-¿Cómo están mis hijos doctor?
-Bien, ellos están bien. Como la madre - me mira Eduardo.
-Sí, mis hijos y mi futura ESPOSA lo están - señala Ethan.
-¿No veo el anillo? - lo molesta.
Y entonces una pequeña risa se me escapa y disimuladamente tapo mi boca, mientras Ethan lo mira lleno de odio. Entonces Mia regresa en brazos de la dulce enfermera, la cual la llevo por una paleta.
-Mia. Mami.
-¿Tuya princesa?
-Shi - camina a pasos lentos y le estrecha las manos a Ethan, el cual la carga feliz.
-Ñaños
-Si princesa
-Niño - señala a Eduardo.
-Niño malo
-¡Ethan¡ - lo regaño y Mia frunce el ceño.
-Y feo -añade.
-Lo lamento Eduardo .
-No te preocupes hermosa. Ahora bien hablemos sobre el parto ¿has pensado en que será natural? - Y entonces el ceño de mi novio se frunce por completo y su cuello marca sus venas al igual que su respiración resopla.
-Bueno...me gustaría que lo fuera. No quiero otra cicatriz.
-¡Natural! ¿la asistirá una mujer verdad?.
-Soy su ginecólogo - dice Eduardo con una sonrisa.
-¡Qué! ¡Claro que no, mi mujer no se expondrá ante.......!
-¡Basta!
-No lo harás.
-¡Lo hare!
-¿Lo harás?
-Lo hará - afirma Eduardo.
-Bien.
-Bien.
-Ben - sigue Mia.
-Bien. Ahora sigamos con lo demás.
-No quiero que él te atienda más - es lo primero que dice cuando me subo al auto.
-¿Por qué? - digo lo más calmada que puedo
-Po favor...mira amor, tal vez no lo veas, pero el pretende algo más contigo.
-Es mi doctor Ethan. Deja los celos.
-¿Y si es mi caso? - lo miro confusa.
-¿Qué caso?
-El mío, si es que yo soy el que tengo que...mostrarle todo mi cuerpo a una mujer ¿me dejarías?.
Que ¡claro que no!, él es mío...es decir. Mierda él tiene razón.
-¿Lia¡ respóndeme.
-Nunca.
-Por favor, no dejes que él te atienda más - casi me suplica son sus ojos.
-No Mamá - habla Mia como si entendiera todo.
-De acuerdo. No lo veré más - sonríe.
-Entonces me encargaré de ver a la mejor ginecóloga del planeta. - sonrió. - Te amo .
-Yo te amo.
-Yo más - me besa suavemente en los labios, ya que a Mia le pone muy celosa esas cosas.
-Tengo la mañana libre.¿ Quieren ir a comer?.
-Papas.
Reímos - entonces papas serán hermosa.
-¿Podemos ir a comprar ropa para los bebes?
-Sabes que sí. Además recuerda que en unos días es el cumpleaños de Amy, por lo que le enviaremos el regalo.
-¿Has hablado con mi madrina?
-No - niego triste - pero me gustaría traerla acá, ya mismo se aproxima la hora del parto. Y la verdad es que la necesito mucho.
-Parece que los niños nacerán en España.
-Lo sé, pero en cuando podamos nos regresaremos a casa.
-¿De verdad?
- He hablado con el abuelo. Queremos empezar un proyecto en nuestro país.
-Eso signi....
-Que estaremos halla, me hare cargo. Siempre y cuando este junto a ti. - Sonrió - Pero antes de eso sería buena resolver los asuntos de mi empresa - susurro temerosa.
-Eso llevara tiempo amor. Pero lo resolveremos.
-No quiero que la cierren. Muchas personas perderán su trabajo.
-Haremos todo lo posible, para que eso no pase, y si eso pasa pues no nos quedar más que ser fuertes.
-Hay un punto entre la riqueza y la ambición, detesto tanto a esas personas que saben respetar lo que no es suyo y abusan de los más débiles.
-Lo dices por Santamaría y Segovia.
-Aunque no hay pruebas en su contra, sé que son ellos. No es por juzgarlos, pero solo su mirada refleja maldad y ellos son los que más al pendiente de la empresa están.
-Todo se resolverá
-Eso espero, y si no se resuelve por lo menos obtendremos justicia.
-Pagara por ello.
-Lo harán.
-¿Te gusta este? - señalo el pequeño mameluco de color blanco.
-Me gusta - afirma cargando a Mia en brazos
-Pooh - señala Mia al pequeño mameluco con la cara de un perro.
-Te gusta este princesa?
-Shi
-Es hermoso. Como tú - sostengo su nariz y sonríe.
-¿Entonces este también?- Señala la vendedora.
-Creo que si - hablo mientras mira el carro de compra casi lleno - Creo que eso será suficiente. - sonrió
-¿Segura?
-Segura - afirmo.
Sonrió cuando Ethan me deja una cucharada de helado en mi boca. - ¿Te gusta?
-Me encanta - sonrió coqueta.
-No me coquetees.
-¿Qué tal si compramos un bote de helado extra y jugamos un poco en casa? - digo picara.
