CHRIS

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Se dirigía hacia su coche cuando escuchó voces.

Se obligó a sí mismo a detenerse para escuchar y tuvo que reunir toda su fuerza de voluntad para no abalanzarse sobre Tyler y arrancarle los ojos.

No eran primos y se estaban besando.

¡Joder, no!

Ese cabrón no iba a quitarle a Audrey. No le dejaría. Ella era suya.

Audrey le correspondía. Sentía algo por él. Era hora de descubrir exactamente el qué e ir a por todas.

-¡Audrey, espera!

Ella se sobresaltó antes de volverse hacia él.

Era ahora o nunca.

Se abalanzó sobre su boca. Iba a borrar el sabor de Tyler de sus labios.

La sintió temblar en sus brazos. Se sentía temblar él mismo.

-Quiero estar dentro de ti. Me muero por sentir como te corres alrededor de mi polla.

Ella gimió y levantó las manos para acariciarle el bulto que empezó a crecer bajo los pantalones.

-Eso es, nena. Aprieta fuerte. Siente lo que me haces.

-Chris...

Ella lo volvía loco. La necesitaba ya. No podía esperar.

-Ven dentro conmigo, nena. Te necesito, Audrey.

Ella le siguió sin protestar.

Chris la tenía cogida de la mano para evitar que ella saliese corriendo.

Hubiese preferido tenerla en su casa pero haría aquello lo más perfecto que pudiese para que olvidase donde se encontraban.

La llevó a su despacho y cerró la puerta con llave.

Se había asegurado de cerrar la cafetería también. No quería ninguna interrupción.

La abrazó y aspiró su olor. Todo lo que quería estaba ahora en sus brazos. Ni siquiera iba a cuestionar como sucedió tan rápido.

-Desnúdate, Audrey. Quiero verte.

Ella fijó sus ojos en él. Su respiración era acelerada.

Llevó las manos hacia los botones del pantalón y los desabrochó con un solo movimiento.

Observó ansioso como descendían por sus piernas mostrando nada más que un trozo de tela cubriendo el montículo entre sus piernas.

Una vez se quitó los pantalones, llevó ambas manos al borde de su camiseta, levantándola lentamente, hasta sacársela del todo.

Ahora, viéndola frente a él, solo con la minúscula, pero sexy como el infierno, ropa interior, se le secó la boca.

Quería devorarla.

-Ahora tú.

Gimió sin poder contenerse. Quería arrancarse la ropa para poder sentir piel con piel. La boca de ella sobre su cuerpo.

Se deshizo rápidamente de la camiseta y el pantalón, tras quitarse los zapatos y calcetines.

Ella avanzó hacia él y se arrodilló a sus pies. Sin dejar de mirarle, le quitó el bóxer y comenzó a lamerle.

Chris cerró los ojos y la cogió del pelo con ambas manos mientras ella le torturaba con su boca.

-Nena... ¡Dios! Amo tu boca, Audrey, pero tienes que parar cariño.

Sus ojos se encontraron cuando ella lamió el líquido pre seminal de la punta.

Tras ponerse de pie, le dio la espalda y caminó hacia su silla mientras se quitaba el sujetador y seguidamente el tanga. Se sentó y colocó las piernas en los brazos de la silla, quedando completamente expuesta.

Podía ver que estaba excitada. Quería lamerla.

Dejándose caer frente a ella, empezó por su boca, seduciéndola.

Sus manos fueron a los pechos, endureciendo los pezones entre los dedos pulgar e índice. Su sexo quedaba bajo su vientre. Podía sentirlo humedecerse.

Bajó la boca hacia el cuello, lamiendo el camino hacia sus pechos.

Introduciéndose un pezón en la boca, volviéndola loca, mientras una de las manos bajaba hasta su sexo introduciendo primero un dedo y luego el otro.

-Chris... Para.

-¿No te gusta?

-Me correré si no paras.

-No importa. Córrete para mí- introdujo dos dedos y empezó a bombearla cada vez más deprisa.

Bajó su boca aun más, besando todo el camino hasta el centro de su cuerpo.

La lamió como un gato saboreando un bol de leche.

Despacio, sin prisa, mientras los dedos seguían su trabajo.

Se centró en el botón un poco más arriba, ahora hinchado por su toque y lo introdujo en su boca, succionándolo con fuerza.

Los gritos de ella no se hicieron esperar. Gritó mientras el orgasmo la consumía y él lo saboreó hasta la última gota.

Chris apoyó su frente contra el vientre de ella.

Necesitaba tranquilizarse lo suficiente o tal y como se introdujese en ella, se correría.

Le dolía la polla de tal forma que apenas podía respirar con normalidad.

-¿Chris?

-Dame un minuto, cariño. No quiero terminar nada más empezar.

-Por favor...

Se levantó y la llevó con él, tumbándola sobre la mesa.

Le apartó el pelo de la cara con una lenta caricia.

-Abre bien las piernas, cariño. No voy a durar mucho.

Ella obedeció y se expuso ante él de nuevo.

Chris llevó su erección hacia la entrada de su cuerpo e introdujo el glande lentamente.

Ella arqueó la espada, pidiendo más.

Fue introduciéndose poco a poco, disfrutando de la sensación, hasta que sus testículos tocaban las nalgas de ella.

La agarró del culo para levantar la parte inferior de su cuerpo y empezó a follarla.

-Rodéame con las piernas. Quiero que me sientas aun más.

Sus oídos rugían más fuerte a cada penetración.

Todo en el gritaba Mía.

Sintió como ella empezaba a temblar, como iba en busca de sus envestidas. Iba a correrse de nuevo.

-No aguanto más.

-Espera por mí, nena. Solo un poco más.

Llevó sus manos hacia los pechos de ella, mimando los pezones, retorciéndolos entre sus dedos.

Sintió más humedad rodeándole el miembro.

-Tócate-gruñó desesperado.

Ella deslizó la mano entre sus piernas y empezó a masturbarse.

Esa imagen bastó para llevarlo al orgasmo.

-¡Ahora!

Ambos gritaron al llegar. Nunca nada fue tan intenso. Tan perfecto.

-Mía.

Las palabras salieron de su boca sin poder evitarlo.

Audrey abrió los ojos para mirarle directamente.

-Tuya.

Teneros Conmigo (Serie Love 07) Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin