Damned ∙ libro uno

By strawberrybuchanan

169K 8.3K 3.8K

Damned es una trilogía que narra la dura vida de un criminal apodado "Seis" quien oculta secretos y carga el... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
AVISO !!

Capítulo 31

2.2K 108 21
By strawberrybuchanan

Narra Alissa

   No sabía cuánto tiempo había pasado, pero ya tenía que irme, no soportaría estar aquí ni un minuto más. Christine me  estuvo entreteniendo con pretextos para que me quedara, y en realidad es muy persuasiva, pero igual ingenua, podía inventar algo para escaparme de ella.

   –Chris, voy por una bebida –dije, interrumpiendo su plática con Dina y Holly, quienes asintieron con una diminuta sonrisa en los rostros.

   –Sí, está bien, pero no tardes, queremos ir a la mesa de pool –contestó vívidamente mientras se movía de un lado al otro al ritmo de la música.

   Me di media vuelta y caminé entre las personas en busca de la salida, el lugar ya comenzaba a estresarme. Se suponía que sólo estaría aquí por cinco minutos, y creo que ya pasaron varias horas.

   El ambiente de Halloween nunca fue mi favorito, incluso podía sentir a alguien detrás de mí, pero era seguramente lo tétrico de la atmósfera. Te hace sentir en medio de una película de terror.

   Continué a empujones hacia la puerta, y avancé casi con desesperación. Quería salir de allí. Odiaba ese sentimiento de que alguien te observaba, y comenzaba a pensar que no se debía a lo lúgubre del lugar. Volteé sobre mi hombro casi con miedo, y noté a alguien aproximándose, pero se dio la vuelta enseguida y caminó en otra dirección.

   Mentiría si dijera que eso no me asustó. No alcancé a distinguir bien, pero sí pude ver la máscara que llevaba. Era un pasamontañas negro, al igual que el resto de su ropa.

   Aumenté la velocidad con la que caminaba y dirigí mi vista al frente otra vez. Ojalá no esté imaginando cosas. Sé que mi cabeza ha estado algo confundida estos días, y si no mejoro, terminaré con un apodo como el de Langley Porter.

   Aún sentía que me seguían, y por pura suerte, localicé a lo lejos un espejo enorme que abarcaba la pared entera. Entonces, mis latidos se dispararon cuando divisé a una persona con máscara negra de ladrón siguiéndome de cerca, es lo que había visto, no lo imaginé, es real. Comencé a correr chocando con todo el que se interponía en mi camino, y pude ver la puerta trasera a la distancia. Pero cuando volteé sobre mi hombro una vez más, distinguí la silueta negra imitando mis movimientos. Podía adivinar que se trataba de un hombre, y ahora corría tras de mí.

   Rayos. Habían más personas que antes cuando apenas llegué, era como si todos se hubiesen multiplicado, y me impedían avanzar. Ya imaginaba al tipo alcanzándome de espaldas, así que comencé a empujar con más agresividad.

   –¡Hey! ¿¡Qué te pasa!? –un chico se quejó a mi lado cuando tiré su bebida, pero no me distraje, continué intentando escapar, y ya ni siquiera sabía a dónde iba, estaba prácticamente huyendo sin destino.

   De pronto, al ir pasando junto a la puerta de la cocina, y cuando pensé que ya estaba alejándome, sentí cómo alguien me tomó del brazo y me jaló con rapidez. Pegué un grito apenas audible y entré impulsada a la cocina.

   La puerta se cerró cuando estuve adentro, y la persona me acorraló enseguida contra la pared cubriéndome la boca con una sola mano, mientras con la otra sujetaba mi muñeca. Quedé inmóvil completamente. Abrí los ojos con terror, e intenté gritar de nuevo, pero nadie podría escucharme. Aquí sólo estábamos él y yo.

   –Shhh –me calló repentinamente y acercó más su rostro. Nuestras miradas se cruzaron, y fue entonces cuando me di cuenta de quién era. Me calmé en un segundo. Se trataba de Seis, la máscara me impedía ver su rostro pero podría reconocer sus ojos en donde sea. Entonces el miedo se convirtió en enojo. Tenía ganas de golpearlo, me dio el peor susto de mi vida.

   Me quedé muy quieta y él retiró la mano de mi boca, quitándose el pasamontañas para revelar una despeinada cabellera ondulada.

