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Un día raro
El día había empezado de lo mas extraño, no era usual para Draco levantarse tan temprano y mucho menos haber gozado de un sueño tan reparador y energizarte como el de esa noche, pero le basto abrir los ojos para darse cuenta del motivo de tal acontecimiento. No se movió, no solo para no despertarla, se quedo atónito al sentir tantas emociones al encontrarse con el rostro angelical de Granger sobre su pecho.
Su cabello era un lio enorme, cada hebra castaña estaba despeinada dándole un volumen escandaloso, pero su rostro estaba tan tranquilo que le daba un toque divino y divertido, respiraba armoniosamente y su parpados rosados firmemente cerrados protegían esos ojos color del caramelo que le resultaban ahora tan familiares.
No se movió por miedo a despertarla y privarse de esa imagen tan apacible que le tranquilizaba de una forma que no lograba entender. Y se sintió estúpido ante ese romanticismo patético de observarla dormir, se reprendió mentalmente y aun sabiendo que tan bajo estaba cayendo se contuvo de ser brusco y se levanto con sigilo para dejarla dormir.
Era imposible que él estuviera haciendo algo tan patético, su padre debería estar revolcándose en su tumba al verlo tan embobado con esa impura, pero que mas daba, que se quemara en los infiernos, después de todo habían dejado muy atrás esas ideas extremistas sobre la sangre, y ahora eran solo un hombre que veía bajo esa cobija a la mujer que le estaba robando la razón y la templanza.
Subió agitado las escaleras, con el corazón bombeando con todas sus fuerzas, estaba librando una batalla interna entre lo que debía o no sentir hacia esa leona que dormía tan pasiblemente sin ser consiente lo que estaba despertando en el.
Cuando Hermione despertó y no lo encontró a su lado suspiro decepcionada, pero no tardo en animarse al sentir que aun permanecía tibio el espacio donde momentos antes había estado, y apretó la cobija para respirar el penetrante aroma que había dejado en ella Draco.
Se levanto llevando de nuevo la cobija a rastras y se adentro a su habitación para bañarse y arreglarse. No tardo en estar lista y con una gran sonrisa abandono el cuarto para no verse afectada por la insoportable presencia de Sam, que cada vez se mostraba más irritada.
Abajo ya la esperaba Draco para ir rumbo al gran comedor para el desayuno, en la misma sala también estaba Alex.
-Buen día. -Saludo y se encamino a besar los labios del blondo y saludar con una sonrisa al otro chico que debió la mirada al ver la efusividad del saludo.
-Buen día Hermione. -Cortez y escondiendo su tristeza contesto Alex.
-Nos vamos. -Pidió el rubio tomando su cintura
-Claro. Nos vemos más tarde Alex. -Se despidió la castaña y salió al lado de su novio.
Se adentraron en los pasillos del castillo, la leona deseaba preguntarle muchas cosas, entre ellas quería saber la razon por la que la dejo sola en el sillón de la sala, pero tuvo miedo de encontrarse con una respuesta desagradable, por lo que prefirió guardarse sus dudas.
Era un buen truco mantenerse indiferente como lo hacía Malfoy, que parecía como si no fuera para nada relevante que los dos hubieran dormido juntos, le dolió pensar en eso, pero era verdad, sería muy tonta si a estas alturas del partido no fuera consiente que Draco solo estaba sacando provecho de la situación, el no estaba interesado en lo mas mínimo en ella o sus afectos, era cruel, pero así eran la cosas y sería muy estúpido no tenerlo en mente, aun así debía disfrutar lo que más pudiera de esa relación enfermiza en la que se había involucrado, porque al fin y al cabo esa había sido su decisión, así que a nada venían sus complicadas cavilaciones y esas lagrimas que se estaba tragando.
