Matsuno Omegaverse 2 ||P A U...

By -Monnna-

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Pues como dice en el título, es la continuación del fic "Matsuno Omegaverse", solo que esta vez le coloque el... More

Prólogo
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La mala suerte la persigue
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05
¡¡Tengo una Hater(?)!!
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07
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09
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Historias Pausadas
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CANCELADA!!
Noticias noticiosas(?)
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By -Monnna-


─ ¡Auch! ¡No tan fuerte Totty! ─ gimió el oji-azul mientras sentía como el menor de los Matsuno retiraba unas pinzas con algodón bañado en alcohol. No le gustaba para nada la mirada que su pequeño hermanito le estaba dedicando, podía sentir como aquellos ojos llenos de decepción e ira taladraban en lo profundo de su alma. ─ Este... ¿Lo siento? ─ soltó nervioso. No sabía la razón exacta de su disculpa, pero era mejor prevenir antes que lamentar cualquier desgracia.

─ ¡Por dios!, ¿Cuándo será el día en que dejes de ser un imán para los golpes? ─ se quejo el menor de los Matsuno mientras volvía hacer presión en la herida del labio del mayor; provocándole una mueca de dolor en el rostro de este. ─ Si no es con el idiota de Akumatsu vas y te pones a pelear con la hermana de Todoko-chan ─ volvió a quejarse, comenzaba a aburrirse de hacer el papel de enfermero.

─ Pero si solo me defendí, ni siquiera fue una pelea en serio ─ trato de excusarse Karamatsu, la verdad es al momento de mencionar su teoría. En tan solo un instante la morena lanzó el primer golpe, para posterior lanzarse sobre su persona y repartir múltiples golpes los cuales la mayoría eran esquivados por el oji-azul, aun así, uno que otro golpe conseguía dar con su objetivo.

Aquella improvisada pelea duro hasta el amanecer, increíblemente fueron lo bastantes silenciosos para no despertar a los demás. No fue hasta que Tougo, quien solo se había levantado en busca de un vaso de agua, quien tuvo separarlos o más bien tranquilizar a la chica Alfa.

─ Aun así fue estúpido de tu parte ─ habló el más viejo del edificio desde su lugar. ─ Mira que cuestionarle sus memorias... Reconozco que no es una idea descabellada, pero aquel instante no era el momento indicado para hablarlo. Te recuerdo que ella es la única que puede convertirnos en el caballo, no lo olvides ─ amenazo al oji-azul. Puede que aun no estuviera del todo convencido con aquella idea, pero era la única que tenían y no estaba dispuesto a perderla. Menos por una absurda pelea.

─ El anciano aquí tiene razón Karamatsu-kun ─ soltó un divertido Takeshi entrando a la habitación, sus palabras le ganaron una mirada de odio por parte de Tougo. ─ La única manera de poder recuperar a Osomatsu es que estemos adentro, para ello necesitamos que nuestras lindas aliadas nos ayuden a entrar para partirle el culo a ese tal Tanaka ─ vocifero golpeando su puño con su palma, mostrando una gran determinación.

─ ¿A quién llamas linda? ─ pregunto una seria Osoko entrando junto a una molesta Karako. Por su expresión cualquiera diría que se encontraba aquí en contra de su voluntad. ─ Escúchame chico lindo, a mi nadie me dice linda a no ser que yo se lo haya autorizado... Pero viendo que aquello te entrará por una oreja y te saldrá por la otra no tiene caso discutirlo. Aun así, gracias por el cumplido. En fin, me costo un poco, pero pude convencer a mi hermanita para que se disculpara contigo. Eso sí, solo lo hará si recibe una disculpa también por parte tuya; creo que ambos comparten cierta culpa del accidente ─

Tras escuchar aquello, Karamatsu se levanto de su lugar y camino en dirección hacia la morena. Una vez al frente de esta, el oji-azul no dudo en arrodillarse, llevando su cabeza contra el suelo ─ De verdad lo lamento... No debí haber insinuado tal tontería, por favor. Perdona mi estupidez ─ pidió amablemente. Si bien sus disculpas no eran del todo sinceras, tenia que llevar una buena convivencia con las alfas. Tal como lo dijeron el vejete y el lunático pelirrojo; eran las únicas que podían ayudarlos en este momento.

La morena esquivo la mirada avergonzada, ─ Está bien... T-Tú también p-perdóname... No debí reaccionar de esa forma ─ habló Karako, en el fondo de su corazón se sentía sumamente apenada por toda la situación vivida. Pero su orgullo como Alfa le impedía reconocer sus errores, estaba acostumbrada a hacer y deshacer a su manera. Así había actuado los últimos años, aunque sentía que estos últimos días no era ella misma, y lo que más le molestaba era que no lograba entender el por qué.

─ ¡Muy bien!, ya que ahora todos somos amigos es hora de continuar con lo que dejamos pendiente... ¿Nos ayudaran? ─ preguntó el pelirrojo mirando al par de hermanas. Osoko no dudo en responder de manera afirmativa, por lo que más bien la pregunta era dirigida hacia la morena, quien aún tenia un pequeño conflicto en su interior. Su lealtad con Tanaka era absoluta, o al menos así lo creía, pero últimamente estaba actuando en contra de su voluntad; el que estuviera en aquel lugar sin dar aviso alguno era prueba suficiente. Dio una mirada rápida a los pocos presentes, al momento en que sus ojos se enfocaron en aquel chico de ojos rosados un sentimiento de angustia comenzó a surgir en su pecho, de todos los hermanos por que justamente él era el más parecido con el omega.

─ ¿Y bien? ¿Qué vas a hacer? ─ pregunto esta vez Tougo, ya no deseaba irse con rodeos. Si querían hacer algo debían de hacerlo ahora, por ello necesitaba saber si Karako se encontraba de su lado, o bien sería su enemiga... Una enemiga que no deseaba silenciar.

─ Los... Los ayudaré ─ respondió resignada. Sabía que después estaría lamentándose de su decisión, pero no podía permitir que Osoko se metiera en problemas. Si bien le era fiel a Tanaka, recordó que antes de su persona se encontraba su hermana, y la familia era lo primero. ─ Les advierto que su plan es realmente estúpido, pero no quiero que Osoko-nessan salga lastimada, por lo que les advierto desde ya... Si algo llega a salir mal, negaré todo contacto y yo misma me encargaré de cada uno de ustedes. Empezando por ti ─ amenazó al mayor de todos. Este tan solo le devolvió una ligera sonrisa, no era momento de pensar en amenazas, tenían que planificar un plan suicida y no contaban con mucho tiempo.

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.

Transcurrieron cerca de cuatro días, durante todo este tiempo Osoko se encargó de mantener el engaño a Tanaka. Todos los días, sin falta alguna, lo llamaba y comenzaba a contarles de sus maravillosas vacaciones en aquel fabuloso spa. Aquellas conversaciones eran cortas y precisas, era algo parecido a dar un pequeño reporte diario, nada fuera de lo normal si trabajaban para aquel sujeto.

Por su parte, Tougo y su grupo comenzaron a planificar la infiltración. Takeshi sugirió que solo un pequeño grupo se adentrara, mientras menos personas fueran sería mucho más fácil moverse.

Por lo que la discusión ahora era quienes serían los infiltrados; estos tenían que ser rápidos al igual que silenciosos. Tampoco podían ser todos los alfas del grupo ya que aquello significaría una clara desventaja en caso de que las cosas salieran mal.

─ Hasta el momento Tougo es el único confirmado. Necesitamos decidir quiénes serán sus compañeros de una buena vez ─ habló un cansado Atsushi, llevaban cerca de seis horas discutiendo sobre el tema, y no habían llegado a nada.

─ Pues escojan a quien sea. Tanaka los tiene estudiado a todos ─ habló una aburrida Karako.

─ No es necesario que nos lo recuerdes ─ respondió Aoyama, quien tan solo le dedico una mirada de reproche a la morena.

─ Pues yo me ofrezco como voluntario... No tengo nada mejor que hacer y se me antoja patear unos cuantos traseros de alfas ─ levanto la mano Takeshi, a pesar de mostrar aquella tranquilidad de siempre, en el fondo estaba nervioso e incluso podía decir que se encontraba asustado.

