La noche ya había caído sobre la cuidad, las estrellas brillaban de una forma hermosa, sin ni una sola nube que opacando el cielo nocturno, las ventanas de los edificios brillaban y aunque quería contemplar ese paisaje un poco más el sonido de la puerta a su espalda le indicó que ese momento de tranquilidad había terminado.
Se dio la vuelta apoyándose en la baranda dándole la espalda a la cuidad vibrante de luz para encontrarse con la figura de ese Alfa mayor, no dijo nada y recibió su castigo. Una fuerte bofetada hizo arder la piel de su rostro, se llevó la mano al área como reflejó y de inmediato recibió un fuerte puñetazo en la boca del estómago. El aire abandono sus pulmones y terminó cayendo sobre sus rodillas respirando con dificultad.
— Te dije que te comportaras! — Escucho por parte del mayor.
— Ya no soy un niño... — Dijo abriendo los ojos viendo esos reluciente y caros zapatos frente a sus manos.
— Voy a disfrutar tomar a ese omega! — Habló con regocijo observando al alfa menor a sus pies. — Todo lo malo que pueda pasarle será tu culpa! —
— El no es como todos los omegas que has visto, él no es una muñeca que puedes manipular a tu antojo... — Agregó Jeon conociendo lo fuerte que era Park Jimin, sabiendo que no era como el resto y debía admitir que eso le atraía demasiado, esa actitud salvaje y esa mirada fría, Jimin era como una hermosa flor llena de espinas. Pensar en él le daba valor y si no fuero por ello ya se abría consumido por completo.
— Es un Omega y como cualquier otro abrirá sus piernas a cualquier alfa. — Gritó encolerizado ante esa actitud de su hijo, Jeon no parecía responder a sus amenazas y eso le sacaba de sus casillas.
— No estaría tan seguro... — Jeon contesto sonriendo mirándole altanero casi copiando la actitud venenosa de su hyung.
— Cuando lo tenga entre mis brazos no veré más que lágrimas caer por tus mejillas! — Jungkook no pudo evitar temblar ante aquella imagen en su mente pero mantuvo la mirada firme. — Solo ladras pero en el fondo sigues siendo tan frágil. — Sus manos acariciaron la piel de sus mejillas y él simplemente rechazó esa caricia apartando la cara.
— Agh! — Gritó de dolor cuando los cabellos de su nuca fueron agarrados con firmeza obligándole a ponerse de pie.
— Llévenlo a la mansión, no quiero que un mocoso arruine mi diversión! — Ordenó a sus hombre para arrojarle dentro del ascensor.
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Dos días completos desde que había sido abandonado por Jeon y el no hacía más que actuar con normalidad como si nada de eso hubiese ocurrido, esperando encajar nuevamente en esa vida que ya había terminado, ya no tenía a sus amigos cerca y lo único que no parecía cambiar era Hoseok, tan sonriente y energético como siempre, nada malo parecía pasarle como si los problemas simplemente pasaran de él y entonces pensó que su vida hubiese sido más fácil de haber nacido como un Beta, sentía envidia de lo simple y corriente.
Mastico el último bocado sin haber siquiera disfrutado de aquel platillo, la comida no tenía sabor y la bebida no le saciaba, alcohol con gusto a agua corriente.
— Gracias por la comida! — Agradeció sin expresión alguna sobre sus facciones.
— Es tarde quieres que te acompañe? — Habló J-hope al ver al rubio levantarse de la mesa.
— Estoy bien, no soy una mujer! — Dijo para despedirse con una sonrisa falsa que seguro Hobi había notado.
Salió del local encontrándose con el bullicio de la calle, con su cuerpo siendo bañado por las luces de letreros y el aroma a cigarrillos y comida callejera. Camino por un largo rato alejándose del centro, pensaba en una manera de solucionar las cosas de terminar con todo ese absurdo sufrimiento, quería ayudar a Jungkook quién a diferencia de el no merecía nada de lo que estaba ocurriendo.
