimismado y preocupado, ni siquiera hacemos una de las paradas habituales, llegamos directo a casa sin hablarme, salvo por una que otra palabra aislada.

-Suficiente. ¿Qué está pasando? Quiero que me digas la verdad. –Le exijo, antes de entrar al rellano de la escalera.

Resopla, y a regañadientes voltea a verme. –Es Donato, va a hacerle una broma a tu padre mañana terminando las clases.

- ¿Qué clase de broma?

Por su expresión veo que no quiere involucrarme, pero al final del día es mi padre. Queriendo o no termina por contarme todo lo que sabe hasta el momento y como se habían puesto de acuerdo para impedirlo. Sentimientos encontrados surgen en mi interior, por un lado, me gusta la idea de hacerle una broma, aunque no a ese nivel; por otro lado, el que mis amigos estén al pendiente de cuidarlo por mí es algo que les agradezco pues no creí fuera posible.

Una vez en conocimiento de qué es lo que sucede trato de convencerlo para involucrarme en la misión. A lo que se niega rotundamente. En la mañana Luis pasa por mi temprano para poder llegar a diferentes horas, y de paso mantenerme vigilado, como si necesitaría protección las 24/7.

Como Luis no tiene vehículo tomamos el transporte público para llegar a la escuela, casi media hora de trayecto con un silencio incómodo entre nosotros. Yo, refunfuñando el que me dejaran apartado de todo; mi amigo, apenado sin saber que decir, aunque con el mismo sentimiento. Antes de bajar del autobús recibo una llamada de Omar, al parecer todo se ha adelantado echando por tierra los planes que tenían.

Como no quieren que nos vemos inmiscuidos en el asunto entramos por la puerta principal de la escuela. Siendo casi un cuarto de hora antes de iniciar la primera clase del día y ver a Puchoncita murmurando secretamente muy animada con Rosy subir por las escaleras rumbo al segundo piso se nos hizo bastante sospechoso. Luis y yo nos miramos sopesando la idea de seguirlas a ellas o al plan.

- A la mierda el plan. Vamos. –Le digo a mi amigo, él, tiene la misma idea que yo al parecer. Así que silenciamos nuestros celulares y las seguimos sigilosamente.

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POV Lucas

¡Por los pantalones de Merlín! Justamente hoy tenía que haber un apagón en la cuadra. Por su culpa el despertador no sonó y voy muy retrasado. Lo curioso es que hoy ni siquiera tengo clases, lo demencial es que tengo que ir para salvar al profe menos apreciado de todos. ¿En qué rayos pensó Omar en involucrarse, y de paso a nosotros en este absurdo? La respuesta es obvia, quiere ganar puntos ante su suegro. Lo cual me lleva a una pregunta de mucha mayor profundidad filosófica ¿Por qué Diego no pudo haber tenido un padre ya no digamos open mind, pero sí un poco menos...?

Como sea, el caso es que no soy el único en pegársele las sábanas, así que tendré que pasar por Rubén. Faltando una cuadra para llegar a la escuela Omar nos llama con apremio, al parecer, Donato y sus amigos se olieron que intentaríamos hacer algo para impedir su plan, por lo que decidieron ponerlo en marcha a primera hora. Ya decía yo que las cosas pintaban muy fáciles.

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POV Moni

Con cautela vamos siguiendo a "las chicas satélites" procurado pasar lo más desapercibidas posibles. Cindy, se tomó muy a pecho eso de vestir discretamente, hoy dejó su atuendo de colores llamativos por uno mucho más cómodo, unos jeans perfectamente limpios y planchados, camiseta blanca debajo de una sudadera abierta gris y tenis negros. Me encanta que esta chica pueda pasar de fashion a fachas sin problema alguno.

-Moni, algo no me agrada. –Llama mi atención de pronto Cindy sacándome de mis pensamientos.

- ¿Qué sucede?

-Parecen solo pasearse por el mismo corredor para entrar al servicio de chicas cada que alguien se acerca a ellas, es como si quisieran que las vieran y a la vez no.

Definitivamente un comportamiento extraño para cualquier otra persona, pero vamos, son ellas, seguro estarán comprobando que su maquillaje este perfecto para cuando aparezca el chico que están acosando esta semana. la cuestión es que hoy están semi desiertos los pasillos, quizá tenga mucho que ver que estemos en el edificio más alejado de todos el que el movimiento sea más bien escaso. A menos que... -Es como si quisieran que las vieran entrar al baño. –Termino el hilo del pensamiento en voz alta.

- ¡Y crear así una coartada! – Concluye Cindy. - ¿Qué hacemos ahora?

De momento solo observamos desde lejos, no queremos que se den cuenta que estamos aquí. Una llamada de Omar nos advierte que el plan está en marcha justo en este momento, nos miramos las dos y asentimos al mismo tiempo. Tenemos que por lo menos arruinar su coartada, de la forma más natural que podemos nos acercamos a donde están ellas, quienes al oír los pasos y voces acercándose hacen lo mismo que en ocasiones anteriores para asegurarse de que sean reconocidas: hablan en voz alta de tonterías típicas de ellas haciendo aspavientos antes de ingresar al baño.

