Atrévete Conmigo

By almudeeniis

422K 23.9K 4.7K

Una única palabra, vacaciones Andrea y sus amigas deciden hacer un viaje juntas antes de que cada una vaya a... More

Prólogo
Personajes
Playlist
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42 (FINAL)
Epílogo
Agradecimientos
Valeria y David...

Capítulo 16

8.9K 557 152
By almudeeniis

Me despierto al día siguiente al escuchar voces y movimientos provenientes del piso de abajo, me remuevo en la cama unos minutos más hasta que decido levantarme.

Camino hacia el baño, hago mis necesidades y me ato el pelo en un moño despeinado. Me pongo la misma ropa que llevaba ayer, unos shorts, un top, las vans y salgo de la habitación.

Bajo las escaleras con tranquilidad hasta que veo a una niña parada al final, observándome con curiosidad. No me da tiempo a reaccionar porque sale corriendo y empieza a gritar.

Doy por hecho que es la hermana de Pablo.

―¡Papi, papi! ―chilla emocionada ―hay una chica bajando las escaleras.

Camino hacia la cocina y sonrío al ver a Susana, la madre de Pablo.

—Que sorpresa —me dice antes de acercarse a darme un abrazo.

Su padre levanta la vista del periódico y se coloca las gafas antes de darme una cálida sonrisa.

―Soy Juan —se presenta—. Padre del trasnochador que duerme arriba.

Sonrío y miro a la niña, que parece ocupada analizándome.

―Que guapa eres, pareces una princesa ―sonríe tomando asiento al lado de su padre.

Con las pintas que llevo ahora mismo lo dudo, pero me siento halagada por el comentario, por lo menos me da la sensación de que no le disgusta mi presencia.

¿Por qué me siento aliviada?

―¿Cuántos años tienes? ―me pregunta, llevándose un par de patatas de bolsa a la boca.

―¿Cuántos crees que tengo? ―le sonrío, sentándome frente a ella.

―Mmm...―me observa pensativa por unos instantes—. Dieciocho.

Asiento y ella alza las cejas sorprendida.

―Pablo tiene veintiuno ―me cuenta—, los ha cumplido este año.

Su mirada rápidamente se desvía, se levanta de golpe y sale disparada a la puerta de la cocina para abrazar a su hermano.

Este sonríe, la coge en brazos y rápidamente empieza a hacerle cosquillas. La cocina se llena de las risas de Alba y yo solo puedo sonreír, los chicos con hermanos pequeños me encantan, siento debilidad por ellos.

—¿Ya estás comiendo patatas otra vez? —la regaña Susana al ver restos por toda su ropa—. Luego no vas a tener hambre.

Alba sonríe de manera inocente buscando ayuda en su padre, pero este se hace el loco.

—Baja a tu hermana, haz el favor —añade con voz autoritaria.

Pablo rueda los ojos y deja a Alba en el suelo. El primero se sienta a mi izquierda y la segunda vuelve a sentarse donde antes, justo frente a los dos.

Sonrío internamente porque su familia me recuerda a la mía.

―¿Sois novios? ―sigue preguntando la niña, mirándonos a ambos.

No es la única interesada porque Juan mira de reojo a su hija y luego a nosotros.

―No ―niego rápidamente―, tu hermano y yo solo somos amigos ―le explico.

—¿Y qué hacíais arriba? —añade con curiosidad.

Juan por poco escupe el agua y le da una mirada para que no siga por ese camino. La niña lo ignora por completo decidida a hablar nuevamente hasta se ve interrumpida por su madre.

―Ya basta de preguntas ―declara Susana—. Cielo vamos a sacar las cosas del coche, así me cuentas que tal con los abuelos —le sonríe a Alba, esta asiente enseguida y se reúne con su madre.

Juan sigue sentado en la mesa, leyendo. Susana tose sonoramente captando su atención y le da una mirada fugaz que al principio parece no entender. Tarda unos segundos en darse cuenta de la situación y se levanta rápidamente, dejándonos a Pablo y a mí solos.

―Siento eso ―ríe Pablo con nerviosismo—. Alba es muy curiosa.

—Tranquilo, es una niña adorable ―le sonrío, miro el reloj que cuelga en la pared y abro los ojos al ver que son las dos de la tarde—. Creo que debería irme ya.