   –¿¡Qué te pasa!? –chillé apenas me fue posible, y le di un empujón cuando se quitó de encima–. ¡Estás loco!

   –¡Shhh! –volvió a callarme mirando a todas partes, como si temiera a que alguien lo viera.

   Resoplé dejando escapar toda la ansiedad acumulada. ¿Cómo llegó hasta aquí? Él estaba detrás de mí. Pudo haberme llamado por mi nombre en vez de haberme perseguido por el lugar entero.

   –¿Qué estás haciendo aquí? –preguntó casi en un susurro.

   –¿Qué estás haciendo aquí?

   –Yo pregunté primero.

   Puse los ojos en blanco.

   –Traje a mi amiga –contesté resignada. Seis parecía nervioso y no dejaba de voltear hacia ambos lados. Parecía que se estaba ocultando.

   –Tienes que irte… ahora mismo –dijo haciéndolo sonar como una orden. ¿Cuál es su problema? Sé que salvó mi vida, pero eso no significa que voy a hacer lo que me diga sólo porque sí.

   –Oye, para empezar, casi me matas del susto. ¿Por qué me perseguías así? Pudiste haber dicho algo como una persona normal lo hubiera hecho –hablé ignorando la seriedad con la que me miraba. Por un momento creí que era ese tipo, el Avenged que me estuvo siguiendo.

   –¿De qué hablas? –cuestionó juntando las cejas.

   –No es gracioso… si querías asustarme, lo conseguiste.

   –Yo no te estaba persiguiendo –impuso tan sensato que casi parecía verdad, ¿Pero entonces quién era? No es coincidencia que alguien más lleve el mismo disfraz que él.

   –Sólo porque es Halloween no significa… –en ese momento, un fuerte sonido me interrumpió. Resonó sobre la música y se escucharon unos cuantos gritos después. Hace dos semanas no habría reconocido nada, pero ahora sabía qué era. Un disparo.

   Seis se colocó la máscara muy apresurado, y entonces por una milésima de segundo, pensé que no era un disfraz, pero esa era una idea descabellada.

   ¿Qué diablos pasaba ahora? La música dejó de escucharse y las voces curiosas llenaron la casa entera, podía oírlos desde aquí.

   –¡Oh dios mío! –una chica masculló asustada y luego diferencié unos cuantos gritos más.

   –Alissa ya no hay tiempo, ven conmigo –Seis habló con un hilo de voz y me tomó del brazo para llevarme con él.

   –¿Qué? ¿Por qué?

   No me contestó y los nervios se estaban apoderando de mí con lentitud. Me dirigió de prisa hasta la ventana junto a la alacena, y no comprendía qué estaba haciendo hasta que abrió el escaparate y lo señaló con la barbilla inquieto.

   –Sal.

   –No… ¿Por qué?

   –Sólo sal –decretó impaciente, y al ver que no me movía, avanzó un paso al frente y sacó una pierna agachando la cabeza, después la otra, y en menos de un segundo ya se encontraba fuera de la casa.

   –¿Qué estás…

   –Ven conmigo –me extendió una mano, y no me quedó otra opción mas que tomarla. Tenía un gesto de confusión pintado en el rostro, pero él no lo notaba, o simplemente no quería darme una explicación. Estaba actuando extraño, pero supongo que en Seis es algo usual. Salí por la ventana al igual que él sin soltarme de su firme agarre y una vez afuera, me dirigí por un pasillo de pasto que daba a la oscura calle, pero entonces se detuvo antes de pisar el pavimento y asomó la cabeza.

   –Escucha –murmuró volviendo el rostro hacia mí–. No me pidas explicaciones, quiero que te vayas lo más rápido posible, y no menciones nada de lo que pasó.

   –Ni siquiera sé qué es lo que pasó –contesté con rudeza. No tenía idea de qué había sucedido, y tampoco me iba a ir a ningún lado, Chris, Dina, y Holly seguían allí dentro.

   –Sólo vete –él elevó la voz y ésta vez era un hecho, me lo estaba ordenando. Jamás se sabe si está enojado, no podía evaluar su rostro gracias a esa estúpida máscara.

   –No, pero…

   –Alissa, vete.

   Me sentí impotente, pero en verdad ¿Qué podía hacer? Me tragué las palabras y caminé en dirección al auto bajo la fría penumbra de la noche. Al llegar, entré y arranqué rápidamente. Él resultó ser más misterioso de lo que pensé.

–Narra Seis–

 

   Cuando se alejó y su auto desapareció entre las sombras, me encaminé al vehículo en el que llegamos, intentando ocultarme bajo la oscuridad de los árboles. Ella no debía saber nada, y era mejor que se alejase lo más rápido posible. La pongo en peligro cada vez que está conmigo, y a veces ni siquiera lo puedo evitar. Maldito sea el destino.

   Volteaba hacia atrás constantemente e intentaba no hacer ningún ruido, las personas comenzaban a salir huyendo de la casa, debía darme prisa. En ese momento recordé el papel que Wes me había dado, sólo espero que no se haya caído. Tanteé con mi mano el bolsillo del pantalón y saqué el pedazo de papel deteniéndome bajo una de las farolas de la calle una vez que estaba lo suficientemente lejos del lugar.

   Cuando lo desplegué y vi el dibujo que estaba garabateado, mis cejas se juntaron en confusión. ¿Qué demonios? Era el cráneo de una calavera sobre una “X” de hueso, y en la frente tenía el nombre de Alissa; todo en tinta roja. Esto tenía que ser una muy buena broma. Prometieron dejarla en paz. Para eso pasé ese reto de mierda, en el cual casi pierdo la vida. No sabía por qué, pero el dibujo me resultaba extrañamente familiar. Estaba casi seguro de ya haberlo visto antes.

   Lo arrugué con una sola mano y tomé mi celular del bolsillo. Enseguida llamé a Roland.

   –Bueno –él contestó después de unos segundos. No pensaba darle vueltas al asunto, quería una respuesta, ya.

   –¿Qué demonios se supone que eso significa? –cuestioné apretando con fuerza el móvil.

   –Seis, ¿De qué rayos hablas?

   –Sabes bien de qué hablo, y sólo te lo diré una vez, no me importan las consecuencias, si le haces algo…

   –¿De qué carajo estás hablando?

   Apreté la mandíbula y cerré los ojos. No quería salirme de control otra vez.

   –La nota –hice mi mayor esfuerzo por sonar tranquilo, pero estaba molesto. Estaba jodidamente molesto.

   –¿Qué nota?

   –La que mandaste con Wes –dije entre dientes, mi respiración se había tornado mucho más gruesa.

   –Yo mandé nada –respondió inexpresivo, como si no tuviera la menor idea de qué estaba pasando.

   Tomé aire y me quedé callado por un momento. Todo era demasiado confuso.

   –Si así es como quieres castigarme, adelante, sólo te digo que me enojo rápido. Y ya sabes qué pasa después –escupí amenazante y colgué.

–Narra Alissa–

 

   Cuando cerré mi casillero localicé a Christine por el rabillo del ojo, acercándose a paso veloz entre las personas del corredor. Me llamó unas diez veces, si no es que más, pero no quería contestar, ayer fue una noche muy extraña. No sé ni siquiera qué estaba ocurriendo, pero de camino a casa vi las patrullas de policía, y también una ambulancia.

   –¿En dónde estabas? –cuestionó en voz alta cuando llegó a mi lado. Estaba enojada.

   –Hola, buenos días a ti también –hablé con una sonrisa falsa en el rostro.

   –Te llamé más de cincuenta veces, ¿Sabes lo preocupada que estaba?

   –No exageres, iba a llamarte de vuelta, es sólo que… lo olvidé –mi tono de voz era tranquilo y desinteresado, mientras que ella estaba claramente histérica.

   Me encaminé por el pasillo sosteniendo mi libreta de cálculo, y Chris me siguió de cerca. No podía simplemente ignorarla, sólo esperaba que no preguntase demasiado.

   –¿Lo olvidaste? ¿¡Lo olvidaste!? –masculló dándome un golpe en el hombro y entonces rodé los ojos. Sabía lo del disparo, ya que yo misma lo escuché, y entiendo que esté así, pero no podía decirle por qué me fui, o que Seis estaba allí.

   –Lo siento –dije en voz alta y me detuve en seco. Ella hizo lo mismo y se cruzó de brazos frente a mí.

   –¿A dónde te fuiste? –preguntó en un tono más suave. Ni a ella, ni a mí nos interesaba llamar la atención ahora mismo, y ya varios nos lanzaban miradas curiosas de por sí.