─ Bien... Entonces seremos nosotros dos y los idiotas enamorados ─ habló de una vez Tougo, causando gran revuelo en los demás. ─ Antes de que me digan algo. Primero quiero recordarles que no nos enfrentamos a un sujeto cualquiera, por lo que solo los nosotros ejecutaremos el plan. Segundo, quiero que el resto huya lo más lejos posible, si algo sale mal tengan por seguro que no durara en cazarlos... Por eso es por lo que los dejaré ─ aquello ultimo iba dirigido a los alfas restantes, quienes no pudieron objetar al ver la expresión en el líder de la manada. ─ Si no hay ninguna objeción doy por finalizada esta reunión ─ fue así como colocándose de pie el mayor hizo abandono de la habitación.

Rápidamente se dirigió hacia su habitación, sabía que sus palabras no habían sido muy bien recibidas. Y uno que otro vendría a exigirle alguna clase de explicación. Y por mucho que deseara negarse a ello, sabía que no podía... Menos con la persona que ingresa junto a él. ─ Supongo que no vienes por un besito ─ dijo burlonamente, la mirada de odio y confusión de su querido gatito le indicaba que las cosas no terminarían bien entre ellos. ─ Ichimatsu... Se que estás enojado, pero debes entender que todo lo estoy haciendo por el bien de la familia, además en vez de dirigir toda tu ira sobre mi persona por que no mejor te enfocas en recuperarte, no quiero que por tus heridas los demás te dejen atrás ─ alego mientras tomaba asiento en la gran cama del lugar. Pudo observar como el oji-violeta se acercaba a su persona, sin decir palabra alguna este se lanzó hacia este. Ocasionando que ambos quedasen recostados en la cama, aquella acción sorprendió un poco al Alfa. ─ ¿Gatito? ─ preguntó alarmado, más una mordida hizo que toda preocupación se esfumara. Causando que un pequeño escalofrió recorriera todo su cuerpo.

─ No estoy enojado ─ respondió cortante, mordiendo nuevamente en el lugar. Debía de reconocer que aquella acción provoco que sus músculos se tensaran debido al dolor que comenzaba a sentir, pero sin importa que, debía de aclarar un tema que lo estaba molestando desde hace mucho tiempo y que mejor momento para hacerlo que este... ─ Solo estoy algo preocupado, siento que no me has dicho toda la verdad. Hay algo que nos estas ocultando a todos y no me vengas a decir que son ideas mías ─ aclaro aun en su posición, ─ Por lo que solo lo diré una vez... ¿Qué es lo que estas ocultando vejete? ─ habló mientras ocultaba su rostro en el cuello de su alfa. Esperaba alguna respuesta, más lo único que pudo recibió fue un sepulcral silencio. Aquello solo hizo que una gran tristeza se acoplara en su pecho. Aquello solo le dio a entender que por más que intentara, no lograría sacarle la verdad al alfa. Por lo que decidió probar con otra cosa.

─ ¿Cuál convencido estás de que todo saldrá bien estando solo ustedes cuatro? ─ preguntó nuevamente mientras se incorporaba y se sentaba arriba de la pelvis del Alfa. Esperaba por lo menos tener alguna repuesta, ─ ¿Puedes prometerme que regresarás con mi hermano y Yuu-chan? ─ volvió a preguntar, juraría que toda la tristeza que sentía en aquel momento se transformaba en miedo. Un sentimiento que realmente odiaba. ─ ¿Puedes prometérmelo? ─ agacho la mirada evitando así cualquier contacto visual con Tougo.

─ Sabes que no me gusta mentirte ─ respondió al fin con una sonrisa forzada, pudo sentir como el cuerpo encima suyo comenzaba a temblar ante su respuesta, pequeñas gotas comenzaron a mojar su camisa. Aquella imagen hizo que su corazón se estrujara, no le gustaba ver a su amado de aquella forma; menos si sabía que era culpa suya el que estuviera de esa forma.