―Te acompaño ―asiente él, mientras caminamos hacia la salida.

Justo cuando llegamos a la entrada la puerta se abre, y entran Susana y Alba con un par de bolsas.

―¿A dónde vais? ―pregunta sorprendida.

—Voy a acompañarla a casa —le responde Pablo.

―¿Qué? ¿No te quedas a comer? La lasaña estará lista dentro de poco —añade Susana, mirándome a mí esta vez.

Veo que Pablo mira a su madre, intentando decirle algo, pero ella insiste.

―Yo...―empiezo a decir sin saber qué responder, su propuesta me había tomado por sorpresa.

―Te quedas, Andrea ―afirma Alba, tirando de mi mano.

La niña apunta maneras...

Me sorprendo al oír mi nombre, no recuerdo habérselo dicho, aunque tanto su hermano como su madre se lo podrían haber dicho cuando no estaba presente.

Miro a Pablo, que sonríe encantado con la propuesta de su hermana y su madre.

―Claro ―respondo. Susana me sonríe complacida mientras que Alba deja en el suelo lo que llevaba y empieza a dar saltitos emocionada.

Ambas se dirigen a la cocina y me quedo a solas nuevamente con Pablo.

―No sabes dónde te has metido ―ríe él—. Ahora empezarán a atosigarte con más preguntas

―No me importa, creo que podré soportarlo ―me encojo de hombros restándole importancia―. Además, te veo encantado con el hecho de que siga aquí.

Eso hace que su sonrisa se amplíe aún más.

―No te lo voy a negar ―me mira fijamente—, no creo que puedas tener mejor compañía ―añade.

―Yo no estaría tan seguro ―le respondo mirando la puerta—, hay muchos tíos ahí fuera.

―Pero ninguno mejor que yo, nena.

―¿Eso crees? ―arqueo una ceja en su dirección, confiada.

―No lo creo, lo sé ―me asegura.

Pasa un brazo por mis hombros y me acerca a él.

Voy a decir algo, pero Susana se asoma por la puerta para decirnos que vayamos a comer. Una vez sentados, empezamos a comer en silencio hasta que Juan interviene:

―Entonces... ¿Eres de por aquí, Andrea? ―pregunta él, con curiosidad.

―No ―le respondo amablemente―. Vivo en Madrid, he venido con mis amigas a pasar el verano aquí como viaje de fin de curso y como regalo de los dieciocho ―les explico.

—¿Madrid? —los ojos de Alba se iluminan—. ¡Yo quiero ir! ¿Te has encontrado a algún famoso? ¿Podré ir a tu casa si viene alguno de mis cantantes favoritos? Aquí casi nunca vienen.

—Barcelona te queda más cerca —le dice su padre.

—Pero yo quiero ir con ella —me señala con la mirada, haciendo un puchero.

―¿Y qué hay de tu familia? ―cambia de tema.

―Cariño, deja comer a la pobre chica en paz ―interviene Susana, mirando con reproche a su marido.

Para ser la primera vez que me enfrento a esta situación no está yendo nada mal. Me están bombardeando con preguntas, pero no puedo quejarme porque están siendo muy amables.

―Oh no, no me importa ―les digo. Miro a Pablo por un instante que me escucha atentamente—. Mi madre es decoradora de interiores y mi padre ingeniero. Tengo dos hermanos, uno mayor de veinte años y otro pequeño de quince, estamos todos bastante unidos ―añado antes de llevarme otro trozo de lasaña a la boca.

―¿Y a qué te gustaría dedicarte? ―continúa preguntando.

―Aún no lo tengo claro ―les respondo con sinceridad―. ¿Y tú? ―le pregunto a Pablo.

―El próximo curso empiezo cuarto de carrera ―me recuerda, a veces olvido que es mayor que yo—. Estoy estudiando el doble grado de física y matemáticas.

Abro los ojos claramente sorprendida por la complejidad de esa carrera.

―Vaya, eso es impresionante ―le digo―. ¿Y no es difícil? ―le pregunto.

―Me he llevado bastantes palos ―sonríe—. No niego que he pensado en dejarla en varias ocasiones, que te lo digan ellos —señala a sus padres.

