Dulce venganza •TERMINADA•

By Thyfhanhy

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❝Luciana está dispuesta a vengarse de Luka Greisnar por haber jugado con su mejor amiga; pero no cuenta con q... More

♡ Antes de leer ♡
Sinopsis + aviso
Capítulo 0
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
I •TOBIAS•
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
I •LUKA•
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
I •MIKE•
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
II •TOBIAS•
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
I •TOTÓ•
Capítulo 46
II •LUKA•
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
III•LUKA•
III •TOBIAS•
Agradecimientos

Capítulo 11

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By Thyfhanhy



El Halcón, o tiene problemas de bipolaridad o simplemente es adicto a las mujeres, no puede pasar veinticuatro horas sin hacer algo con alguna y menos aun cuando tiene el peso de un rechazo y el maltrato de su orgullo.

Por eso me sorprende tanto las cursilerías con las que sale, teniendo en cuenta que es un imbécil total. Aunque, pensándolo bien, necesita de estas cosas y estrategias para tener a cualquier chica a sus pies.

Solo que ahí está el detalle: yo no soy cualquier otra chica y esas muestras de dulzura, aparte de que no van conmigo, me causan gracia viniendo de un picaflor como él. Ahora, ¿cuál cursilería?

Acaba de enviarme con un chico de primer año una rosa artificial con una papeleta pegada al tallo que dice «Seguiré insistiendo», y el niño al dármela sale corriendo como si lo persiguiera un león. Estamos ya en el estacionamiento y a lo lejos veo a Luka que está solo, al ver que su regalo llega, me sonríe y me lanza un beso.

Bien, llegó el momento de ceder, pero solo un poco, nada que una chica retraída no haría. Saco mi cuaderno, rompo un pedazo de papel y anoto mi número. Le pido a un chico que va pasando por aquí que se lo lleve, y el Halcón a lo lejos sonríe. Agacho mi cabeza y me meto en el autobús para ver por la ventanilla como el mensajero se lo entrega y él inmediatamente saca su celular y anota mi número.

La rosa se me olvida casualmente en el bus y cuando llego a casa de Totó, le cuento los avances.

—¿Ya se estaba besando con otra? —Arruga la frente y pone mueca de asco.

—Sí, pensé que la pobre tenía más dignidad —exclamo—, pero a pesar de que le dije sus intenciones, se metió con él. Siento pena por ella.

—Bueno, creo que todos en veinte kilómetros a la redonda saben lo mierda que puede ser Luka —comenta—. Pero... —Hace una mueca y suspira— cuando empiece a hacer movimientos contigo sabrás por qué todas caen eventualmente.

—Nada de eso funciona conmigo, Totó —objeto—. Ya he lidiado con muchos como él y muchos diferentes, y acá me ves, sin haberme enamorado antes y sin intenciones de hacerlo.

—Algún día, Pinky —dice—. Algún día llegará el que te ponga el mundo de cabeza. Ese que haga que rompas tus esquemas y tus redes, y te volverás una cursi enamorada más.

—Que el Olimpo me cuide. —Abro mucho los ojos y la boca de manera dramática—. Pensé que eras mi amiga, no me desees esas cosas del diablo.

—Me reiré de ti cuando te brillen los ojos al pensar en un chico —responde—. Y pagaría lo que fuera por verte sonrojada por una sonrisa de ese chico. Pero si es de Luka te golpeo.

—Yo te ayudo a golpearme.

Bufo y ruedo los ojos dando por terminado el tema.

Eso definitivamente no espara mí. No anhelo el día que pase eso de nuestras miradas se cruzarony ese brillo especial me hizo saber que era él quien complementaría cada partede mi vida, porque antes de él no sabía lo que era vivir. Pff,ridículo. Eso solo lo encuentro atractivo en los libros y eso es porque sé que,si algo sale mal, no seré ni la culpable ni la víctima y lo podré superarcuando cierre el libro en la última página.

—¿Cómo te fue hoy, hija? —pregunta mi madre mientras cenamos. Will ya se acostó y papá no llega aún.

—Bien, ma —exclamo—. Ya tengo compañero de matemáticas y de física y... —Mamá me mira con una sonrisa pícara—. ¿Qué?

—Hoy vino Tobías y preguntó por ti. —Esa sonrisa es similar a la del gato de Alicia en el país de las maravillas y marca sus hoyuelos en sus mejillas.

Eso es raro, ¿para qué me querría Tobías? La única manera de que el chico me hable relativamente normal es a través del celular, así que no veo razón para que pregunte por mí.

—¿Y para qué? —Arrugo la frente, confundida.

—No lo dijo. —Suspira—. Me parece un gran chico, ¿no lo crees? —Me mira suspicaz.

—Dijiste que no era muy apuesto —le recuerdo.

—Físicamente, no, pero ¿no te parece muy gentil? —insiste.

