16. Noche Buena.
*Ruby- Foster the People*
*This- Ed Sheeran*
Halo, quizá sea preferible decirles que éste capítulo es de diferente índole, If you know what I mean. 3c3c*
Me he levantado tan temprano como pude, y al mirar el reloj casi pego grito en el cielo, eran las nueve de la mañana.
Anoche habíamos llegado muy tarde de la fiesta de Slughorn, especialmente porque Las Brujas de Macbeth se pusieron a cantar para cerrar, y no pude aguantarme las ganas de quedarme.
Era pasado las dos de la mañana cuando interrumpí en la habitación, bajo la acusadora y envidiosa mirada de Lavander y Parvatil, por su parte, Hermione llevaba un par de horas durmiendo.
Con una sacudida de la varita, he hecho que el baúl se alistase solo, tenía una hora para convenser a Draco, pues el tren hacia Londres, salía a las once, como todos los años.
Cuando llegué al Gran Salón, sólo disponía de cuarenta minutos, así que comencé a buscarlo, Zabini me hizo una seña, indicandome que él acababa de salir. Me apresuré en moverme y me lo encontré de frente. Me dedicó una sonrisa algo triste, era primera vez que nos acercabamos desde la pelea.
—¿Tienes tiempo?- le pregunté.
—No sé- entrelazó nuestras manos- pero estaré un poco ocupado más rato.
—Draco...
—No puedes ayudarme, _______- dijo cortante.
—¿Puedes dejarme terminar?- comenté molesta, él asintió- Mi madre me envío boletos de tren para la costa, habló con tu madre y esta de acuerdo con que vayas.
—¿Ho... hoy?
—Si no quieres, iré sola.- corté aún más molesta, caminando lejos de él, no era culpa mía si lo que tramaba no funcionaba. Casi llegando a la torre de Gryffindor, su mano pasó por mi cadera, presionandome contra él.
—Iré contigo, Fudge- dijo en mi oído.
*
El viaje en el Expreso de Hogwarts fue espléndido. Ambos se fueron juntos en un compartiemiento, solos. Draco iba recostado con la cabeza en la ventana, y ____________ iba con su cabeza en el pecho de Draco, ninguno de los dos habló mucho, él más que nada porque la cercanía de su cuerpo lo hacía sentirse calmo, luego de unos minutos de viaje, entrelazo sus manos y se dejó llevar, cayendo en un largo sueño. Ella, por otro lado, descansó de todos modos, de vez en cuando pegaba unos cabezazos y dormía una buena media hora, pero luego se despertaba, y disfrutaba los fuertes brazos que la mantenía cerca.
Las lechuzas, frente a ellos, estaban dormitando, con la cabeza bajo el ala. Sacando la suya, decidió enviar una carta a Remus quién le había escrito unos días antes, era mejor no resaltar entre los muggles, llevando dos lechuzas en un tren. __________ sacó su cámara fotográfica y tomó una foto de ellos.
Le encantaba el Draco dormido, con ese ceño levemente fruncido, y de vez en cuando, una sonrisa entre sus labios.
Cuando ya estaban entrando a Londres, __________ despertó a Draco, para que lograsen sacarse las túnicas antes de salir del tren. Despidiendose de algunos conocidos que habían; ambos se bajaron del tren con los baules en mano, y la lechuza de Draco en su jaula; tenían algo más de quince minutos para subir al tren muggle y marcharse a su destino final.
*
Dentro del tren muggle, fue bastante incómodo para Malfoy, especialmente cuando hacia sus expresiones racistas de: "Esto huele a muggle".
Sin contar, que constantemente miraba de un lado, como si alguien de nuestro mundo lo fuese a ver.
Hasta que al fin llegamos, eran cerca de las once de la noche. La estación no estaba tan vacía como pensé, había mucha gente que volvía a sus casas para pasar las fiestas en familia.
Mientras que salíamos del terminal, había un grupo de adolescentes de nuestra edad fumando lo que Charlotte me presentó como cigarros, algunos se nos quedaron mirando. Draco se apresuró en poner su brazo libre tras mi cadera, incitandome a avanzar más rápido.
—¿Cuánto falta?- preguntó un tanto agobiado.
—Estamos a diez minutos caminando, y tres si tomamos un taxi.
—¿Taxi?
—Charlotte me dijo que eran aquellos autos negros, y me dijo que lo que costaba.
Draco me miró con el ceño fruncido, creo que había hablado demasiado. Paré un taxi, y luego de meter los baules en el maletero, le di la dirección de la cabaña.
Malfoy me miraba fijamente, y con una de sus cejas levantadas. Creo que jamás había cometido un error tan grande, él odiaba a los muggles, pasaríamos una semana con ella.
Por las barbas de Merlín.
Cuando llegamos fuera de la residencia, le deje un billete de diez libras al taxista, y nos bajamos sin recibir el cambio.
Draco seguía mis pasos, cauteloso. Al abrir la puerta, respire tranquila, Charlotte no estaba aún aquí.
*
Ambos estaban mirando a la playa que estaba frente a ellos, en silencio. Faltaba poco más de sesenta minutos para que fuese media noche, y ____________ estaba segura de no poder aguantar la tensión.
