45.
"Visita inesperada"
POV Omar
Mi exabrupto es claramente escuchado, una sombra proveniente del interior se acerca directamente a la ventana donde estoy, las cortinas se corren un poco, solo lo suficiente para que Diego se asome por la abertura. Su cara al verme del otro lado del cristal es una amalgama de emociones: sorpresa, alegría, enojo y pánico.
-Hola. –Lo saludo acompañado de mi mejor sonrisa, muy casual.
- Hola. –Responde, aun procesando la escena. - ¿Qué estás haciendo aquí? -Pregunta en un susurro, al darse cuenta de la situación.
-Yo solo pasaba por aquí ya sabes viendo las estrellas, la luna y solo me faltaban tus ojos.
Por su expresión deduzco que se ablandó un poco, solo un poco, ya que el tono de su voz aún sigue siendo dura. - ¿Qué tonterías son esas?, será mejor que te largues a tu casa a bajar la borrachera.
- ¿Cuál borrachera? Estoy completamente lúcido. Ahora serías tan amable de abrir la ventana para que pueda entrar, necesito hablar contigo de algo muy importante.
-Tú y yo no tenemos nada de qué hablar, adiós. -Hace amago de cerrar la cortina dejándome de nuevo a medias.
-Si no me abres la ventana bajaré y tocare el timbre hasta que me abran, ya seas tú o tu padre y créeme, no me iré hasta que hablemos muy seriamente. - Estoy cansado de tantos juegos, va a tener que escucharme, ya sea que quiera o no.
-No lo harías. –Su expresión no es para nada un reto, más bien una súplica.
- ¿En verdad quieres probarme? – Veo por su mirada que está calculando las posibilidades de que en verdad me atreva o no. Sonrío de lado y lo veo directo a los ojos. Termina cediendo, a regañadientes y abre entonces la ventana para que entre. Me conoce lo suficiente como para saber lo necio que puedo llegar a ser.
Al entrar soy recibido por un agradable calorcito, mientras que él se se muestra frío al dirigirse a la puerta, me apresuro a llegar a su lado pues no quiero que se me escape otra vez. Por fortuna en lugar de marcharse, pone el seguro. "Ahora sí no te escapas" pienso con cierta malicia.
-Y bien, ¿Se podría saber cuál es tu interés en venir a estas horas de la noche, a irrumpir en mi cuarto?
- ¡Ja ja! Si te dijera lo que realmente quiero te espantarías. –O quizá se excite al igual que yo.
- ¡Déjate de jueguitos! Que aún no sé si perdonarte.
-Pues tu mensaje me dice otra cosa. –Al silenciar el celular noto que el mensaje que al sonar me delato con Diego, es precisamente suyo. –Veo que me extrañas.
-Eso fue un accidente, no era mi intención el escribirlo en primer lugar.
-Ok, fingiré que te creo, aunque ambos sabemos que me extrañas. –Le digo mientras me acerco a él, de a poco, para que no se asuste.
-Como sea. Te escucho. -Rehuye la mirada.
-Verás, yo. –Carraspeo, pues increíblemente la garganta se me ha puesto seca de los nervios, espera, ¿dije nervios? No, debo ser valiente y honesto, es ahora o nunca. –Vengo a aclarar las cosas, nuestros últimos encuentros no han sido para nada afortunados, lo que ha repercutido en nuestra... relación.
-Creo que ya has dejado muy en claro tu postura de arrepentimiento. –Me interrumpe. – Lo he estado pensando mucho y detenidamente. Acepto tus disculpas.
- ¡Vaya eso es genial!, pero por favor no me interrumpas hasta que termine. –Se queda extrañado por mi petición, haciendo un ademán con sus dedos, sella sus labios como si tuvieran un zipper, cerrándolo con candado y arrojando la llave imaginaria por sobre su hombro.
-Sé que no recuerdas nada de nuestro pasado y está bien. –Abre su boca en un claro intento por repelar, a lo que yo le pongo mi dedo índice cruzando sus suaves labios para silenciarlo de nuevo. –La cuestión es que desde que te conozco, mi intención siempre ha sido acercarme a ti como amigo, es evidente que fallé garrafalmente. Luego, no fue sino hasta que me convertí en el bully de la escuela, cuando finalmente tú me notaste. Al principio odiaba que todos me temieran y huyeran de mí, sobre todo tú. Irónicamente, el ser "malo" contigo, resultó ser la única forma efectiva que encontré para estar cerca de ti.