De un arrebato enderezo su cuerpo y aprisiono al beta entre sus brazos, oculto su rostro en el espacio libre entre el cuello del oji-violeta. Inhalo el aroma que este desprendía, tallándolo para siempre en su mente y corazón. Llevo ambas manos hacia el rostro del Matsuno, obligándole a que este lo mirara; las lágrimas seguían cayendo libremente, aunque ya no con la misma intensidad. Sus miradas se conectaron; no eran necesarias las palabras. Sus respiraciones se intercalaban entre sí, al igual que sus cuerpos. Fue entonces que Ichimatsu decidió acortar aquella distancia entre ambos, dando inicio a una serie de besos. Rápidamente a estos se les unieron las caricias por parte de ambos, con cada minuto que pasaba las prendas volaban por todo el lugar. Tougo se tomo más tiempo de lo que acostumbraba, debía de hacerlo dado que el cuerpo de su amante no se encontraba al cien por ciento. Se encargo de guardar cada una de las facetas de Ichimatsu. Grabo en su memoria cada gemido, cada expresión, cada suspiro, uno a uno los fue guardando en su memoria.

Aquel encuentro les dejo un gusto amargo a ambos, como si aquello fuese una despedida. Una a la que ninguno de los dos deseaba afrontar.

.

.

Totty se encontraba empacando algunas de sus pertenencias, tal como lo había ordenado Tougo, debían de escapar una vez que ellos dejaran aquel edificio. Un desagradable sentimiento se acoplaba en su pecho, por más que intentara ignorarlo aquella sensación solo se hacía más y más fuerte. ─ Estúpido vejete ─ soltó irritado, podía sentir como las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. ─ Estúpido Karamatsu-nissan ─ volvió a maldecir, ¿Por qué todo tiene que ser tan complicado? ¿Por qué sus hermanos debían de arriesgar sus vidas para poder vivir en paz? ¿Es qué acaso su familia ya no había sufrido lo suficiente? ... Ya había perdido a un hermano, no se sentía preparado para perder a otro. Menos a dos en el caso de que el plan fracasara rotundamente.  ─ Estúpida jerarquía ─ volvió a decir, dejando esta vez que las lágrimas fluyeran tranquilamente.

─ Todomatsu ─ hablaron a espaldas del beta, haciendo que este se volteara de inmediato. Las lágrimas seguían fluyendo por todo su rostro. Sin preguntar, Atsushi se acercó a su pareja confortándolo en un cálido abrazo, pudo sentir como este de inmediato le correspondió, permitiéndole que desahogara toda su frustración en su persona. ─ Se muy bien como te sientes... el no poder hacer nada para ayudarlos es realmente frustrante ─ aclaro el castaño. Mentiría si digiera que las palabras de su padre no le dolieron, él era un alfa y ver que tan solo lo dejaron atrás había lastimado su orgullo, más de lo que hubiera esperado.

─ ¿Cómo puede aceptar su orden tan fácilmente? ¿Es qué acaso no te aterra lo que pueda ocurrirle a tu padre? ─ le encaro el oji-rosado. A pesar de saber que esos dos no eran tan unidos como él lo era con sus hermanos, esperaba que el alfa pudiera comprenderlo, que pudiera colocarse en su lugar.

─ Para ser sincero, temo más por las vidas de esos tres que de la de Tougo ─ llevo una de sus manos hacia los cabellos del oji-rosa, deleitándose con la suavidad de estos. ─ No digo que no este preocupado por el viejo, pero lo conozco y se muy bien que regresara... Siempre lo ha hecho ─

─ Aun así... ¿Cómo puede estar tan tranquilo? ─

─ Por que alguien tiene que estarlo. Suena realmente estúpido, pero no podemos permitir que nuestros temores y preocupaciones nublen nuestras decisiones. Debemos tener la cabeza fría para momentos como este ─ pudo sentir como el cuerpo bajo suyo comenzaba a respirar de manera calmada, una leve sonrisa surco sus labios. ─ Sabes... ¿Eres lindo cuando te preocupas por los demás?, hace que parezcas toda una madre ─ soltó divertido, esperando que aquello aligerara un poco el ambiente.

─ Tsk, deja de decir tonterías ─ bufo molesto mientras afianzaba aun más el agarre. Admiraba aquella mentalidad de su pareja, estar tan tranquilo ante la posibilidad de perder a un familiar cercano era algo que debía ser alabado. Lastima que era muy sentimental para estas situaciones.

.

.

El resto del grupo comenzó a imitar las acciones del oji-rosa, Homura y Jyushimatsu tan solo se dedicaban miradas llenas de frustración e impotencia. Al igual que Atsushi, habían dañado su orgullo. Si bien eran betas, pero aquello no significaba que eran débiles. Sobre todo, el oji-ámbar.

