Si hay cosas que amo en la vida es: número uno a mi familia, y numero dos poder estar de vuelta en casa. Dos meses, es lo que aproximadamente mis pequeños tienen de nacidos, luego de que les dieran el alta pasamos la mayor cantidad de tiempo en el hospital por sus chequeos, hasta que al fin nos dieron el visto bueno de viajar a casa.
Entonces las cosas por aquí se están estabilizando muy bien, mis pequeños ya tiene su cuarto y Mia también. La casa cada vez se pone más hermosa con el ambiente familiar que hemos creado. Decidí vender mi antigua hogar ya que era demasiado grande para nosotros y compramos uno nuevo el cual es más que suficiente para nosotros cinco con algunas habitaciones extras para la familia. Además de eso resulta ser que mi nana ha conseguido a alguien en este tiempo y aunque viene a ayudarme con los niños casi todos los días, le he dicho que se merece ser feliz y que ya nosotras no somos su responsabilidad y resulta ser que aunque no deja de preocuparse se dio su espacio, lo cual me hace más que feliz.
Todo lo malo ha quedado en España, ahí murieron varios enemigos míos y uno que otro resulto tener el peor castigo. No los juzgo, después de todo cada persona vive en su locura hasta que finalmente consiguen su cura, y aunque suene triste a veces la muerte es una de ellas. Igualmente la empresa de mi familia aunque no pudo reponerse en Madrid, con el tiempo consigue justicia y aunque es muy pronto para dar un veredicto, las cartas están echadas y sus culpables pronto caerán. Y bueno no todo ha sido malo, mi Tío sigue a cargo de la empresa, pero junto a Ethan estamos pensando en abrir un nuevo proyecto juntos. Como familia, lo más probable es que nuestra propia empresa se cree en unos meses más. La idea ya está y el poder crear algo juntos como familia, nos tiene más que felices, mientras tanto su abuelo lo ha estado guiando en su empresa familiar y una vez que vio a sus bisnietos comprendió que su nieto necesita y debe ser feliz, así que aunque el sigue trabajando en la empresa de su familia, concedió que su nieto sea libre y busque sus propios sueños, o como él lo dice Nuestros.
Entonces me veo ahora junto a mi familia y en casa. Feliz como ninguna otra mujer; con dos príncipes, una princesa y mi propio rey. ¿Puedo ser más feliz?, yo creo que sí, solo que el tiempo me hará entender eso. A su lado siempre seré feliz.
Un pequeño gorgojo hace que deje de pensar y mire a Aiden viéndome con esos ojos verdes como los de su padre.
-Hola hermoso.
Su mirada penetrante hace que lo mire y este al verme sonríe mostrándome sus rosadas encías.
-¿Sabes que te amo mucho? - su mirada se hace seria y empieza a patalear con sus piernitas pequeñas.
-Eres hermoso mi príncipe - beso su nariz y toda su carita causando una risa muy alta.
-¿Nena?
-Amor - levanto la vista viendo a Ethan parado en el umbral de la puerta con Adam en sus brazos.
-Hola campeón - besa su cabecita e intercambiamos a los bebes y empiezo a amamantar a mi otro pequeño príncipe.
-Vamos cariño, no juegues con mami. - le hablo. Adam es un niño muy hiperactivo, siempre piensa que estamos jugando con él y para hacerlo comer debo de portarme un poco dura para que no empiece a jugar con mis pechos.
-Pequeño travieso - susurra Ethan, mientras lo ve junto a su hermano.
-Vamos hermoso, abre esa boquita. -me mira con esos ojazos verdes y abre su boquita para empezar a succionar con fuerza mi pezón.
-Pero sin lastimar a Mami - lo regaño y este abre su boquita otra vez - Adam, no es un juego, ahora sigue en lo tuyo mi niño.- Me mira detenidamente y sigue con su labor, aunque a veces se distrae pero aun así vuelve a lo suyo.
Cuando termino los recuesto es sus cunas mientras me arreglo los pechos dentro de la blusa y puedo captar a Ethan mirándome con esa lujuria que lo caracteriza. Hace ya dos meses que no me toca, y eso sin contar lo del embarazo "soso", pero que le vamos hacer, ahora soy la que lo castiga por su "gran comportamiento".
-Deja de hacer eso - habla con una voz ronca mientras juego con mis pechos.
-No estoy haciendo nada - hablo inocente.
-¡Basta! - me regaña, cuando acuño mis senos.
Sonrió mientras salgo de la habitación y entro en la nuestra. Sus pasos me siguen y tras cerrar la puerta del baño empiezo a desvestirme. Me miro en el espejo y mi abdomen aunque no tienes libras demás, se encuentra adornado por pequeñas marcas blancas que no son muchas por mi cuidado con la piel, pero aun así unas pequeñas rayitas cubren un poco los extremos de mi estómago.
