Capítulo 43

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–Narra Alissa–

   Yo estaba sentada en el sillón mirando mis manos sin estar viendo nada realmente. Me hallaba más concentrada en la conversación que tenían todos en la cocina. Seis no paraba de maldecirle la existencia a todo mientras los demás discutían, y con sinceridad, no tenía idea de qué estaba pasando; como la mayoría del tiempo.

   Hasta donde yo entendí, Evan es ese famoso tipo con el que subí para aquella carrera, y pensar en ello me llenaba la cabeza de puros remordimientos. Quería decirle a Seis sobre las notas. Lo último que recibí fue el -1 lo cual me inquieta aún más pues no he sabido nada desde entonces. Siempre tuve la sospecha de que el tan Evan tenía algo que ver, y ahora estaba aún más convencida. Podría estar equivocada, pero también puede ser una opción.

   Si decía algo, quizá iba a empeorar la situación. Los chicos no se callaban y la charla se convertía poco a poco en una discusión cada vez más personal. Pero si me quedaba callada, estaría ocultando posibilidades, ya que quien sea que me esté dejando esas estúpidas notas podría ser el mismo que quiere hacerme daño. Debe serlo.

   No sé qué es lo que querrían hacerme, ni por qué. ¿Matarme? ¿Secuestrarme y después matarme? De tan sólo pensarlo me daban escalofríos. Estaba asustada pero lo único que podía hacer era quedarme allí sentada escuchando cómo se gritaban esos de allá.

   –Seis, no puedes andarte por ahí en territorio Avenged como si fueses bienvenido –Cole habló groseramente.

   –¿Y entonces qué coño sugieres? Digo, no es que tampoco pueda ir y preguntar directo en dónde encuentro a Evan –Seis repuso sarcástico.

   –¡Pues por eso mismo! ¿¡No puedes simplemente esperar a que Roland nos dé indicaciones!?

   –¡Para empezar no debí de haberle dicho una mierda! ¡A él ni siquiera le importa!

   Resoplé cerrando los ojos y agaché el rostro queriendo desaparecer. Ellos actuaban como si yo no estuviese aquí escuchándolos. No sabía quién rayos era Roland, pero al parecer, Seis sólo recibe instrucciones suyas. Aunque tampoco digo que las cumpla muy bien, pero por la charla que tuvo con él al teléfono hace unos momentos, sospecho que Roland es algo así como el líder.

   –Ya te dije que yo puedo hablar con él –Bruce hizo su voz resonar pareciendo algo harto de todo esto.

   –Y yo ya te dije que no –Seis expuso en un gruñido.

   –¿Por qué no?

   –¡Que no va a servir de nada! ¿¡Te lo anoto en una cartita con corazones para que me entiendas!? –Seis rugió enojado <el sarcasmo resbalando entre cada palabra, como siempre> para luego soltar una maldición en voz baja–. ¡Yo sólo quiero saber dónde está ese cabrón!

   No tenía que mencionar ningún nombre, era lo mismo con todos aquí. Cada vez que usaban alguna palabrota de esas, se estaban refiriendo a Evan.

   –Ni siquiera sabes que es él. Quizá Turner sólo te quiere joder la cabeza –Dylan apuntó casi intimidado a hablar.

   –¿Sí? Pues bien, cuando lo veas le dices que está haciendo un buen trabajo –Seis escupió furioso dándose media vuelta. Increíblemente cada vez que dice algo, va cargando con una tonelada de sarcasmo porque al parecer si no lo usa no puede hablar. Eso es lo que yo pienso, y si fuese uno de los otros chicos ahora mismo, estaría harta.

   En ese momento, me desesperé de golpe y me puse de pie con la mandíbula tensa y los nervios de punta.

   –¿Seis, puedo hablarte un segundo? –mascullé apresurada recibiendo la atención de todos en el lugar.

Damned ∙ libro unoWhere stories live. Discover now