─ Homura-chin... ¿Crees que estamos haciendo lo correcto? ¿Esta bien dejarlos ir por su propia cuenta? ─ preguntó un desanimado Jyushimatsu. Su característica sonrisa lo había abandonado por completo, ni siquiera los balbuceos de su pequeño Shouta lograban alegrar su día. ─ ¿No crees que debimos haber dicho algo? ─

─ Aunque lo hubiéramos hecho, Tougo-san no nos habría escuchado ─ respondió realmente desanimada mientras guardaba la última prenda del pequeño. ─ Se que tan solo piensa en el bienestar de todo nosotros, pero aun así... en todo caso, solo nos queda obedecer sus órdenes. No por nada es el líder ─ soltó con una ligera sonrisa, intentando vagamente calmar a su esposo.

El sonido de golpes de la puerta interrumpió su pequeño momento, un adelante se escuchó por parte de la beta dándole toda libertad al invitado.

─ Karamatsu-nissan, ¿Qué estas haciendo aquí? ─ preguntó el oji-ámbar. Ver a su hermano provoco que un extraño sentimiento se alojara en su pecho.

─ Perdón por interrumpirlos de esta manera, pero necesito hablar una cosa contigo Jyushimass. ¿Crees que puedas concederme unos minutos? ─ preguntó el mayor, a simple vista se notaba que estaba ansioso, lo que causo que cierta curiosidad naciera en el de ropas amarillas. ─ Te prometo que no volveré a molestarte, pero de verdad necesito hablar contigo al igual que Totty e Ichimatsu ─ volvió a pedir.

Jyushimatsu dio una mirada rápida a su esposa, como si esperara alguna orden de su parte. Al ver que esta tan solo asintió con su cabeza fue suficiente para que aceptara la petición de su hermano mayor, ─ Esta bien... nos vemos en el recibidor en cinco minutos. Tengo que orinar antes de ir ─ soltó sin vergüenza alguna, causando que los otros presentes soltaran una ligera risa. No importaba que la situación fuera realmente desalentadora para el resto, Jyushimatsu siempre lograba sacarle una sonrisa a los demás.

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Fue así como diez minutos pasaron antes de que todos los hermanos Matsuno, o bien los restantes, estuvieran reunidos en el mismo lugar. El ambiente era realmente incomodo, ninguno se atrevía a decir palabra alguna. Cosa que ocasiono que tanto Ichimatsu como Todomatsu comenzaran a creer que haber ido había sido una pésima idea.

─ Antes que nada le agradezco el que hayan accedido a mi petición ─ soltó de repente el oji-azul. ─ Sé que este último tiempo he estado algo insoportable por el tema de Osomatsu, sé muy bien que no soy el único que sufre por todo esto. De verdad lamento mi actitud ─ la sinceridad era palpable en sus palabras, ─ Si les soy sincero realmente me aterra la simple idea de que ustedes lleguen a odiarme, no me gustaría estar en malo términos con mis propios hermanitos. Menos ahora que posiblemente no vuelva a verlos ─ soltó desanimado, ocasionando que el oji-violeta se levantara de su lugar y caminara en dirección a su persona.

Antes de poder reaccionar Karamatsu pudo sentir como un gran dolor comenzaba a emerger en su cabeza, obligándole a que llevara esta contra el suelo. Al levantar la mirada pudo ver como el cuarto tenía una expresión de real enfado, además de ver como movía su mano levemente; quizás se debía a algún tipo de dolor. 

─ ¡Si serás imbécil! ─ soltó ya más que irritado. ─ ¡Si realmente quieres que te perdone será mejor que regreses de una sola pieza junto a Osomatsu-nissan! ─ exclamo Ichimatsu mientras le dedicaba una última mirada antes de abandonar el lugar. Casi de inmediato le siguieron Jyushimatsu y Totty, estos último tan solo le dedicaron una sonrisa burlona al que se encontraba apaciguando su dolor. Dándole a entender que el oji-morado hablo por lo tres y no era necesario decir o agregar algo más.

Karamatsu pudo relajarse una vez que se encontró en completa soledad; aquellas palabras por muy desalentadoras que sonaran tan solo hicieron que sus ansias de recuperar lo más preciado en su vida aumentaran. Puede que la conversación no haya terminado como él esperaba, pero por lo menos estaba seguro de que sus hermanos no lo odiaban. O por lo menos no por el motivo que él creía.

