The Teacher's Son [Gay + Adul...

By jav_lar

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"Lo que ves es lo que soy, Pero no soy lo que crees que ves, Ni lo que ves es todo lo que soy" Diego es chico... More

Parte 1 - Capitulo 1 *
2. "Ten cuidado con lo que deseas"
3. "Murphy"
4. Antes que nada es un bully
5. Espía atrapado
6. "La Noche" *
7. Normalidad anormal
8. Verano
9. Nuevos inicios *
10. ¿Un jabalí no es lo mismo que un cerdo?
11. Pool Party
12. La Primera Cita
13. "Estoy casi seguro que es un hombre lobo"
14. "Citas no citables"
15. "Sexo, Tacos y Rock&Roll" *
16. On line
17. La pelea
18 "Tutorías"
19. "Don't tell me it's over..."
20. Xbox, Pizzas y Cervezas
21. "La Mascota del Equipo"
22. "Tú-Aquí-Ahora"
23. "Bad Dragon"
24. "Max el Terrible"
25. "Shadow"
26. "Franco"
27. "Parte del grupo"
28. "Amigos de verdad"
29. "La cena"
30. "Te amo"
31. "Estaré contigo siempre que me necesites"
III - 32. "Entre broma y broma..."
33. "La Mazmorra"
34. "Amigos, más que amigos"
35. "Fortuito y divertido"
36. "Duelo"
37. "Así no es como me hubiera imaginado terminarían las cosas."
38. "Joven 18"
39. "Yo no soy gay"
40. "Halloween"
41. "Encuentros y desencuentros"
42. "Memorias de un pasado olvidado"
43. "Domingo"
44. "Gemelos"
45. "Visita inesperada" *
46. "Absolutamente nadie debe enterarse"
47. Helado frito
48. "Misión de rescate"
49. "Intervención"
50. "Alex"
51. "Blue Moonstone"
52. "¡A por él!"
53. "Hola"
54. "Te presento a mi..."
55. "Charlas"
57. "¡Dime que no es verdad!"
58. "¿En dónde he venido a parar?"
59. "Día siguiente"
60. "No, no somos amigos"
61. "La Broma"
62. "No eras tan listo como creías"
63. "Luau"
64. "El Jabalí Salvaje, acorralado"
65. "Navidad"
66. "El chico del bus"
67. "Cuenta atrás"
68. "Tiempo fuera"
69. "Tenemos que hablar."
IV. 70. "CmO 4.2"
71. "Promesas rotas"
72. ¿Qué haces aquí? ¡Vete!
73. "Días oscuros"
74. "Secuelas y consecuencias"
75. "Segundas oportunidades"
76. "Mudando a una nueva vida, parte 1"
77. "Mudando a una nueva vida, parte 2"
78. "Si de verdad lo amas... Déjalo ir"
79. "Playlist de los corazones rotos"
80. "Todos los caminos me conducen a..."
81. "Estira y afloja"
82. "Cuatro noches, tres días, dos errores, un anillo"
83. "Te juro que no es obsesión"
84. "Padre"
85. "Padre parte 2"
86. "Despedidas"
Epílogo. "La noche del cometa"

56. ¿Dónde quedo yo?

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By jav_lar



56.

¿Dónde quedo yo?

-Mira nada más que sorpresa es esta. ¿Cuánto tiempo sin vernos? - ¿A quién trata de engañar? Hasta yo me puedo dar cuenta que para nada es una casualidad.

Omar se pone de pie enseguida con una amplia sonrisa a saludar a los recién llegados.

-Hola. –Atino a decir. - ¿Qué está pasando aquí?

Por la cara de Sergio deduzco que él está igual que yo de confundido. –Nada, al parecer. –Dice para buscar en los ojos de mi madre alguna pista. Para agregar dudando. –Venimos a, Iván y yo, festejar, no, solo salimos, sí eso, y henos aquí.

-Pues ya que están aquí, ¿Por qué no nos acompañan? Tenemos esta enorme mesa para nosotros solos, ¿qué dicen? –Y así muy "casualmente" nuestros vecinos se acomodan en los lugares que quedan libres de nuestra mesa.

