POV CHRISTIAN
-Oye, pez gordo... ¿Esa no es Susannah?- me habla Elliot.
-¿Qué? ¿Dónde?- me giro sin soltar mi botella.
Estoy en un taburete, en una mesa alta, despostillada y tan vieja como el abuelo Theodore en el bar Loris de Seattle. Yo miraba atento el partido de los mariners.
-¡Allá, mira!- Me señala hacia fuera del local.
Veo caminar por la acera del frente a mi novia, colgada del brazo de un tipo alto, rubio y bastante artificial, a mi parecer. Hasta el momento no van haciendo nada.
-Seguro es un amigo...
Veo que de pronto el tipo ese la toma de la cintura y la besa. Ese imbécil...
-No beso a mis amigas así, bro. Tal vez a mi free, pero no a mis amigas...- comenta Elliot.
De pronto veo que entra al bar Taylor,- mi chófer y mano derecha-, con Welch y ambos traen una cara que no me da a entender nada bueno.
-Señor... Sé que no teníamos derecho de hacer esto, pero le digo que por favor, ¡abra los ojos!- Me dice Taylor.
-Señor, aquí tengo el informe sobre la señorita Susannah Parker y su acompañante, el señor Paul Clayton.
Tomo el informe y en un folder bastante grande. Va marcado con resaltador "estafa, robo, abuso de confianza, fraude, falsificación de documentos..." Cierro el folder de golpe y miro hacia la calle.
Veo la hora, y aún es temprano, Andrea seguro sigue en la empresa. La llamo.
-Andrea, buena tarde. Cancela las extensiones de mis tarjetas que están en poder de la señorita Susannah Parker.
-Como diga, señor. Buena tarde.- Responde casi con entusiasmo.
¿Qué? Yo era el único pelmazo que no veía la clase de zorra que es?
Por lo visto no...
Elliot come cacahuetes sin dejar de mirar a la calle y hago mi siguiente movida, tal vez sí, llevado por el coraje, y sí, también estoy ardido, pero esa tipa me lo va a pagar. Me interrumpo al ver que unas chicas se acercan al amante de Susannah y una de ellas, le da una patada en los huevos y mientras él cae y gime como nenita, ella lo mira con soberbia. Me centro, tengo algo que hacer...
Vuelvo a hacer una llamada, pero esta ocasión es al Escala.
-Señora Jones, buena tarde. Dígale a Sawyer que cambie las contraseñas de acceso a mi estacionamiento y el ático. Si dejó el Audi, también decomisen sus llaves, y saque sus cosas. Tiene diez minutos. No quiero nada de esa puta en mi casa.- veo que Taylor endurece el gesto.
-¡Será un placer, señor Grey!- me responde entusiasmada mi ama de llaves.
Estoy a punto de cortar la llamada y escucho como Gail grita casi feliz:
-¡Luke! ¡Ven acá! ¡Por fin el jefe se dio cuenta de la clase de lagartija que es Susannah!
-¡Ya estás, Gail! ¡Voy a cambiar claves y quitarle el auto...!
-¡Belinda! ¡Ayúdame a sacar las porquerías de esa lagartija!
-¡Encantada, Gail!
Se desató una celebración en mi ático, lástima, a mi me esta llevando la puta que me parió. Levanto la mirada y veo que tanto mi hermano cómo mis hombres me miran con una ceja levantada. Ok... Si, fui muy lento.
¡Mantenme!
POV GAIL
Estoy... ¡Feliz! Por fin el señor Christian sabe quién es esa perra arribista.
Belinda y yo envolvemos en las sábanas más viejas de este departamento las pertenencias de la lagartija Parker. Me va a dar mucha tristeza ver abatido al jefe por esa tipa, pero no hay mal que por bien no venga.
Entra Sawyer al armario mientras Belinda y yo seleccionamos qué fué lo que trajo la lagartija y qué le regaló el jefe, porque no la dejaremos que se lleve un dólar de él.
