Uchiha Sasuke. Él es mi jefe y siempre hemos ido a la misma escuela, universidad, colegio o guardería. ¿Por qué tanta casualidad? Mis padres son muy amigos de los suyos y quieren que nos llevemos igual. No sé porqué lo quieren pero seguro que no pararán hasta conseguirlo.
Mi jefe es un estúpido, un idiota pervertido. Mejores palabras: un bueno para nada. Es el mayor mujeriego que he conocido o visto en mi vida. Y eso que soy amiga del gran Uzukami Naruto... Aunque ahora está casado con Hyuga Hinata, de lo cual me alegro un montón.
Trabajo como secretaria para ese estúpido. No sé como quieren que me lleve bien con él si sólo es un idiota engreído. Puede ser muy guapo, tener un cuerpo de primera pero sólo es eso, una cara bonita. Aunque si os digo la verdad me enamoré de esa cara bonita.
Nadie decide cuándo ni de quién enamorarse. Y siempre nos enamoramos de la peor persona en el mundo.
Estaba viendo las citas del "señor" y estaba repleto de nombres de mujeres. Haruno Sakura, Karin, Amano, Kira... Todas "víctimas" del lobo.
─Señorita Kumichaki. ─Me llamó el idiota poniendo una pose sexy.
─ ¿Qué desea señor? ─Odio tener que tratarle así pero amo la cantidad de dinero que gano al igual que mi trabajo. Bendigo a la señora Mikoto por esto.
─Cancela la cena con mi familia, estaré ocupado. ─Sólo asentí acompañado de un agradable "sí señor" y se fue de mi vista.
Estuve revolviendo algunos papeles y vi una carta.
─Para Uchiha Sasuke, de Haruno Sakura. ─Solté un suspiro. Haruno Sakura es una empresaria de modelos muy importante, tiene una revista y conoce a un montón de empresas de moda. No me puedo creer que alguien tan importante y popular sea tan idiota.
Me paré delante de la puerta y empecé a escuchar gemidos. Esto me rompía el corazón ya que estaba enamorada de él pero lo mejor que debía hacer era callar y soportar.
─ ¡Sasukiiiii! ─Ésta es Karin, es a la única que deja que le llame Sasuki aparte de mí, siendo su amiga de la infancia.
─Cállate y disfruta. ─Vale, la voz ronca de Sasuke era jodidamente sexy.
Me puse tan colorada como un tomate, dejé la carta en el suelo y me fui a mi puesto.
No me podía sacar de mi mente a Sasuke. ¿Qué mierda hago si un día se entera de esto que siento? No quiero que me use como a una de sus plásticas muñecas, aunque Haruno no puede ser plástica ya que ahí no existe nada.
Karin salió vestida y seguida de Sasuke. Me miró. ─Nos vemos Akane. ─Simplemente asentí con la cabeza y me puse ha hacer un documento en el ordenador. Karin se paró antes irse y la miré de reojo. Se estaba besando con el azabache.
Se separaron y Karin su fue gritando un "¡Nos vemos Sasuki~!", yo continué con lo mío.
Un cuerpo se puso detrás mía y unas manos a cada lado de mi cuerpo. ─ ¿Qué haces? ─ Me susurró de forma seductora en el oído.
Se me erizó la piel pero lo supe disimular. ─Nada importante, solamente papeleo y documentos. O arreglar citas que el señorito cancela por follar. ─Oí una pequeña risa de su parte. Me agarró de las manos y paré de escribir. ─ ¿Qué quiere jefe?
─A ti. ─Me sonrojé aunque no lo notó, creo. Solté un pesado suspiro y lo miré seria. ─ ¿Pasa algo?
─Sí.
─ ¿Cuál es el problema? ─Estaba demasiado cerca mía.
─Tú eres el problema. ─Aunque me moría por dentro me sostuve seria.
─Vale, vale, se me olvidó que mi secretaria es una aburrida. ─Se alejó de mí, cosa que agradecí mentalmente.
─No soy una aburrida, lo que ocurre es que no pienso tener sexo con mi jefe. ─Me miró con una sonrisa.
─ ¿Y si soy Sasuke? ─ Suspiré. Así desde los quince o dieciséis años, justo cuando empezó a ser un mujeriego.
─No me quiero acostar con un playboy de mierda, lo siento. ─Terminé el documento y se lo mandé a Hanji, otra presa de Sasuke, para que lo terminara todo.
─Eres cruel Akane. ─Se acercó a mi oído. ─Pero acabarás en mi cama. ─Me quedé estupefacta ante sus palabras.
─ ... ─ No dije nada, si no me podrían despedir y es lo último que deseaba.
Le podría denunciar por acoso sexual pero no lo hago por su madre y, aunque no quiera, es mi amigo.
─Voy a tomar un café si preguntan por mí. ─Lo miré incrédula. ─ ¿Qué?
─ ¿Es que no te cansas de follar o qué? ─ Es íncreíble que nunca se cansara de estar siempre así, no había día que no lo hiciera. Con una extraña o no. Casi lo hace con su prima, pero Itachi y yo los pillamos semidesnudos en mi cama.
─El deporte sólo cansa a la gente que no lo practica.
─Eso no es deporte, es satisfacción. ─Aclaré. Él me enseñó esto, me obligó a tomar unas clases a las que denominaba "clases sexuales". Si os lo preguntáis sí, lo hicimos. Pero para Sasuke fue como cualquier otra noche de lujuria.
─Aprendiste bien, eres mi mejor alumna. ─Puse los ojos en blanco y me puse de pie. ─ ¿A dónde vas? ─ Sonaba celoso.
─Con Kiba, ¿no te lo he dicho? Tenemos una aventura. ─Dije sarcásticamente.
─Lo mato. ─No pude evitar soltar una carcajada.
─Tranquilo Uchiha, era broma. ─Soltó un suspiro aliviado. ─ ¿Por qué ese suspiro? ─Comenté burlona. Yo también sé jugar Uchiha.
─Sólo me perteneces a mí, ¿o lo ha olvidado, señorita Kumichaki? ─Como se nota que es un pervertido de mierda.
─No le pertenezco ni a usted ni a nadie señor Uchiha. ─Entré a su oficina y cerré la puerta.
Oí como el ascensor venía. Luego se fue. <<Gracias a Dios que ya se ha ido>>
Dejé la carta que estaba en su puerta y me fui a mi puesto.
Cuando estaba sentada el teléfono empezó a sonar.
─Oficina del señor Uchiha, dígame.
─Akane, no voy a volver a la oficina.
─ ¿Señor Uchiha?
─Sí.
─ ¿Dónde se encuentra? ─ <<Que yo sepa dijo que iba a "visitar" a una amiga>>.
─En el hotel de delante de mi casa, voy a estar muy ocupado así que no voy a volver. ─Este tío es increíble. ¿Nunca se cansa de lo mismo? ¿En serio?
─ ¿Quiere que le lleve las cosas a su habitación? ─No me queda otra, no puedo hacer que mi jefe lo haga todo en un día y tener que aguantarle más de lo debido.
─Por favor, muchas gracias Akane. ─Solté un suspiro.
─No es nada señor Uchiha. ─Colgué. ─Casi siempre lo mismo, ¿no puedo tener un jefe normal?
─ ¿Cómo yo, Akane-chan? ─Miré sorprendida a donde provenía esa voz.
─ ¡N-Naruto-san! ─Me levanté rápidamente e hice una reverencia. ─ ¿Qué hace aquí señor?
─Te lo he dicho muchas veces, no me trates de usted. ─Me sonrió, este hombre es distinto. Ojalá tuviera la suerte de Hina-chan. ─ ¿Y Sasuke? ─Suspiré pesadamente y éste supo enseguido el porqué. ─ ¿Otra vez?
─Otra vez, y hoy es peor, ¡no vuelve en todo el día! ─Recalqué incrédula. Naruto se rió por la forma en que lo dije.
─Bueno, ya sabes como es ese idiota. ─Los dos nos reímos. ─Pero por suerte tiene a alguien a su lado que le hace ser un buen jefe. ─Me sonrió otra vez, sus sonrisas son muy puras.