Nosotras, al contrario de los demás entramos detrás de ellas como si nada sucediese. Su reacción al vernos es de sorpresa, seguro nunca se les ocurrió idear un plan de contingencia en caso de que alguien estuviera con ellas. Al darse cuenta que no saben qué hacer, Cindy las envuelve en medio de una charla que va desde moda hasta chicos guapos de la tele, de pronto Cindy empieza a tomar fotos y videos con las cuatro alegando que probablemente no regrese el siguiente curso y quiere llevarse recuerdos de todos. Por mi parte trato de seguirle la corriente cuanto puedo, mientras husmeo por si alguien o algo más está escondido en los cubículos.

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POV Diego

Tras seguirlas un rato vemos como Puchoncita entra en el armario del conserje del segundo piso para sacar unos botes que, entre ella y Rosy se llevan.

-Lo que sea que tengan ahí definitivamente no lo llevan al estacionamiento. –Comenta en voz baja Luis.

Más adelante se encuentran con Pedro y Miguel quienes se quedan con dos de los botes, ellas se dirigen hacía la cafetería del patio central, mientras que ellos se van hacia el lado del estacionamiento solo que se quedan en el segundo piso.

- ¿Qué sugieres que hagamos Diego?

-Sigámoslos a ellos, tengo un mal presentimiento.

Es muy, muy temprano todavía así que prácticamente estamos solos, por lo cual tenemos que esperar a que ellos den la vuelta a la esquina para poder acercarnos poco a poco y no ser descubiertos. Motivo por el cual los perdemos muy pronto.

Damos un par de vueltas hacia delante, esta vez con menos cuidado que antes, pero sin rastros de nuestro objetivo. Con algo de desesperación deshacemos nuestros pasos hasta el punto que los perdimos, no los vemos por ningún lado, frustrado, me hinco en un intento de despejar mi mente y poder pensar mejor las cosas. ¡Qué tontos! Después de todo sí que hay vestigios de ellos. Una de las cubetas que ahora sabemos traen pintura venía escurriendo unas gotas cada par de metros, el rastro se pierde cerca de un salón con vistas hacia el estacionamiento. Sin importar más el factor sorpresa entramos en él rápidamente, pues no solo es por la vista, sino que está justo encima de la puerta de acceso.

La sorpresa nos la llevamos nosotros al chocar con Pedro y Miguel quienes pretendían huir de la escena rápidamente. Al ellos retroceder vemos que los botes yacen vacíos en el piso junto a la ventana abierta. Llegamos demasiado tarde.

- ¿Qué han hecho? –Grito enojado.

-Eso no es de su incumbencia, pero si quieren saberlo solo tienen que asomarse. –Nos reta Pedro con una asquerosa y granosa mueca.

-Sí, véanlo por ustedes mismos, ahora háganse a un lado.

-No. Ustedes no se mueven de aquí. –Lo digo tan convencido que ellos retroceden medio paso, incluso Luis se me queda viendo impresionado.

-Sí claro. ¡Hazte a un lado maricón! Si no quieres que te de vergazos, ¡Jo! Seguro eso es lo que quieres no, que te dé a probar de. –Pedro se agarra la entrepierna, solo que no termina de formular la oración cuando le doy un puñetazo en el ojo, mientras esta distraído llevando sus manos hacia el rostro aprovecho para darle una patada en los bajos.

A mi lado, Luis no se ha quedado quieto y taclea a Miguel hasta tirarlo al suelo y darle un par de golpes.

El alboroto que armamos es suficiente para llamar la atención de uno de los profesores que pasaba por ahí, encontrándonos en medio de la trifulca.

- ¿Qué demonios está pasando aquí? ¡A la dirección todos! –Para asegurarse de que no nos perdamos en el camino él mismo nos acompaña hasta allá.

La secretaria no se sorprende al ver entrar a ese par, pero sí con nosotros. Nos hace sentar en unas bancas mientras llena el reporte de incidencia, dirigiendo de vez en cuando miradas reprobatorias en mi dirección de soslayo.

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POV Lucas

Llegando a la escuela paso por la zona designada a los profesores, la cual está más cerca al edificio que los nuestros. Se me escapa un suspiro de alivio al ver que aún está libre el cajón número 5.

-Hey mira. –Rubén zarandea mi hombro para llamar mi atención.

-Sí, ya vi, aun no llega.

-No, eso no, ahí arriba. –Señala esta vez hacia la farola, efectivamente se ve un dispositivo extraño en ella.

- ¡Por el martillo de Thor! Eso no se ve muy bien.

-Pues eso tampoco luce mejor. –Desvío la mirada hacia donde la dirige Rubén.

- ¡Mierda! –El mismísimo profe Sayas acaba de llegar. Sin pensarlo mucho y rogándole a Zeus, Buda, Alá y a toda la corte celestial doy un volantazo y ocupo su lugar. La cara de mi amigo es de pánico, sin embargo, no tenemos una mejor idea, ni tiempo para pensar en una.