-Lo siento. –Me dice en voz baja.
-También lo siento. La fama que sin querer me había hecho, aunado a mi problema de irritabilidad, pronto me desubicaron llevándome al lado oscuro. Te hice daño al jugarte chueco muchas veces, culminando en obligarte a robarle el examen a tu padre, tratándote como lo hice en su oficina. Eso jamás me lo podré perdonar.
-No quiero volver a tocar el tema.
-Te dije que no me interrumpieras. Aunque no quieras debemos hacerlo, necesito aclarar esto, por favor. –Asiente en silencio y continúo. -Verás esa noche me di cuenta de muchas cosas que no sabía de ti, pero sobretodo de mí. Cuando te dije que estaba arrepentido me refería a lo bruto que fui al tratarte como lo hice; fui un patán, un desgraciado. No así de lo que paso entre nosotros, en cuyo caso, lo que lamento es que haya pasado de esa forma. Créeme cuando te digo que hubiese querido que nuestra primera vez fuese diferente.
- ¡Wow wow wow! ¡Detén tu carro un segundo! No te entiendo. ¿Qué es lo que me estas tratando de decir? –Esta vez es él quien me tapa la boca con su mano, mirándome fijamente a los ojos.
La distancia entre nosotros se ha reducido bastante, aun así, lo tomo por los hombros y lo acercó a mí, mirándolo directo a los ojos mientras le suelto lo que llevo dentro. -Quiero decir que desde que te vi me siento inequívocamente atraído por ti, al principio creí que solo como amigo, pero ahora, quiero mucho más. Aunque he tratado de evitarlo me es imposible negarlo por más tiempo: Me gustas Diego, desde esa noche no he dejado de pensar ni un momento en ti; necesito verte, oírte, saber que estás bien, ¡Solo Dios sabe cuánto necesito besarte! –Para este punto le tengo rodeado por la cintura con mi brazo izquierdo mientras que mi mano derecha se posa sobre su mejilla acercando nuestros rostros cada vez más hasta que nuestros labios se tocan compartiendo un solo aliento.
Me contengo las imperiosas ganas de besarlo salvajemente, en cambio rozo sus labios con los míos, presionándolos y moviéndolos solo un poco. Al simple toque ya estoy temblando, es como una corriente eléctrica recorriendo toda mi piel hasta la nuca, erizando mis bellos en a su camino. Por su parte, siento como su cuerpo se tensa debido a la sorpresa, pero no me rechaza ni me empuja como yo esperaba, solo se queda congelado por un segundo y al siguiente, abre su boca cediendo paso a mi lengua, sus manos que hasta el momento reposaban estáticas en mi pecho pronto cobran vida para recorrer mi espalda y glúteos.
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POV Diego
No puedo creer que esté pasando en verdad, mi bully me ha dicho que le gusto justo antes de besarme. Debe ser uno de mis sueños no cabe duda, y sin embargo se siente tan real. Al simple contacto de sus dedos sobre mi piel siento un hormigueo que invade toda esa zona, sus labios en los míos provocan una descarga eléctrica tan poderosa que bloquean mi cerebro por un instante, en definitiva, es así como debe sentirse un beso.
Poco me importa si es solo una ilusión, lo quiero y necesito. Nos besamos, abrazamos y recorremos nuestros cuerpos con desesperación y sin tregua; sus caderas se mueven con cadencia haciéndome notar su creciente bulto chocando y rozándose contra el mío. Con pasitos cortos llegamos al borde de mi cama, sentándome en ella, él sin decir palabra alguna, se tumba encima de mí para seguir morreándonos.
No sé cuantos minutos pasamos así hasta que un pensamiento agudo me incomoda haciéndome detenerlo y apartarlo.
- ¿Sucede algo malo? Si quieres podemos detenernos –Me dice con un tono dulce en su voz.
-Es solo que tengo una duda y ya que estamos "aclarando las cosas", pues...
-Dime, estoy aquí para ti. -Él se quita de encima de mí, recostándose delado, acariciando mi rostro, viéndome con los ojos mas tiernos que le he vistonunca.