─ ¿Quién? ─ ¿Sasuke? ¿Tiene a alguien a su lado para ser un buen qué?
─A ti Akane-chan. ─Me sonrojé mientras abría los ojos como platos.
─Y-yo no hago que Sasuke haga bien su trabajo. ─Miré a otro lado.
─Oh, eso es lo que tú crees. ─Me despeinó el pelo. Con lo que me había costado que no se me alborotara... ─Debo volver al trabajo, o Hina-chan me matará y me dejará sin la saña para cenar. ─Solté una pequeña risa.
Nos despedimos y se fue. Me volví a quedar sola, y lo peor es que no tenía nada que hacer. Odio estar quieta sin poder entretenerne.
Me senté en la silla y me acordé de lo que me pidió Sasuke. Tendría que ir preparando las cosas.
Entré en su oficina y cogí todas las cosas que necesitaría. Miré el escritorio y vi la carta. ─ ¿Debería dársela? ─No me lo pensé dos veces y la guardé en la carpeta.
Al terminar ya había acabado mi jornada laboral. Era de noche, como siempre.
Me puse mi blanco abrigo y, por fin, mis cómodas y amadas converse. Siempre que voy al trabajo las llevo en una bolsa, ya que tengo que llevar tacones.
Empecé a caminar hasta llegar al hotel. Acabé destrozada, ¿que por qué no tomé ningún taxi? Porque la última vez que lo tomé casi me secuestran, pero Sasuke me salvó.
Entré al gran hotel, cada vez que lo veía más me gustaba. Era gigante y elegante. Fui a recepción. Una chica, tch, molesto.
─Oiga. ─La chica me miró.
─ ¿Qué desea? ─Esa sonrisa se le va a borrar cuando le diga lo de Sasuke.
─ ¿En que habitación se hospeda Uchiha Sasuke? ─Me miró celosa. Lo sabía.
─ ¿Quién eres tú? ¿Y qué eres del señor Uchiha? ─Sonaba enfadada. Odio a este tipo de chica. Ven que es guapo y se "enamoran" de él.
─Su mejor amiga, ¿y tú cerda de alcantarilla? ─La miré desafiante.
─ ¿¡Cómo?! ─Gritó.
─Disculpe, ¿le está causando algún problema mi compañera? ─Habló una señora con pelo grisaceo. <<Gracias a Dios, una chica normal>>
─Me ha tratado de a saber qué, a parte de que ha gritado a un cliente. ─Le dije indignada.
─ ¡Pero es que es amiga de Sasuke! ¡Y quería verle! ─ <<Yo que tú me callaba>>
─ ¡Ya te lo he dicho miles de veces! ¡Deja de tratar mal a las clientas! ¡A la próxima queja estás de patitas en la calle! ─La mujer me miró y se disculpó.
─No pasa nada, ¿puedo saber su habitación?
─Claro, la quinientos uno, siento lo de esta chica, es nueva y ya sabes... ─Ella ya me conocía, como muchos de aquí. Todos saben porqué vengo aquí y que este es el picadero de ese idiota.
─No pasa nada, en serio. Adiós. ─Me despedí y cogí el ascensor.
Planta cinco, pulsé el botón y el ascensor se elevó. Al llegar la habitación estaba delante mía. Que práctico.
Llamé a la puerta dos veces. ─Voy, Karin. ─Con que la siguiente es Karin. <<Dos veces en un día, pervertido>>
Abrió la puerta y no pude evitar sonrojarme. Estaba mojado y lo único que le tapaba era una toalla en la cintura.
Giré mi cabeza avergonzada.
─ ¿Qué haces aquí Akane? ─Me preguntó con su típico tono frío y desinteresado. Sólo a mí o a su familia nos trata así, a esas asquerosas de pacotilla las trata como damiselas, aunque de damiselas no tienen nada.
─Tus cosas, más te vale que todo esté acabado mañana, no quiero volver a tener una bronca por tu culpa. ─Le extendí la bolsa con todo y me di la vuelta. ─Nos vemos.
