⌜Miketsukami Soushi⌟

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Todo el mundo es igual, se hablan por no estar solos y no saben apreciar lo que es una verdadera amistad. Van llamando amigos a la gente que conoce en un día. Pero cuando algo pasa luego se van sin dar ni un suspiro.

A mí siempre me ha pasado lo mismo, cada vez que conseguía estar bien con alguien terminaba llorando sola encerrada en un baño con unas ganas grandiosas de desaparecer como lo hacen las manchas. Por que eso es lo que soy, y quien diga lo contrario lo dice por pena.

Todavía recuerdo como mi "mejor amiga" de la infancia se tuvo que ir a otra ciudad por el trabajo de sus padres y el tema del dinero, me dijo la típica frase de "no te preocupes, nosotras ya quedaremos para vernos"  y de todas las veces que ha estado aquí no me dijo nunca nada. Y cuando me hacían bulling entre toda la clase no decía nada, si no que me dejaba entre la cruz y espada sola.

Un día, harta de todo el mundo, decidí irme. Me puse en mitad de la carretera mientras que la fría lluvia caía al igual que mis lágrimas. Para no pensar en el dolor que sufriría al ser arrollada lo que hice fue ponerme música y concentrarme en la canción de "Hello" de Adele. Justamente el reproductor de música escogió esa canción para este momento exacto.

Pero cuando un coche estaba apunto de llevarme a la otra acera unos cálidos brazos me acogieron entre ellos, "salvándome" la vida. Cuando me di cuenta vi unos bellos cabellos blancos y unos hermosos ojos de distinto color: uno azul y otro amarillo. Y el portador de aquellas cosas tenía una encantadora sonrisa. ─ ¿Está bien, Ojou-sama?  ─Me preguntó con voz suave, aunque es lo último que recuerdo que pasó ya que me desmayé.

Al día siguiente me desperté con fiebre, el estar sin nada cubriéndome bajo la lluvia no me hizo bien -aunque me lo esperaba-. Y pasó algo extraño, el hombre que me acogió entre sus brazos me tenía agarrada de la mano mientras me sonreía con cariño. ─ ¿Por qué me salvaste? ─Le pregunté con la voz ronca, rompiendo el nudo que por años había callado (o intentado callar).

Pero lo que me respondió fue lo que más me sorprendió. ─Porque estabas en busca de una mano que te ayudase a no caer al vacío, ¿verdad?

Lo único que hice fue preguntarle su nombre, "Miketsukami Soushi, a partir de ahora no te dejaré sola" dijo. Y yo aposté a que dentro de nada acabaría yéndose a otro sitio como todos, él dijo que no. Y hasta hoy no me ha dejado, me ha apoyado en todos los momentos que lo he necesitado. Por lo que acabé cayendo en el horrible juego del amor con él.

─Dime, ¿por qué nunca he conocido a tus padres? ─Me preguntó mientras se sentaba a mi lado, sin quitarme el ojo de encima.

Abracé mis piernas. ─Mi padre está en el otro lado del mundo, o eso creo ya que nunca lo conocí. Sólo sé que existe porque si no, no estaría aquí. Y mi madre... ─Noté otra vez ese asqueroso nudo en la garganta. ─Ella hizo lo mismo que yo iba a hacer, su cuerda de soporte se rompió y...

Estaba a punto de llorar pero Miketsukami me abrazó mientras me acariciaba la cabeza. ─Llora si lo necesitas, no te lo guardes todo para ti sola. ─Y caí en llanto.

─En serio odio a la gente como tú... ¡Maldición! ─Dije avergonzada apretándole contra mí, de verdad necesitaba a aquel idiota.

Me besó la cabeza. ─Y yo amo a la gente como tú. ─Me repitió, abrazándome más fuerte. ─Por eso mismo pienso cuidarte toda la vida.

─Veo que tu promesa todavía no ha cambiado. ─Le digo mientras me abraza por atrás.

Noto que sonríe, mientras suelta un carcajada. ─Por eso mismo me he casado contigo, ¿no crees?

Me llamo Ayumi Miketsukami y estoy casada con la única persona que nunca me abandonó, ni en los buenos ni en los malos momentos.

One-shot(Chicos anime)Where stories live. Discover now