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—Uno a cero, ¿cómo es que no hemos metido un gol todavía, Riccardo? —el chico de pelo rosa miró a su mejor amigo con expresión interrogativa—. Deberíamos de ir ganando por unos cuantos goles de diferencia.

—Creo... creo que saben que pensamos que vamos a ganarlas sólo porque son chicas —contestó el moreno echando un vistazo al equipo de chicas bebiendo agua en el banquillo—. Además, está muy bien dirigido. ¿Has visto cómo dirige la capitana el equipo? Es como si pudiera saber qué vamos a hacer, para que puedan impedírnoslo.

—Sí, si ya lo veo, pero... Por ejemplo, el entrenador Sharp y el entrenador Evans no nos han dado ningunas instrucciones —se quedó pensativo—. A lo mejor, lo que quieren es que juguemos sin indicaciones. ¡La entrenadora del CCC ni siquiera está prestando atención al partido!

—Yo también creo que quieren que juguemos sin instrucciones. Pero, además, sé que el señor Sharp tiene algo en mente. No nos observa a nosotros. Observa a la capitana, y mucho.

—Bah, estará ideando alguna jugada —comentó Gabi—. Él siempre es así.

—¡Capitán! —exclamó Arion—. ¡La señorita Hills ha encontrado información sobre algunas chicas!

—Habla más fuerte si quieres —le reprochó Jade dándole con la mano en la cabeza—. Ellas creen que estamos bajo el mando del sector quinto, ¡no pueden saber que estamos en la resistencia!

Riccardo se acercó a la señorita Hills junto a todo el equipo, y la miraron atentamente.

—La capitana se llama Katsue Hartland. Por aquí la conocen como la maga del campo, apodo heredado de un amigo de su madre y que todos conocemos: Erik Eagle.

—Erik era el mago del campo en nuestros tiempos. Sue nos contó que su hija estuvo un verano en América de intercambio y él era el entrenador de un equipo allí, en Estados Unidos —comentó Jude—. No la toméis por tonta, es una chica muy lista.

—Seguimos. El CCC tiene muy buena barrera defensiva, creo que ya lo habéis podido comprobar —dijo Celia—. En la delantera, destacan Hatsumi Tharue y Dalia Verker.

Jp levantó la mano.

—¿Sí, Jp?

—¿Cómo ha sabido mi nombre? —preguntó—. Sé que no tiene que ver con esto, pero yo no se lo he dicho.

—Ella sabe muchas cosas —intervino Jude—. Ahora, a jugar.

—Señor Sharp... Ahora que me doy cuenta... —Víctor hizo una pausa—. ¿No están jugando con diez jugadoras?

—Ya, por ahí viene la que falta. —Jude señaló a una chica que bajaba las escaleras corriendo.

—¡Ya estoy aquí! ¡Perdón por llegar tarde! —exclamó aquella chica.

—¿Sophie? —se preguntó confundido Riccardo—. ¿Qué hace ella aquí?

—¿Quién? ¿Tu prima? —le susurró Gabi.

—Sí —respondió, asintiendo—. Debería de estar en casa, no involucrarse con cosas del sector quinto.

—Que seamos guapas no significa que tengáis que estar mirándonos todo el equipo —dijo una voz por detrás, todos se giraron y se apartaron para dejar paso a la capitana y a la portera del CCC—. ¿Tanto miedo os damos? ¡Si no mordemos!

Las dos se empezaron a reír.

—Igual que su madre —comentó Mark con una rascándose la nuca, riendo—. En fin. Dinos, Katsue.

—Dice mi mad... Quiero decir, mi entrenadora, que si ya habéis tenido suficiente —Víctor se puso tenso, creyendo que era un insulto—. Daniella, ¿te importa dejar de hablar con Sherwind?

—Pero si es majísimo. —protestó la rubia, pero soltó a Arion al ver la mirada de su amiga.

—Dile a Sue que todavía no —contestó Jude—. Necesito ver algo más.

—Entendido —las dos volvieron a su campo y se colocaron en sus posiciones, dando comienzo al partido de nuevo—. Chicas, contraataque número 2.

Todas las chicas asintieron ante la orden de su capitana.

Empezaron a pasarse unas a otras "toreando" a los chicos.

—Riccardo, ¡nos están confundiendo! —Arion miró a su capitán— ¿Qué podemos hacer?

—N-no sé —contestó él—. La capitana es muy buena.

—¡Joder, Riccardo! —exclamó Víctor, tan fino como siempre—. ¡Eres el capitán! ¡Ten algo de valor!

—P-pero es que...

El chico levantó la vista del suelo al sentir el tacto del balón en su pie. La capitana le echó una mirada fulminante. Se la había pasado.

—Chico, ¿por qué no haces de capitán? —al no oír respuesta, prosiguió:— El capitán lleva el orgullo, el valor y los sentimientos de su equipo. ¿Qué estás haciendo? Este partido no creo que valga nada. Tranquilízate y disfruta.

Dicho eso, le dedicó una leve sonrisa y se giró, dejando el balón a los pies del capitán del Raimon.

Riccardo cerró los puños. Tenía razón, aquella chica tenía razón.

Miró el balón.

—¡Chicos! —exclamó, atrayendo la atención de todo el equipo—. ¡Vamos a jugar como nosotros sabemos y.... vamos a ganar!

Se desahogó y expuso su espíritu guerrero.

—¡Director Magíster!

—¿Un invocador? —murmuró Katsue sorprendida—. ¿Q-qué hago?

—Tranquila, Katsue, podemos pararle —le tranquilizó Sophie—. Así es mi primo.

—¿Tu primo? —Sophie asintió—. Entiendo. ¿Debería...?

Sophie negó con la cabeza.

—Mejor deja a Daniella y a las defensas.

—¡Rebbeca! ¡Chicas! —exclamó la capitana cuando el invocador hubo pasado la línea de centrocampistas—. ¡Os lo dejo todo a vosotras!

Pero nada. Algunas defensas huyeron despavoridas de su posición al ver a Riccardo acercarse con su espíritu guerrero, dejando a Rebbeca sola.

—¡Hidropulso! —una esfera de agua la rodeó, pero el capitán del Raimon la pasó, haciendo que la castaña volara hasta unos metros a su izquierda.

Riccardo chutó.

—¡Ángel guardián! —una especie de ángel apareció detrás de la portera, pero el balón tenía tanta fuerza que no pudo pararlo.

—¡Muy bien! ¡Empate! —celebró Arion abrazando al capitán—. ¡Genial, capitán! ¡Lo estás dominando!

—¿Quién te ha enseñado eso? —inquirió Katsue acercándose al capitán—. ¿El sector quinto? Si ha sido el sector quinto, ya te puedes largar de aquí.

—No me lo ha enseñado el sector quinto.

—¡Mentira! ¡Te vas a cagar por mentiroso! —Hatsumi y Lorena llegaron corriendo y la cogieron, tapándole la boca—. ¡Mmm! ¡Soltadme! ¡Agh!

Lilly Willow pitó el final del partido. Todos volvieron a su respectivos banquillos excepto Daniella, la portera, que se quedó mirando la portería.

¿Qué estoy haciendo mal?, se preguntó.

CCC Tokio [Inazuma Eleven Go]Where stories live. Discover now