El resto de la velada se me hace un poco incómoda, o por lo menos para mí, porque el resto parece disfrutar de una excelente noche. Para cuando llega el plato fuerte es cuando las cosas empiezan a cambiar.

- ¿Cómo va la escuela, ya saben a qué carrera aplicarán? –Nos pregunta Sergio.

- A mí me gustaría participar en un proyecto para desarrollar alguna tecnología o proceso que ayude al medio ambiente, así que aún estoy barajando un par de posibilidades, estoy entre química industrial, ciencias ambientales o energías renovables.

-El semestre pasado Diego presentó en la feria de ciencias un proyecto muy interesante por el cual ganó el primer lugar. –Agrega Omar muy orgulloso, como si no supiera que gané gracias a que él saboteó a mi competencia.

-Eso es muy impresionante. Yo lo que más he logrado es un segundo lugar en el torneo de futbol escolar. –Para Iván podrá no ser mucho, pero ser el segundo mejor equipo de su estado para mí es un gran logro.

- ¿Qué hay de ti Omar? –Le pregunta mamá.

-Estoy entre ingeniería, diseño industrial o arquitectura. Menos economía. –No puedo más que reírme de su broma.

- ¿Cuál es la gracia? –Pregunta Sergio.

-Lo que sucede es que Max, da esa materia y por lo que entiendo Omar es su alumno menos favorito. –Apuntilla mamá.

-Eso, siendo amables, aunque déjenme les cuento que tiene un próspero negocio. –Esta vez soy yo quien se enorgullece de presumirlo.

- ¿Qué negocio es ese? –Se muestra interesado Sergio.

-Es algo tonto en realidad, tengo un pequeño local de coleccionables; anime, fantasía y en general cosas frikis. Pero me va bien y me da la oportunidad de ser un poco más independiente económicamente hablando.

- ¡Cool! –Exclama asombrado Iván.

- Para ser menor de edad y ya tener un negocio en marcha es realmente impresionante, yo a tu edad todavía pensaba en hacerme estrella de rock.

-Ja ja, bueno, aunque no soy menor de edad, estoy por cumplir los 19 años.

- ¿Y eso? ¿Repetiste un curso o que paso?

-Sí tuve un, digamos problema por lo que tuve que re cursar un año. No me conflictúa tanto ya que gracia a eso conocí a Diego.

-Recuerdo bien a ese niño travieso que andaba detrás de mi hijo. –Comenta mamá animada. Y justo así empezamos a recordar anécdotas de la época que viví con ella.

Con el carrito de postres y el tiempo encima mamá por fin tiene el valor de hablarme directo a la cara.

-Hijo, me alegra enormemente el que hayas venido, no sabes lo feliz que estoy de tenerte a mi lado en este momento. Al igual que a todos ustedes.

-Yo también mamá. –Tomo su mano con cariño.

-Hay algo más que me gustaría celebrar esta noche, nos gustaría celebrar. –Se corrige mamá a la vez que sostiene la mano del vecino.

-Diego. –Esta vez es Sergio quien se dirige a mí. –Rebeca y yo hemos estado saliendo por un tiempo, como algo más que amigos, quiero decirte que mis sentimientos por ella son fuertes y sinceros, por lo que me gustaría pedirte tu consentimiento para formalizar nuestra relación.

¡Boom!

Una estampida de pensamientos se desata en mi cerebro, tantas ideas, sentimientos, pronósticos, posibles consecuencias me aturden al punto que no tengo ni la más remota noción de cómo debo actuar. Desconozco si son horas, minutos o segundos los que me desconecto de la realidad.

Debajo de la mesa, la mano de Omar apretándome ligeramente el muslo me trae al presente. Inhalo profundamente y con algo de dificultad, pues incluso me he olvidado de respirar en mi "short-circuit".

-Yo, amh. –Escruto entonces la mirada de todos en la mesa, en especial la de Iván, ya que él también debería dar su opinión al respecto ¿o no? Por su expresión expectante ante mi respuesta me imagino que él ya está al tanto de lo que sucedía entre ellos. Recuerdo entonces la foto que encontré anoche, es evidente que el sujeto no era otro que Sergio, y si ambos salían a cuadro eso quiere decir que lo más seguro es que fuera el mismo Iván quien la hubo tomado.

