Tiffania:
Han pasado cuatro días desde que fui a casa de Rubén. No nos hemos visto en persona, pero hemos hablado por Skype y jugado varias tardes online. He pasado los días acompañando a mi madre, quiero disfrutarla antes de la mudanza. Mañana iría a ver un piso cerca de la universidad junto a Rubén. Según él, tiene buen ojo para estas cosas. Y a mí no me molesta, al contario, me encanta.
Tess me contó que salió con Mangel al cine ayer, se llevan de maravilla. He hablado varias veces con Eva y quedamos de juntarnos esta semana para ir de compras. Me contó que su familia tenía una cabaña en la playa bastante grande, y que molaría que fuéramos todos juntos a vacacionar.
Está estudiando en la misma universidad mía, pero pasó a segundo de pedagogía.
Últimamente me estoy haciendo buenas amistades, y todo comenzó con la llegada de Rubén a mi vida.
(...)
Eran ya las 4 de la tarde, había terminado de comer con mamá, le ayudé a recoger los trastes y subí a mi habitación a cambiarme para ir con Rubén a ver mi piso. Me puse la gorra que me regaló el otro día negra, para cubrirme del sol que ha pegado muy fuerte estos días. El dice que parezco gasparín y debo cuidarme del sol. Parece mi puto padre.
Pedí un taxi y le indiqué la dirección de mi amigo. Llegué a los 40 minutos, 40 minutos que me ahorraré cuando me compre el piso. Tess quería venir también, pero tenía una reunión familiar importante así que no pudo venir.
Pagué el taxi y subí al cuarto piso del edificio. Llamé al timbre dos veces y un Rubén sonriente me recibió.
-¡Anda, pasa! - dice feliz. Está contento con la idea de que me cambie de casa. La verdad es que vivíamos muy lejos y por eso era difícil el vernos, solo por Skype.
El buscó su gorra gris con el logo ''I love haters'', se la puso, tomó su móvil y llaves y salimos del edificio. No tenía idea de donde iba, yo solo lo seguía a cada paso que daba. Me platicaba de su último vídeo de miedo y lo mucho que lo acojonó. Me contó historias de su niñez y sobre una cicatriz que tenía en el brazo por caerse en Noruega.
Caminamos unas 3 cuadras por una calle llena de árboles floreados hasta llegar a un edificio blanco bastante lindo. Rubén se encargó de hablar con la dueña que era una anciana bastante tierna y achuchable, que nos dirigió a un tercer piso. Abrió una puerta café con detalles claros y nos invitó a pasar.
-Bueno, este piso es bastante grande para una pareja de recién casados. Se sentirían cómodos aquí, se los aseguro - dijo la anciana de cabello corto
Intenté explicarle que no éramos pareja, y menos de casados peor no me salió el habla. Rubén solo se limitó a reír nervioso y me miraba divertido. Seguro me había puesto colorada.
El piso es sí es bastante grande y bonito. Tiene unos ventanales gigantes en el salón que dan a la calle con unas vistas geniales. Lo mejor es que no está fuera de mis costos y queda cerca de la universidad, además de la casa de Rubén. Definitivamente me quedaría con este piso.
Rubén me invitó a ver otros pisos más, pero ninguno me gustaba lo suficiente como el primero. Estaba agotada ya para el terminar de ver el último piso que quedaba ya más alejado. Estábamos cerca de un McDonald's por lo que decidimos entrar a comer algo y descansar un rato.
-Y, ¿te decidiste por alguno? - preguntó Rubén dándole una mordida a su hamburguesa
-Sí, por el primero- respondí tomando un sorbo a mi bebida - lo había decidido en cuanto lo vi, en verdad..
-Joder Tiffa, haberlo dicho antes. No sabes cómo sudé caminando de acá para allá - dice arreglándose la gorra
-Jajajajaj lo siento pero es que te veía tan animado - digo mirándole
- Y bueno, cuando te piensas mudar?
-Lo más pronto posible, ésta semana compraré algunas cosas y tal. Tess seguro quiere ver el departamento, así que le mandaré la dirección luego. La verdad ya estoy media estresada con esto de la mudanza, necesito un break -digo y Rubén comienza a reír
-Ya estás estresada con esto y eso que acabamos de ver el piso. Aún queda más, ni te imaginas - ríe
-Espero que me ayudes, soy torpe para estas cosas - le digo con cara de cachorrito
-Claro, con gusto - toma un sorbo de su bebida
(...)
La tarde pasó volando, se nos hizo de noche muy rápido. Me fijé en la hora y eran, ¡Las doce de la noche!.
-¡Ostia!, que tarde - digo mirando el móvil
-Puedes quedarte a dormir en mi casa, es tarde y Madrid de noche es peligroso. Además vives muy lejos
-Gracias pero no quiero ser una molestia..
-¡Anda, tonta!, como dices eso jajaja, nunca es una molestia si se trata de ti muyaya - luego salimos del local y tomamos un taxi
Llamé a mi madre diciendo que me quedaría en casa de Tess. Aun no le presentaba a Rubén y quizá mal pensaría las cosas. Rubén se ha portado muy amable conmigo hoy, no sé cómo agradecerle.
-Ten - dice ya en su casa dándome una polera manga corta y un buzo de andar por casa - puedes usarlos para dormir
-Gracias, ¿pero dónde dormiré?
-En mi cama, con los gatos - dice sonriendo
-pero, ¿y tu? - me siento mal quitándole su cama, mínimo que yo duerma en el suelo
-Yo dormiré en el sofá. Es bastante cómodo. Me he quedado dormido ahí varias veces, tranquila - dice señalando el sofá oscuro del salón.
-Muchas gracias en verdad por todo lo que haces por mí. Te lo compensaré de alguna forma, ya lo verás - le miro divertida
-No hay de que tonta, jaja anda y ve a cambiarte - me empuja hacia el baño. La polera me queda gigante y el buzo aún más. Se me cae a cada rato. Creo que debería dormir solo con la polera, me tapa hasta poco más abajo del muslo, así que no creo que sea la gran cosa.
Cuando salí, Rubén ya estaba cambiado y con unas pantuflas de dinosaurio. Que mono. Se volteó a verme y su cara cambió de color drásticamente.
-Pe,pe..pero dormirás así? - tartamudea
-Sí, creo.. es que el buzo me queda gigante y se me cae. Además las poleras que usas son gigantes, y ésta me queda como vestido jajaja
-jajaja bien, ¿vemos una película? -pregunta nervioso
-¡Sí!, una de miedo
Él asiente y pone ''Anabelle''. La película en sí no es la gran cosa, pero había dicho que no la había visto y que le acojonaban los muñecos. No sé qué fue más divertido, si la película o los saltos que daba Rubén en cada screamer que aparecía.
Me comenzó a dar frío. Me acurruqué a su lado, no creo que se moleste. Creo que se dio cuenta de que comenzaba a hacer frío, extendió una manta que tenía al lado y me abrazó dándome más calor. Después de eso lo único que recuerdo fue despertar en la cama de Rubén con Rasp sobre mí.