Recuerdo entonces que en la cajuela traigo una enorme lona, así que entre los dos cubrimos rápidamente la camioneta.

- Pana, que bueno que pensaste en traer esto.

-Pura suerte, me ha dado flojera bajarla desde hace unos días. –La fiesta de mi hermana será en el fin de semana así que compramos la lona para cubrir parte del jardín, solo que no había tenido tiempo para descargarla.

Una vez que estuvo completamente cubierto nos resguardamos detrás de los arbustos más cercanos. Como era de suponerse, al encontrar su espacio ocupado el profesor vocifera algo que no logramos entender teniendo que ocupar otro lugar dos cajones más lejos del suyo.

Ambos contenemos la respiración cuando se acerca a la camioneta, gruñendo y maldiciendo le da vueltas intentando levantar la lona, conociéndolo, no se detendrá hasta saber quién es el dueño del auto usurpador. Un pitido agudo llama mi atención, al levantar la vista me percato que el extraño sonido proviene del aparato en la farola, el intervalo entre ellos es cada vez más rápido.

- ¡Demonios! –Salto del arbusto y con algo de brusquedad jalo al profesor hacia nosotros.

- ¡Qué carajos! –Exclama entre enojado y sorprendido, no sabría decir en qué proporción, pero sí que fue intenso.

No le da tiempo a recobrar la compostura cuando un sonoro "Beep" seguido de una explosión irrumpe en la aparente pacífica mañana. ¡Santo Niño de Atocha! Lo que cayó no fue pintura sino aceite de motor quemado. Por fortuna es lo suficientemente espeso para no salpicar por todos lados, salvándonos de milagro, de haber estado de pie al lado del conductor el desastre hubiera sido garrafal.

- ¿Qué es lo que pretendían con este alboroto? Nos grita rojo de coraje a Rubén y a mí. –Van a tener que dar muchas explicaciones al respecto jovencitos. ¡Ah, pero no crean que no sé de quién fue la grandiosa idea! ¡Ahora si me va a conocer ese cretino! ¡Ustedes dos que esperan, a la dirección!

Al llegar a la puerta nos encontramos con un gran estropicio de colores sobre el piso y las paredes, unas huellas acompañadas de más gotas de pintura se alejaban hacía el cobertizo del conserje. Rubén y yo nos miramos confundidos, se supone que la pintura era para el profe, quizá a los muy tontos se les cayó antes de instalar la trampa, por eso tuvieron que apresurar todo.

Tras esquivar el desastre con cierta dificultad el profesor Sayas nos lleva a las oficinas administrativas maldiciendo durante todo el trayecto. Al llegar, la secretaria nos pide entreguemos nuestros celulares, después nos llevan a un cubículo vacío. No puedo evitar sentirme dentro de una serie policiaca, solo que, en lugar de ser el héroe soy el criminal encerrado en el cuarto de interrogación.

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POV Tony

Por más que busco a Pedro o a Miguel en los corredores, patios, e incluso los baños no puedo hallarlos. ¿Dónde se habrá metido ese par? Omar tampoco parece tener suerte, pues me ha llamado para que vaya a buscar a Diego a la cafetería, lo que implica atravesar casi toda la escuela. En el camino me encuentro con unos compañeros del equipo de futbol, Fer y Quique, sin darle mayores explicaciones los convenzo a que me acompañen a la cafetería, si se ponen feas las cosas podrían servir de testigos o en caso extremo intervenir en nuestro favor.

Definitivamente no esperaban que llegara desde este lado. Suponía encontraría un gran estruendo al llegar, pero no, solo se escucha el canto de unas aves, y a Rosy maldiciendo porque sus amigas la habían déjalo sola. Gracias a eso no nos escucha hasta que estamos lo suficientemente cerca para ver qué es lo que está haciendo.

Sin cuidado alguno deja un camino de manchas con pintura fluorescente desde la entrada principal a una de las mesas del fondo, curiosamente la misma que nosotros ocupamos casi todos los días.

- ¿Por qué haces eso? –Pregunta Fer auténticamente intrigado.

Ante la sorpresa da un brinco y suelta una maldición mientras se gira en nuestra dirección con aires de altanería. –Les vale un carajo lo que yo haga, chúpense la polla entre ustedes y dejen de meterse en mis asuntos.

- ¡Wow! Y con esa boca le das beso a tu mamá. –Responde divertido Quique sin inmutarse.

-Ya verás pedazo de... -De qué era un pedazo nos quedamos con la duda, pues al recorrer con la mirada a los presentes y reconocerme suelta la pintura y sale corriendo rumbo al frente del colegio, olvidándose aparentemente que había dejado en precario equilibrio uno de los botes sobre la puerta de acceso derramándosele encima.

No podemos evitar el carcajearnos a sus costillas con semejante espectáculo. Tras recuperar un poco la cordura reacciono en lo que acaba de pasar. Rosy estaba plantando pruebas incriminatorias en nuestra mesa para que pareciera que fuimos nosotros quienes planearon todo.