- ¿Estas bien? –Me pregunta Omar en voz baja.

-Sí, supongo que lo estoy. –Le respondo girando mi atención a él. -Si ambos son felices por mi está bien. –Esta vez me dirijo a la pareja con una sonrisa tímida.

-Gracias Diego. –Suspira aliviado. Acto seguido se levanta sacando una pequeña caja negra del bolsillo de su saco para arrodillarse frente a mamá. –Rebeca Alvarado, eres una mujer extraordinaria e increíblemente hermosa, desde que te conocí has iluminado mis días. Te amo. Rebeca, Becky, ¿Me harías el honor de ser mi esposa?

Con lágrimas en sus ojos y una enorme sonrisa en sus labios, voltea a verme. Más animado de lo que en realidad creo estar le confirmo mi aprobación. Ella al principio solo sube y baja la cabeza con movimientos muy lentos que pronto van subiendo de velocidad hasta que por fin logra pronunciar. –¡Sí, quiero que seas mi esposo!

Nuestra mesa y las del rededor se unen en aplausos. Sergio pide nos traigan una botella de champagne para brindar.

- ¡Salud por los novios! –Brindamos chocando nuestras copas.

-Por los novios. Repite mamá en voz baja guiñándome un ojo al chocar nuestras copas por segunda vez.

Lo que me mantiene centrado en este momento es la mano de Omar sosteniendo la mía por debajo del mantel, lejos de miradas indiscretas. Las pequeñas luces nos iluminan cual estrellas en esta noche, reflejadas en sus pupilas color avellana que no han dejado de cautivarme cuando me miran.

De regreso a casa venimos: Omar, manejando el auto de mamá, Iván en el asiento trasero y yo de copiloto, aunque como si ni existiera. Por más que doy vueltas en mi cabeza no logro definir cómo me siento con respecto a, ellos juntos. Escucho como vienen hablando sobre temas que sinceramente no me interesa entender en estos momentos, lo que necesito es cerrar los ojos y dormir. Para mí mala suerte la velada continúa en el departamento de nuestros vecinos.

Como es de esperarse ahora que ya son oficialmente prometidos, mamá se la pasa todo el tiempo en brazos del vecino dándose besos a cada rato. Ir directo a mi chico, besarlo y montarme en sus piernas suena tan tentador por momentos, con algo de suerte pueda arruinarles la noche. Sí, a ellos que se han portado tan bien conmigo y sobre todo a Omar que no tiene culpa de nada. "¡Pero de esta noche no te escapas sexy motero en traje!" prometo para mis adentros.

- ¿Quieren una cerveza? ¿Omar, hermano? "Hermano", me gusta cómo suena, siempre quise tener uno.

-Gracias Iván, yo sí te acepto una. –Omar le recibe la botella. - Diego, ¿Tú que dices?

-Claro "hermano", creo que necesito un par de esas, con este calor como decir que no.

El tema de conversación gira entorno a cómo se conocieron, poniendo especial énfasis en las cosas cursis y divertidas que los llevaron a enamorarse. Ni en mis más rebuscadas ideas se me había ocurrido que subir cuatro pisos por las escaleras con un montón de bolsas de súper podría considerarse como algo romántico, claro que si un chico de buen ver se apiada de ti y te ayuda con las compras llevándolas hasta tu casa ayuda mucho, más todavía si tenemos en cuenta que al caballero en cuestión no le importó llegar tarde a una junta importante del trabajo.

La luz en los ojos de mamá se nota más brillante cada vez que lo ve, incluso su postura luce más relajada y cómoda. Me encanta verla feliz, lo cual no hace más que empeorar las cosas, pues no puedo odiar a su novio.

Iván me cuenta sobre un fin de semana que pasaron en unas cabañas no muy lejos de aquí, senderos rodeados de naturaleza, brizas ligeras, cascadas increíbles, atardecer de película y ellos tres. Ok eso sí me ayuda bastante.

Me río y emociono con cada detalle y anécdota que cuentan, según he aprendido a como se supone debo reaccionar a ello, por dentro un vacío se va apoderando de cada órgano, hueso y vena que encuentra. Sentado a mi lado y ajeno a mi pesar esta Omar con una amplia sonrisa encantadora en su rostro, bromeando y celebrando con todos.

O por lo menos es lo que da a entender. Tan natural y descarado como es él, estira su brazo para quedar detrás del respaldo del sillón, rosando mi cuello. Debido a que estoy del lado más lejano a ellos nadie se percata que en realidad está acariciando mi oreja con suaves movimientos circulares o pellizcando levemente el lóbulo. No sé cómo demonios lo hace, saber exactamente que me siento pésimo y de la nada un pequeño gesto suyo logra reconfortarme.

- ¿Qué onda? ¿otra ronda? –Pretende sonsacarnos mi hermanito.

-Yo paso, gracias. –Declina mi novio. - Qué hay de ti, ¿cómo te sientes?

-Estoy bien, pero es suficiente por hoy, gracias. –No creo sea prudente consumir más alcohol el día de hoy.

Son casi la 1 de la madrugada, cuando por fin mamá pone orden y decide concluir la velada, así que decidimos dormir unas cuantas horas antes de que amanezca. Como era de suponerse mi falta de experiencia con la bebida se hace notar en mis pasos vacilantes, por lo que Omar me ayuda tomándome del hombro para guiarme hasta mi cuarto y no tropezar derribando todo a mi paso. Realmente me tiene paciencia este chico, dudo siquiera que yo mismo soportaría a alguien como yo de estar en su situación.

Una vez que nos despedimos de mamá y ya a solas en la habitación con algo de torpeza me abalanzo sobre él con besos y caricias desesperadas, no me preocupo por quitarle la camisa ni mucho menos la corbata que a estas alturas la tiene un poco floja, me voy directo a la bragueta del pantalón. Dentro, encuentro su miembro morcillón, sin dejar de besarlo ni perder tiempo lo saco para poderlo masturbar con mayor comodidad.

De su garganta solo se oyen leves gemidos que ahogo con mis labios, titubeando recorre con sus manos mi cuerpo hasta mis glúteos apretándolos con fuerza. Con solo una mano intento desabrocharme el pantalón, y seguir nuestro juego. Inesperadamente me toma de las manos deteniéndome, tal parece que la sorpresa con la que lo había tomado se ha terminado. Supongo que eso es todo por hoy.

Para mi sorpresa él sigue desvistiéndome, para continuar con sus ropas una vez que ha terminado conmigo, ya desnudos me recuesta en la cama, se acomoda encima de mí y continúa con los besos y caricias cubriendo cada poro de mi piel. Por mi parte, busco la mejor posición que puedo para recibirlo, él se levanta de la cama supongo yo para buscar un condón, la sorpresa me la llevo yo cuando en lugar de ello me arropa con las cobijas hasta el cuello y da un beso en la frente.

- ¿Qué haces? –Le pregunto contrariado.

-Taparte, hoy hace algo de frío.

-Pero yo quiero, te necesito. –Le confieso, lo quebrado de mi voz suena más a un puchero que a una petición.

-Por más que quiera hacerlo, no es el lugar ni el momento. –Susurra a mi oído.

- ¿Te quedarás conmigo?

-Siempre que tú quieras.

-Lo quiero, esta noche te necesito.

Como respuesta entra en las sábanas a mi lado, su calor corporal tiene un efecto tranquilizador en mi por lo que me acurruco en su pecho, al oír sus latidos y oler su aroma me calman lo suficiente para por fin sacar lo que tengo dentro.

- ¿Dónde quedo yo?, ¿cuál es mi lugar ahora? –Unas lágrimas rebeldes escapan de mis ojos.

- ¿A qué te refieres? No estés celoso, sabes que tu mamá te ama.