El rubio la sintió tensarse a su lado, pero no dijo nada, el mismo estaba demasiado confundido para enfrentarse a la mirada suspicaz de la leona, por algún motivo se sentía disminuido en su presencia, desearía ser al menos un poco de lo que alguna vez había sido para mostrarse indiferente para mantener el mutismo en su rostro como lo había hecho antes, pero ahora le resultada imposible, en ocasiones pensaba que la castaña podía leer su mente, si no estuviera completamente seguro de que sabia utilizar la oclumancia no dudaría de que esa mirada profunda que le dedicaba la Gryffindor alcanzaba a traspasarlo, revelando sus mas ocultos sentimientos.
Tomaron su desayuno juntos sin cruzar más de dos palabras, ambos se sentían vulnerables en esos momentos, por lo que se limitaron en intentar actuar normales, aunque a bajo las miradas curiosas de Blaise y Wood, ese frialdad en el trato les resultaba interesante.
Cuando terminaron su desayuno estaban tan cohibidos y se sentían tan fuera de lugar que Hermione se excuso.
-Debo ir al servicio, no es necesario que me esperes, nos vemos en clase de pociones. -Le dijo y salió sin decir nada más.
Lo que ocurrió después fue demasiado rápido para el gusto de la leona, a penas entro al servicio Pansy entraba a toda prisa tras de ella, y a su lado Millecen.
Hermione intento ignorarlas y mientras se refrescaba un poco sintió la varita de Pansy enterrarse en su garganta, y tan rápido como eso la otra había encontrado le quitaba su pripia varita y la sujetada con fuerza por los brazos.
Millecent Bulstrode era mucho más alta que Hermione, robusta, de cabello negro y a decir de los chicos un tanto fea, pero eso no le quitaba que era muy fuerte. Años atrás ya se habia enfrentado con Granger y aprovechando su fuerza bruta la habia dominado, pero de eso ya habían pasado algunos ayeres y Hermione ya no era la misma chiquilla que había sido alguna vez.
-Esta es solo una advertencia. -Siseo como buena Slytherin la morena Pansy y le dio tremenda bofetada que le marco los dedos en la mejilla izquierda de la Gryffindor habiendo también su labio inferior.
Los ojos de Hermione relampagueaban de indignación y aun con el labio abierto y sabiéndose en desventaja no se atemorizo.
-Deja en paz a mi Draquito, le debiste de dar amortentia, alguien como tú solo se puede valer de ese tipo de artilugios para conquistar a alguien como él.
-Yo no soy como tú. -Contesto con firmeza.
-Cállate estúpida sangre sucia, que no te he permitido hablar. -Le cruzo el rostro con otra bofetada.
Llena de rabia Hermione se comenzó a agitar entre los brazos de la otra Slytherin que no paraba de reír y burlarse de la leona.
-No necesito de tu permiso.
Ofendida Pansy le apunto de nuevo con la varita en la garganta.
Granger le reto con la mirada. -Si vas a hacer algo hazlo de una buena vez y déjate de tonterías.
-No sabes de lo que soy capaz. -Dijo irritada al ver que no amedrentaba como deseaba a la castaña.
-Debes de entender que Draco está muy por arriba de ti, y que ni tu ni nadie me lo van a quitar, no es que me interese mucho el, pero no asi la posición que puede darme siendo su esposa y la fortuna. Tú debes de conformarte con ser su amante en turno, porque yo seré la señora Malfoy algún día. -Bajo la varita para burlarse más de la castaña.
-Alguien como tú no lo merece.
-Disculpa querida. -Le dijo con burla. -Pero soy mucho mejor que tu en todos los aspectos.
-No eres más que una facililla sin cerebro que se acuesta con cualquiera.
Otra bofetada más hizo que ladeara su cabeza y se quedara así por unos segundos.
-Eres patética, que no te das cuenta que solo eres una hija de muggles, y en comparación conmigo eres menos que nada, eres solo bazofia, basura Granger, tu nunca aspiraras a ser algo más.
