Soy Virgen

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La situación había llegado al límite admisible para Hermione, eran muchas las veces que se había contenido de contestarle como era debido a ese muchacho engreído que seguía creyendo que el mundo giraba a su alrededor.

Quizás no era el momento justo, quizás no era el tema apropiado de discusión y mucho menos la persona idónea, pero el hecho era que estaba tan furiosa y tan harta de sostener esas continuas batallas y ataques verbales que esa última afirmación sobre su persona habían hecho que su sentido común se apagara para hablar, o mejor dicho gritar con aquella determinación unas cuantas verdades que nunca pensó poder ser capaz de mencionar en voz alta.

Si bien era cierto que en mucho influía que vivieran juntos en la misma torre y que muy a su pesar a los dos los hubieran premiado con el mayor honor otorgado por el gran colegio de magia y hechicería, Hogwards, lo cierto era que las continuas discusiones por demás triviales  estaban a la orden del día.

Hermione había intentado por todos los medios posibles hacer acopio de toda su paciencia y fuerza de voluntad para no sucumbir ante las incitaciones de Malfoy, pero era una tarea imposible para ella y más cuando el rubio se proponía pasar una tarde soltándole una sarta de calificativos que rayaba en los límites permitidos cuestionando su inteligencia y su cordura, insinuándole incluso si era una chica o algún espécimen raro del que habría que exigir como en peligro de extinción o con un cartel de "Especie, verdaderamente rara"

El caso es que ese día, la furia hizo hablar con tal claridad y de manera tan abierta a Hermione de temas que abría considerado intocables incluso de tratar delante de su mejor amiga Ginny Weasley. Pero en ese momento no le importo, ya después tendría tiempo para lamentar su falta de juicio y su soltura de lengua, mientras tanto le diría tres frescas al arrogante y bueno para nada de Draco Malfoy.

Todo comenzó aparentemente como otra de las tantas discusiones, debido a que Malfoy había dejando entrar a la torres que compartía con Hermione como premios anuales a su amante de planta Pansy Parkinson, que a juicio de la castaña no era más que una facililla sin cerebro que se enredaba con cuanto hombre se le "parara" por enfrente. Aunque claro en la lista de conquistas de la morena, Draco estaba en su lista de prioridades, por lo que ni tarde, ni perezosa se presento  en la torre vestida de mujer fatal.

Como era costumbre Hermione prefería estar en su habitación con tal de no toparse con el desagradable Huron, por lo que no se percato que el rubio había dejado entrar a Pansy y sin mayor preámbulo habían medio destrozado la sala común en sus frenéticas demostraciones de pasión y candor animal antes de adentrarse en la alcoba del descolorido muchacho y comenzar con su alocada faena sexual.

Fueron precisamente los gemidos y los fuertes gritos de excitación que pegaba la descarada morena lo que alertaron a la Gryffindor de que algo ocurría. Salió ya cuando la muy perfíra de Pansy con la cara llena de satisfacción salía del cuarto del chico dejando la puerta entreabierta por la que vio medio desnudo al rubio con una sonrisa socarrona.

El rojo se apodero de las mejillas de Hermione haciendo reír de manera más descarada al rubio, que incluso tuvo el descaro de dejar caer por "casualidad" la sabana que llevaba a manera de tapa rabos  enroscada en sus afiladas caderas. Aun asi la castaña presa de su  pudor desvió la mirada y bajo hecha una furia las escaleras para ir a la cocina y prepararse un té para calmar sus afectados nervios.

Mas el ingenuo del rubio pensó que nada mas ocurriría, al menos nada que no fuera los acostumbrados gritos y reclamaciones por parte de la leona, pero incluso eso le satisfacía, por lo que bajo envuelto solo por una bata de seda sin siquiera preocuparse por ponerse algo mas debajo. Al bajar se encontró con la chica con la espalda recargada en la pared intentando sostenerse, pues sus piernas le fallaban  después de encontrarse con la sala destrozada y unas bragas adorando la repisa de la chimenea y un sostén rojo atorado en la punta de un cuadro que adornaba la sala.

Draco Busca EnamorarseWhere stories live. Discover now