—¿Quieres bañarte?- preguntó Malfoy, ella asintió- No traemos trajes de baño.
_________ sonrió y comenzó a caminar hacia la arena, con él siguiendo sus pasos. Cuando estuvieron cerca de donde las olas rompían, Fudge comenzó a sacarse la ropa con rapidez. Estaban en pleno invierno, la nieve teñía el tejado de la casa, y por lo menos habían tres grados. Draco pensó que ella acababa de perder la cabeza. Sin embargo sonrió, esa era la ________ que había conocido hace unos años atrás.
Cuando ella quedó en ropa interior, volteó la cabeza y una gran sonrisa atravezó sus labios al ver la expresión de Malfoy.
—¿Qué? ¿Acaso el Gran Príncipe de Slytherin jamás había visto a alguien quitándose la ropa? Vamos, no seas gallina y métete.
Dicho aquello, corrió y se lanzó bajo la ola que estaba reventando. Luego de pensárselo bien, comenzó a quitarse su ropa, y fue tras ella.
Esto era lo que los adolescentes de su edad hacían, se divertían, la pasaban bien, sin preocuparse de la guerra que estaba por caer, y los roles que tendrían que tomar.
Cuando estaban uno al lado del otro, ella no dudó en entrelazar sus manos, el agua estaba congelada, y sabía que entre los brazos de Malfoy encontraría calor. Siguieron lanzándose bajo las olas por una media hora, la castañante mandíbula de ____________ les indicó que era tiempo de marcharse.
Recogieron sus ropas y se adentraron en la gran y elegante cabaña, sacudiendose los restos de arena, se dedicaron a encerrarse en un baño distinto cada uno, sacándose la agua salada de el cuerpo. Habiéndose puesto la ropa de antes, ambos se acomodaron en la habitación que compartirían, sentandos en el suelo, frente a la chimenea, con una bolsa de galletas de jengibre decoradas y unas tazas repletas de chocolate caliente, no era la cena más elaborada para esta fecha, pero en aquellos momentos no tenía relevancia. Cuando el reloj sobre la chimenea dio las doce campanadas, ambos se levantaron y se miraron.
Draco se acercó a sus labios y la besó dulce y cortamente.
—Felices dos años, ___________- susurró él.
—Felices dos años- repitió __________ con los ojos un tanto vidriosos, jamás pensó que esto llegaría tan lejos.
Jamás.
Cómo era típico, se sacaron una foto en la cámara instantánea, y mientras esperaban a que la foto se revelara, Draco atacó sus labios con furor, haciéndole perder el equilibrio momentáneamente. Él, sabiamente la hizo sentarse en la cama mientras sus labios seguían juntos.
—Te amo tanto- dejó escapar él en un susurro, haciendo que él corazón de ____________ golpeara con fuerza su pecho; en más de los seiscientos días que llevaban juntos él jamás había pronunciado aquellas palabras, y ahora, escucharlas salir de su boca, la hizo saber que aquella noche, traspasarian los actuales límites de su relación.
**
Una enorme sensación de calidez me invadió, y no quería que se acabara. Los labios de el se movían lentamente sobre los míos, invitandome a acostumbrarme a su ritmo. Una de sus manos se posó en mi cadera, atrayendome más a su cuerpo, su otra mano seguía en mi mejilla, que acariciaba de vez en cuando.
La cama se sentía suave y cómoda tras mi espalda, entre segundos que me parecieron eternos, tanto muestra cordura como nuestras ropas acabaron tiradas en los alrededores de la cama.
—¿Estás segura de ésto?- preguntó Draco, un gran miedo se armó en mi garganta, él jamás había sido tan tierno.
Asentí mirándole a los ojos.
Colocó sus antebrazos a cada costado de mi rosto y se apoyó en ellos. mientras depositaba un dulce y suave beso en mi cuello. Lentamente comenzó a penetrarme, me agarré fuertemente de su espalda, y cerré los ojos con fuerza mientras lo sentía avanzar. Un pequeño jadeo salió de mis labios cuando sentí un tiron, haciendo que él se detuviera rápidamente. Draco besó mis labios al tiempo que volvía a moverse nuevamente. Lo escuché gemir, poniéndome la piel de gallina. Jadeaba sobre mis labios, yo jadeaba sobre los suyos, mis caderas acompañaban sus movimientos. Una corriente eléctrica recorrió nuestros cuerpos, las respiraciones se aceleraban, al igual que sus movimientos. Abrí los ojos, encontrándome con aquellos ojos grises oscurecidos por el deseo, por la necesidad, sonreí.
Justo cuándo pensé que no podía ser mejor, una fuerte electricidad recorrió mi espina dorsal y cada una de mis células, pero esta vez era diferente, era el más puro de los placeres.
Las respiraciones intentaban regularse, mientras salía de mi, nadie me iba a quitar la sonrisa de tonta de la cara.
—Yo también te amo- susurré enterrando mi cabeza en su pecho, Draco se acomodó en la cama y me rodeó con sus brazos. La oscuridad de la habitación nos embriagó, los párpados comenzaron a molestar. Su respiración chocaba contra mi frente, y escuchaba sus frenéticos latidos con claridad.