Atrévete Conmigo

By almudeeniis

422K 23.9K 4.7K

Una única palabra, vacaciones Andrea y sus amigas deciden hacer un viaje juntas antes de que cada una vaya a... More

Prólogo
Personajes
Playlist
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42 (FINAL)
Epílogo
Agradecimientos
Valeria y David...

Capítulo 7

9.8K 639 170
By almudeeniis

Andrea

―No seáis cantosas, ¿qué os parece el chico que está a dos mesas de aquí? ―pregunta Paula, señalándolo con un movimiento de cabeza.

Sofi, que está al lado de Paula, inclina la cabeza para poder verlo mejor.

Yo intento girarme disimuladamente.

Valeria literalmente tuerce el cuello y lo mira fijamente haciendo que Paula se encoja en su sitio.

—Madre mía, poco más y te desnucas —le dice nuestra amiga, con una mirada reprobatoria—. ¿Qué parte de no seas cantosa no entiendes?

—¿Qué más da? —Valeria le resta importancia—. El chico no está mal, pero los hay más guapos ―dice, observando todo el panorama.

El plan de dar una vuelta tranquila por el paseo marítimo ha terminado en tomarnos unas cervezas en una terraza que está llena de gente de nuestra edad.

―Ese te está mirando mucho ―le digo a Valeria, haciendo que mire en la misma dirección que yo.

Mi amiga hace una mueca y menea la cabeza.

―David está mucho mejor ―responde, haciendo que todas la miremos—. ¿Qué pasa? El chico tiene un pase.

Todas reímos.

―Tú no te rías tanto que estás ahí de tonteo con Pablo, eh —me dice Sofía, dándome un codazo de manera cómplice—. A ver si te crees que no nos hemos dado cuenta.

―¿Yo con ese idiota? Ni loca ―niego rápidamente.

¿Yo con Pablo? ¿En qué cabeza cabe?

―Sí, ya —añade Paula sin creerme.

—Lo digo en serio —murmuro.

―Que sí que sí, lo que tú digas ―ahora es Val quien me pincha.

Intento permanecer seria, pero se me escapa una sonrisa tonta que me delata.

Estamos un par de horas ahí hasta que decidimos volver al apartamento y descansar.

El timbre empieza a sonar y estoy tan dormida que no distingo si es real o estoy soñando. Me obligo a abrir los ojos lentamente cuando el timbre suena por segunda vez.

―¡Que alguien abra la dichosa puerta por dios! ―oigo gritar a Sofía desde su habitación.

A duras penas me levanto y camino hacia la puerta. Me miro en el espejo y peino un poco mi pelo con las manos en un intento de parecer medianamente decente.

Abro y me quedo de piedra al ver a los chicos esperando en el umbral de la puerta.

―¿Qué hacéis aquí? ―pregunto, apoyándome en el marco de la puerta.

―¿Qué maneras son esas de recibirnos, prima? ―responde Javi, mirándome con diversión.

―Buenos días, qué guapa te levantas por las mañanas ―añade Pablo, mirándome de arriba abajo.

No puedo evitar sentirme algo incómoda, llevo puesta únicamente una camiseta ancha que le había quitado a mi hermano sin que se diese cuenta. Él frunce un poco el ceño al darse cuenta de mi atuendo, pero no dice nada.

―¿No nos vas a invitar a pasar? ―pregunta él, al ver que sigo bloqueando la puerta.

―La verdad es que no tenía intención ―me encojo de hombros, mirando a los chicos con una sonrisa.

―Hemos venido a deciros que tenéis quince minutos para prepararos y bajar ―añade, sin dejar de mirarme.

―¿Prepararnos para qué? ―arqueo una ceja, sin apartar la mirada.

―Os vamos a llevar al centro de la ciudad ―interviene Javi―. Siento interrumpirte tío —se dirige a Pablo—, pero con ese duelo de miraditas que os traéis no salimos de aquí hasta mañana ―se burla.

Ambos le miramos mal, qué pesados todos.

—Tú flotas si de verdad crees que estaremos listas en quince minutos —le digo a mi primo.

―Quince minutos es tiempo suficiente ―continúa diciendo.

―Pero...―comienzo a decir, pero me interrumpe.

―No hay peros —me detiene—, ¡quince minutos! ―canturrea Javi, caminando con Pablo hacia el ascensor.

Cierro la puerta y esbozo una sonrisa, desde luego estos son de lo que no hay.

Aviso a las chicas y, aunque no nos hace mucha gracia que nos manden, nos preparamos porque sabemos que no tenemos opción de negarnos. Eso sí,  les puteamos un poquito tardando más de lo necesario.

Los chicos nos esperan fuera del edificio, apoyados en los coches.

―Ya estamos ―sonrío yo, haciendo que la mirada de los cuatro se pose en nosotras.