-Chicos, creo que será mejor reportar este estropicio, no sea que nos lo quieran achacar.

No le ven mucho caso hacerlo, pues no hay nadie más a la vista. Me cuesta un poco de trabajo convencerlos, pero al final acceden a acompañarme a la dirección.

Entrando lo primero que vemos es a Rosy derramando un torrente de lágrimas y pintura, en cuanto nos ve reanuda su berrido señalándonos con el dedo acusador. - ¡Fueron ellos señorita Paty! ¡Ellos me atacaron y arrojaron la pintura cuando los descubrí planeando un atentado!

La señorita Paty nos dedica una fulminante mirada, de tener el poder, nos arrojaría al mármol del infierno en ese instante.

- ¡Quédense donde están, bola de machistas neandertales! En cuanto regrese el director sabrá lo que hicieron, ¡ja! ¡Cobardes! Mira que agredir a una linda e inocente chica. A una mujer, óiganlo bien no se le toca ni con el pétalo de una rosa.

Impactados y temerosos de rebatir con ella el asunto nos quedamos sentados quietos y en silencio mientras la secretaria compadece y mima a una chica que no tiene la de inocente. En cuanto Paty se da la vuelta, Rosy se mofa de nosotros mostrándonos el dedo medio.

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POV Omar

Atrapado y derrotado por un idiota como Donato, ¡Qué bajo he caído!

Cabizbajo y ansioso camino hacia la dirección lo más lento que puedo permitirme, intento comunicarme con todos, pero nadie parece contestar su teléfono lo cual no hace más que preocuparme más de lo que ya estoy. Solo espero que al final todo esto valga la pena, sería una tragedia que en mi afán por congraciarme con mi suegro y proteger a Diego, arrastre a mis amigos a un castigo o una expulsión que no se merecen.

Antes de cruzar la puerta de las oficinas me detengo a pensar en mis opciones: entrar, afrontar la situación de una vez y quizá aminorar los efectos; o dar media vuelta, buscar a los demás, averiguar que pasó y regresar después con lo que espero sea alguna prueba, cualquiera. Si me voy solo haría enojar más al director provocando que no quiera oír razones después de ello.

La expresión de enojo en el rostro de Paty me da la razón, no debo hacerlos enfadar más de lo que ya están. –Hola Paty.

-El Señor Rodríguez me aviso que vendrías. –Responde secamente, por lo visto el director quería asegurarse de que llegara. Acto seguido me indica que lo espere en un cubículo vacío, la oigo murmurar por lo bajo sobre lo descarriada y desatada que esta la juventud hoy. Antes de cerrar la puerta extiende su mano apresurándome. –Anda que ni creas que se me ha olvidado, entrega tu celular, sabes muy bien cómo es esto.

Y vaya que lo sé, a todos se nos retira el celular en cuanto somos infraccionados, la incomunicación es parte del castigo. Solo que esperaba que se le olvidara ese pequeño detalle.

Suena dos veces el timbre de cambio de clase sin que nadie venga a hablar conmigo, por más que se haya tardado en limpiarse, ya debería de haber venido a buscarme, a menos que hubiese pasado algo más apremiante. La angustia por tener noticias me tiene en el borde de la locura, aun así, me obligo a respirar pausadamente intentando recuperar la tranquilidad y control de la situación, o por lo menos, aparentarla.

El director, el sr. Rodríguez por fin entra a la oficina donde estoy incomunicado trayendo consigo unos cuantos folios, reconozco el formato, se trata de reportes de incidentes. Cansado, resopla al sentarse del otro lado del escritorio. -Señor Gallardo, estamos metidos en un gran lío.

Por lo menos se ha dado unas dos o tres duchas intentando quitarse la pintura del cabello y rostro, aunque aún conserva algunos vestigios rebeldes. También se ha cambiado de ropa, el traje con el que ha venido en la mañana ha sido sustituido por algo más informal, jeans, camisa a cuadros y una chaqueta deportiva, lo cual lo hace verse más joven y menos rígido.

-Usted no sabe la mañana tan pesada que estamos teniendo por aquí, ¿O sí, señor Gallardo? Conociéndolo, tal vez sepa más de lo que sospecho. Y bien. ¿Tiene algo que compartir conmigo?

Sé algunas cosas, pero no todo, si supiera que ha pasado con los demás no sería un manojo de nervios. –Vera...

- ¡Él es el causante de todo! ¡Debería estar esposado, no tomando un café con usted! –Entra echando lumbre el profesor Sayas.

-Max, déjame encargarme de esto, que para eso soy el director de esta escuela. –A pesar de usar un tono sereno la autoridad que emana de él es palpable. –Ahora, si me permites quisiera tener una charla con el joven si no te molesta, confío en que pronto saldrá la luz en este, y tal vez otros asuntos.

Por la expresión del papá de Diego me doy cuenta que no se esperaba ser omitido. Antes de salir y azotar la puerta, me dirige una mirada asesina.

