No lo hice por maldad

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No lo hice por maldad

Sam tenía los ojos húmedos, sus pestañas estaban plagadas de lagrimas que se habían quedado atrapadas mientras se escapaban de sus lagrimales, hacia un rato que temblaba con la intensidad del momento y temerosa no se atrevía a moverse a sabiendas que en cualquier momento Alex saldría de su estupor y le gritaría.

Le consto mucho comenzar su confesión, decirle cada parte de su plan meticuloso para separa a Granger y Malfoy. Su voz se quebraba y debido a sus lágrimas se entrecortaba entre lastimeros sollozos. Pero lo había hecho sintiendo como su corazón latía con más fuerza  aturdiéndola, le dijo de cómo convenció a Pansy para que hablara con sus padres sobre el buen negocio que representaba que se casara con Draco, también le hablo de Zabini y como ella hacía que por casualidad se quedara a solas con Granger haciendo que después llegara Draco para darle celos y romper su confianza.

Confeso al fin que nada sentía por Malfoy y que todo era una treta para hacer que Hermione lo dejara, pero que esta era tan ingenua y tan confiada que nunca dudaría de ella y de su amor por el rubio.

Se merecía que la odiara por estúpida, por ser tan ciega y no darse cuenta de las tonterías que estaba haciendo escusada en el amor que sentía por Alexander, pero ya era tarde para lamentaciones, lo sabía bien y solo lo confirmo cuando a pesar de que los brazos de su amigo aun la sostenían con firmeza estaba inmóvil.

Alexander estaba completamente petrificado, pensó la rubia y enterró mas su rostro en el pecho de su amigo que no había dicho ni media palabra desde que ella comenzara con su relato. Estaban a escasos minutos de llegar a la estación y ella hacía poco había terminado de contar toda cuanto tenia por decir de su aberrante comportamiento.

No estaba orgullosa de lo que había hecho, su plan podía haber sido perfecto pero no había reparado en todo el daño que causaría a terceros, se cegó a esa opción buscando la felicidad del ser amado, pero cuando comprendió que todo era un error había sido demasiado tarde. Granger lloraba con profunda tristeza un amor que decía imposible y Draco no podía ser más infeliz, lo sabía cuando vio su mano herida por golpear la puerta cuando ella subía las escaleras después de haberse bañado en el servicio del piso de abajo esa mañana.

Vio en sus ojos grises un dolor tan intenso como el que había visto en los castaños ojos de la leona la noche anterior y fue entonces que una chispa de entendimiento la atravesó, abofeteándola con la crueldad de una realidad que se había negado a ver.

Porque después de ese alboroto, después de separarlos que iba a pasar si Hermione no correspondía a Alexander, tan simple como que ahora en lugar de ser solo uno el infeliz, ahora se sumaban a la lista otros cuatro más incluyéndola a ella.

-Lo siento. -Repetía sin parar.

-Eres una egoísta. -Dijo al fin separándose de Sam y tomándola por los hombros con demasiada fuerza. -Como has podido hacerles tanto daño solo por tu afán de destruir.

Sam lloraba con más fuerzas, lo único que no le había dicho era la razón que la había motivado a hacer todo aquello.

-Tienes razón. -Le dijo con nuevas lagrimas resbalando por sus mejillas. -Soy una egoísta, una niña mimada y consentida, no merezco que me perdonen y no justifico mis acciones… pero yo crei… yo quería que tu…

-¡Que yo qué! -Grito exasperado. -Que me diera cuenta lo arpía que podía llegar a ser.

-Yo quería que fueras feliz. -Dijo con voz débil y el muchacho abrió los ojos con sorpresa.

-¿Que dices? -Pregunto con urgencia apretándola más, intentando que continuara hablando y tan alterado que no notaba que le hacía daño.

-Yo te amo. -Le dijo a penas en un susurro. -Yo siempre te he querido. -Le dijo sin atreverse a mirarle a los ojos. -Yo quería que tú fueras feliz, quería verte sonreír de nuevo… Yo quería que consiguieras en amor de Hermione para que volvieras a ser feliz.