Ya que tu ni siquiera me tocas. Casi hablo.
-No
-De igual manera compraré uno, me tocara jugar sola.
-Porque no entiendes que puedo hacerte daño.
-Aja, de seguro y me sacaras el útero - hablo cansada de ya tanto insistir.
-¡Basta Lia! Solo peleas por sexo - susurra en mi oído al darse cuenta que estamos en un lugar público.
-Igual jugare sola
-¡Lia!
-¿Qué?
-No te cansaras verdad.
-Nop.
-Luego de ver a la ginecóloga.
-Si claro.
-Lia, por favor. No me hagas esto, es difícil también para mí, sabes.
-Supongo.
-Bien, llegaremos a casa y hablaremos.
-Esta bien.
-Ahora dame un beso.
-No.
-Por favor hermosa.
-¿Qué gano yo? - vira los ojos.
-Una salida a cenar los dos.
-No me convences.
-Y si le añado una noche en un hotel.
-Eso si me convence - lo beso.
-Te amo - susurra en mis labios.
-Yo igual .
-Pero no tendremos sexo hasta que nazcan los niños - susurra antes de levantarse .
-¡Ethan!
-Iré por Mia - dice mientras se dirige al pequeño lugar para niños, donde le pintan la cara a Mia.
-Maldición.
-¿Señor?
-Dime Javier.
-Dos carros nos siguen.
-Ponte en contacto con nuestros hombres.
Entonces todo pasa entre flashes, de un momento a otro. Dos carros nos arrinconan mientras otros nos siguen desde atrás y Javier se comunica con los demás agentes.
-¿Qué está pasando? - tiemblo.
Entonces las ventanas de ellos se abren y algunas pistolas nos apuntan, antes de que uno de los autos nos corche el paso de inmediato y frenemos de golpe.
-¿Mamá?
-Ethan ¿qué está pasando?
Entonces de la camioneta grande sale Bárbara con una risa y una especie de metralleta en la mano.
-¡Me extrañaste perra! - grita desde lejos Entonces mi corazón se detiene por completo.
Hablan entre ellos y no sé lo que pasa sino antes de que nuestras puertas sean abiertas con brusquedad y me jalen donde ellos, ocasionando que me caiga al pavimento y mis rodillas sangren.
-¡Déjenla!
-¡Mamá!
-¡Mia! - grito, pero parece que con ella nadie se va a meter, pero cuando Sacan a Ethan también empiezo a desesperarme y más cuando golpean a Javier, dejándolo inconsciente, ya que a más de eso su ventana ha sido rota para desactivar los seguros del auto.
-Dejen a la bastarda esa - señala a Mia y yo quiero golpearla al ver como se refiere a mi hija.
-Tráiganla
-¡Suéltala!
-Mira lo que voy hacer con tus hijos Ethan. Mira como acabaré con ellos.
-Babara , por favor suéltala.
-Debes pagar por lo que me has hecho.
-El no te hizo nada.
-¡Por su culpa no podré tener hijos! Me vacío por completo y mato a mi hijo.
-Nisiquiera eres capaz de querer a los niños. No actúes hecha la víctima - escupo.
-La quiero de rodillas.
Entonces me jalan con ellos y me arrodillan donde ella. Me humillan sin siquiera poder defenderme..
-Decide ¿Ella o ellos? - me apunta con una pistola más pequeña. - Maldita, no puedo creer que vayas a darle dos hijo, pero eso está por verse. No sabes cómo odio saber eso en tu expediente médico y más cuando me entere que eran dos hombres.
-Decide Ethan.
-Mátame a mí. No ha ellos.
-Aun te falta por sufrir maldito. No te preocupes para ti, tengo algo mejor.
-Babara por favor. Recapacita.
-¡DECIDE!
Entonces una especie de tiroteos se avecina, y lo único que puedo hacer es correr para salvar a mi hija, sin siquiera preocuparme por si estoy herida o no.
Veo a los guardaespaldas de Ethan, llevársela de ahí y cuando reacciono me doy cuenta que el lugar es una cadena de muerte. Hay sangre por doquier, y varios cuerpo peleando unos a otros, Ethan se encuentra golpeando a uno de los acompañantes de Bárbara y ella me mira con un odio enorme y apunta hacia mí, entonces intento reaccionar, pero nada llega a mí. Esa mirada la misma de Mickael, la misma de odio y de muerte, el mismo frio y el mismo dolor.
Entonces dispara y en cámara lenta, puedo ver el proyectil acercándose a mí y antes de que pueda hacer algo caigo al piso, pero un cuerpo sostiene con cuidad el mío y cuando la sangre se expande me asusto más, pero cuando reacciono me doy cuenta que mi cuerpo está bien, y que el que sangra es Ethan. Tiene una herida de bala en su espalda, para ser exactos más abajo del hombro. Pero cuando miro el piso no solo hay sangre, sino que también una sustancia transparente se esparce a mis pies, entonces me doy cuenta de lo que sucede.
-Ya vienen - meciona Ethan antes de caer inconsciente a lado mio.