Pensó mucho en su conversación con Audrey. Mensajes más bien.
Se sentía tan frustrado.
Si, su relación no había sido perfecta. Él no era de tener novia. Audrey fue la primera con quien deseo intentarlo.
Las viejas costumbres tardan en desaparecer por lo visto ya que ella tenía razón en algo. No podía evitar fijarse en otras.
Un mujeriego. Ese era él.
Solo que entonces, Audrey decidió romper y todo se fue a la mierda.
Dejaron de importarle otras mujeres.
Solo quería que ella volviese con él y al negarse, quiso herirla.
Sabía cuan dolida estaba por la indiferencia de Tyler.
Que este hubiese vuelto jugó a su favor. De modo que le contó que había vuelto.
Ahora tenía que pensar como hacerle entender que la quería.
Sí diciéndoselo no le creía, bien podría demostrarselo. Solo tenía que pensar en cómo hacerlo.
Dejó el botellín de cerveza sobre su mesita de centro y se pasó las manos por la cara.
Pensaría mejor después de dormir toda la noche.
Una vez en la cama, se volvió hacia el lado en el que ella solía dormir a veces.
La extrañaba.
Ella era dulce y cada vez que sonreía...
Esbozó una triste sonrisa.
Enamorarme justo ahora.
Cerró los ojos y recordó.
Unos meses antes
Ella era hermosa. No había podido apartar la mirada de ella desde que entró en el bar.
Iba con un chico y dos chicas más.
Aquella noche estaba a reventar.
Con todo el follón del Mundial de fútbol, allí apenas cabía un alfiler.
Se preguntó si aquel tio era su novio. Seria una completa lástima.
La observó dirigirse a la barra a ordenar un pedido.
Se movió para colocarse a su lado.
Olía delicioso. Como a menta.
A pesar del olor del tabaco, y a humanidad, ella era como una brisa de aire fresco. Como si hubiese abierto una ventana.
Rozó su brazo con el de ella aprovechando la multitud.
Ella le miró y guiñó un ojo.
Eran los ojos más increíbles que vio en su vida. Y supo que tenía que tenerla.
-Soy Dan.- gritó por encima del ruido.
-Audrey.
Juntó su mano con la que ella le tendía.
-Un placer.
-También para mi.
Y le dejó ahí. Volvió con su grupo de amigos y él se quedó observándola.
Era un puto enfermo.
Después de aquello, se la encontró un par de semanas después trabajando en una cafetería del centro.
Una cosa llevó a la otra, los meses pasaron volando, tontearon y finalmente le pidió salir.
Había sido afortunado a ser el primero.
Nunca había desvirgado a nadie. Fue jodidamente increíble.
Lo peor fue la reacción de Tyler.
Fue entonces cuando estuvo claro que Audrey no era solo su prima para él.
Audrey quedó destrozada y poco a poco su relación fue cuesta abajo.
Ahora tenia que ver como hacia para recuperar a su chica.
Con ese pensamiento, cayó en un profundo sueño.