¿Dónde quedo esa Lia prejuiciosa? , tal vez y murió el día en que sostuvo a dos seres hermoso que cree con amor y cariño, tal vez y ese día muchas cosas malas sobre mi apariencia se fueron con ello, pero debo admitir de que mi miedo a veces no se va y aunque trato de ser fuerte y darme cuenta de que mi hombre me ama.....bueno en realidad tengo miedo que no le guste lo que ahora ve.
-¡Lia!
-Me daré una ducha.
-¿Puedo entrar?
-Está abierto.
-Oh, espera ira a ver qué pasa - habla mientras un pequeño llanto se escucha.
Sonrió al darme cuenta que es más que un excelente padre con nuestros hijos.
Regulo la temperatura del agua y entro con cuidado. Es deliciosa, de verdad que si pudiera vivir en el agua lo haría, nada me relaja como eso.
-¿Puedo entrar? Muero por descargar líquidos.
-Está abierto amor - casi grito .
Lo escucho entrar y lo que no es muy hermoso; El oírlo orinar, pero bueno es mi chico y lo amo. La mampara de la ducha se abre y mi pulso se acelera.
-¿Qué haces?
-¿No quieres ahorrar agua?
-No - hablo mientras aún de espaldas cubro mi pecho.
-Uyyy nena que trasero.
-¡Ethan!
-Déjame bañarte ¿si?
-No - sonrió.
-Anda nena, no seas mala.
-Nop, y ahora sal.
-¿Hasta cuándo me vas a tener así?
-No lo sé, déjame pensar ¿ cuánto tiempo tú lo hiciste conmigo?
-Eso no se vale. Estabas embarazada.
-Tú lo has dicho embarazada y con ganas.
-¡Lia!
-No me regañes Ethan, ahora sal y déjame bañar.
-Nena por favor - posa sus manos en mis caderas - Te necesito - dice mientras clava su erección en mí.
-Lo siento cariño - restriego mi trasero donde él y lo escucho gruñir.
-Mierda nena, acaso no vez lo duro que me tienes.
-¿Qué ganaría yo?
-Que te lama, tu acaricie...que te coma - dice lo último mordiendo mi oreja.
-Ethann...- gimo
-¿Puedo?
-¡Ah! Yo... - hablo cuando clava su erección en mí.
-¿Vamos nena?
-Si... si quiero - hablo mientras acaricia mis pliegues con sus expertos dedos.
Me da la vuelta y quedamos cara a cara, y nuestros labios se desatan en una lucha entre leguas.
Bajo mi mano y encuentro lo que tanto quiere en este momento, empiezo a manosearlo de poco a poco y su amigo crece cada vez más. Entonces en la ducha solo podemos ver el vapor crecer y nuestro gemido también.
Su boca empieza a recorrer cada lugar de mí y cuando llega a mis pechos sin impórtale que derramara la leche de mis hijos por doquier, gustoso los saborea. Desciende sus besos a cada lado de mi estómago y cuando llega a esas marcas lo único que puede hacer es besarlas y decir lo feliz que se siente al ver mi abdomen con esas marcas de amor.
-Te amo - dice cuando besa mi monte de venus.
-Te necesito - hablo jadeando.
Y en un acto de amor se para y mientras enredo mis piernas en él, suavemente entra en mí y me hace el amor, de poco a poco vamos explorando nuestros cuerpos, vamos descubriendo nuestros más ocultos lunares y aunque ya lo habíamos hechos antes, esta vez marca una nueva etapa en nuestra vidas, una etapa de amor , de perdón, solo de nosotros y de nuestros hijos. Y cuando estallo y el junto a mí, sonreímos saciados después de habernos entregado en todo sentido, incluso ante el más íntimo posible.
-Cuando el León regreso de su muy arduo viaje, el conejo pregunto. ¿Cómo le ha ido a rey de la selva?. Y con mucho orgullo el león contesto que su misión había sido.....Adam cariño, deja que Papi termine de leer la historia - habla cuando mi pequeño empieza a agarrar el libro.
Entonces un pequeño puchero cargado de resentimiento estalla en la casa.
-No, no hijo. Papi no quiso hacerte llorar - pero el llanto no cesa y los pucheros tampoco. Decido reaccionar y acercarme ante la mejor escena de la noche: Ethan leyéndoles a sus pequeños. Mia que estaba a mi lado entra corriendo al cuarto y mira con sorpresa a su hermano.
-No llore bebe.
Aiden la mira y empieza a patalear.
-Hola, hola bebe - Mia lo saluda y agarra su pie. Agarro a Adam y lo empiezo a mecer. - papi no quiso hacerte llorar bebe.
-Mamá mira - dice Mia cuando Aiden se ríe al ella agarra su piecito.
-Pero que hermoso princesa, lo estás haciendo reír.
-Mire mire Papá.
-Si hermosa. - La besa.
Adam se calma y mira a su hermana y se ríe cuando vuelve a atacar el pie de su hermano. Nuestro pequeño cachorro entra a la habitación y Mia lo carga casi ahogándole.
-No princesa- dice Ethan salvando la vida del pobre.
-Mira Pooh, mira bebe.