-Mujeres... Me van a matar.- jadea Sawyer.
-¿Qué pasó?- pregunta Belinda.
-Nena, se bloqueó el ascensor, y recuerdo que el jefe dijo que teníamos diez minutos...
-¡Llamaré al señor Sullyvan!- exclama Belinda.
Mi bruja interior está tomando el mando y le doy la oportunidad ya que por lo regular, la diosa de mi Jason es quien tiene las riendas, pero la ocasión lo amerita...
-¡Hey! Deténganse.
-¿Qué?- replican a la vez.
-Ayúdenme a llevar esto al balcón...
-¿Qué piensas hacer, Gail?- me pregunta Luke confundido.
-Tomaremos la ruta corta.
Todos levantamos los bultos improvisados con las porquerías de la lagartija y Belinda se asoma hacia abajo cuando estamos en la cornisa.
Nos interrumpe el teléfono y voy tan eficiente a contestar.
-¡Gata de mierda! ¡El puto ascensor no sirve!- grazna Susannah al otro lado de la línea.
Tomo aire y me decido a decirle que sucede.
-Buenas tardes, lagartija. Por órdenes del señor Christian Grey usted no vuelve a entrar al Escala.- le respondo con voz cantarina.
Escucho su respiración agitada y de pronto vuelve a vociferar.
-¿Qué? ¡Esto lo va a pagar! ¡Es un estúpido! Déjame subir por mis cosas...
-En seguida se las hago llegar, lagartija...
No le doy tiempo a que me vuelva a insultar y me acerco al balcón con el teléfono en la mano. Le arrebató a Luke una caja con unas porquerías de cerámica que saqué de su armario y me acerco a la cornisa para dejar caer la caja al vacío. Y solo se escucha como el golpe de una gota de agua en el vidrio.
-En seguida le envío el resto, señorita Parker.
Es lo último que digo y corto la llamada. Belinda y Luke me miran emocionados y parecemos niños en dulcería y decidimos mandarle el resto de sus cosas a la lagartija Parker.
POV ANASTASIA
Decido salir con Kate a comprar los últimos detalles para la cena que prepararé mañana que llega Paul a Seattle.
Vamos camino al mercado de Ernie y veo que una pareja se besa sobre la acera. Se ven tan lindos.
-Ana... Dime loca, pero creo que el rubio que le arrima el camarón a la plana esa es Paul.- me dice Kate incómoda.
Tiro de su brazo y la llevo lejos pero esta loca no se contiene...
-¡Paul! ¡Paul Clayton!- grita Kate.
El tipo se aparta y busca quién lo llama. Al darse cuenta de mi presencia veo que se pone pálido.
-¡Que perro eres, Clayton!- le grita Kate.
Se aparta la mujer y entra a una tienda.
-Ana... Ana... Espera... Esto no es lo que parece.- Se acerca a nosotras Paul.
Me acerco a él y le doy un rodillazo en las pelotas.
-¿Es así como me exigías una prueba de amor? Vete a la mierda Paul.
Sale la mujer, y mira a Paul en el suelo.
-¿Qué te pasa, cariño?- se arrodilla la mujer a lado de este despojo de ser humano.
-Se desmayó...- responde Kate con indiferencia.
-Si, se desmayó... Cómprele agua. Pobrecito...- mascullo y tiro de su piercing que encontré tras su camisa y lo hago gemir.
-¿Tiene un dólar que me preste? Me acaban de cancelar mis tarjetas...- nos dice agobiada la zorra.
-No, nosotras ya nos vamos... Suerte.
Me levanto del suelo y me voy con Kate.
-¿Quieres que llame a Ray?- me dice Kate unas calles adelante.
-No, vamos a casa y de ahí, me voy contigo a Barbados...
-No, mejor yo me voy contigo a Savannah.- me dice mi siempre incondicional amiga.
Ese tipo nunca me cuadró, y mi padre también lo notó, solo Carla la ingenua no lo supo ver, pero no me van a traumar. No me cerraré al amor