Hermione sentía las mejillas calientes por los golpes, pero su sangre hervía aun mas por el coraje, por los insultos, muchas veces en el pasado se había controlado haciendo uso de su sangre fría y su templanza, salía del paso con frases inteligentes para no ensuciarse las manos con alguien que no valía la pena, pero incluso para la pacifica Gryffindor lo que estaba haciendo Parkinson era la gota que había colmado su paciencia.
Se agito tan fuerte para soltarse del agarre de Millicent que golpe con su cabeza el rostro de Pansy haciéndola chillar de dolor, le fracturo la nariz con el golpe. Una fuerte hemorragia sobrevino a la pálida morena y atónita la otra serpiente aflojo solo un poco, pero fue suficiente para liberar un brazo con fuerza y propinarle un puñetazo que dio directo en el ojo de la enorme mujer, pero eso no fue todo, furiosa se le fue encima a Bulstrode tirándola y como una fiera la tomo de los cabellos y le acomodo dos buenas bofetadas.
Hermione estaba fuera de sí, eran muchos años de aguantar los insultos y humillaciones, a Draco ya le había perdonado pues sus sentimientos hacia el menguaron sus resistencias, pero otra historia muy diferente eran esas dos que se creían que porque eran sangre limpias eran superiores a ella.
Se dio el lujo de propinar una última bofetada no sin antes haberla sacudido tan fuerte por el cabello que la enorme Slytherin lloraba asustada al ver los ojos enfadados de la leona. Pansy del dolor había soltado su varita y viendo que Hermione se le acercaba hizo el intento de tomarla de nuevo, pero Granger fue mas agil y antes de que lograra su objetivo ya estaba tomándola por el pelo acercándolo a su rostro.
-No eres mejor que yo, esta sangre sucia que tienes delante de ti, esta orgullosa de serlo y tu con todo tu dinero y tu pureza de sangre no eres nada, eres solo una niñita mimada y consentida que no ve mas allá de su nariz. Escúchame bien no voy a seguirte tolerando si quieres guerra te daré guerra, pero no voy a permitir que estés con Draco, tu solo pretendes utilizarlo y eso no lo voy a permitir. Entendiste. -Dijo tirando con fuerza de sus cabellos.
-Sí. -Dijo a penas y Hermione la soltó dejándose caer de rodillas la morena por el dolor en su rostro.
Susan había escuchado los gritos casi desde que comenzaran a discutir y asustada había ido por la directora o algún profesor para su suerte McGonagall no estaba muy lejos y llego al baño para ver como Hermione soltaba a Parkinson.
Lo demás se resumía a que las había hecho ir a la enfermería para que Madame Pomfrey las atendiera antes de averiguar qué era lo que había desatado todo aquello.
Durante la comida las miradas se centraban en Granger que se observaba tranquila, muchas chicas de Slytherin miraban con burla a Parkinson, aun tenia amoratados los ojos, al igual que Millicen a pesar de las plastas de maquillaje que utilizaron para disminuirlo, la burla se debía a que nadie antes había sido capaz de darle un escarmiento, disfrutaba de humillar y menospreciar a todo mundo incluyendo a las chicas de su propia casa, por lo que comenzaban a simpatizar con la leona, hubo incluso quien la felicitara por el logro.
Draco también comía de manera normal, pero no podía dejar de sentir esa felicidad indescriptible al recordar la manera en que su leona lo defendiera. A penas salieron del comedor y lejos de las miradas curiosas de todo el mundo la condujo a uno de los pasillos para estar un momento a solas.
No dijo nada, no expreso su agradecimiento, ni su satisfacción, solo se limito a mirarle por largos segundos, acariciando su labio hinchado con cuidado, después solo acerco su labios a los suyos y con la punta de su cálida lengua continuo acariciando su lastimado labio antes de besarla con toda la ternura que se podía permitir, y que sin embargo Hermione noto era quizás la más sincera demostración de agradecimiento de la que era capaz de demostrar.
El orgullo perdía terreno mientras el amor, llevaba un par de puntos a su favor.