-Lo sé, es, ¡ah! no sé cómo explicarlo. Es solo que a partir de hoy mi familia se ha disuelto por completo. Papá y Elena con sus críticas hacia mí todo el tiempo y ahora mamá y Sergio muy contentos haciendo sus vidas aquí, lejos de mí. Es como si el trauma del divorcio regresara con mayor intensidad que antes puesto que ahora con certeza me doy cuenta que no encajo en ninguno de los dos lados, es como si ambos estuvieran mejor sin mí.

- Quieres verlos juntos de nuevo y ser una familia feliz y unida, te entiendo.

-No es eso, los dos son felices separados, eso está bien por mí y me alegro por ellos, en serio, pero yo. No puedo disfrutar ni de un fin de semana con mamá, o ser partícipe de su vida.

-Ya veo, preferirías quedarte aquí con ella.

-Sí, no, no sé, mi vida está en casa y estás tú.

-Yo estaré a tu lado siempre que me necesites. Ven aquí amor. –Me rodea con sus brazos tratando de reconfortarme. –Tú lugar nadie te lo va a quitar, ahora que he conocido a ambos puedo decirte que te aman demasiado, nunca lo dudes. Además, ten en cuenta que también tienes un lugar a mi lado, solo míranos, encajas a la perfección entre mis brazos y pecho.

-Lo sé. –Se siente tan bien y natural estar aquí que no puedo más que dar gracias por tener un novio como él. –Lamento mucho el que tengas que soportar mis berrinches de niño malcriado.

-Solo te informo que me debes una cena romántica bajo las estrellas, mucho alcohol y comida, solo entonces pensaré en perdonarte.

-Tonto.

Esta vez duermo de largo toda la noche, al despertar noto su brazo rodeando mi vientre, su pecho en mi espalda y sí, su erección mañanera en mis glúteos. En definitiva, la mejor forma de empezar el día. Omar mueve sus caderas acomodando su pene entre mis piernas, justo debajo de mi perineo, masajeándome simulando una penetración, mientras me da un beso detrás de la oreja mordiendo levemente mi lóbulo.

- ¿Estás seguro que quieres tomar ese camino? –Bromeo con él.

-Tienes razón, no debemos, pero me debes una noche de sexo salvaje. – Con esto se detiene y más que eso, se levanta de la cama. Genial, mi intención no era el detenerlo, solo hacerlo interesante. Encima estoy acumulando deudas, deudas que pienso pagar con creces.

- ¿Qué haces? –Le pregunto al verlo rebuscar en su maleta.

-Voy a salir a correr, ¿hoy si te apuntas flojo?

Completamente despierto y con energía de sobra por liberar, decido esta vez acompañarlo a correr al parque. No sin antes de escombrar un poco el cuarto pues con luz y en mis cinco sentidos me percato del desastre que hicimos anoche, nuestras camisas, sacos, boxers de anoche están regados al azar por todos lados.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

POV Omar

Definitivamente la sorpresa del fin de semana se lo lleva la señora Rebeca, es decir sí era más que notorio que entre ella y el vecino tenían algo entre manos, pero de eso a que de plano propuesta matrimonial y toda la cosa, eso sí que no me lo esperaba. Por la expresión de Diego, me doy cuenta que él menos tenía idea. Sonríe y es amable porque así es él, pero yo sé que por dentro se siente agobiado. Por ello trato de tranquilizarlo y apoyarlo, solo que no sé muy cómo hacerlo, así pues me limito de momento a mantener contacto físico con él para hacerle saber que estoy con él.

De regreso me ofrezco a conducir pues lo noto mucho más distraído y absorto de lo normal, como no tiene ganas de interactuar con nadie dirijo la conversación hacia Iván quien resulta tener cierto parecido con mi primo, por lo menos en lo parlanchín, lo que es genial ya que no se ha dado cuenta del estado con el que viene mi chico.

Como es de suponerse los recién comprometidos no desean que la noche termine aun, por lo que Sergio nos invita a su departamento a continuar con el festejo. Debo admitir que me gusta mucho mi nuevo suegro, con él la convivencia resulta ser mucho más agradable y cordial, sus pláticas son entretenidas y su forma de narrar su flechazo es dinámico sin contar con que Rebeca lo interrumpe a cada rato para corregir ciertos detalles o completar la idea que te hace imaginar todo lo ocurrido como si de una película se tratase. Definitivamente hacen una pareja increíble, tomados de las manos y mostrándose afecto uno al otro.