La soltó de repente como si quemara y dio un paso atrás intentando digerir sus palabras.

-Yo no… -Dijo titubeante.

-Tú no me quieres lo sé. -Dijo con extrema tristeza. -Y eso no cambia que te amo y que estaba dispuesta a darlo todo por ti con tal de que fueras feliz, pero me doy cuenta que estaba equivocada. Hermione es buena ella me ha hecho ver que no podemos obligar a nadie a que nos corresponda y que el amor no se obliga o condiciona.

Alexander temblaba se dio la vuelta para no verla y apretaba los puños con una expresión desconcertada y confundida.

-Toda mi vida te he querido y he sido una cobarde que no tuvo el valor para confesarlo y me limite a estar a tu lado e intentar que fueras feliz, pero me he equivocado, por mucho que te quiera yo no puedo buscar esa felicidad para ti, solo tu puedes encontrarla, si eso quieres. -Dijo con voz suave. -Me equivoque y por mis errores he lastimado a personas inocentes. No me justifico de ninguna manera pero si algo vale para ti, quiero que sepas que no lo hice por maldad, lo hice por amor, quizás por un amor mal entendido y cariño mal correspondido. Lo siento, en verdad si pudiera daría marcha atrás y cambiar mis errores, pero no puedo. Supongo que tendré que vivir con eso, así como tendré que vivir sabiendo cuanto me desprecias.

La rubia salió corriendo sin esperar respuestas, corrió cuanto pudo para alejarse, acababan de llegar a la estación, no se preocupo por su equipaje solo quería perderse, no deseaba ver de nuevo esos ojos acusadores y llenos de desprecio de Alexander, del que había sido su mejor amigo de la infancia y el hombre al que mas amaba.

Alex estaba demasiado consternado por la declaración de Sam, tan aturdido por todo lo que acababa de saber que todavía no asimilaba todo lo que había pasado, le llevo un buen tiempo coordinar sus pensamientos para darse cuenta de que siempre había sido correspondido por su amiga, que el era tan cobarde o incluso más que ella al no haber confesado sus sentimientos.

Ahora se daba cuenta de que esa fascinación por Granger no era real, al menos no tan real como los sentimientos que siempre había tenido hacia Sam, cuando se dio la vuelta con el corazón desembocado ante su descubrimiento era demasiado tarde la rubia no estaba.

No se había dado cuenta que ya habían llegado a la estación y todos los alumnos bajaban al encuentro de sus familias que ya los esperaban en la plataforma, el mar de personas le impidió alcanzarla, solo vio una melena corta rubia perderse entre el gentío.

Por su rostro se notaba la desesperación al no haberla encontrado, aun estaba aturdido cuando una delgada mano tiro de su gabardina para llamar su atención.

-Ella lloraba, deben de ser las polillas invisibles, se meten por tus oídos y te hacen sentir muy triste. -Le dijo con un suspiro Luna.

Alexander estaba demasiado aturdido para entender media palabra de lo que decía, aunque tampoco tenía mucho sentido lo que esa extraña chica rubia de ojos azules decía.

-Siempre hay tiempo para arreglar las cosas, si soplas sobre su hombro podas hacer que las polillas se alejen lo suficiente para que se lleven su tristeza. Cuando la encuentres dile a Sam que también sobre tu hombro así los dos serán felices de nuevo. -Le termino de decir mientras tomaba su equipaje y comenzaba a caminar. -Felices fiestas. -Le dijo sonriente mientras se alejaba.

El chico no pudo sentirse más fuera de lugar pero algo en la calidez de las palabras de Luna le había dado un poco de consuelo, de alguna manera había entendido que le estaba indicando que la buscara y que estuviera a su lado para hacerla feliz. Y eso pretendía hacer, solo esperaba que no fuera demasiado tarde para remediar las cosas.

Pero a esas alturas no todo tenía remedio, en la mansión Malfoy los Parkinson al lado de Narcisa finiquitaban los últimos detalles de la fiesta de compromiso que se llevaría a cabo en los próximos días.

Draco Busca EnamorarseWhere stories live. Discover now