—Tengo otra pregunta —Alba levanta la mano como si estuviera pidiendo el turno de palabra.

Sus padres se miran entre ellos y tras suspirar, acceden.

—¿Sabes que mi hermano compite? —asiento—. ¿Puedes decirle que me deje probar? Yo también quiero hacer esos saltos en el aire.

—Ni de broma —niega su madre.

—No seas así, Susi —le dice su marido, ganándose una mirada mortal.

—Bastante tengo con que los dos seáis unos imprudentes —le acusa con un dedo—. Unos dementes es lo que sois, dejad de meter ideas en la cabeza de la niña.

La situación es bastante cómica. El castaño sonríe por la pequeña discusión de sus padres y Alba los mira enfurruñada con los brazos cruzados.

Pablo desvía el tema de conversación y hablamos de temas triviales durante un rato hasta que vuelve a salir el tema del motocross.

—Déjate de tonterías que ya no tienes edad para esas cosas —le dice Susana a su marido.

Juan niega con la cabeza.

—Soy un espíritu joven, querida.

—¿Ves lo que tengo que aguantar? —se queja ella, señalándolos—. ¿Qué opinas tú sobre las motos?

Las cuatro miradas recaen sobre mí, esperando mi respuesta.

Para mí no es ninguna novedad, pero me siento presionada.

—Yo...eh...

En ese momento Pablo agarra mi mano y tira de mí para que me levante de la mesa, le miro agradecida.

―Nos tenemos que ir ―dice el castaño—. Javi acaba de escribirme para que vayamos con ellos a dar una vuelta.

No sé si se lo está inventando, pero agradezco que me haya salvado de ese momento tan incómodo.

Antes de salir por la puerta su móvil vibra y veo que rueda los ojos.

―¿Te importa si vamos a recoger a mi prima antes de ir? ―pregunta, puedo notar el tono de fastidio.

―¿La prima Elisa? ―interviene Alba, mirando a su hermano con curiosidad desde el marco de la puerta ―Pablo asiente―. Es una bruja ―me susurra.

―Claro, no hay problema ―le respondo, dándole un voto de confianza a la chica, a lo mejor no es tan mala.









―¡No la aguanto! ―exclamo frustrada.

―Sigo sin saber quién es y qué hace aquí ―inquiere Val, observando a Elisa.

―Es la prima de Pablo ―le respondo, ella me mira de reojo y vuelve a clavar la mirada en la nuca de la chica.

Elisa, Paula, Javi, Sofía y Adri van delante de nosotras mientras que Pablo y David van detrás, quedando nosotras en un punto intermedio.

De vez en cuando Elisa se une a nosotras. Se toma la confianza suficiente para decirnos lo que no le gusta de nosotras, lo que ella cree que debemos cambiar porque no le agrada.

Val y yo nos miramos y nos reímos porque nos da exactamente igual, no vamos a cambiar nuestra forma de ser por nada ni nadie y menos por ella.

Nadie la obliga a relacionarse con nosotras, si tanto le disgusta nuestra forma de ser que nos ignore

Lo que me llama la atención es s forma de actuar cuando ve a Javi y Sofía riéndose o simplemente intercambiando palabras. Elisa se interpone o empuja a nuestra amiga disimuladamente para desviar la atención hacia ella.

Frunzo el ceño, ¿qué hace?

―Dime que estás viendo lo mismo que yo ―le digo a Val, sin quitar mis ojos de ellos.

―Si te refieres a que parece que Elisa intenta meterse entre Sofi y Javi a toda costa, entonces si ―me responde―. Como siga así le digo cuatro cosas, ya verás como se le pasa la tontería.

―Como siga así a lo mejor acaba desapareciendo por arte de magia ―bromeo, y Val ríe―. Vamos a dejar que lo solucione Sofi y si la cosa se complica nos tiene a nosotras para hacer el trabajo sucio.

―Obviamente ―concuerda Val―. Las amigas en las buenas y en las malas más.

Asiento en señal de que estoy totalmente de acuerdo.

A Sofía le cuesta decir las cosas, intenta evitar las discusiones siempre. Pero hay veces que me dan ganas de sacudirla y que se de cuenta de que hay gente que no entiende las cosas por las buenas.