Iván, que no puede quedarse callado mucho tiempo nos cuenta unas cuantas anécdotas divertidas de la pareja. Sé muy bien que soy un extraño en esta unidad familiar y sin embargo me siento a gusto entre ellos, lo cual no sucede precisamente con Diego, sus risas y comentarios corteses no logran engañarme. Casi puedo asegurar que percibo una sombra de celos emanando de él, por lo que con la mayor discreción que soy capaz (aunque ya ha quedado asentado que no lo soy tanto como pienso), rodeo su cuello con mi brazo para poder hacerle cariñitos en la oreja como tanto le gusta, nunca me lo ha dicho abiertamente, pero he notado como se relaja cuando lo hago mientras estamos acurrucados en el sofá viendo la tele.

Por fortuna, no dura mucho la velada, después de las despedidas, abrazos y felicitaciones redundantes por fin vamos en camino hacia la cama. Debido a los pasos vacilantes de Diego a causa de la bebida lo tomo de los hombros para ir guiándolo sano y salvo a través del pasillo hasta su recamara. Nos despedimos de su mamá y estamos solos de nuevo.

No sé cómo lo hace, pero este chico realmente sabe cómo excitarme, antes de que me diera cuenta ya estaba sobre de él desnudos y a punto de tener sexo. Fue una estupidez de mi parte o tal vez una sensatez el que no haya permitido que llegara más lejos, en cambio, lo que sí hago es demostrarle mi amor al escuchar de sus labios los temores y frustraciones generadas por "La gran sorpresa de la noche".

No lo culpo, de hecho, puedo entenderlo, aquí tienen una vida familiar muy parecida a lo que él tanto a anhelado, solo que él no está incluido en la ecuación. ¿Cómo podré ayudarlo? Me cuestiono y doy vueltas en la cabeza mucho después de que él por fin conciliara el sueño. Bueno, aquí todos parecen quererlo mucho, quizá pueda, no, podamos venir a estudiar la universidad a esta ciudad.

La perspectiva que aparece ante mí es grandiosa. Lejos de nuestro pasado, lejos del profe, y más juntos y felices de lo que hemos sido hasta ahora, y quien sabe, quizá en unos cuantos años más sea nuestra boda la que celebremos.

El sol inundando nuestra habitación ofrece otra gran oportunidad de estar juntos, más alegre que de costumbre lo animo a levantarse y salir a correr juntos. Muy a su pesar acepta, ya que él preferiría quedarse a practicar otro tipo de actividades físicas que no requieran salir de la cama (para ser honestos también yo) pero con mamá suegra en la habitación contigua y sin la privacidad que una puerta de madera ofrece prefiero no arriesgarme. Sé que lo hemos hecho ya un par de veces con su padre durmiendo en la habitación contigua, así que no es por miedo, sino por respeto, he sido tan bien recibido en su casa que siento estaría traicionando su confianza.

En lo que yo doy seis vueltas mi chico apenas si logra completar dos y media, mmh debo de ponerlo en la caminadora más tiempo, o mejor que eso pasar por él y llevarlo conmigo a la pista. Dando la última vuelta veo a lo lejos estirando en los aparatos, aunque no solo, un tipo medio grandulón esta frente a él intercambiando palabras en voz alta que no logro escuchar, por si no fuera poco le da un golpe en su hombro. ¿Quién carajos se cree este sujeto?

Debido a que he visto su progreso en los entrenamientos confío en que él puede hacerse cargo solo, aun así, no puedo evitar preocuparme por lo que me acerco a ellos para intervenir de ser necesario. A unos pocos metros de distancia me doy cuenta que no es el único, hay unos cinco chavales más a su alrededor riéndose a carcajada suelta.

Con los puños apretados y listo para soltar golpes me paro junto al grupo solo para ver que Diego está haciendo bromas y divirtiéndose de lo lindo a su lado.