Detuvo su andar cuando respirar se le hizo difícil, sentía como su cuerpo comenzaba a temblar y sin poder mantenerse de pie se encorvó llevando una de sus manos su boca.
— Maldición! — Vociferó con ira al darse cuenta de que había entrado en celo, jadeo sintiendo su interior retorcerse y como este le pedía satisfacer sus bajos instintos, como pudo se puso de pie camino con incomodidad gracias a la erección bajo sus pantalones, había recorrido unas cuadras y su estado empeoraba con cada paso, le había dado aquella jeringa de emergencia a Jeon y ya no tenía más, esperaba no cruzarse con ningún alfa en el camino, la suerte le sonrió y al levantar la vista logró ver una farmacia.
— Qué tenemos aquí? — Una voz a sus espaldas le hizo chistar la lengua furioso y al mirar atrás los fuertes brazos de un chico le tomaron por la espalda.
— Suéltame hijo de puta! — Gritó encolerizado y sediento de sangre.
— Qué encontraste? — Escucho la voz cansada de otro muchacho y entonces realmente se dio cuenta de lo peligroso de esa situación, no porque no pudiese encargarse de esos bastardos, si no que se trataba de dos Alfas. Había usado supresores por tanto tiempo aun cuando estaba marcado pero ahora ya no era protegido por Tae y los supresores comunes no tenían la misma efectividad ya que este era el primer celo sin pertenecer a un Alfa. Su captor le dio la vuelta afirmando sus brazos con fuerza. — Oh! Que grata sorpresa! — Las manos de ese Alfa le tocaron el abdomen desde el estómago hasta el cuello y mordió su labio con impotencia.
— Ni siquiera lo pienses! — Gritó furioso dando patadas.
— Vamos... Guarda silencio! — Le susurró aquel alfa que le sostenía por la espalda.
— Tu cierra la boca bastardo! — Contestó sin mostrar debilidad ni miedo, cabreado hasta las pelotas piso con fuerza uno de los pies de ese alfa quien chilló pero no aflojó el agarre.
— Me las pagaras! —
— Tú me las pagaras! Pedazo de mierda! —
— Tenemos un chico difícil... Pronto no saldrán más que gemidos de esos lindos labios! — El alfa de mirada cansada tomó su flequillo para obligarle a mirar en su dirección. Park vio con mayor detenimiento a ese hombre, pero lo único que llamó su atención fue el brillo reflejado sobre ese aro de metal en el labio inferir de esa boca.
Vio como ese chico desabrochar su cinturón para quitárselo, miro con incredulidad como se acercaba a él con ese objeto en sus manos.
— Qué mierda? — vociferó con molestia.
— Te ayudaremos... — El cinturón termino sobre su cuello y sintió como fue abrochado. Eso era realmente humillante, nunca antes siquiera había considerado usar un collar ni por protección hubiese aguantado aquella degradación y ahora no podía estar más furioso.
— Ayudarme? Te ayudaré a buscar tu trasero... — Fue interrumpido con violencia.
Fue golpeado en el rostro con fuerza, la sangre brotó de su nariz y se sintió tan miserable como en el pasado, levanto la mirada jadeando y se estremeció al sentir como esas manos frotaban sus genitales.
— Ah... — Un jadeo traicionero escapó de sus labios.
— Hueles tan bien... Demasiado bien... — La pesada respiración contraria chocaba contra la piel de su cuello y se removió asqueado por ello. Odiando su instinto, reaccionando a esos Alfas sintiendo su orgullo por el suelo.
— Por favor... — Se dejó acariciar por ambos muchachos observando con disimulo a su alrededor. Vio vagamente como algo brilló dentro de la chaqueta del alfa que estaba entre sus piernas. Actuando dócil se apoyo sobre ese hombro.
— Lo quieres, verdad? — Dijo ese chico a su espalda quien soltó sus brazos para meter sus manos bajo su camisa.
