Capítulo 48

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–Narra Seis–

   Wes vaciló un poco antes de hablar, ya que se encontraba evidentemente nervioso. Se pasó una mano por la nuca y me dedicó una mirada insegura.

   –¿Vas a hablar o no? –lo presioné comenzando a hartarme. Si de cobardes se trata, Wes es el indicado.

   Sé en qué está pensando. Esto traerá más y más problemas. Descubro algo y eso luego me lleva a otro lugar en donde encontrare otra cosa que me lleve de nuevo a algo diferente. Cada paso que doy es uno más que avanzo hacia el fondo del túnel y aún no sé si al final de todo voy a poder salir.

   –Wes –insistí irritado.

   –No lo sé –dijo de golpe, y en ese instante me daban ganas de meterle un puñetazo directo al estómago.

   –No me jodas –negué con la cabeza, totalmente incrédulo. ¿Para qué rayos vino si al momento justo se va  echar para atrás?

   –Seis, tenemos otras cosas más importantes que hacer. No puedes seguir jugándotela de héroe cuando tienes un puto deber en ésta pandilla –masculló cruzándose de brazos, cada palabra acompañada de una pizca de recelo.

   No acabas de decir eso.

   En un abrir y cerrar de ojos, ya me había lanzado contra él empujándolo bruscamente para luego sujetarlo en la pared. No le dio tiempo si quiera de reaccionar.

   –Escúchame bien pequeño estúpido –gruñí entre dientes tomándolo por el cuello de la camisa–. Aquí las órdenes te las doy yo.

   –Seis contrólate –Bruce insinuó enseguida acercándose a mis espaldas y por el rabillo del ojo divisé a Alissa observando la escena con cautela.

   –No te estaba ordenando nada, sólo aclaraba un hecho –Wes musitó; haciéndosele difícil hablar debido a la fuerza que ejercían mis puños cerrados tan cerca de su cuello.

   –Pues piensa un poco antes de soltar tantas pendejadas –hablé dándole un último impulso contra la dureza de la pared; provocándole soltar un gemido de dolor, antes de liberarlo repentinamente y alejarme un par de pasos hacia atrás.

   Se acabó. Voy a terminar con  esto sólo. Subí para buscar mi arma y la guardé en mis pantalones para volver abajo. Todos me miraban sin comprender, pero tampoco es que iba a explicarles qué tenía en mente.

   –¿Qué estás haciendo ahora? –inquirió Bruce fastidiado por mis constantes impulsos inesperados.

   –Tú llévala a casa –vociferé señalando a Alissa con la barbilla y me fui aproximando a la puerta con el cuerpo tenso.

   –¿A dónde vas? –ésta vez era Wes quien preguntaba. Por el tono de voz, se notaba que está harto de mí, pero me viene valiendo mierda.

   Me detuve en seco para encararle con un gesto duro y hablé seguro.

   –Está bien si no vas a decirme quién demonios se está creyendo más listo que yo. Como sea voy a encontrarlo. Voy a matarlo. Y fin del asunto.

   Dicho ya, me volví en dirección a la salida y crucé el umbral ignorando el llamado de Alissa. Ella va a estar bien ahora que tengo algo de dónde partir. Sanders. Voy a descubrir quién le ha estado dando órdenes; porque seguro nada de esto fue por su cuenta, y voy a acabar a quien sea de quien estemos hablando.

__________

   Había tomado uno de nuestros autos, en el cual seguro había venido Wes, ya que se encontraba aparcado frente al edificio. Conduje hasta el territorio Avenged, y me aseguré de dejar el vehículo en un lugar seguro.

Damned ∙ libro unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora