Eddie (Pausada)

By ShammerFighter

4.8K 582 792

Naomi es una niña de 5 años. Le gusta jugar con su osito "Eddie" y escuchar los cuentos que le lee su mamá He... More

Nota de la Autora
Capítulo 1: Mami, tengo miedo a la oscuridad
Capítulo 2: ¿ Me he portado mal ?
Capítulo 3: La nana de Naomi
Capítulo 4: Soy el monstruo de los colores
Capítulo 5: ¿Qué le ha pasado a Helena?
Capítulo 6: Sola ante el Lobo
Fan Fic
Capítulo 7: Eddie "El cazador"
Capítulo 8: Lobo Cazado
Capítulo 9: Vidas pasadas
Capítulo 10: Mar de dudas
Capítulo 11: Recuerdos Amargos
Capítulo 12: El Hombre de las tres caras
BookTrailer
Capítulo 13: 50% Conciencia, el resto son sueños
Capítulo 14: Chiara
Capítulo 15: Ser o no ser es la locura absoluta
Pacto de estado contra la violencia de género
Capítulo 16: Jacob
Capítulo 18: ¿Quién es Jacob?
25 de Noviembre del 2017: Dia internacional contra la violencia de género
Capítulo 19: ¿Acusando a un inocente?
Capítulo 20: La verdadera identidad
Maltrato Infantil
Capítulo 21: ¿Pasado, Presente y Futuro?
Capítulo 22: El Nacimiento de la Oscuridad

Capítulo 17: Un cuento muy real

78 16 14
By ShammerFighter

Eddie

El pelo de mi princesa se movía lentamente, en cada movimiento repetitivo que hacía Naomi. Ella estaba sentada dentro del armario de Nayara, abrazando sus piernas. Desde que nos mudamos a la casa de Alba, Naomi había cambiado. Ahora se sentía segura pero a la vez vacía. Añoraba a su madre, a su nave espacial, los cuentos que Helena le contaba... En definitiva: añoraba la felicidad. Es cierto que antes, su padre le pegaba, pero tenía a su madre para ser el agua oxigenada a sus heridas. Ahora que ella no estaba, las heridas no dejaban de supurar y sangrar. Se sentía sola aunque yo estuviera a su lado, algo había cambiado. Yo ya no era su osito protector, aunque para mí nunca había dejado de serlo.

Ahora que estaba en el silencio, dentro del armario, me permití recordar el pasado tan doloroso. Echaba tantísimo de menos aquellos años. Aquellos en dónde podía respirar, en dónde amaba a un hombre sin tapujos. Ése hombre que a pesar de tantos años no he olvidado. Ese hombre que volví a ver, tan sólo unos segundos en el interrogatorio que hizo Kaimi y Sara a Álex. Observé que él, cambiaba de actitud conforme Yoshi le iba preguntando por sus exesposas. Pero cuando le preguntó por mí, el Oliver el cuál pensaba que estaba muerto, resurgió. Su identidad volvió por unos segundos a revivir y tuve a cara a cara el hombre del cual me enamoré. Pero enseguida Álex volvió apropiarse de su cuerpo. Él era el más fuerte, dominante y no dejaba salir a ninguna identidad. Así que convencí a Naomi de que me llevara al interrogatorio para hablar con él a través de ella.

Por desgracia éste hecho hizo que mi relación con Naomi cambiase. Desde que hablé con Álex, a través de la niña, ella me había cogido un poco de miedo. No entendía porque tuve que dormirla y coger su cuerpo para hablar con Álex. Pero era necesario, para sacar a la luz sus identidades. De ésta manera, ahora está en el manicomio y no dañando a Naomi con sus palizas y palabras. Pero mi princesa no entendía el porqué, su inocencia era transparente y me alegraba por ello. Algo que Álex no le ha arrebatado, al menos todavía.

Pero había perdido la confianza de Naomi y me castiga con su silencio. Desde aquel día de la policía no me ha dirigido la palabra. Me ignora cada vez que le quiero hablar y en las noches me deja encima de la estantería, en vez de dormir en sus brazos. Ésta actitud me llena de dolor, dado que la he protegido siempre en la medida de lo posible. Ella es mi dueña, mi princesa, es...como mi hija que nunca tuve.

Desde cuando empecé amar a esta pequeñaja, no lo sé exactamente. Sólo sé que me robó el corazón. Ahora que ella está sentada en lo más adentro del armario, rodeada de dibujos suyos, dónde se ha dibujado sola en medio de la oscuridad, dónde yo ya no estoy para protegerla... se me quebranta el alma y eso que es lo único que conservo en éste cuerpo de trapo.

Naomi se había quedado dormida, abrazando sus rodillas y me había puesto enfrente suyo mirando entre la puerta de entrada y ella. La observé durante un buen rato. Su sueño era inquieto. No dejaba de balbucear y en ocasiones en balancearse para tranquilizarse. Estaba sufriendo y yo tenía una parte de culpa. De pronto se escuchó un ruido. Mi princesa se despertó de pronto y se puso a temblar. Tanto ella como yo nos vino a la mente, el recuerdo de cuando Álex entraba en su cuarto en silencio y acababa ella magullada y llorando.

—Tranquila, no es Álex... el lobo está encerrado en una jaula. No volverá hacerte daño—dije para tranquilizarla.

Ella me miró con unos ojos llorosos y confundidos. Tenía el horror tatuado en su rostro. Ésta niña estaba traumatizada y me temo que nunca se podrá curar de esas heridas. Le podrán cicatrizar, pero siempre estarán dibujadas en su piel y en su mente para recordarle éstos episodios.

—Tengo miedo, Eddie—dijo en un susurro— El lobo siempre vuelve.

—No volverá—dije tajante—y si vuelve yo te protegeré.

Ella negó con la cabeza y frunció el ceño.

—No me gusta que entres aquí—dijo señalándose la sien.

—No volveré hacerlo princesa, no sin tu consentimiento.

Naomi me miró y me cogió en brazos. Suspiré al volver a sentir sus manos en mi pelaje ¡Cuánto le había añorado!

—¿Me lo prometes? —preguntó temblorosa.

—¡Lo prometo!

Entonces alguien entró en la habitación de una manera abrupta. Naomi reculó hasta el fondo del habitáculo conmigo en brazos. Decía: "No, por favor" en susurros, mientras se balanceaba agitadamente.

—Naomi, ¿Dónde estás? —preguntó Alba con una voz dulce—Nayara te está esperando en el salón.

La niña dejó escapar un suspiro pero no se movió del lugar. En cambio dejó de balancearse y descansó la cabeza en sus piernas. Yo estaba entre ellas.

Se escuchaba como Alba iba mirando cada parte de la habitación: Detrás de la puerta, dentro de la cama, debajo de ésta y por último... el armario. Lo abrió lentamente entrando así un poco de luz.

—Hola princesa ¿Qué haces aquí dentro? —preguntó la mujer.

La niña no contestó ni siquiera levantó la cabeza. Su ánimo estaba por los suelos y Alba intentaba levantárselo. La mujer se adentró en el armario y se sentó en el suelo. Observó por un momento los dibujos colgados y su rostro se entristeció. Hice un largo suspiro y lleno de significado.

—Nayara está enfadada porque no quieres jugar con ella—dijo lentamente— yo le he explicado que ahora estás triste pero con un cuento te pondrás feliz. Sé que te gustan.

Naomi levantó la cabeza y sonrió, aunque no le llegó a los ojos. Estiró las piernas y comenzó a peinarme con un cepillo imaginario. Alba esperó unos minutos para ofrecerle espacio a la niña.

—La caperucita roja no—dijo de repente la pequeña— ese ya no me gusta.

Recordé el día en que Álex le contó su versión del cuento y se me revolvió el estómago. Alba tragó sonoramente, seguramente le vino a la mente lo mismo. En cambio Naomi no manifestó sus emociones, siguió peinándome como si nada.

—No, ese tampoco me gusta—reconoció Alba— es un cuento griego. Te gustará ¿Vienes? —preguntó ofreciendo la palma de la mano.

La niña se le quedó mirando. Se sentía segura con Alba y confiaba en ella. Le cogió la mano y los tres nos levantamos del suelo. La mujer nos llevó al salón dónde todo estaba preparado. Había velas por todas partes, luces pequeñas de diferentes colores parpadeando al compás de una canción melodiosa y lenta. En el centro de la estancia había tres sacos de dormir y en medio de ellas había leña apiñada. Cerca de allí estaba Nayara con una sonrisa enorme con un paquete de chucherías en la mano. Parecía como si fuera un lugar de acampada, sólo que no era en el aire libre, si no, dentro de la misma casa. Al otro extremo del salón se encontraba una manta de color blanco y detrás de ella había un foco bastante grande con una luz blanca intensa.

Nayara se levantó y corrió a los brazos de su amiga dándole un gran abrazo. Se notaba que la amiga había estado muy preocupada por mi princesa. La hija de Alba le cogió de la mano y la llevó a los sacos.

—El mío es el rosa—dijo Nayara— el tuyo es el azul, como el monstruo triste. El amarillo es de mi mami. Ven, que empezará el cuento.

Naomi asintió y me posó encima del saco azul. Ella se sentó entre su saco y el de Nayara mirando a la tela blanca. Alba se colocó al otro lado de la tela y levantó las manos. En la pantalla improvisada se observaban las sombras de éstas. La amiga de Naomi empezó a aplaudir con entusiasmo.

—¿Preparadas? —preguntó la mujer.

—¡Sí! —contestaron al unísono las pequeñas.

Mi princesa me colocó entre sus piernas y comenzó a comer chuches junto a su amiga. Se le veía feliz, por fin tenía un tiempo para ser una niña y no una adulta atrapada en un cuerpo de niña. Sus preocupaciones tenían que ser jugar a las muñecas, hacer los deberes, no pensar que su padre podría regresar a pegarle. Por fin actuaba como la niña de su edad, disfrutando de un cuento infantil.

Alba sacó unas siluetas y las puso entre el foco y la tela. De ésta manera empezó el cuento. Apareció la silueta de una chica esbelta, con una flor en la mano. Danzaba y bailaba por un lugar donde se podía apreciar árboles, flores... en un lateral se encontraban cuatro chicas más.

—Había una vez una ninfa llamada Perséfone, que era muy hermosa. Le encantaba pasear por el bosque, oler flores y bailar con sus otras amigas las ninfas.

Entonces apareció la silueta de un hombre bastante grande, tanto que ocupaba casi toda la tela. Paseaba tranquilo por el bosque, mientras Perséfone danzaba.

—Un día Hades, el rey del reino de la muerte, paseaba por el bosque y observó a Perséfone. Enseguida se enamoró de ella y le pidió que se casara con él. Pero la chica sólo lo veía como un amigo. Hades se enfadó muchísimo y tramó un plan. Un día Perséfone salió a pasear como siempre hacía. Al lado de un camino observó que crecía un pequeño lirio, se agachó para cogerla pero de pronto salió el brazo de Hades y se la llevó a otro mundo.

En la pantalla se observó un brazo que cogía a la muchacha. Naomi pegó un brinco y me abrazó fuertemente. Nayara se llevó las manos a la cabeza haciendo "no" con la cabeza. Seguidamente se llevó un caramelo a la boca. Alba sacó la cabeza un momento para ver la reacción de las niñas. Nayara estaba entusiasmada, Naomi estaba cautivada. La mujer siguió con el relato.

—Deméter —que era la mami de Perséfone— salió al bosque a buscarla. Gritaba su nombre y preguntaba a los animales del lugar, pero nadie sabía dónde estaba.

Salían siluetas de los animales corriendo por la pantalla mientras que en el centro estaba la figura de Deméter más ancha que de la protagonista. Tenía un pañuelo en la mano.

—Pechebone está con Hades—gritó Naomi afectada.

—Sí, está en el mundo de los muertos—siguió Nayara.

Entonces apareció la silueta de un rayo y seguidamente la silueta de un hombre grande sentado en un trono y con una corona. En un lado enfrente de Deméter.

—Zeus, el Rey del cielo, quiso ayudar a Deméter y le explicó que estaba en el infierno. Entonces la mami se fue corriendo a ese mundo a buscar a su hija.

El bosque desapareció y en su lugar apareció siluetas de fuego. Allí se encontraba Hades, Perséfone y Deméter.

—Deméter le pidió por favor a Hades que dejara salir a Perséfone para volver al bosque. Pero ella no podía, había comido un fruto del infierno. Se dice que si pruebas un alimento de ese reino, ya no puedes salir a otros mundos. Así que Deméter como no quería dejar a su hija allí sola, se quedó con ella.

En la pantalla el fuego se apagó y apareció un sol enorme. Las flores se empezaron a marchitar y los animales se escondían. Nevaba mucho y corría el viento. Se veía los animales con bufandas y gorros.

—El bosque dejó de ser caluroso y hermoso—siguió narrando Alba— dado que Deméter tenía el poder de hacer florecer todas las flores y árboles. Sin ella, éstos y los animales estaban muy triste y todo se marchitaba. Zeus al ver todo esto se presentó en el inframundo para hacer un trato con Hades.

De nuevo aparecía el fuego pero con todos los personajes dentro. En los laterales estaban los dioses, Zeus y Hades que ocupaban toda la pantalla. En medio se encontraban la madre y la hija abrazadas.

—El Dios del cielo le dijo a Hades la situación que pasaba en el bosque. Así que para arreglarlo, hicieron un trato. Perséfone pasaría seis meses con Hades y otros seis meses con Deméter. Hades le gustó la idea y así hicieron. Entonces cuando Perséfone estaba con su madre, llegaba la primavera al bosque. Todo eran colores, bailes y flores. Cuando ella se iba con Hades, llegaba el invierno, el frío y el viento. Pero Perséfone estaba feliz, ya no viviría siempre en el reino de los muertos. Cuento contado, éste cuento se ha acabado.

La escena feliz se veía todos los personajes saltando y alrededor el fuego y los arboles con las flores. Nayara comenzó a aplaudir y Naomi me abrazó muy fuerte. Alba apagó el foco y se acercó a su saco para sentarse. Pensé en el cuento que acababa de narrar. No podía evitar la similitud de Helena con Deméter y Naomi con Perséfone. Pero acababa en que Perséfone pasaba algún tiempo con los dos, ¿Está queriendo decir Alba, que Naomi tendrá que pasar algún tiempo con Álex? O ¿será casualidad el cuento y no tiene nada que ver con el estado actual de la niña? Puede ser que quiera darle esperanza, dado que Deméter vuelve a buscar a su hija ¿Querrá animar Alba a Naomi haciéndole entender que Helena volverá? ¿Sabe ella dónde está?

—¿Os ha gustado el cuento? —preguntó Alba, despistándome de mis pensamientos.

—Sí, aunque mi cuento favorito es Eros y Psique—contestó Nayara.

Entendí que Alba acostumbraba a contar mitos griegos a su hija. Era interesante que contase eso, más allá de los cuentos habituales. Naomi no decía nada y se quedó pensativa mirando a la tela blanca, dónde hacía poco que se había proyectado las sombras chinas.

—¿Estás bien, Naomi? —preguntó la mujer.

—¿Mi mami volverá? —preguntó de golpe. Ella entendió el trasfondo del cuento, siempre he sabido que es una niña inteligente.

—Yo creo que sí—contestó Alba—ella te quiere mucho y volverá a por ti.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó la niña.

—Porque soy mami

Mientras la conversación seguía, noté algo raro en la estancia. Mi sentido del peligro se puso en alerta roja. Noté como si alguien más, aparte de las tres chicas, estuviera en la casa. Intenté curiosear desde las piernas de Naomi, pero no pude ver mucho. Todo estaba oscuro y la luz que iluminaba las velas no era suficiente. El sentimiento de peligro se identificó cuando pude apreciar una silueta negra detrás de Alba asomada en el marco.

¡Naomi, corre! —le chillé a la niña.

Ésta me miró y se calló en medio de una pregunta. Se puso de pie de golpe.

—¿Qué pasa, Eddie? —preguntó abrazándome e intentando salir de la estancia a dirección de la habitación— ¿Es el lobo?

—¿Qué ocurre? —Preguntó Alba— Naomi tranquila, está todo bien.

Entonces la silueta salió de su escondite y se abalanzó encima de la mujer. Ésta chilló de una manera atronadora.

—¡Corred! —logró articular.

Entonces observé como esa silueta le acuchillaba en el hombro. Las niñas corrieron hacia la habitación y se escondieron en el armario. Nayara lloraba sonoramente. Mi princesa me abrazaba con una mano y con la otra le tapaba la boca a su amiga para que no hiciera más ruido.

—Tranquila, no hagas ruido. En la nave espacial estamos a salvo—dijo intentando consolarla.

—Tengo miedo—decía Nayara en susurros— ¿Dónde está mi mamá?

A fuera se escuchaba mucho ruido. Como si hubiera una pelea y lanzara a alguien contra los muebles. Se escuchaba a la mujer chillar y gritar. Me vino un déjà vu, cuando Álex pegaba a Helena en el salón y mi niña se escondía en el armario. Los golpes y los ruidos eran idénticos. Pero ahora no sabíamos quién era el culpable de estos golpes. Entonces el ruido cesó y quedó todo en silencio. Naomi cogió de la mano a su amiga y le dirigió hasta el fondo del armario. Le hizo señas para que estuviera en silencio y me dejó a mí en la puerta.

—¡Ayúdanos! —Suplicó— usa tu magia, Eddie.

El misterioso entró en la habitación. Sólo se escuchaba su respiración y el llanto sordo de Nayara.

—Naomi—dijo el intruso—sé que estás aquí.

La voz estaba distorsionada, como lo que usaban los secuestradores cuando hablaban con la policía por teléfono para no ser reconocidos. Al hacer ésta similitud, recordé aquellas llamadas que Helena recibía en casa. Ella casi nunca las cogía, cuando esto sucedía saltaba el contestador y él siempre dejaba un mensaje ¿Era el mismo personaje?

Mi princesa estaba quieta, agachada y agazapada al lado de su amiga que no podía evitar llorar. Ella era la fuerte de las dos o la más acostumbrada ante ésta situación.

—Sál, que quiero hablar contigo—volvió a decir el intruso.

No lo hagas—le dije—no es de fiar.

—Sé dónde está Helena ¿Quieres ver a tu madre?

Naomi abrió los ojos como platos y me miró perpleja. Eso había captado su atención. ¿Qué quería él de Naomi? No entendía qué relación tenía él con la niña, ni tampoco como podía saber algo de Helena ¿Puede ser el causante de la desaparición de ella? ¿No había sido Álex? ¿Se ha escapado del manicomio?

Entonces abrió la puerta del armario. Las chicas gritaron al unísono y Nayara se desmayó del miedo. La silueta negra era bastante alta. Vestía completamente de negro, pero lo que daba miedo era su cara. Tenía una máscara de un hombre con la boca abierta y dentro de ésta salía una calavera. La niña se sobresaltó pero no lloró.

—¿Papi? —preguntó Naomi con la voz quebrada.

—Jacob—contestó la silueta.

Alzó el cuchillo ensangrentado hacia la niña. Naomi chilló y se hizo un ovillo, el hombre se abalanzó hacia ella y yo dejé escapar el poco poder que conservaba.


—¿Os ha gustado el Mito de Perséfone y Hades?

—¿Cuál es vuestro mito favorito griego o romano?

—¿Quién es Jacob?

—¿Qué le ha pasado a Alba?

—¿Qué le ocurrirá a las niñas?

¡Todas las respuestas y algunas más en el siguiente capítulo!

Video encabezado: Ésta vez no hay canción contra la violencia de género. Está  el mito de Hades y Perséfone en forma de cuento para escucharlo.

PD: He hecho una cuenta de Instagram dónde subiré fotos sobre Eddie y de mis otros libros. Seguidme!!! Os espero!!!

User: ShammerFighterBooks

Enlance en el perfil y en los comentarios

https://www.instagram.com/shammerfighterbooks/


Continue Reading

You'll Also Like

176K 11.8K 36
A Rebecca, Oliver, Ethan, Verónica, Taylor y Amber, los une más que una amistad, cada uno tiene un secreto el cual prometieron proteger a toda costa...
840K 97.2K 43
«Las mentiras terminaron, pero las obsesiones se multiplican». Sinaí cree ser la reina del tablero, y perseguirá a su rey a donde haga falta, aunque...
36.9K 2.3K 20
La vida de una adolescente en un Apocalipsis sigue.. enamorada de alguien que le dobla la edad ¿esta bien? Temporada 2 Portada hecha por @ShinJL
26.7K 1.9K 40
después de lo ocurrido en la mina MC , queda en shock respecto a lo que se entera por otro lado los chicos exigen muchas cosas a MC , pero una person...