— Si... — Dijo por fin para besar los labios de ese Alfa, abrazándose a él, sintiendo esa lengua invadir su cavidad y cuando este se sofocó por la falta de aire aprovecho y mordió el labio inferior del mismo jalando con fuerza del piercing que adornada su boca, la sangre tiño sus labios y un gritó desgarrador se dejó escuchar en aquella oscuridad. Sus hábiles manos tomaron aquella navaja y acorraló contra la pared al segundo Alfa.
— Te dije que me las pagarías... — Habló Park sosteniendo esa navaja muy cerca de ese cuello, casi enterrando la hoja en esa piel pero en lugar de apuñalarle de dio un fuerte patada en las bolas. Con ambos alfas en el suelo se arregló las ropas, quitó ese cinturón de su cuello y caminó hasta la tienda, la luz del lugar le encandiló por un momento, entonces se dirigió al pasillo donde permanecían las inyecciones y supresores. No dudo ni un minuto en sacar aquella jeringa de su empaque para inyectarse en el brazo.
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Hoseok había conseguido una sala de baile no muy lejos del teatro donde presentarían su número con el resto del instituto de danza, su cuerpo se movía de un lado para otro en aquella coreografía compleja y ahora incompleta sin el tercer bailarín. Su cuerpo de pronto le traicionó y se apresuró para entrar en el baño y vomitar.
— Jimin? Estás bien? — Hobi se apresuró a verle y preocupado entró en ese pequeño baño para sobarle la espalda.
— Si... — Intento levantarse pero se aferro con dificultad a la tasa del inodoro, casi perdiendo la conciencia.
— Jimin! — El mayor le tomó de la cintura para que se apoyara en él. Park estaba sudando y con cuidado le quitó esa chamarra. Hoseok tomó sus manos para remangar aquellas mangas largas y vio la marca de piquetes en los brazos del más joven, asustado quito la tela del camino y le miró con reproche. — Qué significa esto? —
— Solo... Trae mi mochila... — Pidió el rubio ignorando su pregunta.
— No! Qué rayos es esto?! — Le gritó apretando su brazo sin llegar a lastimarle. — Son supresores verdad? — Le acusó molesto. — No puedes usar una dosis tan concentrada! —
—No es tu problema, no lo entenderías... — Habló alejando los brazos del otro.
— Lo entiendo! Entiendo que lo que estás haciendo está mal! — Le grito.
— No te estoy pidiendo que te preocupes por mi! — Jimin respondió con violencia, poniéndose de pie a dudas penas pero Hobi no le dejo escapar.
— Claro que me preocuparé! Te harás daño! — Aquella mano sujeto la propia y nuevamente le alejó con fuerza.
— Dejame en paz! — Grito en el umbral de la puerta.
— Es por tu celo? No puedes cambiar lo que eres! Debes aceptar tu naturaleza! — Le recriminó el mayor, Park se enfureció al escuchar esas palabras viniendo de un Beta, era imposible que entendiera su sufrimiento.
— Por qué te importa tanto!? — Gritó encolerizado no siendo capz de decir realmente lo que pensaba temiendo lastimarle.
— Porque somos amigos! — Contestó por fin, reafirmando lo obvio pero que al parecer Jimin había olvidado. — Te conozco y he visto tu sufrimiento, no digas cosas irresponsables cuando he sido yo el que ha estado junto a ti... — Las palabras del pelirojo eran pura verdad, Jung Hoseok había estado allí para el desde el principio y simplemente le había rechazado todas esas veces, cuando este no hacía más que ayudarle.
Se abrazó a Hoseok con fuerza, jadeando sintiendo el calor ajeno rodeando su cuerpo, se sentía solo y aquel abrazo le daba tanto confort que sintió sus ojos arder. No quería admitirlo pero extrañaba a sus amigos, a Taehyung, Namjoon y a Jin, se sentía abandonado y no podía decir nada después de todo era su culpa.
— Lo siento... — Se disculpo sobre su cuello, comenzando a regular su respiración agitada.
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Qué les deparará el futuro a nuestros chicos?
Personalmente no planeo cambiar mucho más la personalidad de Jungkook quiero que se mantenga inocente y tierno pero creo lo estoy presionando demasiado! 😅💖
Gracias por leer! ❤