- ¡Hola! Qué bueno que ya llegaste, quiero presentarte a mis amigos. –Me saluda Diego en cuanto me ve para después presentarme a cada uno de ellos incluyendo al grandote, un tal Rogelio. Un fuerte apretón de manos es suficiente para hacerle entender que soy un tipo de pocas pulgas.

- ¿Entonces si se va a hacer o no? –Pregunta uno mocoso de unos quince años, Pepe creo que se llama.

-Nos están invitando a jugar una cascarita de fucho, tú dices si te apuntas. –Me explica Diego, a la vez que me deja en claro que por lo menos él si piensa unírseles.

-Va, me parece bien. –Acepto con falso entusiasmo. ¿Qué quería que le contestara? "No, pensaba mejor en subir a darnos un baño juntos y talvez terminar lo que empezamos desde anoche".

Ok, no soy malo en deportes, pero el futbol rápido no es uno de mis fuertes, sobre todo al ser un trabajo de equipo. Como queda claramente demostrado con la comunicación existente en ambas alineaciones, sí, ya sé que es natural debido a que entre ellos se conocen bien. Al contrario de mí que vengo siendo un completo desconocido, agregando el hecho que mi personalidad es más bien individualista. No, definitivamente no hay mucha química con ellos en la cancha, por lo cual soy sustituido nada más ni nada menos que por el crack de Diego.

¿Es cierto lo que ven mis ojos? Conduce el juego de portería a portería rápidamente, burla a los adversarios y para colmo de los colmos anota gol en su primera jugada. Es la primera vez que me siento un completo inútil, intimidado por quien solía ser mi "puerquito". Lo curioso del asunto es el hecho de que no me altera como se supone debería hacerlo, o tal vez un poco, mi "amigo" es quien está más que emocionado por lo que veo.

¿En qué momento se convirtió en un jugador estrella? Me imagino que los gemelos tienen algo que ver en ello, conociéndolos seguro invitaron a Diego a alguno de sus entrenamientos.

Iván e Hiram apenas van llegando para la segunda mitad del encuentro, me saludan y mi cuñado pide que le dé un resumen del partido; dado que en casa tenemos cierta afición por los deportes y sus estadísticas me resulta bastante sencillo hacer un análisis del partido. Tras escuchar mis observaciones entra a la cancha para hacérselos saber a los demás jugadores.

Pasados los 50 minutos de juego terminamos (terminaron, mejor dicho) con un marcador de 5-2 a nuestro favor, dos de los cuales fueron marcados por mi chico trayendo orgullo al equipo y deshonra a mi ego. Los ejercicios de respiración ayudan bastante a calmar mi ira y de paso la erección que traigo desde que lo vi moviendo su lindo trasero por toda la cancha, ¡oops! Creo que ha regresado de nuevo. Respira, inhala, retén, exhala...

Piensa en cosas desagradables como, amm Rogelio abrazando a Diego por su triunfo, ¡No!, ¡eso solo me enfurece más! Vivir juntos y ser una familia, ¡Oh sii!, ok nop, con eso se me ha vuelto a empalmar. ¡Ahhh! Piensa, piensa, piensa. Bichos, mocos, Rex mojado y enlodado sacudiéndose en la sala ¡puaj! De pensar en que como "responsable adjunto" del perro me toca limpiar todas sus gracias, es suficiente para concentrarme en el presente.

Al terminar el encuentro Hiram y yo vamos a la tienda por unas latas de cerveza y otras bebidas más saludables para que se refresquen los muchachos. Al regresar me encuentro con la noticia de que Rogelio (el portero y grandulón del equipo), confirma que en la noche habrá una fiesta en su casa. Diego se ve muy entusiasmado al igual que Hiram así que de nueva cuenta cedo ante él.

De nuevo el apartamento encontramos a su mamá y a Sergio esperando para llevarnos a los tres a dar la vuelta por la zona turística, así que tras un baño rápido nos ponemos en marcha.

Para ser un paseo "familiar" debo admitir que está bastante bien. Puede que lo niegue por lo testarudo que es, pero yo sé que Diego se divirtió. Sí, me dejó atrás con Sergio e Iván, pero como negárselo con lo contento que se le veía al caminar al lado de su mamá. Una comida deliciosa, muchas fotos, y pláticas entretenidas hicieron de este día algo memorable. Regresamos justo al anochecer a tiempo apenas con tiempo de refrescarnos antes de ir a la fiesta.

