Draco Busca Enamorarse

Una Salida

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Una Salida, ¿Para intentar escapar de qué, de uno mismo?

¿Dónde demonios había quedado su sentido común? Se preguntaba una y otra vez Hermione, hecha una verdadera leona en el sentido estricto de la palabra, su melena se agitaba alborotada mientras daba vueltas en el espacio disponible dentro de su habitación. Ya había dado un par de grito enterrando las uñas en la almohada mientras intentaba inútilmente ahogas sus gritos de impotencia, agradecía por tanto haber puerto un hechizo silenciados para que el estúpido hurón no se diera cuenta de lo mal que estaba.  

Seguía furiosa, como no estarlo después de lo ocurrido, pero lo cierto era que ahora también estaba avergonzada, solo recordar con que poco pudor había hablado sobre sus intimidades y el hecho que era virgen, hacia que los colores subieran nuevamente a la cara. Estaba furiosa sí, pero era más poderoso el sentimiento de humillación y vergüenza que experimentaba ahora.

Desesperada intento huir para dejar en esa habitación su amarga experiencia, intentando alejar las palabras que le retumbaban en el cerebro, palabras que nunca debió decir por muy enojada que estuviera. Quería huir de esa torre, de esa sala,  aunque con ello admitiera que esos violentos besos de Malfoy la habían sacudido hasta la fibra más sensible de su cuerpo.

-Estúpida. -Se reprocho en voz alta antes de salir como un remolino de las cuatro paredes de su habitación y casi correr escaleras abajo.

En su carrera pudo ver a Malfoy dormir apacible en el sillón que antes estaba hecho un lio y en el que pudo notar un par de marcas de uñas rasgando la superficie de la tapicería de piel, antes de repararlo. Se le revolvió es estomago de la bilis de solo pensar que estuvieron esos dos revolcándose en ese mismo sillón en el que ahora dormía tan plácidamente pareciendo más un ángel que el demonio que en realidad era.

-No más. -Se repitió mentalmente al pasar de largo. Antes de que su lengua comenzara a tomar vida propia y le siguiera escupiendo unos cuantos insultos a ese adorable ángel malo.

Camino a toda prisa por los pasillos de colegio, sin rumbo fijo, solo con el deseo de perderse, de dejar ese agobio que le impedía pensar con claridad. Se preguntaba que debía hacer para dejar de ser solo la burla de tan detestable Slytherin, mas ahora que sabía que sus sentimientos hacia el se habían transformado. Porque lo odiaba sí, quizás mas de lo que alguna vez lo odio, lo detestaba por el solo hecho de ser un niño mimado, inmaduro, egocéntrico, superficial y cruel, pero lo odiaba aun mas porque se había dado cuenta a estas alturas de su vida que entre mas crecía su odio hacia el mas se enamoraba.

Claro que sonaba contradictorio, ella misma pensaba que era ilógico lo que sentía, acababa de descubrir que no todo es lo que parece. Su sentido común, su cordura, la lógica que siempre empleaba de manera tan mecanizada se había reducido a nada.

Ella que siempre se mofaba de lo inmaduros e inconsistentes pensamientos de las féminas de su casa, que muertas de amor, estaba como zombis, actuando como autómatas sin cerebro, ya fuera por el romanticismo o presas de sus hormonas dejaban de pensar para solo envolverse en la sutil estupidez del enamoramiento. Y ahora estaba ella entre la encrucijada tragándose sus propias palabras con amargura al encontrarse tan idiotizada como la mismísima Lavender Brown de la que tanto se mofaba.

-Idiota descerebrada. -Se reprendía mentalmente mientras giraba por un pasillo casi tirando una armadura que imprudente se había atravesado en su camino.

A donde la llevaban sus pasos no lo sabía, solo tenía en mente un pensamiento "Escapar" ¿De que? ó ¿De quién? No lo sabía con exactitud, solo deseaba desaparecer de ahí y que todo se borrara, no quería seguir pensando o sintiendo la revolución en su pecho y su cabeza.