Mis pequeños no dejan de mirar a la pequeña mascota de la familia y Mia nos deleita con un gran show junto a Pooh. Me recargo en la mecedora junto a Ethan y Aiden mientras soteño a Adam en brazos y vemos como Mia nos enseña algunas cosas con su cachorro. Sé que mi princesa trata de llamar la atención con todo, pero de verdad me ha sorprendido que su carácter no ha sido un impedimento para estar con mis pequeños, siempre le digo que me ayude con ellos, como "vamos a cambiarle el pañal" y ella me pasa la crema y demás. Pensé que ella iba a ser posesiva me demostró un amor diferente y puro.
-Ve - dice mientras se sienta y Pooh empieza a atacarla y lamerla. Adam estalla a cargadas y contagia a Aiden el cual no demora en reírse en alto.
-Eres la mejor princesa - la felicita su padre y ella aplaude feliz y carga a Pooh, el cual parece pedir ayuda con la mirada. Ethan me pasa a Aiden y se acerca a salvar el cachorro y a cargar a Mia, la cual también necesita todo el amor de nosotros.
-¿Quién es la mejor hija del mundo? - pregunta cargándola en el aire.
-¡Yo papi. Yo!
Rio en alto mientras Adam mira a escena y Aiden me mira como si nada importara más en el mundo.
-Te amo - susurro y el abre su boquita. Empiezo a creer que el adora que se lo diga.
Mia empieza a refregarse los ojos y ya sabemos lo que se avecina.
-¿Quieres ayudarme a acostar a tus hermanos princesa?
Pide a su padre que la baje y se acerca a mí. Ethan carga a Adam y los llevamos para cambiarlos.
-Princesa ¿me pasas el pijama?
-¿Esta? - señala los pequeños conjuntos que están junto a la mecedora.
-Si princesa - se acerca a mí y pide que la marque. Coloco una silla para que ella pueda ver como cambiamos a sus hermanos. Sonríe feliz y algunas veces toca con delicadeza sus manitos causándoles pequeñas risitas.
Cuando ya están listos los colocamos en las cunas y pongo una pequeña melodía que los relaja y los haga dormir. Tras ponerles el chupón a cada uno nos despedimos de ellos dándoles un beso y claro está encendiendo las radios para escucharlos en la noche.
-Chao bebes - se despide mi pequeña con un beso volado y salimos de ahí dejándolos descansar.
Llegamos a la habitación de Mia y la cambiamos para empezar a acurrucarla.
-¿Quiere un canción para dormir princesa?
-Pooh
-Pooh ya se fue a dormir en su casa princesa. - sus ojitos se refriegan y tras colocar su canción y besar se cabecita salimos de ahí.
-¿Crees que algún día me canse de esto?
-No creo que nunca lo hagamos - sonrió.
-¿Eres feliz?
-Contigo lo soy
-Entonces nunca te alejes de mi - sonrió y lo beso.
.....
-¿Quieres que te acompañe? - pregunto mientras lo veo cerca de la tumba de Samuel.
-Quiero....quiero que me...
-Shhhh, lo hare. Lo hare - agarro su mano y me siento junto a él en el verde césped.
Un angelito en el cielo
Samuel Roggers
Acaricio la fría lápida de piedra y miro a Ethan..
-Hola mi pequeño Ángel. Yo...yo te quería presentar a alguien - agarra mi mano. - Ella..ella es la madre de tus hermanitos. La mujer de mi vida, mi pequeño Ángel. La mujer que me enseñó a creer de nuevo, la que me ayuda cada día a ser mejor. Yo..yo quería decirte que ahora puedo ser feliz...
-Lo és - lo ayudo, ya que creo que cada vez le duele hablar más.
-Él es feliz, gracias a ti pequeño Sami. Eres la luz de tu papi y te aseguro que desde donde quiera que nos mires tus hermanitos sabrán que desde el cielo tienen a tres personas cuidándoles, tú y mis padre. Por cierto pequeño Sami si algún día ved a mis padres a tu lado no te olvides decirle que junto a sus nietos e hijas los extraños y los amamos mucho.
Una risa me interrumpe y miro a Ethan con los ojos llorosos y su boca entreabierta.
-Te amo.
-Yo Te amo más.
Caminamos juntos de la mano recorriendo las lápidas del lugar y llego a mi objetivo.
-Hola Papis.
Ethan sostiene mi cintura y juntos podemos ver el frio mármol.
-¿Mis suegro era bravo?
-Un poco sí. Cuidaba mucho de sus hijas. Y mamá era, muy hermosa en todo sentido. Sin duda alguna te hubieran amado.
-Bueno, ahora ellos lo hacen.
-Lo sé.
-Todos me aman.
-Arrogante.
-Un poco, si - Me haces feliz - menciona después de un rato.
-¿lo hago?.
-Lo haces. Que quede claro señores Smith.
-Ethan - río
------
Yo ya lloraba al ver la tumba del pequeño Sami.
Últimos capítulos.
Gracias por todo.
Un beso.