Rubén:
El pánico me invade al ver la casa de Tiff, ahora mismo no puedo pensar bien y apenas puedo controlar mi respiración. Dios, estoy muy nervioso y eso que solo conoceré a su madre, no me quiero ni imaginar que sucederá cuando me toque ver al padre.
Es extraño que este mil veces más nervioso por conocer a la madre de Tiff, que todas las veces que tuve que dar la cara frente a miles de personas.
Miré a Tiffa a mi lado, sus ojos se encuentran con los míos un instante antes de volverse hacia la puerta de su casa. Su madre está en casa, lo sé porque de la chimenea se distingue un poco de humo. Tiff me apretó la mano mientras dábamos pasos lentos hacia la entrada, sabía que estaba nervioso y se estaba divirtiendo de verme así.
-Sé que quieres correr - se burló
-No, no pienso ir a ninguna parte - mentí.
-Bien hecho - me alaba mientras toca el timbre
Me comencé a desesperar. Tenía una imagen algo extraña de la madre de Tiff, me la imagino muy elegante queriendo echarme a patadas y pidiendo que me alejara de su hija. Lo pienso porque Tiff no parece ser la clase de chica con la que solía salir antiguamente, ni yo creo estar a la altura de una chica como ella.
El corazón se me aceleró a mil por hora cuando escucho pasos acercarse hacia la entrada. Y como era previsible, alguien abre la puerta.
Una mujer un poco más baja que Tiffa apareció tras el marco de la puerta. Su cabello es largo y rojizo, sus ojos claros y traía un suéter blanco.
-¡Mamá! - soltó Tiff para luego abrazar a la mujer
Su madre sonrió feliz de verla y le abrazo más fuerte.
-Hasta que te dignas visitarme - le dijo
-Perdón mamá, ya te contaré luego
Una vez se separaron la mujer me observó, mierda estaba nervioso.
- Y este chico tan guapo, ¿Quién es? - me sonrió.
-Un gusto conocerla, soy Rubén, el novio de Tiff.. - sonreí nervioso
Me miró sorprendida, luego a Tiffa que asintió, y volvió a mirarme. Abrió mucho los ojos y para mi alivio sonrió y me abrazó tiernamente. Ya sé de quien sacó Tiffa su sonrisa tierna.
-El gusto es totalmente mío Rubén - sonrió ampliamente - estoy muy feliz de conocerte
De repente los nervios se esfumaron, vi a Tiff atrás de su madre haciéndome un gesto de ''bien hecho''. Todo salió bien.
(...)
Tiffania:
Aun me río internamente de la cara de Rubén antes de entrar a casa, estaba hecho un manojo de nervios.
Mi madre ha actuado como pensé que lo haría, siempre estuvo jodiéndome que le presentara un novio alguna vez, pero nunca había tenido uno. Así ahora que por fin puedo decir, misión cumplida.
Estamos sentados los tres en el salón bebiendo una limonada que mamá sirvió y le ha pedido a Rubén que le llamase por su nombre, Anne.
Mi madre parece estar muy feliz con Rubén aquí, le ha pedido que le hable de sus padres y ha quedado impresionada con el hecho de que sea noruego. Como sospeché también le ha pedido que hablase un poco en noruego, a lo que Rubén un poco tímido le hizo el gusto. No entendimos ni mierda de lo que dijo pero nos hizo gracia.
Le he contado a mi madre acerca de mi nuevo trabajo y se ha puesto feliz, me disculpó por lo de ayer y entendió la situación. Se veía muy feliz en verdad. Nos habló un poco de su trabajo y de cómo una colega le hacía gracia con sus historias extrañas. Supiera lo extraño que es este chico no pararía de reír nunca.
Nos ha invitado a comer y aceptamos. Caminamos hacia la cocina y me subí las mangas para ayudarle a cocinar.
-Que cocina más grande - dijo Rubén sentándose en un taburete del mesón
-Es como mi santuario, paso la mayor parte del día aquí - dijo mi madre. Y era verdad, recuerdo que pasaba todo el santo día metida aquí, aunque no estuviera cocinando.
-¿Tiffanía podrías ir a por patatas?, están en un saco a un lado de la puerta del patio trasero - me preguntó mi madre mientras picaba un poco de zanahoria
-Iré yo - se ofreció Rubén con una sonrisa y se levantó alejándose de la cocina
-Estoy muy feliz por ti hija, se ve que es buena persona - comenzó a decir sin quitar la vista de las zanahorias
-¿en verdad? - Sonreí - en verdad esperaba que me dijeras eso
-Jajajaja, y ahora entiendo porque me dejaste plantada ayer - me giró para mirarme
Solo reí un poco avergonzada, pero era la verdad.
-¡Te descubrí! - dice con cara de entenderme a la perfección.
Agradezco entonces que cambie de tema y comience a hablar de una pelea que hubo en el supermercado donde dos señoras peleaban por unos mariscos. Se las imagina como dos langostas chocando la una contra la otra sin saber muy bien que hacer, y me entra la risa otra vez.
Rubén llegó a la cocina a los minutos después y dejó las patatas en el mesón.
-Gracias cariño - agradece mi madre a lo que Rubén le responde con una sonrisa
Me encargué de poner la mesa con ayuda de Rubén y comimos los tres juntos en el comedor. Mi madre había preparado una comida grandiosa y creo que Rubén quedó encantado.
La comida siguió sin más, charlamos sobre nuestras vacaciones y mi madre me recordó que comenzaba las clases la semana entrante. Rayos.
Eran eso de las cinco de la tarde cuando recordé que comenzaba hoy a trabajar. ¡Se me había olvidado por completo!, y Rubén ya estaba haciendo planes conmigo para mas rato..
-Se me había olvidado, ¡tengo que ir al trabajo! - hablé ya cuando estábamos en el jardín trasero viendo a mi madre podar los arbustos
-¿comienzas hoy? - preguntó Rubén mirando la hora en el móvil
-Sí, tengo que irme.. - dije mirando a mi madre
Mamá nos acompañó a los dos a la entrada.
-Bueno vengan a visitarme más seguido, me gusto tenerlos aquí hoy chicos - dijo con voz tierna
-Fue un gusto conocerla, Anne. Gracias por la comida, estuvo deliciosa.
-No es nada Rubén, cuida de mi hija que ahora se ha olvidado de su madre -
-¡Que dices!
-Son bromas - me abrazó - cuídate hija, te amo.
-Yo igual mamá, nos vemos luego - le besé la mejilla
Mamá abrazó a Rubén y le besó la mejilla. Luego tomamos un taxi camino a mi casa. Llegaría a darme una ducha y cambiarme a algo más abrigado, ahora sabemos que las noches son demasiado frías. Clima extraño.
-Debería sacar un curso de conducir en lo que entras a la universidad, estoy harto de viajar en taxi siempre - dijo Rubén
-Sería una muy buena idea, si no fuera porque te he visto conducir en el Gta y eres un peligro público
El conductor que parecía majo soltó una carcajada pegadiza por mi comentario y fue imposible no reír con él.