—Supongo, solo he hablado con él un par de veces —respondo con indiferencia—. Es gentil.

—Deberían salir —propone.

—No es mi tipo —objeto sin inmutarme.

—¿Y cuál es tu tipo?

—De los que conversan. —Me levanto de la mesa con el plato en la mano—. Y que no se sonrojan con cualquier comentario.

—Así serán tus comentarios, Lucy —reprocha. La escucho a lo lejos pues ya estoy en la cocina.

—No me hago responsable por las reacciones a mis comentarios —digo en voz alta para que me escuche y su risa da por terminado el tema.

Llego a mi habitación y cierro la puerta. Prendo el televisor y sintonizo una comedia, estoy empezando a quedarme dormida cuando mi celular brilla. Es un mensaje nuevo de un número desconocido.

Ola ermosa.

¡Jesús! No hay que ser un genio para saber que es el Halcón.

Huracán salvaje.

ke?

Nada, hola Luka.

Kmo sabiaz k era yo?

Y el fundador de la Real Academia de la Lengua Española se está retorciendo en su tumba.

Intuición.

Es k eres mui intelijente

Cualquiera es más inteligente que tú, idiota.

Sí, supongo.

Entoncs saldras konmigo???

Pero si ya tienes novia.

ezo es mentira

Me contaron que te vieron con la chica de matemáticas, ¿o es que besas a todas porque sí?

ezo fue por despecho, tu me abias rexhasado
Rechasado* 😬

Bien, dime cuándo y dónde.

Vamoz al park d diverciones. Tengo dos kupones. :) El savado. 😏

De acuerdo, iremos. Hablamos mañana en clase. Adiós, Luka, debo estudiar.

de akuerdo presiosa, ablamos despues 😘

El plan inicial era dejarlo plantado, pero eso era porque supuse que me iba a llevar a comer pizza o al cine, que es lo que todos hacen. No obstante, un parque de diversiones nos ofrece cientos de opciones mejores que el placer de solo plantarlo.

Este chico es tan hueco que esto no va a ser tan complicado. Me emociono y mi Roberta interna sale a flote de solo pensar en las mil cosas que podemos planear en un lugar así para hacerlo quedar mal.

Será muy divertido.

Después de decirle que sí al Halcón, prácticamente no me ha hablado. Hoy solo se ha limitado a lanzarme un guiño y a sonreír como bobito. En la clase de Física ya nos dejaron un trabajo juntos que presiento que tendré que hacer sola.

Sin poder desaprovechar la oportunidad de salir con Luka a un parque de diversiones, solo me queda la opción de llegar tarde, de dejarlo esperando por mucho rato y eso es lo que haré. Pero necesitamos ayuda, así que le comentaré a Totó del ofrecimiento de Annie, tengo varias ideas en mente y entre más chicas, mejor.

Voy hacia mi última clase y choco con un chico. Siento un tirón en mi bolso —porque el maletín del padre de Totó quedó en el olvido—, pero parece que va muy apurado porque apenas y se detiene a disculparse; no le presto la mayor atención y llego a mi aula. Al intentar sacar mi cuaderno, una nota sale, la miro extrañada y la desdoblo. Lo más lógico es que en el choque con ese chico él la puso ahí, lo malo es que ni reparé en su rostro para saber quién es.

«Cuídate, porque las paredes tienen ojos, oídos y predilección por las pelirrojas»

Considerando las opciones. Esa nota infantil y pseudo-amenazante solo puede provenir de Katherine y de Penélope. Si el plan era dejarme con miedo por un papel anónimo, han fallado estrepitosamente. Rompo el papelito en varios cuadritos y lo guardo en mi bolso porque no voy a dejar basura por ahí.

La rubia hoy no viene en el autobús, quizás se fue con alguno de sus enganches a disfrutar la vida o le dio vergüenza la amenaza que me hizo llegar; como sea que fuera, en el estrecho espacio se siente un ambiente más relajado, es impresionante lo que el aura de una persona puede llegar a influir en un espacio cerrado. Hoy parece que todos hablan y ríen amablemente, como si respiraran un aire limpio sin el dióxido de carbono de Katherine.

Llego a mi casa en mi bicicleta y me cruzo con Tobías.

—Hola, vecino.

—Hola, Lucy. —Saluda y me sonríe.

El chico dentro de todo es apuesto, no a primera vista; es decir, si lo veo en la calle no le presto la más mínima atención, pero ya hablando con él, hay algo que atrae. Quién sabe qué será.

Te gusta su cuerpo, Lucy.

Es cierto, Roberta.

—Oye, mamá me dijo que me buscabas ayer. —Desvía la mirada y se sonroja. Sí, Roberta, definitivamente es su cuerpo, porque su carisma no es.

—No era nada —responde con media sonrisa y empieza a alejarse—. Voy algo apurado, Lucy, te veo después.