Un poco más tranquilo se coloco de pie para dirigirse hacia su recamara. Aun debía de guardar las cosas de Mirai, pero antes siquiera poder llegar a la puerta pudo ver a una muy asustada Osoko, ─ Lo lamento ─ soltó de repente, confundiendo al oji-azul en el proceso.

Antes siquiera poder preguntar que estaba ocurriendo, tuvo que esquivar un puño que iba dirigido en todo su rostro. Por instinto retrocedió algunos pasos, colocando una distancia prudente entre ambos alfas; de inmediato pudo apreciar como nuevamente la castaña se lanzaba contra él. Intentando de sobremanera acertar algunos de sus golpes.

Aquello realmente confundió a Karamatsu, no recuerda haber hecho algo para ganarse el odio de la castaña el pequeño altercado con su hermana no contaba, por lo menos no para él por lo que no entendía que estaba sucediendo. Las dudas en su mente lo distrajeron por un minuto, tiempo suficiente para que Osoko lo derribara de una patada y posara todo su cuerpo encima del Matsuno, evitando que este volviera a colocarse de pie. ─ Lo siento, pero necesito que confíes en mi y me sigas la corriente por un rato ─ su semblante era serio y demandante, por lo que a Karamatsu tan solo pudo asentir levemente.

A los lejos pudo escuchar algunos pasos acercándose, estos sonaban bastante fuertes como para que fuera de algunos de los otros inquilinos. Quiso preguntarle a la castaña que estaba sucediendo, pero lo único que gano fue un paño enroscado en su boca; impidiéndole que cualquier sonido saliera de esta.

─ ¡Tengo otro aquí, vengan rápido! ─ grito al instante Osoko, solo bastaron algunos segundos para que aquella habitación se llenara de varios hombres de vestimentas negras. Por el ligero aroma que emitan cada uno Karamatsu pudo saber que todos se trataban de alfas, aquello no le alegro para nada. Más aun si le sumaba el hecho de que estos de inmediato se lanzaron hacia su persona para esposarlo y retenerlo contra su voluntad, obedeciendo cada una de las ordenes que la oji-rojiza daba. ─ Asegúrense que este bien firme, no queremos que el sujeto número dos se escape y se lance contra Tanaka ─ advirtió la castaña. La mención de aquel nombre hizo que el oji-azul mirase a la alfa, exigiéndole con la mirada alguna respuesta de lo que estaba ocurriendo en ese preciso momento.

Pero para su mala suerte, Osoko tan solo desvió la mirada apenada... ¿Acaso los había traicionado?, ¿Había informado sobre su paradero a sus espaldas? No lo podía creer, o más bien se negaba a creerlo; tenia que haber algo oculto detrás de todo esto, aquellas palabras dichas anteriormente hacían que dudara. Intento colocarse de pie y poder llegar donde la alfa y así poder obtener alguna respuesta. Pero un pequeño pinchazo en su cuello hizo que su cuerpo se relajara por completo, provocando que este fuera directo contra el suelo.

Podía sentir como sus músculos se relajaban hasta el punto de no poder moverlos a voluntad, su conciencia de a poco se iba perdiendo. Ocasionando que tan solo pudiera ver una gran oscuridad.

"¿Por qué?"

.

.

De a poco fue recuperando sus sentidos, le dolía la cabeza al igual que todo su cuerpo. Al momento de querer levantarse pudo sentir como algo lo mantenía retenido en su lugar. Trato de enfocar mejor su vista y ver que era el causante de ello, pero la escasa luz del lugar no le estaba ayudando del todo.

Pasaron cerca de cinco minutos cuando las luces por fin se encendieron, fue entonces que pudo apreciar como unas grandes y gruesas cuerdas se encargaban de enrollar todo su cuerpo. Negándole cualquier movimiento que deseara. ─ ¡¿Qué mierda?! ─ soltó entre confundido y asustado. Si algo había aprendido del pasado y de algunas cuantas películas era que una camilla y unas grandes cuerdas no eran una buena combinación.