-Bien, ¿En dónde íbamos? Ah sí, estabas por contarme todo lo que sabes sobre los hechos ocurridos esta mañana.

No me gusta ser un delator, por lo cual me apego a la historia que le dije temprano. - Al llegar note algo raro en el estacionamiento, cuando fui a buscar a alguien para reportarlo fue a usted a quien encontré sin saber lo que ocurriría después.

- ¿Eso es todo? –Entrecierra los ojos dudando de mi historia.

-Sí.

- ¿No hay nada más que quieras agregar? –Aahh eso quiere decir que ocurrió otra cosa de lo que no estoy al tanto.

-Es cuanto sé.

-Ok, entonces tal vez te sorprenda al igual que a mi escuchar lo siguiente: Tus amigos, Rubén y Lucas fueron traídos por el profesor Sayas por, y cito, "Hacer uso indebido de las instalaciones del colegio asignadas para uso exclusivo del personal docente, así como dañar dichos espacios vertiendo lo que parece ser aceite quemado, con la clara intención de afectar no solo al patrimonio escolar, sino que, además provocar daños en su persona." Debo aclarar que a estos efectos el profesor salió ileso, al igual que los señalados.

Hace una pausa para estudiar mi reacción, la cual es de sorpresa. Al no responder enseguida continua.

-Tengo también a la señorita Rosy quien se presentó señalando a Enrique, Fernando y Antonio por acosarla y vaciarle un cubo de pintura sobre ella. Curiosamente, del mismo tipo de pintura utilizada en mi contra. Además, el encargado de la cafetería me ha informado que hay rastros de ello en la puerta de acceso frontal, así como en la mesa que usted junto con sus amigos ocupan todos los días.

¡Maldito Donato, yo lo mato! Mi respiración comienza a acelerarse un poco, cierro mis puños intentando serenarme, aunque con poco éxito.

-Por último, Miguel, Pedro, Luis y... Diego. –Mierda. Lee el último nombre levantando la vista del reporte para mirarme a los ojos. Una gota de sudor frío baja por mi sien hasta el cuello. – Fueron presentados por encontrarlos peleando en el salón 208, el cual está justamente arriba de la puerta que da al estacionamiento. Las coincidencias continúan ¿no cree señor Gallardo? Si no me creé pues tal vez lo haga cuando le diga que botes con rastro de pintura fueron halladas junto a la ventana del mismo salón, además, los cuatro tienen manchas de la misma por todos lados. Ahora, le vuelvo a preguntar y le sugiero por el bien de sus amigos y solo tal vez por el suyo propio que me conteste con la verdad. ¿Qué es lo que sabe de todo esto?

No quiero ser recordado como un débil topo que cede fácilmente a la presión de la autoridad, pero esta vez no se trata de mí, no puedo permitir que mis amigos paguen el precio de mi ineptitud. Por tanto, con cierta cautela le cuento al señor Rodríguez cuanto sé; desde que me quisieron reclutar para planear la broma, de mis intentos por retrasarla y quizá desanimarlos, hasta el plan para evitar que la llevaran a cabo, obviamente, no contaba con que la trampa en realidad estaba dirigida a mí, por lo cual fallé garrafalmente.

- ¡Uff! Omar, Omar, Omarcito. ¡En que problema se han metido! – Al concluir mi relato el director se reclina hacia atrás del sillón, sopesando la veracidad de mis palabras. –Tu historia es, como decirlo, interesante. Sin embargo, tú y yo conocemos a Donato, es un tipo más bien físico y lo que me planteas requiere organización, planeación y dirección, cualidades que siendo honestos no son sus fuertes.

-Lo sé, también me inquieta. Puede que sea más inteligente de lo que pensábamos. –Bromeo, con nulos resultados.

-En cambio tú, sí tienes todo el perfil y la capacidad para ello. Max está mucho más furioso que otras veces, tiene la certeza de que tu hiciste todo esto como una vendetta.

-No podría hacerlo, menos ahora que...

-Sí, puede ser, entiendo que su hijo es ahora, tu mejor amigo. –la mirada que me dirige es extraña, al igual que la media sonrisa ladeada. -No pongas esa cara, los he visto muy juntos este semestre, también me he percatado que te has metido en menos problemas a partir de entonces, bueno, hasta esto.

-Debido a nuestra, amistad, es que pretendía protegerlo no perjudicarlo.

-Puede que sea cierto, solo que él no lo ve de esa forma, para él tú eres el culpable de todos los problemas. Lo siento hijo, como comprenderás de momento no puedo exonerarte.

-Mis amigos, ellos no tienen la culpa de nada, por favor, ayúdelos a ellos.

-Tengo que revisar todavía unas cuantas cosas, no tendré un veredicto hasta meditarlo detenidamente. De momento te quedarás aquí y ya veremos cómo se dan las cosas. –Se levanta del sillón y se dirige hacia puerta con paso apresurado, antes de salir se voltea de nuevo hacia mí. –Por cierto, sé que ya eres mayor de edad, pero aún estás bajo mi dirección, así que he tenido que llamar a tus padres para que vengan, no deben de tardar en llegar.