Empecé a caminar. ─Akane. ─Paré pero no me giré a verlo. ─Gracias. ─Abrí los ojos como si fuera un búho. Es la primera vez que me dice gracias sinceramente. ─Perdona que por mi culpa te echen la bronca. ─Lo miré de reojo y mi sorpresa aumentó. Estaba mirándome arrepentido.
─No pasa nada, eso es lo que demuestra que eres Uchiha Sasuke, mi estúpido jefe y mejor amigo de la infancia. ─Los puestos cambiaron, ahora él era el sorprendido. Me giré y le sonreí cerrando los ojos y enseñándole mi dentadura. ─Nos vemos mañana Sasuke. ─ Fui al ascensor.
Cuando iba a pulsar el botón las puertas se abrieron. Me quedé en shock. ─Haruno... Sakura. ─¿Sasuke ha quedado con ella?
Miré su ropa. ─ ¿Para que te pones eso si estas casi desnuda? ─La observé vacilona y ésta a mí con odio. ─Nos vemos, putita-san.
─ ¡Akane! ─ Me regañó Sasuke.
─Ups, perdona, mis modales. ─La asesiné con la mirada. ─Te debería haber dicho tabla-chan. ─La empujé para fuera del ascensor y entré. Pulsé el botón y las puertas se cerraron.
Caminé afuera para ir a mi casa. ¿Adivinad qué? Vivo al lado que ese idiota. ¿Guay, verdad? Somos vecinos, ¡yupi! Nótese el sarcasmo por favor.
Cuando abrí la puerta de casa un peso gigante me tiró al suelo y empezó a lamerme la cara.
─Rex... Oye, Rex. ─Me estaba partiendo de la risa gracias a las cosquillas que me hacía.
Rex es mi perro, es un pastor alemán hermoso. Regalo del Uchiha, uno de los dos regalos que más me gustan. El otro fue, bueno... cómo decirlo, mi primer beso.
Rex me dejó de lamer la cara y se fue a la cocina. Ya veo el qué quiere.
─Ahora le doy a su majestad la comida. ─Lo acaricié y le puse sus cuencos de comida y agua encima de una toalla, para que no manche el suelo.
Llamarón a la puerta, miré la hora y era muy tarde. ─ ¡Voy! ─Rex vino conmigo para protegerme y yo fui con un bate en la espalda. Al abrir la puerta me sorprendí. ─ ¿Qué haces aquí?
─ ¿No te puedo venir a visitar?
─ ¿Qué quieres? Que sepas que no te voy a dar dinero, Sasuke. ─Es muy raro que venga aquí.
─ ¿Crees que vendría a visitarte sólo para sacarte dinero?
─Sí. ─No me lo pensé dos veces.
─He venido para hablar contigo de algo importante. ─Su voz cambió a una seria.
─Entonces, pasa. ─Hice espacio y noté que Rex se fue a dormir.
Cuando pasó cerré la puerta, se quitó los zapatos y fuimos al salón. Me senté en el sofá de tres plazas. Sasuke a mi lado, muy cerca mío.
─ ¿Qué es eso tan importante que me ibas a decir? ─Le miré y luego a la tele. Las noticias.
Cogí el mando y empecé a hacer zapping. Sasuke me quitó el mando y apagó la tele. Le miré enfadada. ─ ¿Eres tonto o qué? Quiero ver la tele mientras me hechas la bronca.
─Akane, esto no es una bronca, quiero saber lo que te pasa, ¿por qué siempre tratas mal a las chicas con las que tengo algo? ─Me miraba demasiado.
─ ¿Que por qué me dices? ¿Cómo quieres que diga algo tan vergonzoso? ─Agaché la mirada hasta ver el sofá.
─Dímelo.
─ ¿Por qué debería hacerlo? ─Pregunté desafiante.
─No estoy para juegos, dilo o sino- ─No terminó ya que lo corté.
─ ¿O si no qué? ¿Me despedirás? Haz lo que quieras. ─Mi mirada desafiante se transformó en una de ira.
─No haré eso. ─Se acercó un poco a mí.
─ ¿Entonces el qu- ─No pude terminar porque unos labios me callaron.
Sasuke me está besando.
No cerré los ojos, pero él sí.