─ Por favor, hay menores presentes por lo que te pediré que moderes tu lengua mocoso ─ amenazo una voz a sus espaldas, un sentimiento de miedo comenzó a invadirlo por completo. Karamatsu no recuerda cuando fue la última vez que sintió un miedo parecido. ─ Veo que ya has despertado, me alegro... Hubiera sido aburrido no tener con quien conversar ─ habló nuevamente la persona a su espalda. Por mucho que lo intentara, el oji-azul no lograba mirar al sujeto.

─ ¡¿Quién eres?! ─ fue lo primero que se le ocurrió, en aquel momento su cerebro no lo estaba ayudando demasiado. ─ ¡¿Qué diablos quieres de nosotros?! ─ volvió a exigir. Sabía que al igual que él los demás se encontraban en el mismo lugar. Rogaba que estos se encontraran con vida.

─ ¿Yo? Nada realmente... O creo que sí. Aun no lo he decidido ─ dijo burlonamente, aquello tan solo enfureció al oji-azul, pudo reconocer aquella molesta voz y aquello no logró tranquilizarlo. ─ Para ser sincero nunca esperé que nuestro encuentro fuera tan rápido. Esperaba que hubieran dado más pelea, realmente me decepcionaron ─ se lamentaba mientras comenzaba a caminar para colocarse justo al frente del alfa retenido. ─ Creo que tuve mis expectativas muy altas sobre el grupito de Togui-kun ─ alegó el alfa mayor. A pesar del semblante tranquilo que aparentaba, su sola presencia alteraba por completo a Karamatsu. Y más aun el hecho de que el sujeto tuviera entre sus brazos a su pequeña.

─ Te juro que si le haces daño te matare ─ amenazo sin importarle la situación en la que se encontraba.

─ Oh vamos mocoso... ¿Crees que una simple amenaza me asustara? ─ comenzó a burlarse, ganándose una mirada llena de odio. ─ No me hagas reír, ¿Por qué le creería a alguien que ni siquiera fue capaz de proteger a su omega? ─ rio para si mismo, causando que el sentimiento de culpa e impotencia albergaran el pecho de Karamatsu. ─ Si te sirve de consuelo no volveré a molestarte, voy a permitir que disfrutes de unas maravillosas vacaciones. Lejos del contacto humano, lejos de tu pequeña... Pero no hay de que preocuparse, yo mismo me encargare de su crianza, tengo grandes planes para ella ─ soltó divertido, aquello solo provoco que el oji-azul intentara soltarte de manera desesperada. Tenia que admitir que aquella imagen la causo bastante gracia.

─ ¡MALDITO HIJO DE PUTA! ¡TE MATARE ¿ME OÍSTE?! ¡JURO QUE VOY A MATARTE! ─ gritaba el Matsuno, se encontraba totalmente desesperado. Pudo ver como aquel tipo que llamaban Tanaka le dedicaba una última sonrisa burlona, comenzando a caminar hacia la salida del lugar. ─ ¡Espera! ¡Regresa inmediatamente, devuélveme a mi hija! ─ volvió a gritar, sin importarle si con ello lastimaba su garganta.

El sonido de la puerta cerrándose hizo que un desagradable eco se escuchara por toda la habitación, aquella imagen hizo que perdiera todas sus fuerzas. Se sentía totalmente derrotado, el sujeto ese ya le había arrebatado a las dos personas más importante en su vida, lo más seguro es que prontamente mataría a sus hermanos al igual que el resto de sus amigos.

Aquella realidad realmente le disgustaba, y lo peor de todo es que ni siquiera había dado pelea alguna. Ni siquiera se le había dado la oportunidad de protegerlos, simplemente dejo que él enemigo actuara libremente.

Aquello realmente le frustraba, tanto que podía sentir como fuertes lagrimas escapaban de sus ojos, afirmándole que las palabras dichas por la ilusión de Hayato no fueron del todo erróneas.

.

.

.

─ ¿No te lo había dicho ya? Realmente no eres digno de ser un alfa Karamatsu-kun ─

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

N/A: No estaba muerta, andaba de parranda... otra vez xD

Se que no tengo perdón por haberme demorado tanto, pero la inspiración va y viene por lo que no diré cuando sera la próxima. Solo espero que sea pronto.

Se aceptan reclamos y tomatazos, pero si les gusto no duden en darle su estrellita :) son gratis y bien bonitas 🌟🌟

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