Teneros Conmigo (Serie Love 07)

AUDREY

-Te ha cambiado el humor.

-Así es.

-¿Es por Chris?

-Sí.

-¿Qué ha pasado?

-¿Aparte de insinuar que tu y yo tenemos algo y que has bebido porque te rechacé?

-¿Hablas enserio?

-Te juro que es idiota. Es como un crío.

-Le gustas, Audrey.

-Ese no es motivo para comportarse así.

-Los hombres cometemos errores- antes de que ella pudiese contestar, él prosiguió.- pero vosotras también. Él te gusta, Audrey. Eso se ve. Solo disfruta. Preocúpate cuando sea el momento.

-¿Cuándo te has vuelto tan profundo?

-Será por la bebida.

-Escucha, Tom- dijo en cuanto se detuvo frente a la casa de su amigo- sé que da miedo pero déjala hablar.

Señaló con la cabeza hacia la puerta de la casa, donde Sally estaba sentada en los escalones de la entrada.

-Gracias por venir a por mí.- suspiró.- La escucharé.

Después de que él bajase del coche, Audrey arrancó. Les iría bien.

Ahora tenía que ocuparse de sus propios problemas.

Estúpido Chris Harrison.

Su móvil vibro dentro del bolsillo del pantalón. Un mensaje de Chris. No lo leyó.

Guardó de nuevo el teléfono y entró en casa.

-¡Ya he llegado!

-Estamos en la cocina, cariño. Ven.

Cuando entró en la habitación, sus padres la esperaban bebiendo una copa de vino.

-Hola.

-Hola, princesa.- su padre la besó en la frente y le entregó un sobre.

-¿Qué es esto?

-Ha llegado hoy- dijo su madre.- la puse en el bolso y olvidé mencionarlo. Es de Tyler.

Las manos empezaron a temblarle. Antes de que terminase cayéndole al suelo, la guardó en el interior del bolso.

-¿No vas a leerla?- preguntó su padre.

Ella negó con la cabeza.

-Aun no. No estoy lista. Me da miedo. Si resulta que es una despedida...- negó de nuevo.

-Puede que sea cabezota, pero te quiere. Sabes eso.

-Ya lo sé, mamá. La leeré en cuanto esté lista.

-Muy bien. Cenaremos en veinte minutos.

-Vale. ¿Qué tal los bebés?

-Oh, Audrey. Son hermosos.

-Yo también lo pienso. Me recordaron a Lex. La extraño.

-Volverá en dos semanas. Seguro que está pasándoselo de miedo.

Besó a sus padres y se marchó a su habitación para cambiarse.

Pensó en leer el mensaje de Chris, pero ¿para qué?

Era él quien debía aclararse. Sí, ella tenía muchas dudas. Sobre todo cuando estaba a su lado. Ese hombre la confundía a niveles impensables.

Sacó la carta del bolso y la dejó en la mesilla de noche junto al móvil, se puso el pijama y volvió a la cocina, olvidándose de sus problemas por el momento.