AUDREY

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Le latía la mano, pero no por la herida, sino por su toque. Había sido tan dulce.

Tom la ayudó a recoger los trozos de cristal del fregadero en cuanto le contó lo ocurrido.

-Ve a tirar la basura. Yo terminaré con esto.

-No pasa nada. Ya casi está.

-Insisto niña. Ve.

Cogió la bolsa de basura y salió por la parte de atrás. Estar fuera, a pesar del calor, le vino bien. Se sentía ardiendo y el tiempo tenía poco que ver. Era por él. Dios, era...tan sensual.

Todavía le temblaba el cuerpo. Jamás se había sentido así antes. Es decir, cuando conoció a Dan unos meses atrás, bueno, era un chico atractivo, pero ¿Qué tenía Chris Harrison que la dejaba en ese estado?

Dan, y por descontado, ningún chico antes de él la había hecho sentir de ese modo.

Y cuando le había besado...

Olía tan bien que le faltó poco para no hundir la nariz en su cuello y lamérselo.

Detente Audrey.

Quizá se había apresurado en romper con Dan. Necesitaba un orgasmo. Urgente.

Suspiró. Ahora, además, le vería también el sábado.

Y si era tal y como imaginaba, posiblemente tendría que verle vestido con traje. No creía que pudiese soportarlo.

Volvió al interior, cogió su bandeja y continuó sirviendo mesas.

Su teléfono vibró por décima vez en el interior del bolsillo de su pantalón. Tenía que hablar con Dan. Esto no podía continuar. Debía dejarla ir.

Para cuando dieron las dos de la tarde, ya tenía el estómago en los pies, de modo que hizo una rápida visita a la cocina y no se sorprendió cuando encontró un plato con su nombre.

Tom siempre se acordaba de dejarle algo preparado. A veces olvidaba comer si tenía mucho trabajo.

-Te conozco bien enana-dijo Tom al verla frente al plato.- Me sorprende que no aparecieses un poco antes.

Se encogió de hombros.

-Estuve ocupada.

-Ya te queda poco. ¿Qué harás esta tarde?

-Ni idea.

-Sally y yo saldremos a tomar algo. ¿Te apetece acompañarnos?

-¡Claro!

Sonrió de vuelta a la cafetería ya con el estómago lleno.

Tom llevaba colgado de Sally varios años y estaba convencida de que esta ni lo sabía. Era realmente ingenua cuando quería.

El amor podía respirarse en el aire.

Ethan y Beth; Steve y Susan; Tom y Sally... Todos tenían sentimientos él uno por el otro.

Y ahí estaba ella. Sin novio y babeando por su jefe.

Bravo Audrey.

Teneros Conmigo (Serie Love 07) Where stories live. Discover now