Tiffania:
A todos se les había olvidado mi cumpleaños, menos a mi madre que me había llamado desde muy temprano para felicitarme.
Estaba furiosa, Tessa se había ido temprano hoy y Rubén ''tenía cosas más importantes que hacer'', ¿Para quién mierda es importante cortarse el cabello?
Lanita y Luzu me enviaron un mensaje, igual que Willy y Samuel, pero ni rastros de Eva, Alex y Mangel. Putos de mierda.
Sergio me había invitado a una tarde de entretención, según él, que consistía en ir al parque de entretenciones y llenarnos de comida chatarra. Pero le dije que quizá Rubén quería hacer planes conmigo y lo dejamos para otro día. ¡A la mierda!, al putón no se le ocurrió otra cosa que justamente hoy ir a cortarse el cabello.
Bien, como sea. Fui al trabajo como todos los días y dudé en ir o no a casa de mamá, pero no quise dar lastima. Fui a la biblioteca a dejar el libro que había pedido para terminar el segundo informe que hacía, y tomé un taxi hasta el hospital.
No fui con la intención de ver a Astrid, si no a preguntar por su estado de salud. Por lo que tenía entendido no tenía a nadie aquí en Madrid, y me daba un poco de lástima.
La recepcionista me comentó que seguía igual que los otros días y que no había avance. Eso no me dejo tranquila, pero que se le va a hacer. Salí del recinto acomodándome el abrigo verde que traía, se estaba haciendo tarde y quería volver a casa a jugar vídeo juegos un rato.
Recibí un mensaje en cuanto pisé la acera, era el mismo número desconocido que me ha estado enviando mensajes todos estos días.
Ya que estás ahí, consígue una habitación. Feliz cumpleaños.
No entendí que quiso decir y guardé el móvil de nuevo. Pero rápidamente me llegó otro mensaje, esta vez de otro número.
Tiff, no creas que se me ha olvidado tu cumpleaños, te espero en la calle Mayor Eras para comer. Rubius.
PD: Se me ha estropeado el móvil.
Una sonrisa estúpida apareció en mi cara y el enojo que tenía hace un momento hacia él desapareció. Tomé el bus hacia la dirección que me envió, ya que quedaba un poco más lejos y en taxi me saldría un ojo de la cara, y me puse los audífonos mirando por la ventana.
Bajé en un paradero vacío y lo busqué con la mirada, pero ni se divisaba.
Más a lo lejos oí ruido y un poco de música.Caminé hacia allá esperanzada con que haya sido una fiesta para mí, y eso explicaría la repentina desaparición de todos, pero cuando llegué ahí solo se trataba de personas con trajes celebrando un bautizo.
Volví a pasos lentos hacia el paradero de buses algo molesta. ¿Me habría equivocado de dirección?. Me acerqué hacia un letrero con el nombre de la calle. Estaba bien, aquí era. ¿Se habrá perdido?
Cada vez se comenzaba a poner mas frío y la oscuridad me estaba dando miedo. Aunque la noche estaba extrañamente calmada y tranquila.
Sentí una bocina sonar a lo lejos y no cesaba, arrugé la frente y me acerqué al coche pensando que se trataba de mi novio. No fue así.
El coche echó a andar y el sonido de las ruedas sonar contra el asfalto me molestó en los oídos. Pensé que se trataba de algún invitado a la fiesta que vi aquí cerca, pero estaba equivocada. Era la misma chica de lentes que se acercaba a mí a toda velocidad en un coche negro.
No supe reaccionar, sino hasta cuando sentí una punzada de dolor en toda mi espalda.
Luego de eso, todo lo vi negro y perdí la conciencia.