Omitiendo la huida del vecino como si hubiera fuego, guardo mi bicicleta y entro a comer, porque si hay algo que hago sagradamente sin importar el clima o mi humor, es llegar a revisar la nevera. Alabada sea la comida.

Recién llego a la casa de Totó hace un rato, su mamá se la llevó a que le ayudara con un mueble que recién compraba, así que solo me cambié y salí, pero no pude hablar con ella. Saco el teléfono y marco su número.

¡¿Qué?! —brama cuando contesta.

—Soy Luciana —informo.

Oh, hola.

—Si es mal momento...

No, dime. —Se oye jadeante—. ¡Mamá, del otro lado!

—¿Segura?

Que sí.

—Bien, saldré con el Halcón el sábado —comienzo—, me llevará a un parque de diversiones con cupones. Lo que te quería decir es que Annie se ofreció a ayudarnos con...

¿Le contaste? —grita.

—No. Ella lo dedujo... En fin, creo que podemos usar su ayuda... El sábado, entre las tres podemos divertirnos.

Como quieras. —Se le va la voz de golpe y luego grita de nuevo—. ¡Mamá, ten cuidado! Lo siento Lucy, hablamos después. ¡Tienes esa parte al revés, ma...!

Así se siente que le cuelguen la llamada en la cara. Interesante. Es un asco, pero interesante.

Aún es temprano y no tengo muchos ánimos de hacer nada en realidad, así que, al llegar a mi habitación, lo primero que se me cruza por la mente es mirar por la ventana. Allí está Tobías en su habitación, sentado en una silla de su escritorio con sus audífonos puestos y una laptop en el regazo. Quisiera que se abriera más conmigo, en el sentido sano de la palabra. Creo que es un gran chico una vez entra en confianza, el problema es hacer que entre en confianza. Pero alguno debe dar el paso y él definitivamente no va a ser.

Salgo de mi habitación y abro la nevera en la cocina, no veo nada que llame mi atención, así que tomo dos manzanas del mesón y salgo por el patio trasero. Llego hasta su ventana y con los nudillos toco el cristal. Tobías se gira hacia mí y... sí, se sonroja. Esto será difícil, Roberta.

Se acerca a la ventana y la abre, sonríe un tanto incómodo y espera a que yo diga algo, por supuesto.

—Quería traer algo normal de vecinos como un pastel o una botella de vino —empiezo—, pero como no compramos pastel y no me venden vino, te traje una sensual manzana. —La estiro hacia él y la agarra, mirándola como si fuera lo más interesante del mundo.

—¿Gracias? —contesta con duda.

—Oye, está haciendo frío, así que ¿me dejas entrar? —Asiente sin ver nada raro en la petición. Se gira y camina hacia su puerta—. ¿A dónde vas?

—A... abrir la... puerta... —Entrecierra los ojos como si mi pregunta fuera lo más estúpido del mundo.

—No es necesario, quepo por la ventana. —Abre mucho los ojos y yo me encaramo en el marco, es un poco más alto de lo que se ve—. ¡Ayúdame!

Sale de su congelamiento y se acerca, pone sus brazos bajo los míos y me hala hacia adentro, un solo impulso y mis pies pasan totalmente por el marco. Quedamos abrazados y cerca, muy cerca, demasiado, Roberta, aléjate ¡Estúpida, las hormonas, idiota!

Le sonrío y ¡por los apóstoles! casi se queda sin aire, ¿será gay y nunca se acercó a una mujer? Me suelta con delicadeza y se aleja, yo ni me inmuto y con toda la vergüenza, me recuesto en su cama. Él se sienta de nuevo en su silla y me mira curioso.

—¿Te han dicho que te acomodas rápido en casa ajena? —dice en voz muy baja y sin mirarme.

Bien, eso es un comienzo, debo hacer que quiera hablarme como si fuéramos amigos y no como si yo fuera un alien a quien le teme. La curiosidad hace que no me aleje de él antes de mandarlo a la mierda.

—La verdad, sí. —Finjo sorpresa—. ¿Por qué será?

—Nunca lo sabremos.

Dedico un momento a mirar la habitación, es ordenada; demasiado para ser un chico. Demasiado para mí que soy una chica. Pero miro a mi derecha y... oh, sí, no es un simulacro —controlen sus hormonas chicas—. ¡Tiene una enorme biblioteca! Ocupa toda la pared junto a la cama y como si mi trasero tuviera un resorte, me levanto a manosear los lomos de todo el primer piso del estante. Hay varios que ya he leído y dos de mis favoritos. ¡Por Afrodita, si este chico es bueno en la cama, es el paquete completo, como una cajita feliz!

Llega junto a mí y al parecer el que me interese en sus libros le da una pizca más de confianza.

—¿Te gusta algo de lo que ves? —pregunta y por primera vez lo veo sonreír sin tomar color cereza. Muerdo mi mejilla.

Bastantes cosas, cariño.


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