-El otro día te pregunte si eras gay y respondiste que no, entonces no entiendo nada de esto.
-Oh, eso. Verás; no me considero gay, aunque a estas alturas tampoco puedo decir que soy hetero. Es decir, me gustan las mujeres, me excitan y me gusta coger con ellas, o por lo menos era así; ya que ninguna me provoca como tú lo haces. Contigo no solo se alborotan mis hormonas, sino que también mis sentimientos se ven afectados. Es difícil de explicar, pero es como si al verte me sintiera en paz, cuando no estas cerca me siento ansioso por saber que estas bien, tengo celos de auqellos que se acercan a ti y me dan ganas de romperles la cara a todos ellos.
- Sigo sin comprender, te gusta coger con mujeres, pero yo te gusto. ¿Crees que decirme eso sea una buena estrategia?
-Sí, porque quiero aclarar todo de una vez. Tú me gustas mucho más que cualquier chica. A ti es a quien quiero.
- ¿Entonces? Resumiendo. ¿Eres bisexual?
-Para serte sincero no sé lo que soy. Lo único de lo que estoy seguro es que quiero estar contigo.
Mi ceño fruncido no mengua, por lo que agrega. -Podríamos decir que soy Diegosexual. -paso de largo su broma, aunque no puedo evitar el sonrojarme por ella.
- ¿Cómo sabré que no es solo una etapa de reafirmación y que me dejarás por la primera chica bonita que pase?
-Eso jamás pasará. Ya te lo dije desde aquella noche no tengo ojos más que para ti. –¡Ja! Mentiroso.
- ¿Qué hay de la chica con la estabas fajando cuando te esperaba en la biblioteca?
- Como te dije, traté de olvidar mis sentimientos por ti, así que sí, estuve con algunas chicas al tratar de descubrir lo que me pasaba.
- ¿Cómo la que te cogiste en los baños del antro, o su amiga que te la estaba mamando en el estacionamiento? Por mencionar solo las que te conozco, ¡A saber cuántas más lleves en realidad!
- ¿Cómo es que sabes de la chica del antro? Momento, ¿eras tú en el cubículo de junto? Sabía que había sido una mala idea. Esa noche, en el bar, lo hice sobretodo pordespecho. Me carcomía por dentro el que otro tipo estuviera contigo, cegado porlos celos intenté arruinarles la noche, casi cometí una estupidez.
-Dos, de hecho. Si tomamos en cuanta a la ofrecida del estacionamiento.
-Debo sincerarme, o agradecerte en todo caso. Cuando me di cuenta que "alguien" estaba escuchándonos en el cubículo de junto, me hizo sentir tan sucio y culpable que, no concluí el acto. Con la segunda no hice nada, no niego que lo intentó, pero no pude hacerlo. Trataba de quitármela de encima cuando ustedes aparecieron.
- ¿No pudiste?
-No, es que no, ya sabes. No quise hacerlo, sobre todo cuando te ví con la decepción en tu rostro.
- ¿Estás seguro que no solo es un capricho o algo pasajero?
-Estoy seguro que es auténtico, me di cuenta desde que me regalaste el dragón, cuando intercediste por mí con tu padre, pero, sobre todo, lo supe desde aquel día que te encontré fuera del supermercado bajo la lluvia a punto de resbalar. Podrá ser una tontería después de todo lo que hemos pasado, pero ese fue justo el momento en que supe que te quería.
- ¿Por qué yo? es decir, soy un nerd, un cuatro ojos, fofo, patoso, sin chiste alguno.
-Eres inteligente, amable y no pretendes ser nadie más con tal de encajar; eso me gusta de tí, porque no te pareces a nadie, eres único. Y para mí, eres el hombre más sexy que existe, no cambiaria nada en ti. Me gustas Diego, por ser prescisamente tú.
- ¿Estás seguro que no es solo por el morbo? Dieces que todo cambio aquella noche.
-Cambió, pero no mis sentimientos, ellos estaban ahí desde antes, solo que no sabía como nombrarlos. Y no, el sexo no tuvo nada que ver. Aunque sí fue el mejor que he tenido jamas.
- ¿Y porqué continuaste comportándote como un completo imbécil todo este tiempo? ¿Porqué ahora?