Al ser una reunión entre amigos prácticamente lo único que hago es cambiarme de camisa y ponerme mi chaqueta de piel, ya que las noches son notoriamente más frescas que el día. Mi chico, para según él no ser un obsesionado con la moda, revuelve casi toda su ropa buscando que ponerse hasta que por fin sale con unos jeans rasgados, camiseta negra y chamarra deportiva. Es gracioso pero su atuendo es casi el mismo con el que salimos de paseo en la tarde con su mamá.

En la puerta del edificio ya están Hiran e Iván esperándonos, como la casa del grandulón no está muy lejos vamos caminando, lo que me da la oportunidad de conversar con su amigo.

- ¿Cómo lo estás llevando Hiram?

-Puff, que te digo, me siento liberado y triste a la vez. Me gustaría verlo de nuevo, saber cómo está y ver si puedo ayudarlo de alguna forma. –Obviamente se refiere a su ex, el mismo que lo ha puesto en esta situación para empezar.

-Perdón, pero pensé que no querrías verlo de nuevo, después de que él...

-También lo llegué a pensar, aunque para ser honestos tampoco tuvo toda la culpa, esa ocasión estábamos ya sabes, muy intensos en pleno acto cuando se rompió el condón. Eran tantas mis ganas que al principio no le di importancia y quería seguir, lo hubiera hecho de no ser porque tenía otro preservativo nuevo. Fui afortunado, o por lo menos de momento, el doc me dijo que debía repetir los exámenes en tres meses para descartar cualquier cosa. Bueno regresando al punto, creo que nunca fue su intención el ponerme en riesgo, así que; no sé, tal vez sea algo estúpido de mi parte.

- No creo que sea estúpido. Pareces quererlo mucho así que adelante, búscalo.

-Todo depende de que él esté dispuesto a recibirme en su vida.

Una vez en la fiesta somos literalmente devorados por la música y el mar de gente que hay en el interior. De inmediato Diego al igual que Iván son rodeados por el equipo y algunas chicas, Hiram sin perder tiempo se dirige a lo que puede llamarse pista de baile, dejándome solo en mitad del pasillo. Sin más que hacer busco que hay de comer y beber, genial solo frituras, refrescos, y cerveza de raíz, y yo que pensé que por lo menos tendría un barril ese grandulón.

Lo que me consuela es ver a mi pequeño Diego socializar sin que nadie lo presione, aquí es una persona completamente diferente a como es en casa. Lo curioso es que parece que se han invertido los papeles, pues a mí, salvo por una chica no hay ni quien me pele. Hablando de esta niña dice llamarse Pamela, tener 17 años (aunque yo creo que menos), viene con su prima que es novia de uno de los jugadores y no sé cuántas cosas más que no me interesan. Como tampoco es la idea de darle el plantón tan groseramente bailamos juntos un par de canciones, los demás animados por la música electrónica se unen y se arma una rueda con lo cual termino por alejarme de ella lo más que puedo.

Lo mejor de la fiesta es sin lugar a dudas cuando deciden que ya es hora de regresar. La noche fresca despeja mi mente mejorando mi humor, más aún ahora que puedo caminar de la mano de mi chico al amparo de la oscuridad. De la nada recarga su cabeza en mi hombro y seguimos caminando unos pasos, bajo mi mirada y me encuentro con sus dulces labios sobre los míos. Nuestros amigos al ir unos metros delante de nosotros no se han percatado de nada.

Esta vez Diego se queda dormido en cuanto su cabeza toca la almohada, no es para menos ha sido un día muy ajetreado para él. Ahora soy yo el que tarda en conciliar el sueño. Ayer él me ha confesado sentirse fuera de lugar aquí, hoy he visto lo contrario, cada vez estoy más convencido de que pertenece a este sitio. Lo cual me lleva a pensar que, soy yo quien realmente no termina de encajar. Si él se muda a esta ciudad, ¿Dónde quedo yo?

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