   –A casa… me fui como a las diez y media, y después no supe nada de lo que pasó –murmuré.

   –Dios Alissa, pudiste haberme avisado.

   –En serio lo siento.

   De pronto, Chris volteó por encima de mi hombro y se quedó inexpresiva. Cuando yo me giré siguiendo su mirada, noté a una chica llorando en el hombro de otra. ¿Era esa Heather Williams? Lucía terrible, y sollozaba como si su novio la hubiera dejado. Fue entonces cuando mis ojos se dilataron y miré a Christine boquiabierta. Su novio.

   –Espera… ¿A quién le dispararon en la fiesta? –pregunté discretamente, Richie Striker era el novio de Heather, y no veía otra razón por la que pudiera estar así.

   –Tú quien crees –contestó con un hilo de voz observando a la chica teniendo un desglose en medio del corredor. Pobre Heather.

   –Hey –Chris frunció el ceño y entrecerró los ojos–. Creí que no sabías nada de lo que pasó.

   Rayos, me quedé en silencio unos segundos y pensé en una mentira rápida.

   –Bueno, ya sabes cómo corren los rumores hoy en día –traté de sonar lo más casual posible.

   Chris me clavó una última mirada de sospecha, y las dos continuamos caminando hacia el aula de clase.

   –¿Y también escuchaste quién es el posible homicida? –dijo después de un momento. En realidad, creo que ya sabía qué era lo que iba a decir, Langley Porter, y yo también lo creía. ¿Ocurre un accidente así, justo el día en el que llega? No podía haber sido sólo coincidencia.

   –No, ¿Quién?

   –Pues ya sabes… Seis.

   Me volví a detener de golpe, justo antes de entrar al salón de clase y la tomé del brazo.

   –¿Qué? Eso no es cierto –susurré negando con la cabeza. ¿Es que siempre lo culpan a él de todo? Pudo haber sido cualquiera, nadie puede estar seguro.

   –Eso es lo que dicen –ella susurró de vuelta zafándose de mi agarre y me volteó a ver con el entrecejo fruncido, mi comportamiento era muy inusual, sabía que me había estado preocupando demasiado por él, pero no era a propósito, no podía evitarlo.

   –¿Y crees en lo que digan los demás?

   –Sí Alissa… y tú deberías también. Él está demente, y si nadie reporta esto con la policía pronto, quién sabe qué otra desgracia vaya a suceder.

   Ella entró al salón dejándome parada con la palabra en la boca. Estaba molesta, sospecha algo, y si alguna vez pensé en contarle todo lo sucedido con Seis, ahora me retractaba, no podía decirle una sola palabra, ni a ella ni a nadie, todos pensaban igual de él.

   Yo sabía que Seis no había hecho nada. Estuve con él justo en ese momento, cuando el disparo resonó a lo lejos.

   Ignoré los pensamientos, y cuando iba a abrir la puerta para entrar, alguien más lo hizo, un chico pasó junto a mí dándome un empujón con su hombro y se detuvo antes de incorporarse en el aula. Cuando alcé la mirada a punto de darle una queja, abrí los ojos como platos mientras observaba sus extraños ojos grises y su cabellera rubia despeinada. Era Langley, ¿Y ahora estaba en mi clase de cálculo?

   Él igual me miraba, inexpresivo, y su brazo sostenía la puerta firmemente. Llevaba una chaqueta negra de cuero, unos jeans desgastados, y una vieja camisa blanca; dándole un aspecto descuidado.

   –¿Vas a pasar o no? –musitó molesto, y dándome media vuelta, entré para tomar asiento en mi lugar, hasta adelante junto a la silla vacía de Melissa Fray; quien se había ido de intercambio hace unas semanas.

   Me hundí en el pupitre y divisé por el rabillo del ojo cómo él entraba y le entregaba una nota a la profesora Tanner. No era la única reparando en él, todos en la clase se quedaron completamente callados cuando lo vieron.

   Langley Porter, un enfermo mental, estaba en mi clase de cálculo. A eso se le llama mala suerte.

Continue Reading

You'll Also Like

569K 76.7K 45
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
147K 3.9K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
961K 102K 142
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
42.9K 6.5K 16
Max Verstappen es el dueño del mundo, es el jefe de una de las mafias más poderosas, lo controla todo, es rey, el amo y señor, tiene a todos a sus pi...