- Sentí que te había obligado a hacerlo, me odié a mi mismo por ello. Creí que, si me hacía a un lado, ambos podríamos olvidarlo. Los siguientes días no me acerqué, pero continué viéndote desde lejos. El verano fue una tortura, te marchaste y no supe nada de ti, llegué a temer que te habías alejado para siempre.
-La idea cruzó mi mente. –Confieso. – ¿Porqué ahora y no entonces?
-No lo sé, miedo al rechazo talvez. De nuevo, me acerqué poco a poco, temiendo espantarte, afortunadamente, esta vez aceptaste mi presencia. Quería que conocieras realmente quien soy, y no te quedaras con la falsa imagen que yo mismo ayude a forjar. Había visto como otros chicos intentaban acercarce a ti, más rechazaste a todos, lo cual me alegraba. Pero el verte besar a otro, fue un dolor insoportable, porque aquel afortunado chico, se merece a alguien como tú y tú a alguien como él. Tal vez sea ya muy tarde, pero no pienso negarlo más, ni siquiera resistó un momento más para decirte cuanto te quiero.
No cabe duda de que es un tonto, ya que yo me di cuenta que le quería mucho antes, por otro lado, el que haya sido por un simple charco, un resbalón, un beso no correspondido, lo hace más real para mí.
¿Y listo? ¿Así de fácil me convenció sin el menor ápice de dudas? Pues sí y no. Mis dudas de que esto funcione siguen estando presentes, más aún, ahora le agregamos el temor a que alguien nos descubran (mi padre, obviamente). Sin embrago, me estaría auto saboteando si rechazo esta oportunidad de tener algo especial, con alguien que quiero y parece quererme.
Listo, está decidido, me tiraré al pozo de cabeza con los ojos cerrados y que sea lo que Dios quiera.
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POV Omar
Seguíamos recostados en su cama mirándonos a los ojos en todo momento, uno frente al otro, mientras le expongo mis dudas lo mejor que puedo darme a entender. Las preguntas que me hace son espinosas, pues no quiero reñir de nuevo por un malentendido, sin embargo, me prometí a mí mismo ser honesto con él y decirle todo.
Estoy preparado para un arduo interrogatorio del tipo de las series policíacas, o por lo menos eso es lo que creía, ya que es más difícil de lo que no me esperaba. Por tanto,al contarle cuando realmente me dí cuenta que lo quería y mis temores de perderlo, me sorprende tomando mi rostro entre sus manos y me planta un beso apasionado, con todo y lengua incluido.
Sin mediar otra palabra, retomamos las caricias y los besos por un largo rato. De pronto, ambos sentimos que la ropa nos estorba, como si estuviera ensayado, comenzamos a desnudar al otro, quedándonos solo en boxers. Mis labios recorren cada centímetro de su ser, marcándolo con pequeños besos, me entretengo especialmente en su blando estómago y piernas blancas por falta de sol, para regresar a su pecho, culminando mi recorrido en sus labios.
Con el ejemplo que le he dejado Diego hace la misma travesía con una ruta diferente, él se deleita bastante tiempo en mis pectorales, chupando y mordiendo mis pezones; pasando a mis axilas donde aspira profundamente, no sabía que era una zona erógena hasta que pasa su lengua por ellas. Baja por mi costado dedicándole muchos besitos a mis casi olvidadas cicatrices, continuando su camino hasta llegar a mi trasero. Nadie, juro que nadie había dedicado tanto tiempo a mis pompas como él, me baja el bóxer lo suficiente para tenerlas a su disposición; no sé qué es lo que me gusta más, que las sobe con sus manos, les de besos, las muerda o que las chupe y luego sople sobre el área sensibilizada.
Para este punto estoy más caliente que una caldera a punto de explotar. Por su parte me gira de frente encontrándose con mi pene completamente erecto, él solo sonríe y le da unos besitos a la punta, por encima de la tela que lucha por contenerlo; sube de vuelta por mi abdomen y regresa a mis labios, devoro los suyos con ferocidad, girando hasta tenerlo debajo de mí. Puedo sentir como su miembro está en idénticas condiciones que el mío, muevo mis caderas para que se rocen entre ellas mientras que ahogo nuestros gemidos con besos.
