CCC Tokio [Inazuma Eleven Go]

By cocacolavips

37.8K 3K 1.3K

CCC de Osaka. Todo Japón llegó a conocer a ese equipo de chicas cuando una de sus miembros jugó con el Raimon... More

Introducción
1
2
3
4
5
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
Epílogo
NOTA

6

1.4K 118 110
By cocacolavips

—No por favor —mascullé, cerrando mis ojos fuertemente—. Atenea, donde quiera que estés, ayudame.

—Si lo que quieres es que te ayude Atenea, levántate —me apremió Silvia—. No vas a ser más lista por dormir más, venga vamos.

—Pero más alta sí... —me desprendí lentamente de la manta que cubría mi cabeza y le eché una mirada al reloj que había en la mesita de noche—. Son las siete de la mañana...

—El entrenamiento empieza a las ocho. —me explicó.

—Está bien —cedí—. ¿Mi uniforme?

—El del equipo te lo darán allí, y el del instituto supongo que tendrás que pasar a recogerlo el lunes por la mañana.

—¿¡Hay uniforme en el instituto!? —exclamé alarmada, incorporándome—. Matadme, por favor.

—Venga, vistete y baja a desayunar —dijo sonriendo—. Ah, y yo dejaría de obsesionarme con Percy Jackson.

—¡No es sólo Percy Jackson! ¡Es mitología griega y cultura básica!

Pero el portazo me interrumpió de lleno.

Me puse corriendo unos pantalones cortos y una camiseta básica al ver que había perdido diez minutos hablando con Silvia, y bajé a desayunar saltando los escalones de tres en tres.

—Venga Katsue, que ya nos vamos —dijo Arion cogiendo su bolsa—. ¡Adiós tía Silvia!

—¿Y no desayunamos? —me desesperé.

—Es muy tarde —Silvia me dio una magdalena y me encogí de hombros—. Nos vemos luego, chicos.

(...)

—Te queda bien —comentó Rossie tímidamente—. A ti también te haré fotos...

—Buah, me duele todo. La venda que me habéis hecho ponerme alrededor del pecho no es muy cómoda que digamos, y el uniforme me queda algo grande. —mascullé terminando de hacerme una coleta.

—Anda, deja de quejarte ya —me dijo Jade poniendo los ojos en blanco—. Quejica.

-¡Yo no soy una quejica!

—¿Estás ya lista, Katsue? —me preguntó el señor Sharp, yo asentí—. Está bien. Ponte en tu posición, vamos a echar un amistoso contra el equipo B.

Fui corriendo hasta el centro del campo. Algunos del Raimon me miraron raro, pero, ¿y qué? Te acostumbras.

—Perdona, pero esta es mi posición —dijo el capitán acercándose—. Te recuerdo que no eres la única en el campo.

—Aún siendo la única podría ganaros a todos. —rodé los ojos.

—Hartland, por favor, ponte en tu posición, ¿vale?

—¿Y quién eres tú para decirme lo que tengo que hacer?

—Pues ahora, tu capitán —fruncí el ceño—. Vamos, va a empezar el entrenamiento.

Resoplé. ¡Pero bueno! ¡Si fui yo la que le di ánimos para seguir en el partido de ayer!

Pero... ¿Y si la abuela tenía razón? ¿Y si debería divertirme más?

—¡Cuidado! —levanté la vista y un balón se estrelló en mi cara.

Quien diga que el karma no existe, le parto la cara.

—Hijos de... —me callé—. ¿Quién ha sido?

—Perdona, Katsue —la voz de Jp me retumbó tanto que tuve que sujetarme la cabeza—. Ha sido sin querer.

—Estoy bien —oh, mierda, sangre en el suelo—. Eh... ¿Me puede dar alguien un pañuelo?

—¡Katsue! ¿Estás bien? Dios, te sale sangre de la nariz —Skie me tendió un pañuelo—. Ya te vale, Jp.

—¡He dicho que lo siento! —se excusó, Skie le echó una mirada fulminante—. Perdón.