¡Genial! Lo que me faltaba.

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POV Diego

La hora del almuerzo llega y nosotros todavía en detención, lo único bueno es que nos han traído a todos al mismo salón, o por lo menos a la mayoría. Para evitar que hablemos y ponernos de acuerdo el prefecto da la indicación de sentarnos alejados unos de otros, supongo que no hay tanta necesidad de ello pues él mismo se ha quedado en el aula asegurándose que eso no suceda.

De un lado me acompañan: Obviamente Luis, Rubén, Lucas y Tony; del otro solo están Pedro, Miguel y Rosy. Esta última se ha tomado tremendamente mal el que la hayan encerrado, desde que llegó se ha quejado amargamente que ella es la víctima en todo este embrollo.

De quienes no sabemos nada es de Omar y Donato. ¿Se habrán peleado de nuevo? ¿Estará herido? Lo desconozco, y de momento nadie puede darme una explicación al respecto. Antes de que nos trajeran a este salón, uno a uno fuimos llamados a la oficina del director para rendir nuestra declaración de los hechos. Fue entonces que pude ver atisbos de pintura en su rostro y cabello, así que supongo que él fue quien salió perjudicado en lugar de papá.

En su oficina, el señor Rodríguez, me cuestionó sobre el altercado que tuvimos en el salón, así como el motivo por el cual estábamos ahí. Después de responder todas sus preguntas, traté de indagar el estado de mi novio, él solo negó con la cabeza, apesadumbrado me dijo que no podía decir nada al respecto. Lo cual no hizo más que incrementar mi preocupación.

Una vez afuera, fue mi propio padre quien me escoltó hacia el cuarto de detención.

-Estarás satisfecho. Ese cretino se ha estado burlando de ti todo este tiempo y mira nada más con que ha salido, te ha embarrado en su mierda, espero que por fin abras los ojos de una buena vez y te des cuenta de tu error.

-No es verdad lo que dices, él trato de evitar que todo esto pasara. Entérate de una vez, la trampa sí era para ti, pero fue orquestada por Donato, no por Omar.

- ¡Increíble! Aún ahora lo defiendes. ¡Ah! Pero de esta no saldrá impune, de eso me encargo yo.

Inmerso en mis recuerdos no me doy cuenta de que la secretaria ha entrado hasta que se dirige a nosotros.

-Sus padres han sido notificados de sus actos vandálicos, es una decepción muy grande el que les están haciendo pasar, estoy muy decepcionada. –Todos agachamos las cabezas con el regaño, excepto Rosy, quien haciendo un puchero trata de convencerla de su inocencia.

-Señorita Paty, no entiendo porque me han encerrado aquí. ¡Yo soy la víctima! deberían de protegerme por ser una niña, no juzgarme.

-Sabes muy bien lo que has hecho niña. Ahora, el director vendrá a verlos en unos minutos.

A través de la puerta abierta llegan algunas voces de adultos pidiendo ver a sus hijos y explicaciones de lo que ha pasado, por las caras de pánico de mis compañeros supongo que son algunos de sus padres.

La siguiente ocasión que la puerta se abre es para dejar pasar a mi padre quien trae consigo a Omar quien sondea con la mirada a los presentes con expresión afligida, cuando me ve entre ellos puedo sentir su dolor y frustración al no poder protegerme. Estoy seguro que durante el trayecto ha sido el blanco de todo el veneno que mi padre ha podido soltar. Toma asiento en uno de los pupitres que está en medio de nuestro grupo, al pasar tenemos una corta conversación de miradas silenciosas. "¿Estás bien Diego?", "Sí, ¿y tú?", "Podría estar mejor".

Detrás de ellos, llega el señor Rodríguez arreando a Donato y a Puchoncita.

- ¿Por qué nos han traído aquí? Nosotros no hemos hecho nada. Si ellos metieron la pata es su problema, no nuestro. –Se queja Donato al entrar.

-Será mejor que me deje ir, esto es abuso de autoridad, no puede juntarme con esa gentuza. Además, yo estuve con Renata y Thalía toda la mañana–Chilla Puchoncita.

-Sabe muy bien que eso no es cierto, tengo evidencia fotográfica que dice lo contrario. –Le responde el director evidentemente enojado.

Una vez dentro, el prefecto cierra la puerta para que ningún padre pueda ingresar. Los únicos testigos que permanecen dentro son el prefecto, la secretaria y mi padre. Si esto fuera un juicio sería muy poco imparcial.

-Señores, es realmente lamentable su comportamiento de este día. –Habla el director obviamente cansado. –Antes de continuar y aplicar los castigos me gustaría darles la oportunidad a confesar y tal vez atenuar la sentencia.

Mientras que nuestro grupo se mantiene relativamente tranquilo, el de Donato protagoniza una guerra campal de acusaciones en nuestra contra y entre ellos. Después de dejarlos hablar por unos minutos el director extiende los brazos pidiendo silencio, no sé si sean demasiado tontos o simplemente no captan que lo único que están consiguiendo es que se exaspere cada vez más. Cuando por fin se callan, se aprieta el puente de su nariz con los ojos cerrados, meditando en lo que dirá a continuación.

