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—Mierda, Katsue, ¿en qué estabas pensando al responderle así a la de inglés? —bramó Víctor—. ¡Podrían penalizarte en el torneo!

—No te metas en mis asuntos, imperial.—pasé de largo y me metí al vestuario de chicas (que estaba vacío, por cierto).

Dejé mi bolsa y me quité el chándal, dejándome con la equipación del Raimon. Cuando me disponía a salir, me fijé en la puerta. Ni cerradura ni nada.

No creo que ningún chico entre aquí.

Salimos al campo cegándonos por los focos, que brillaban muchísimo.

—¿Y esto? —preguntó Riccardo. Supe a lo que se refería cuando eché un vistazo a los alrededores de las gradas.

—¡El Raimon contra la Academia Militar Mar de Luna! ¡El campo de juego será el Estadio Turbina!

—¿Qué es esto? —se preguntó Eugene, preocupado.

—Oh, vamos, no pasa nada. Será decoración. —intenté tranquilizarle.

—¿Aire acondicionado tal vez?

—Bueno, parecen ventiladores gigantes...

Esos comentarios parece que no ayudaban al pobre Eugene.

—¡Al fin va a dar comienzo el partido entre el Instituto Raimon, dirigido por Mark, y la Academia Militar Mar de Luna, dirigido por Sturt! —anunció Chester Horse.

—Fíjate bien en todos sus movimientos. —me dijo el señor Sharp, yo sólo asentí.

Nos colocamos todos en nuestras posiciones y el árbitro pitó.

Michael y Víctor avanzaron hacia el campo contrario y, cuando estaban llegando al área, el equipo se apartó tras recibir una orden de su capitán.

—¿Pero eso? —preguntó incrédulo Arion.

—Yo voto por que tienen un retraso encima que no pueden con él —comenté—. No creo que debamos ir.

—¡Vamos! —ordenó Riccardo. En fin, él es mi capitán, así que salí corriendo detrás de ellos.

—¡Michael! —grité cuando un tornado surgió detrás de él, y después lo atrapó.

—¡Michael! ¿Te encuentras bien?

Él sólo asintió y se levantó.

Menos mal.

Los de la Academia Militar Mar de Luna empezaron a avanzar, cambiando de formación.

—¿Pero qué mierdas está pasando aquí? —exclamé.

—¡Que no pasen! —gritó Riccardo.

—¡El viento no nos deja acercarnos!

—¡La Academia Militar Mar de Luna está usando los tornados como si fueran escudos! —dijo Chester Horse.

—¡Nos están toreando, leches! —repetí por quinta vez—. ¡Quitadles el balón!

—¡Red de caza! —Aitor paró al chico con su súpertecnica y siguió adelante.

—¡Aitor, pasámelo! —le ordenó Gabi.

—¡Venga, pasasela a Gabi! —le apremié, pero Aitor siguió corriendo y se la quitaron.

Doug McArthur quedó sólo enfrente de la portería. Oh, mierda. Era una trampa.

Doug tiró a puerta con una de sus supertécnicas, pero Samguk lo paró con Muralla de Gaia.

Riccardo se la pasó a Arion, pero de repente apareció un tornado delante de él.

A la mierda el partido ya.

—¡No me ganará! —¿eing?—. ¡Brisa deslizante!

—¡Genial! —grité cuando vi que Arion había superado aquel tornado con su supertécnica. Luego reparé en que algunos me miraban raro por mi alegría y tosí falsamente—. Quiero decir... No está mal.

Arion le pasó a Michael, quien tiró con su supertécnica, pero el portero la paró.

—¿Otro imperial? —no daba crédito a lo que veía, ¿otro más?

Rápidamente, el equipo contrario contraatacó y metió gol con la ayuda de un tornado.

—¿Qué? —gruñí—. ¡Eso es trampa!

—Claro, pelirrojita, di lo que quieras —dijo Doug con suficiencia al pasar junto a mi. Chocó el hombro contra el mío y pasó de largo.

—¡Gabi! —exclamó Wan-chan. Todos nos dimos la vuelta de golpe, encontrándonos con una escena épica.

¿Qué has hecho, Aitor?

Minutos después, el partido se reanudó. Aitor recibió muchos elogios por parte del equipo contrario, algo que no parecía gustarle a Gabi.

—¡Fin del primer tiempo! —anunció el comentarista entre el jaleo del público.

Me dirigí al banquillo pausadamente, pensando. Antes de empezar el partido, el señor Sharp me dijo que me fijara bien en sus movimientos. ¿Qué quería que viera? La verdad es que no entendía nada el juego de la Academia Militar Mar de Luna, sinceramente.

—Jean Pierre, sustituirás a Katsue —abrí los ojos. ¿A mi?—. Y, Gabi, tú te quedarás en el banquillo también.

—...Como haga un sólo falso movimiento, se acordará de mi —terminó de relatar Gabi sus razones de odio a Aitor.

Suspire. Ya los shippeo.

—Voy al baño. —le avisé a la señorita Hills mientras me levantaba.

Entré al vestuario de chicas y fui directa a mi mochila, empezando a rebuscar en ella.

Saqué el diario de mi abuela y lo abrí por la segunda página:

Nota para el futuro, sólo está autorizada a leerla Katsue Hartland.

"No he muerto. Sólo me fui antes y no quiero que me recordéis con lágrimas como aquel que no tiene esperanza. No he muerto; aunque mi cuerpo esté, siempre mi presencia se hará sentir. Seré el silencio de nuestro hogar que tanto compartimos, seré la brisa que besará vuestros rostros, seré un recuerdo dulce que asistirá a vuestra memoria, seré una página bonita de vuestra historia. Perdón a todos, tomé únicamente uno de los trenes anteriores y se me olvidó deciros... No he muerto, solo me fui antes".

CCC Tokio [Inazuma Eleven Go]Where stories live. Discover now