—Da igual —me enjuagué la nariz con una botella de agua que me había traído Skie (aparte de todo el botiquín) y, a los cinco minutos, se cortó la sangre—. ¿Veis? Como nueva.

—Está bien, sigamos —concluyó el capitán, del que todavía no me había aprendido el nombre—. Venga, dejad a Hartland y colocaos en vuestras posiciones, a ver su vamos a quedar mal ante el equipo B.

—¿De verdad estás bien? —preguntó Jp por enésima vez, yo asentí.

Los del Raimon B sacaron de centro después de que algunos (Arion y Jp) les rogaran de rodillas que volvieran a comenzar el partido.

Pasaron fácilmente la línea de ataque, por lo que eso nos dejaba a los centrocampistas el trabajo.

—¿Por aquí? ¿Por aquí, quizás? ¿O por este lado? —preguntaba yo mientras regateaba el balón después de robárselo—. Bueno, esto se viene conmigo.

Seguí corriendo, ya pasando la línea del medio campo.

—¡Hartland! ¡Pasasela a Víctor! —oí gritar al capitán. Que le den—. ¡Hartland!

—¡Que me la pases! —gritaba Víctor desde el área contraria—. ¡Esto de chicas en el equipo no viene bien, entrenador! ¡No hacen caso!

Pero yo seguía corriendo.

Me regateé a unos cuantos jugadores del equipo contrario en menos de veinte segundos, nuevo récord, y tiré a la portería tan fuerte que se desvió, le dio al palo y le dejó una marca.

—¡Mira lo que has hecho! —exclamó el portero contrario—. El director te va a matar...

—No, te va a matar a ti. Haber parado ese tiro desviado antes de que le diera al palo.

—Hartland, disculpate ahora mismo —me ordenó el capitán—. Vamos.

—No pienso hacerte caso —negué con la cabeza—. Yo hago lo que me da la gana.

—Pero... —masculló—. ¡Entrenador Evans, señor Sharp!

—Se suspende el partido —anunció el entrenador Evans—. Todos a sus respectivas casas.

Me disponía a coger la mochila e irme, pero la voz del entrenador me frenó.

—Katsue, Riccardo, vosotros dos os quedáis.

—¿En qué estabas pensando, Katsue? —inquirió el señor Sharp cuando todos se habían ido, menos el capitán y yo—. Casi revientas un palo de la portería, haces lo que quieres y sólo piensas en ti misma.

—Estoy de acuerdo. —comentó el llamado Riccardo.

—No hemos pedido tu opinión, Riccardo —le reprochó—. Katsue, respóndeme.

—Yo no elegí estar aquí —me limité a responder—. Ustedes lo decidieron. He de admitir que me gusta el fútbol, sí, pero jugando con quien de verdad quiero. Necesito confianza.

—Pero esa no es razón para destrozar una parte de la portería.

—Está bien —respondí—. Lo siento.

—El lunes limpiarás la biblioteca del instituto —dijo el entrenador Evans—. No hay otra opción.

Oh, mierda.

—Sí, señor.

—Riccardo, por favor, acompañala a la casa de Arion. Es hora de comer.

—Pero tengo prisa —se apresuró a decir el capitán—. Otro día será. ¡Adiós!

—Tranquilos, me sé el camino —les tranquilicé al ver la mirada que me dirigían—. Creo...

¡Ho-hola soy yo(?)! ¡Y te apuesto un plátano a que necesitas respirar para vivir!

¿No? ¿No? ¿Soy la única que ve Hola Soy Germán?

Que marginación :v

Especial día del libro con retraso, porque según mi madre, siempre voy con retardo :'3 (mi madre me quiere, ¿vale?).

Feliz semana (?) ♥

Continue Reading

You'll Also Like

167K 4.4K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
196K 16.7K 35
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...
259K 32.2K 55
En la Iglesia de Moscú, se encuentra Max Verstappen jurando venganza hacia su amado Daniel, jurando tomar lo mas sagrado para el agente Hamilton, jur...