Dejo mis pensamientos de lado cuando veo que Pablo y David se colocan a nuestro lado.

―¿Hablabais de nosotros? ―pregunta Pablo, pasando un brazo por mis hombros.

―Ya quisierais ―le respondo.

Señalo a su prima con la mirada y él niega con la cabeza.

―No sé cómo Sofía está aguantando tanto yo ya hubiese explotado ―irrumpe Val, mirando a Elisa. Se ha enganchado del brazo de Javi y le ha apartado de los demás.

Miro a Pablo, exigiendo una explicación para ese comportamiento.

―Cuando Sofía y Javi lo dejaron, Elisa y él empezaron a verse. Digamos que se encaprichó bastante con él y no le entra en la cabeza que Javi no la quiere, por lo menos no de la forma que ella busca. Por eso intenta alejarle de Sofía, mi prima sabe que él siente algo muy fuerte por ella y en cierto modo se niega a dejarle el camino libre ―nos cuenta.

―Pues que se olvide ―determina Val―. Anda que no hay chicos por el mundo, ¿tiene que gustarle el que está con mi amiga? ―se indigna.

—Técnicamente no están juntos —rebate David.

—¿A ti quién te he preguntado? —inquiere ella—. Que lo supere y busque otro chico.

―Decirlo es fácil ―añade David.

―Y hacerlo también ―contraataca Val.

No me pasa desapercibida la tensión que hay entre estos dos, pero decido no comentar nada al respecto.

Por la noche decidimos pedir comida y cenar todos juntos en la playa. Me acerco un momento al establecimiento con Paula, Javi y Pablo mientras los demás cogen sitio y preparan lo demás.

Justo cuando estamos a punto de repartirnos las cosas y salir, la puerta se abre dejando paso a Álex acompañado de sus amigos.

―Hola preciosa ―ignora al resto y me sonríe amablemente, acercándose para darme dos besos.

Pau se acerca a saludar a Rubén y me acerco a saludarle también.

Adri y Pablo ponen mala cara, especialmente el segundo que se ha tensado completamente. Al ver se expresión decido intervenir.

―Nos vamos ―anuncio tirando de Pablo.

―Disfruta, ya vendrá la hostia compañero ―le dice Álex a Pablo, con burla.

¿Por qué siempre le provoca?

El castaño intenta zafarse de mi agarre, pero consigo mantenerlo firme y tirar de él.

Cruzamos a la calle que da a la playa, se suelta de mi agarre y se detiene unos instantes para mirarme.

—Es un puto imbécil como lo pille le reviento la cabeza —dice mirando aún hacia el establecimiento—. Me aseguraré de que no estés para que no puedas salir a defenderlo —añade.

—Me importa muy poco lo que haga con su vida —afirmo, cruzándome de brazos—. Lo que no quiero es que tú te metas en problemas.

Me mira dudando por unos instantes, como si no se creyera del todo lo que le digo. Suspira calmándose y coge mi mano.

Paula y Adri salen del local y se reúnen con nosotros. Los cuatro nos adentramos en la arena para reunirnos con el resto del grupo.

Estoy a punto de sentarme entre mis amigas, pero me detengo al ver que Pablo me hace una señal para que me reúna con él.

―Creo que es un buen momento para que te cuente lo que pasó ―camina conmigo hacia la orilla del mar.

Asiento, cogiendo una patata frita de la bolsa.

―Soy toda oídos ―le digo, antes de darle un mordisco al perrito caliente y dejar que hable.


¡Hola! En este capítulo podemos conocer un poquito más a Pablo y Andrea jeje.

¿Qué creéis que ha pasado entre Pablo y Álex? Os leo 👀.

Espero que os haya gustado. 💓Recordad que no cuesta nada darle a la ⭐️ y dejar un 💬.

Si queréis saber más y estar al tanto de las actualizaciones podéis seguirme en instagram: almudeeniis

Continue Reading

You'll Also Like

194K 18.5K 67
Jeon Jungkook es un Omega de 20 años, el cual siempre soñó con encontrar una pareja, pero nadie lo aceptaba, ¿ porque ? Fácil, Jungkook nacio con un...
152K 7.3K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
64.2K 3.6K 146
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...