- ¿Por qué no están aquí castigados esos otros dos tipos que me atacaron? ¿Solo por ser parte del equipo de futbol tienen tal privilegio? En cambio, yo siendo la víctima sí estoy detenida. No entiendo. –Rezonga una vez más Rosy

Tras lo cual, el director dice. –Bien, ya veo que siguen apegados a sus historias. Señorita Paty, podría poner este DVD para que todos lo veamos.

La secretaria enciende el televisor que está montado en una de las esquinas del salón, en el disco hay varios archivos. –Ya que la señorita Rosy insiste en desconocer el motivo de su presencia aquí con nosotros, empezaremos por el archivo número 5 por favor. –Un video comienza a reproducirse. En la imagen a blanco y negro vemos el patio de la cafetería desde un ángulo extraño, en la esquina inferior derecha se aprecia una leyenda "Cafetería - cam2 - 06:50am". La toma capta a Puchoncita y a Rosy entrando con un par de botes, entre las dos colocan uno de ellos haciendo equilibrio sobre la puerta de acceso principal, después Puchoncita rodea el edificio saliendo así de cuadro. Una vez que Rosy se queda sola regresa a nuestra mesa a embadurnar todo de pintura, es entonces que Tony, Fer y Quique aparecen del otro lado del jardín, al verse sorprendida sale corriendo hacia la entrada principal olvidándose de la trampa que momentos antes habían colocado. Si no fuera por lo serio de la situación me habría doblado de risa.

El video se detiene. –Señorita Rosy, usted vino esta mañana reportando a los chicos por agresión, en este video acabamos de ver que nada de lo que alegaba era cierto.

-Me decepcionas jovencita. –Agrega Paty muy enojada. –Hacer acusaciones falsas es tanto o más cobarde como el acoso.

-Fernando y Enrique, como ya deben de suponer, han sido exonerados de los cargos. Cabe señalar que mientras se resolvía el asunto estuvieron en resguardo. Espero puedan entender la seriedad con la que tomamos este tipo de acusaciones.

- ¡No es justo! Yo soy una chica, no pueden hacerme esto, ¡es sexista! –Grita Rosy alterada.

- ¡Silencio! Aquí todos son tratados del mismo modo sea cual sea su género, orientación, condición social o capacidad. Exigir indulgencias solo por pertenecer a un grupo es discriminatorio y nada ético, situación que no voy a permitir en mi escuela.

La reprimenda parece surtir efecto no solamente en ella, varias personas más bajan la vista, incluyendo al personal presente.

-Continuemos, seguiremos en orden esta vez.

Uno a uno fueron proyectando las imágenes capturadas en las cámaras de seguridad, todos fuimos testigos de: qué, quién, dónde, cómo y a qué hora sucedieron los hechos de la mañana. Mentiría si negara que un calor se encendía en mi pecho, la verdad está ahí, ni siquiera mi padre puede refutar tal evidencia. Donato y sus amigos instalaron el dispositivo en la farola, él, escondido detrás de una ventana de la planta baja acciona el aparato en cuanto papá está debajo del mismo. Puchoncita, escondida detrás de la esquina avisa a los otros chicos que Omar esta por cruzar la puerta que da al estacionamiento, y como se burla al darse cuenta que ha sido el director quien cae en la trampa. Vemos todo.

La sonrisa se borra de mi rostro al darme cuenta que, los videos no se limitan a los pasillos y áreas comunes, sino también en los salones e incluso en los armarios del conserje. ¡Oh Dios! ¿Desde hace cuánto tiempo existen estas cámaras?, seguramente en algún lugar habrá alguna grabación mía y de Omar, y más importante aún ¿quién revisa los videos?

Una vez terminada la proyección se dirige hacia el grupo de Donato. –Escucho. ¿Por qué lo hicieron?

- ¡Todo es culpa suya! –Escupe Puchoncita señalándome. –¡Ese maricón sabelotodo quiere fastidiarme, intentó embrujar a mi novio para pegarle Sida y enfermarnos a todos!

El rostro de mi padre se enciende como brazas ardiendo, no dice nada, pero su mirada recae en Omar. Sin importar las pruebas que se le han presentado insiste en culparlo, o quizá la falta de las mismas en su contra sea el motivo de su enojo.

-Señorita, por favor, guarde compostura. –La reprende el director. –Creo que en biología y educación cívica hemos hablado lo suficiente del tema como para que venga con absurdos. ¿Entonces no van a decir nada coherente? Bien, entonces el castigo será ejemplar para todos ustedes.

-No, espere, nosotros solo hicimos lo que nos pidieron. –Para sorpresa de todos es Pedro quien habla.

-Explíquese jovencito. –Esta vez es mi padre quien interviene.

- ¡Shh! –Lo calla Puchoncita.

-Imbécil. –Le dice Donato.