―Menos mal, empezábamos a pensar que os habíais rajado ―nos dice Pablo.

—Ya quisierais —responde Val, mirando a David. Este le guiña un ojo de forma coqueta.

―Somos chicas de palabra como veis ―me burlo.

Veo una sonrisa asomar en la cara de todos.

―Prima, tú y Sofía venís en el coche con Pablo y conmigo ―comienza Javi, mirándonos a Sofía y a mí―. Valeria y Paula, vosotras vais con Adri y David ―ellas asienten y se acercan a ellos.

Valeria no pierde el tiempo y se sienta en el sitio del copiloto. Adri la mira indignado, pero David no parece tener ningún problema con tener a mi amiga sentada a su lado.

A diferencia de ellos, Sofía y yo decidimos sentarnos juntas en la parte trasera. Subo al coche y con la mirada lo decimos todo:

Esta escapada prometía

―Espero que tengáis algo de comer porque me muero de hambre ―comento.

―Es tu día de suerte, aquí tengo dulces y batidos ―responde Javi, pasándome una bolsa llena de cosas.

Sofi y yo nos ponemos a mirar qué hay, cogemos lo que más nos gusta y le devolvemos la bolsa.

―¿Cuánto tardaremos en llegar? ―pregunta Sofía.

―Una hora más o menos ―le responde Pablo.

―Guay  ―dice ella.

Pasan cinco minutos en silencio hasta que Sofía vuelve a hablar.

―Me aburro, ¿jugamos a algo? ―dice ella.

― ¿A qué vamos a jugar al Veo Veo? ―se burla Javi―, porque otra cosa...

―¡Ay sí, un furor! ―propongo yo.

El furor es ese juego en el que uno dice una palabra y cada uno tiene que cantar una canción que se le ocurra que contenga esa palabra.

―¡Sí, a ese! ―aplaude Sofi, haciéndome reír.

Los chicos se miran entre ellos y ruedan los ojos, sabiendo que no les queda otra que jugar con nosotras.

Nos pasamos el resto del viaje jugando y riendo muchísimo. No me hubiera imaginado que habría llegado a reírme tanto con estos tres.

Después de una hora llegamos al centro y pasamos ahí el resto del día.

Al llegar, comemos en un restaurante y por la tarde tarde recorremos Valencia. Nos enseñan el Barrio del Carmen y sus palacios, la Plaza de la Virgen y un Parque natural.

Nos hacemos muchas fotos y compramos varios souvenirs de recuerdo.

Cae la noche y solo puedo pensar en el restaurante donde vamos a cenar. Nos hemos recorrido todo el centro sin parar, calle arriba calle abajo, con el sol en su máximo esplendor dándonos en la cabeza e intentando seguirle el ritmo a los chicos. Éstos más que dar pasos dan zancadas.

—¿Cuántas fotos os habéis hecho? —pregunta David, una vez que cogemos sitio y podemos descansar.

La rubia deja de ojear las fotos que se ha hecho durante toda la tarde y levanta la cabeza para mirar a David.

—Cien...o doscientas no sé —le responde Valeria con naturalidad—. ¿Por qué?

—¿Y cómo es posible que digas que no te gusta ninguna? —pregunta él, incrédulo—. Yo con suerte me hago fotos, qué pereza, sigo con la misma foto de perfil desde que me instalé la aplicación.

—Podría ser yo perfectamente —asiente Paula.

—Siempre hay algo que falla —le explica Valeria—. La expresión, el fondo, el ángulo...Es muy difícil hacer una buena foto.

La noche va de fotografía, nos pasamos el resto de la cena opinando acerca de las fotos que nos enseña Valeria y debatiendo sobre las redes sociales. Cierra el restaurante y con él, acaba nuestra conversación.

Volvemos al coche y me siento atrás con Sofía, apoyo mi cabeza en su hombro cerrando los ojos por el cansancio. Cuando los vuelvo a abrir el coche está parado y escucho voces susurrando fuera.

¿Ya hemos llegado?

Salgo en busca de los demás un poco aturdida. Desde luego, lo que no me esperaba era ver a los chicos sacando herramientas del coche y a Sofi alumbrando con la linterna.

―¿Qué ha pasado? ―pregunto frotándome los ojos.

―Se ha pinchado una rueda —me responde Pablo con toda la calma del mundo.

No puede ser

―¿Ya habéis llamado a los demás para que os ayuden? ―pregunto, al verlos solos.

―Pensábamos que podíamos arreglarlo nosotros, pero parece que no —responde Javi—. Ellos seguro que ya han llegado, no vamos a hacer que vuelvan.

― ¿Tanto tiempo he dormido? ―sonrío levemente.

―Que va —me dice Sofi—, la cosa era que me daba miedo moverte y despertarte. Sé como te pones cuando alguien intenta hacerlo y no quería llevarme un manotazo.

Sonrío ante la declaración de mi amiga. Tiene razón, llevo fatal que me despierten.

― ¿Y ahora qué vamos a hacer? ―pregunto, poniéndome un poco nerviosa.

―Tendremos que dormir en un hotel y arreglarlo por la mañana, ahora por la noche es imposible ―responde Pablo.

Asiento.

Después de cerrar el coche con seguro, empezamos a caminar nuevamente hacia la ciudad.

Cuando llegamos al hotel más cercano, Sofi decide llamar a las chicas para avisar de lo que ha pasado y evitar que se preocupen. Mientras, Pablo y Javi van a conseguir habitaciones.

―A ver, os explico ―nos dice Javi—. Quedan dos habitaciones libres, pero son matrimoniales. La chica nos ha visto y ha supuesto que somos parejas.

―Pues que no suponga tanto. Yo duermo con Sofía y tú con Pablo ―digo yo.

―Es que no me dejas terminar ―se queja—. Es un hotel donde dan preferencia a las parejas. Allí hay un matrimonio de dos señores de cincuenta que también quieren habitación, si no decidimos rápido nos la quitan.

—¿Y no podemos hacernos pasar por parejas y luego cambiarnos de habitación? —pregunta Sofía.

—Una habitación está en esta planta y la otra en la cuarta —nos cuenta mi primo—. Yo no me la jugaría no vaya a ser que nos echen, tampoco hay más opciones en los alrededores.

Me cruzo de brazos.

―¿Insinúas que tengo que dormir con Pablo? ―pregunto.

―Lo dices como si no quisieras ―sonríe él, mirándome.

―A ver, antes de que entremos en una discusión tengo que reconocer que Javi tiene razón —comienza Sofi, los tres nos sorprendemos ante su declaración—. Creo que estamos de acuerdo en querer dormir en algún sitio —todos asentimos a la vez como robots—, ese sitio es este, así que solo queda joderse y aguantarse —finaliza mi amiga.

―Parece que has entrado en razón —le dice Javi.

Miro a Sofi no muy convencida. No obstante, si ella puede dejar de lado sus diferencias con Javi yo también puedo hacerlo con Pablo.

―Está bien ―cedo ante las tres miradas—. Espero que esta no sea una de vuestras bromitas de mal gusto —señalo a los chicos.

Ellos se miran entre ellos fingiendo no saber de lo que hablo.

Nos despedimos de Sofi y Javi en el primer piso. Pablo y yo seguimos a una chica que nos guía hasta nuestra habitación en el cuarto.

La chica murmura un que disfruten y se retira. Yo me adelanto y abro la puerta.

La habitación es muy amplia. Tiene un cuarto de baño con jacuzzi integrado, un espacioso balcón, televisión y una cama lo suficientemente grande para no tener que rozarnos en toda la noche.

―¿Cómo es posible que no haya un sofá? ―pregunto, haciendo que Pablo me mire.

―¿Tenías planeado dormir en el sofá? ―arquea una ceja.

―No, ahí ibas a dormir tú ―le digo, frunciendo el ceño.

―Entonces me alegro de que no haya —sonríe y se coloca boca arriba sobre la cama, mirándome—. Parece que no queda otra que dormir juntos ―sonríe.

―Ni se te ocurra tocarme, eh ―le advierto, caminando hacia la cama.

―Ya te gustaría a ti —responde, siguiendo cada uno de mis movimientos.

Su mirada me pone nerviosa, pero intento que no se note.

Me tumbo a su lado tomando la distancia suficiente y cuando nos acomodamos, apagamos las luces.

Cabe una tercera persona y todo.

―Buenas noches ―susurro, antes de cerrar los ojos.

―No sueñes conmigo ―me responde.

Puedo notar que sonríe, haciendo que yo sonría inconscientemente.

¡Hola! ¿Os ha gustado el capítulo? Contadme.

Recordad que no cuesta nada darle a la ⭐️ y dejar un 💬.

Si queréis saber más y estar al tanto de las actualizaciones podéis seguirme en instagram y tiktok: almudeeniis

Continue Reading

You'll Also Like

73.8K 7.1K 26
Eliza Jones y Stella Lambert son el prototipo de: "personas correctas en el momento equivocado", pues sus vidas habían coincidido en preparatoria, cu...
4.9M 429K 80
Nunca debí caer por él. Sin embargo, tampoco detuve mi descenso. Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí. ...
15.2K 409 27
"me gustaría ser más cercana los chicos del club, pero supongo que todo seguirá siendo igual, no?"
30.7K 1.6K 42
Eva, una talentosa fotógrafa en ascenso, y Jase, un apuesto modelo, se cruzan en una fiesta caótica donde Jase, tras beber en exceso, cuenta con la i...