Cuando se separó me miró. Había un poco de color carmesí en sus mejillas, sin embargo yo estaba sonrojada hasta las orejas. ─ ¿Por qué... lo has hecho? ─Casi ni podía hablar.
─Lo haré hasta que no me digas el porqué. ─Me volvió a besar sin dejarme responder. Se volvió a separar.
─Para de una vez. ─No quiero seguir así.
─ ¿Que pare el qué?
─ ... ─ No respondí. Me volvió a besar. Todos los besos estaban llenos de cariño y ternura.
Cuando se separó me volvió a mirar. ─ ¿Qué quieres que pare?
─ ¡Deja de enamorarme de una maldita vez! ─Me miró sorprendido. Cuando me di cuenta me tapé la boca.
Me levanté con la cabeza gacha. ─Me voy a dormir, si quieres quédate aquí. ─Me fui a mi cuarto corriendo.
Al cerrar la puerta me apoyé en ésta y me deslicé para acabar sentada en el frío suelo de mi habitación. ─Mierda. ─Susurré.
La acabo de cagar. Acabo de decirlo lo que siento, ¡soy una idiota!
Me levanté del suelo y me tiré, literalmente, a la cama. No sé el porqué pero empecé a llorar.
No recuerdo en que momento me quedé dormida.
❀❀❀
Me desperté al notar unos brazos enredarse en mi cadera y llevarme hacia un cuerpo cálido. Abrí los ojos un poco y me di la vuelta. Miré a la persona que me estaba abrazando. ─ ¿Sasuke? ─Pregunté mientras me restregaba los ojos.
─Perdona, ¿te he despertado? ─Sólo negué con la cabeza.
─No pasa nada, ¿qué hora es?
─Las tres de la mañana. ─Lo miré sorprendida. Él estaba totalmente serio.
─ ¿Y qué haces en mi cuarto a las tres de la mañana?
─Quería estar abrazado a mi Akane. ─Noté como comenzaba a ruborizarme.
─ ¿¡Qué?! ¡D-deja de decir idioteces! ─Intenté soltarme pero no podía.
─No dejes de abrazarme. ─Me apegó más a él. No me creía lo que ocurría. Esto... esto tenía que ser un sueño.
─ ¿Qué te pasa? ¿Has bebido?
─No, solamente he estado pensando.
─ ¿Eh? ¿A qué te refieres?
─Lo que me has dicho antes... Lo he estado pensando. ─ <<Mierda, aquí viene el rechazo>>
─ ¿Y qué has pensado?
─Que- ─Dejó de hablar y me miró con mucho cariño. ─Es mejor demostrarlo.
No me dejó terminar y me besó. Este beso era el más bonito de todos. Lleno de cariño.
Cuando se separó me acarició la mejilla y me sonrió. Yo estaba demasiado sorprendida como para hacer nada. ─ ¿Y eso que quiere decir?
─Que ahora eres la señora de Sasuke Uchiha. ─Juntó nuestras frentes. Su mirada. Esa sonrisa. Es lo que siempre quise ver.
─Sasuke... ─No pude evitar llorar.
─Oye, oye, no llores, ¿qué pasa? ─Su tono no era frío o serio, era tan cálido como antiguamente, como si el Sasuke del que me enamoré hubiese vuelto.
─Es que... siempre qui-quise que esto pasara, no puedo evitar llorar. ─Me sonrió y me volvió a besar. No pensé ni dos veces para corresponderle.
❀❀❀
─ ¡Que bonito! ─Gritó Sarada.
─ ¿Has visto que romántico tu padre Sarada? ─La miré con una sonrisa.
─ ¡Ya estoy en casa!
─ ¡Bienvenido papá! ─Sarada le abrazó.
─Bienvenido a casa, Sasuke. ─Lo abracé. Éste me besó la frente.
─Ya he llegado, Akane.
─Papá, ¡mamá me ha contado cómo os hicisteis novios! ─Sí, Sarada es nuestra hija.
─Papá siempre quiso mucho a mamá y cuando se le declaró empezaron su vida juntos, hasta que una tercera personita apareció, se llama Sarada Uchiha.
Mi nombre es Akane Uchiha. Estoy casada con mi jefe y padre de mi hermosa niña.