—¿Dijiste a las ocho o minutos antes de las ocho? —interrogó la asiática mirándome por el espejo retrovisor.
—Solo dije ocho —me encogí de hombros.
—Entonces esperemos otros minutos —sugirió Lena desde el asiento de copiloto.
Ambas chicas habían dejado los asientos traseros para mi y Liam. Pasaron por lo menos diez minutos y cuando ya eran las ocho en punto, baje del coche acercándome a la casa, toque el timbre de la puerta.
—¡Voy! —grito una voz femenina desde el interior—. ¿Hola? —habló una mujer en cuanto abrió la puerta. Era castaña de ojos azules parecidos a los de Liam, su altura me sobrepasaba unos cuantos centímetros.
—Buenas noches —salude formando una sonrisa en mi rostro—. ¿Está Liam?
—Permíteme un momento —cerró un poco la puerta—. ¡Liam, te busca una chica!
—¡No tardó!—respondió la voz de Liam desde la segunda planta, la mujer volvió a abrir la puerta con una sonrisa.
—¿Eres Mackenzie?
—Si, es un gusto.
—Igualmente, mi hijo dijo que una chica linda vendría, más se quedó corto con lo linda —me inspeccionó de pies a cabeza—. Soy la señora Dunbar pero puedes decirme suegra —aquello me sorprendió, definitivamente la mamá de Liam era de llevarse con mucha confianza.
Entable una conversación con la señora Dunbar por varios minutos en la puerta, hasta que por fin Liam decidió aparecer, asomándose detrás de su mamá.
—Perdón, no encontraba mis zapatos —se disculpó sonrojado.
—No hay problema —mire a la mujer—. Nos vemos después, suegra —me despedí de la mujer, remarcando la última palabra.
—¿Que? —replicó Liam aun más sonrojado.
—Te veo otra día. Hijo invita más seguido a mi nuera —la mujer me guiñó un ojo sacándome una risa.
—¿Que? —volvió a repetir el chico sorprendido—. Ya nos vamos, mamá nos vemos —se despidió saliendo rápidamente de la casa tomándome de los hombros.
—¡No llegues tarde! ¡No tomen mucho! —grito la mamá de Liam en cuanto nos alejamos de la puerta.
—¿Suegra? ¿Nuera? —preguntó el ojiazul levemente sonrojado.
—Tu tardaste —respondí encogiéndome de hombros y caminando hacia el carro de Kira.
Abrí la puerta del coche adentrándome con Liam detrás, este saludo a Lexa y se presento con Kira. Una vez rumbo a la casa del lago, vi la luz de la luna entre las nubes.
—¿Puedo poner música, Kira? —pregunto Lexa al notar lo mismo.
Durante el trayecto sentía que mis oídos estallarían en cualquier momento todo gracias a la música que inundaba el auto, mire a mi izquierda, Liam cubría sus oídos con las manos mientras tenía una mueca en su rostro.
—La fiesta será en la casa de Lydia —informó Lexa hacia Liam en un intento de crear conversación.
—En realidad es de la abuela de Lydia pero ella murió —comentó Kira sin pensar—. No es que este bien que esté muerta —añadió rápidamente intentando remediar aquel comentario.
—¿Podrías bajarle? —inquirió el ojiazul sonando más como súplica.
—Bájale —concuerde de inmediato.
—¿Quieren que le suba?. Está bien. —cambio las palabras la pelinaranja aumentando el volumen.
Note como Liam de removió sacando su teléfono del bolsillo, lo miró durante unos momentos, después al frente y viceversa, dudaba en hacer algo.
—¿Quien dijiste que iría a la fiesta? —Liam me miró, abrí la boca para responder pero Lexa se me adelantó.
—Todo el mundo.
El ojiazul volvió la vista hacia su teléfono tecleando algo. Mire el camino por donde íbamos, faltaba mucho para llegar, busque en el interior del auto algo con que cubrirme, tenía frío.
Mi vista todo con una chaqueta azul, no dude en agarrarla y cubrirme, me acerque un poco más a Liam colocando mi cabeza en su hombro. Sentí al ojiazul tensarse pero segundos después de relajo, tenía planeado dormir por algunos minutos.
Me removí incómoda al sentir una mano moverme sin una pizca de sutileza. Gruñí en tono bajo al reconocer aquel tan conocido aroma.
—Ya desperté. Sabes que no me gusta que me despiertes así —murmure abriendo los ojos.
—Tampoco es como si hubiera otra forma de levantarte —contradijo Lexa saliendo del auto—. Ya bájense —pidió dirigiéndose a mi y Liam, este todavía seguía a mi lado dentro del auto.
Ambos hicimos lo que pidió, de reojo note como el ojiazul observaba a su alrededor confundido.
—¿Donde están todos? —cuestionó.
—Están aquí —la asiática señaló a la casa—. Es una fiesta pequeña.
Sin que Liam me viera, golpee mi frente con la palma de mi mano. La chica no era muy buena mintiendo.
—¿No dijiste que venía todo el mundo? —miró a la pelinaranja.
—Así es —respondió de inmediato intentando arreglar el error de la azabache—. Ellos llegan tarde y nosotros temprano para ayudar —sin más se acercó a la puerta de la casa junto a Kira.
—Si fiesta, yei —fingí emoción alargando la última palabra.
Al entrar lo primero que vio Liam fue la manada, se dio media vuelta para salir pero junto a Lexa nos apresuramos cerrar la puerta, y recargarnos en esta.
—Lo siento —dijimos a unísono.
