Los Venatores
[NARRADOR]
Los días pasaron con mediana normalidad, dos semanas para ser exactos. La manada, los cazadores y la policía intentaban encontrar al culpable de semejante espectáculo macabro que se había montado en aquél edificio a las afueras de Beacon Hills.
Stiles había tenido una fuerte pelea con Scott, ya que este acusaba a su hermano de haber sido el asesino, y por más que este lo negaba y demostraba que no mentía, el alfa de rasgos latinos incluso le había denunciado a la policía. Darren tuvo que pasar una semana encerrado, de hecho acababa de salir.
El humano de los ojos miel había ido para sacar a su hermano de la celda, había puesto el grito en el cielo junto con su padre hasta que el oficial del FBI encargado de que se mantuviera al mayor allí había cedido a hacerle un interrogatorio con la máquina al mayor. Y no, tampoco demostró ningún tipo de culpabilidad para mantener encerrado al alfa.
- Lamento todo lo que pasó -Le había dicho Stiles una vez que llegaron a su departamento.
- ¡Sabes que amo los interrogatorios! Aunque es más divertido cuando yo torturo a alguien para que me de respuestas.
- Sigue haciendo comentarios como esos y hago que vuelvan a enviarte a la celda.
- Perdón, me porto bien.
Stiles negó con la cabeza mientras sonreía, definitivamente su hermano iba a provocarle una buena migraña uno de esos días. Y si, ya lo llamaba hermano, no más medio hermano ni nada, solo dos hermanos de misma madre pero diferente apellido y especie.
Stiles había comenzado a preparar la cena mientras el alfa jugaba con su hijo en la sala. Intentando que el niño caminara.
- Tiene cinco meses, idiota -Le había dicho Stiles.- No va a caminar.
- ¡Yo a esa edad ya caminaba! -Stiles rodó los ojos.- Espera... ¡Vuelve acá mocoso!
El ojimiel se dio la vuelta para ver a su hijo pasar gateando frente a la puerta de la cocina a gran velocidad, segundos después Darren llegó corriendo y lo levantó en el aire.
- ¡Lo atrapé!
Y Stiles se rió de tal forma que casi se ahoga con su propia saliva, con una familia así le iban a salir canas de color naranja fluorescente, porque las verdes ya pasaron de moda.
- Un día de estos vais a matarme -Se quejó el de cabellos castaños.- Sienta a Dylan de una vez, que la carne ya está lista.
El alfa, como si de eso dependiera su vida y la de su sobrino, corrió a la mesa, sentó al niño en la silla de bebés y se apresuró a colocar platos, vasos y cubiertos para los tres. Eso demostraba que al parecer Darren se estaba muriendo de hambre.
- ¿No te dieron de comer en la comisaría? -Preguntó Stiles entre risas mientras colocaba comida en el plato frente a su hermano.
- Ser el niño bastardo de la esposa del Sheriff no me da muy buena fama -Se quejó el alfa.- Pero bueno, seguramente mis antecedentes también afectaron en algo.
Stiles se sintió mal por Darren, Beacon Hills podía ser un lugar tranquilo y pacífico, con personas a las cuales daba gusto conocer. Pero era un lugar muy pequeño y cuando a la gente se le metía algo en la cabeza era imposible sacárselos de la mente. Por eso Stiles siempre había sido el buen hijo del Sheriff que en los días de lluvia salía a cazar ranas con su mejor amigo Scott, y Darren siempre había sido el hijo supuestamente no deseado de Claudia Stilinski, el cual se encargaba de jugarle bromas pesadas a cualquiera que se cruzara en su camino junto con los bravucones que solía tener como cómplices.
Con ese pensamiento en mente, Stiles se sentó a comer mientras también alimentaba al pequeño Dylan. Luego juntaron todo y mientras el ojimiel hacía dormir a su hijo, el alfa lavaba los platos.
- Estaba pensando... -Comenzó a hablar Darren.
- ¿Tú, pensando? -Stiles puso una expresión de sorpresa.- ¿A qué se debe ese milagro?
El joven humano rió mientras que su hermano mayor le dedicaba una mirada asesina.
- Ahora por hacerte el gracioso no te cuento una mierda -El mayor hizo un mohín.
- Vale, reina del drama. Lo siento -Se disculpó el menor.- ¿Me cuentas de una vez?
- Pensaba en empezar a trabajar en la comisaria. Ya sabes, conseguir trabajo y eso.