De pronto se estira hasta alcanzar mi chaqueta y me pide que me la ponga, una petición algo extraña pero excitante, por mi parte le pido que se deje las gafas puestas, seguimos en lo nuestro un par de minutos más. Sus manos ahora buscan en los bolsillos hasta dar con lo que busca, unos preservativos.
- ¿Cómo sabias que los tenía?
-Encontré unos en tu saco y en la chamarra que me prestaste, supuse que siempre cargas con unos. –Me responde al abrir uno y colocarlo él mismo en mi miembro.
- ¿Estás seguro? No quiero que pienses que solo quiero acostarme contigo, bueno, si quiero, pero solo si.
-Calla o papá podría escucharte, soy yo quien lo quiere.
En verdad me encanta este chico, utilizo mi saliva a manera de lubricante, tanto en mi pene como en su ano, acomodo sus piernas en mis hombros y procedo a entrar suavemente, despacio y sin detenerme. La resistencia que pone su cuerpo a mi intrusión dura solo un momento, una vez dentro, sus contracciones (por llamarlas de alguna forma), masajean mi tronco provocando con ello sensaciones increíbles. Permanezco quieto un momento, en lo que se acostumbra un poco. Me doy cuenta cuando está listo para que lo embista cuando exhala un suspiro y su rostro se relaja, mis movimientos son lentos y profundos, pues mi intención es que ambos disfrutemos el mayor tiempo posible. Eso y, además, está el hecho de que su padre duerme en la habitación de junto, cualquier ruido podría alertarlo e interrumpir nuestra aventura clandestina.
Puede que sea menos intenso de lo que me gustaría, pero no por eso significa que sea menos placentero, por el contrario, me da la oportunidad de ver sus gestos y reacciones a cada una de mis acciones; si veo que algo le incomoda pruebo otra cosa, por el contrario, si notaba el placer en su rostro me afano en ello.
Su rostro es un poema erótico, acompañado por la música de sus respiraciones cortas y los apenas audibles jadeos, y sus ojos, sus ojos viendo directamente a travez de los míos. Todo su cuerpo estremeciéndose al unísono con el mío, incluso su pene parece latir pidiendo atención, misma que el mismo Diego intenta ofrecerle. Mi mano toma el lugar de la suya, recorro toda su extensión apretándolo con firmeza, utilizando su propia lubricación para no irritar su sensible piel.
Teniendo la mano desocupada, Diego es libre de recorrer los músculos de mi abdomen,torax, hasta llegar a mi rostro. Con voracidad, chupo sus dedos, jugueteo conellos usando la lengua. Por primera vez estoy más al pendiente del disfrute de mi pareja que del propio, lo gracioso es que entre él más goza, también yo lo hago.
No mucho tiempo después se corre sobre su abdomen salpicando el mío en el proceso, esto ayuda a que termine por vaciarme dentro suyo unos instantes más tarde. Una vez que me salgo de él y retiro con cuidado el condón usado, vuelvo a caer encima suyo para seguir besándolo sin importarme que todavía no se ha limpiado, le beso con suavidad y ternura hasta quedarnos dormidos.
Mi reloj interno me despierta antes de que el sol lo haga. Diego aún duerme abrazado a mi pecho, permanezco quieto unos instantes para disfrutar del momento al verlo respira tranquilo. Es increíble como esta estampa puede diluir mis malos humores y la pesadez en mi espíritu. dormir juntos, abrazados, con la plena certeza que me quiere como yo a él, es mucho mejor que el sexo, desearía poder estar así todo el tiempo. Separarme de él es algo que no quiero hacer.
Por otro lado, pronto amanecerá y no me gustaría que su padre nos descubra, originando una confrontación, no solo conmigo sino entre ellos, dada la relación tensa que llevan hasta el momento. Así pues, me enderezo con cuidado de no despertarlo. A pesar de ello, abre sus ojos cuando busco mis ropas regadas.
–Gracias por lo de anoche mi chico malo. – Me dice antes de darme un beso en mi hombro a la vez que me rodea por la espalda con sus brazos.
-Gracias a ti mi nerdy. –Me giro a su encuentro y sostengo su rostro entre mis palmas y le doy un beso corto en los labios. Termino de vestirme y salgo por la ventana. –Te quiero. –Le recuerdo antes de descender. Detesto la idea de escabullirme como un vil ladrón, aunque, por otro lado, eso lo hace más excitante.