—¿Que rayos es esto? —cuestionó el ojiazul de forma brusca.
—Considéralo como una intervención —Stiles hizo una pausa—. Tienes un problema Liam.
—Y solo nosotros te podemos ayudar —añadió Scott con seriedad.
—Hombre lobo —señaló a Scott—. Mujer coyote —señaló a Malia quien se limitó a asentir—. Banshee —la rubio fresa hizo una mueca con los brazos cruzadnos sobre su pecho—. Zorro —se dirigió a Kira.
—Kitsune pero zorro está bien —corrigió la asiática.
—¿Normal? —miró a Lexa.
—Si normal te refieres a mi, estás equivocado —la pelinaranja se encogió de hombros.
— Mujer lobo —dirigió su mirada hacia mi, forcé una sonrisa ladeando un poco la cabeza—. ¿Y tu? —pregunto a Stiles.
—Por un tiempo me poseyó un espíritu muy malvado —junto sus manos—. Muy malo. —añadió en un intento de dar temor.
—¿Y ahora eres? —pregunto Liam indiferente alzando una ceja.
—Ahora soy totalmente como Lexa —confirmó mirando a la nombrada.
—¿Eso es para mi? —el ojiazul señaló la bolsa de cadenas que reposaba encima de la mesita frente a los sofás.
—No, para nosotras —respondí a unísono junto a Malia, ambas hicimos brillar nuestros ojos.
—¿Como hicieron eso? —pregunto asombrado y con temor.
—Aprenderás —contestó Scott—. Pero primero deberás sobrevivir la luna llena.
—La luna ya salió —comentó con obviedad.
—¿Y comienzas a sentir algo extraño?
—Siento que me rodean un montón de dementes, ustedes están locos. No se como hicieron los ojos... —alzó la voz señalándome a mi y a Malia—. Y no me importa. Voy a salir de aquí ahora mismo y si alguno de ustedes me sigue, les juro por dios que voy a...ahh —se interrumpió así mismo soltando un quejido cubriéndose los oídos.
—¿Que pasa Liam? —interrogó Scott con preocupación.
Un sonido irritante y agudo llegó a mis oídos, aturdiéndome causando que me cayera de rodillos soltando un quejido de dolor.
—¡Kenzie! —grito mi amiga preocupada agachándose a mi lado.
—¿No escuchan eso? —apenas pude escuchar a Liam.
—Duele —repetí en voz baja cerrando los ojos con fuerza.
—Tranquila —trato de calmarme Lexa con una mano en mi hombro mientras se escuchaba el rechinar de llantas más alto.
—¿Le dijiste a alguien más? —inquirió Lydia acercándose a la ventana y asomándose por esta.
—A mi amigo Mason —miro a Lexa—. Dijiste vendría todo el mundo —comentó entre jadeos.
—¿Y a quien invitó Masón? —pregunto Stiles al aire.
—Hablamos de Mason, esta más que claro a todo el mundo —aún con el dolor aquellas palabras salieron de mis labios.
—A todo el mundo. —confirmó Kira preocupada después de asomarse por una ventana.
El rechinar de la madera causó más dolor en mis oídos, Liam estaba rasguñando el suelo.
—El piso, ¡levántenlo de piso! —gritó Lydia acercándose a Liam, a lo cual este le rugió.
—¡Vamos a la cabaña rápido!. Kira ayuda a Kenzie —ordenó Scott, deje de sentir la mano de Lexa en mi hombro para después sentir un brazo posarse encima de estos ayudándome a caminar.
Apenas llegamos a la pequeña cabaña, me recargue en uno de los postes de madera en un intento de tranquilizarme. Scott y Kira trataban de encadenar a Liam pero este no les facilitaba la tarea.
—Lo tengo, toma sus manos —pidió el alfa a su pareja.
El chico que invite empezó a soltar gruñidos más y más fuerte que antes, para seguido empujar a la pareja que trataba de encadenarlo. Kira fue mandada a otro lado de la cabaña al mismo tiempo que Liam se subía encima de Scott para empezar a ahorcarlo.
Rápidamente me puse de pie para abalanzarme a Liam, logrando quitarlo de encima de Scott. Como la noche anterior, me senté sobre su torso tomando sus muñecas con fuerza.
—¡Liam! —mi grito causó que dejara de mover y me mirara un momento pero no duró tanto ya que siguió moviéndose para zafarse de mi agarre.
De momento a otro Liam logró su cometido, cambiando lugar conmigo. Observe como elevó su mano con las garras de fuera tratando de herirme.
Pero Kira lo golpeó en la parte trasera de la cabeza e hizo que se desmayara encima mío, lo tiré aun lado levantándome del suelo.
—¿No lo mate o si? —pregunto la asiática angustiada.
—No, no solo se desmayó —respondió Scott después de tomarle el pulso a Liam.
—Gracias —murmure a Kira, ganándome una sonrisa como respuesta.
Me senté en el suelo con la espalda en el poste a esperar mi turno, después de encadenar a Liam tenían que hacer lo mismo conmigo.
Escuche las pisadas del Alpha y la Kitsune alejarse, entreabrí los ojos observando como ambos se acercaban poco a poco para bailar. Empezaron a balancearse lentamente hacia los lados, allí fue cuando decidí apartar la mirada para no incomodarlos.
Un dolor punzante hizo que gruñera levemente, pensé que podría soportarlo pero aquel dolor me recorrió de pies a cabeza, lo sentía en la columna. Inconscientemente mis garras salieron de poco a poco al igual que mis colmillos. La luna llena empezaba a hacer su efecto.