-Si no lo dices tú lo haré yo, no pienso pagar por alguien más. –Contesta Pedro. –Verá, hace una semana más o menos Donato y Puchoncita recibieron indicaciones para hacer la broma, parecía divertido, además de que nos burlaríamos del engreído de Omar así que nos pareció buena idea.

- ¿Eso es cierto? –Habla por primera vez el prefecto.

Viéndose acorralado, veo que Donato está sopesando si decir la verdad y quizá librarse del castigo o llevarse el crédito del ataque junto con todas las consecuencias. Sus dos neuronas deben de estar trabajando horas extra por la cara extraña que hace.

-Sí, nos contactó un tipo que quería vengarse de Omar y Diego, preguntó si estábamos dispuestos a ayudarlo. Al principio no confié en él, pero nos mandó dinero para convencerme y financiar todo.

-Eso no lo sabía. ¿Dónde está nuestra parte? –Le interrumpe Miguel.

- ¿Saben quién es? –Pregunta el director.

-No lo conocí en persona si a eso se refiere, todo fue por internet. –Responde Donato dejándonos con más dudas sobre la identidad del autor intelectual de este embrollo.

-A mí me pareció que es de dinero, sus modales y el acento que tiene al hablar me recordaban a un príncipe. Alan, hasta el nombre es bonito. –Dice ensoñadoramente Puchoncita.

- ¿Alán? –El volumen de mi voz es más alto de lo que pensé. Pues todos voltearon a verme.

-No se supone que tiene una orden de restricción. –Pregunta Lucas a Omar.

-Algo así, si, aunque al parecer eso no lo detuvo.

- ¡Patrañas! Conozco a ese joven y es de buena familia, además ni siquiera está en el país. ¿Qué motivos tendría él que tener para organizar este alboroto? –Mi padre niega rotundamente los hechos, es increíble que a pesar de lo demostrado siga prefiriendo defender a un desquiciado solo por tratarse de una "gente bien".

-Prefecto, Paty, por favor escolten a estos jóvenes con el señor Hernández, a partir de hoy estarán bajo su supervisión, deben de apresurarse ya que tienen mucho que limpiar. Lucas, Antonio, Rubén y Luis antes de que se retiren permítanme decirles que no esperaba menos de ustedes. Sus padres los esperan afuera, díganles por favor que en un momento estaré con ellos.

Una vez que nos hemos quedado solos Omar y yo con mi padre y el director soy yo quien prosigue con las explicaciones.

-Papá, Alan no es el tipo agradable que aparenta a primera vista, él se me insinuó descaradamente en reiteradas ocasiones, incluso la última vez que lo vi me jaloneo y amenazó con violarme, de no haber sido por las lecciones de defensa que me ha dado Omar, no hubiese podido hacerle frente y... -Un escalofrío recorre mi espalda al pensar en lo que pudo haber sucedido.

-Por ello, enojado y frustrado me apuñaló unas tres veces. Por eso tuvo que salir del país, para que no lo detuvieran.

- ¡Imposible! Él nunca, pero si fue él quien me advirtió de...

-Max, creo que le debemos una disculpa y agradecimiento a este joven, después de todo, su intención fue el de ayudar.

-No, es el culpable de todo, él corrompió a mi hijo convirtiéndolo en su juguete.

-No seas dramático. Yo te aconsejo que mejor levanten una denuncia en contra de ese chico.

-Sí, tienes razón, puedes estar seguro que lo haré. –Aún con ira en sus ojos ve fijamente a Omar. Por cierto, ¿Desde cuándo existen las cámaras de seguridad? Y ¿Por qué no se me informó al respecto?

-De hecho, son casi nuevas, la junta directiva y la asociación de padres creyeron sería lo más conveniente después de lo ocurrido en las oficinas el semestre pasado. En cuanto a avisarte, no le vi el caso decírselo a nadie, el objetivo de que estén ocultas es para que nadie supiera de su existencia.

-Como sea. Quiero tener acceso a los registros, seguramente ahí habrá más pruebas para poder llevar a la cárcel a este gamberro.

-Lo siento, pero eso no se va a poder, no voy a permitir que emprendas una cacería de brujas contra Omar, a quien, por cierto, ni siquiera has dado las gracias por hacer hasta lo imposible por cuidar de tu hijo e intentar protegerte el día de hoy.

Sin decir palabra mi padre sale dando un portazo.

- ¿Eso quiere decir que podemos retirarnos? –Pregunta Omar con cautela.

-En cuanto ustedes dos. –Nos detiene el director antes de levantarnos. –Extraoficialmente hablando, pueden quedarse tranquilos que no diré nada del uso indebido que les han dado a las instalaciones del colegio, me refiero a los armarios y salones oscuros. Ahora salgan y tengan cuidado. –Le damos las gracias y salimos de prisa antes de que otra cosa suceda.

Ya debería saber que el día aun no terminaría. Al cruzar la puerta nos topamos de frente con otra situación delicada: Mi padre descarga su frustración con el padre de Omar en el pasillo.





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