- Me parece buena idea -Admitió Stiles.- El ex-chico problematico regresa a su pueblo para limpiar su manchado... Que digo manchado, ENEGRECIDO nombre.
- ¿No puedes madurar de una vez? Me sorprende que alguien te dejara a un bebé.
- Mi nivel de madurez depende de la persona con la que esté -Dijo Stiles de forma muy filosófica.- En tu caso, creo que no llego ni al nivel uno.
Y Darren se rió, se carcajeó tan fuerte que tiró un vaso de vidrio al suelo y el ruido que este hizo al romperse despertó a Dylan. El cual ahora lloraba.
- Mierda -Dijeron ambos hermanos al mismo tiempo.
- ¿Ahora qué hacemos? -Preguntó Darren.
- Carga a Dylan, yo limpio toda esta mierda del suelo.
El alfa asintió y cogió a su sobrino, comenzando a intentar calmarlo mientras que Stiles sacaba la escoba y comenzaba a barrer los trozos de vidrio.
Pasaron un par de minutos hasta que Stiles escuchó que su hijo dejó de llorar. Luego de limpiar el vaso rotó decidió pecar de mal padre y hacerse un café mientras escuchaba como su hermano mayor perdía los estribos intentando calmar al niño.
- Eres un vago traidor -Se había quejado Darren una vez que logró dormir a Dylan y dejarlo en su cuna.- Y ese enano es un chillón.
- No hables así de mi hijo, idiota -Le reprendió el ojimiel.
- Tranquilo, hermanito -Darren le sacudió el cabello a su hermano menor.- Amo a mi sobrino, me recuerda a nosotros cuando eramos niños.
- ¿En serio?
- Si, es tan ruidoso como tú y con un poco de suerte será tan sexy como yo.
Stiles rodó los ojos, por un segundo había creído que su hermano mayor iba a abstenerse de hacer comentarios narcisistas o egocéntricos. Se equivocó horriblemente.
(...)
[STILES]
El día continuó tranquilo hasta que, nuevamente, tuve que reunirme con la manada. Y por consiguiente, reunirme con Scott.
Dejé a Dylan al cuidado de mi padre y mandé a Darren a que vigilara a sus amigos los cazadores junto con Peter, esa era una forma de mantenerlos lejos de los problemas y de paso evitar que esos idiotas armados intentaran algo en contra de las criaturas del pueblo.
Como siempre, la reunión fue en la veterinaria de Deaton. Al llegar busqué con la mirada a Derek, él estaba en la otra punta del lugar hablando con Liam y Malia. Quise ir junto a ellos, pero Scott se interpuso.
- ¿Y tu hermano? -Preguntó el alfa de rasgos latinos.- Me enteré que lo sacaste de la carcel.
- Él no debía estar allí, no hizo nada.
- ¿Cómo lo sabes?
- Primero: estaba con él cuando encontramos el cuerpo -Comencé a enumerar.- Segundo: él no mataría a un cazador, siendo un lobo solo es suicidio -Le recordé lo obvio.- Y tercero: no tienes pruebas.
- Stiles, ponte de nuestro lado -Lydia se metió en la conversación.- Ese chico Darren no es muy...
- ¿No es muy qué? -La interrumpí.- ¿Acaso ibas a decir confiable? Porque te recuerdo que hemos confiado en gente peor.
Todos se miraron entre ellos, era obvio que yo tenía razón. Hemos confiado en personas que no eran nada dignas de confianza, incluyendo a varios miembros de la manada.
Scott iba a volver a hablar, pero Derek finalmente dio su opinión.
- Dejen de meterse en donde no les incumbe -Dijo, más bien ordenó, Derek.- Si Stiles dice que no es una amenaza, entonces no lo es.
Todos se quedaron en silencio y cabizbajos, miré a Derek y le sonreí. El silencio fue incómodo hasta que Deaton regresó la conversación a su núcleo principal, el asunto del cazador muerto.
- Al parecer el cazador no era muy querido por aquí -Nos aclaró el Druida.- Era miembro de los venatores.
Todos nos miramos los unos a los otros, ya que nadie parecía saber de quién nos estaba hablando Deaton.
NOTA DE LA AUTORA:
Como soy muy mala persona lo dejo hasta acá, en realidad es porque me está quedando un poco más largo de lo normal y si no lo corto acá no lo corto nunca más.
En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.