Teneros Conmigo (Serie Love 07)

CHRIS

Joder, es ella.

Tragó con dificultad. Apenas podía respirar. A la luz del día sus ojos eran aún más verdes.

Habían empezado a sudarle las manos.

¿Pero que le pasaba?

Sabía que tenía que decir algo, ¿pero qué?

La morena pequeñita que había junto a ella se acercó tendiéndole la mano y obligándole a dejar de mirar a la otra.

-Mucho gusto.

-Igualmente.-miró de nuevo hacia la chica que había estado en su pensamiento todo el fin de semana. Ella asintió bajando la mirada.

¿Acaso le recordaba?

-Chris es mi hermano- prosiguió James.- Va a estar al mando un tiempo. Becka tiene programada una cesárea para hoy y no podré estar aquí, de modo que tenéis que portaros bien.

Entonces ocurrió algo asombroso. Ella levantó la mirada hacia James y su rostro se iluminó al igual que un árbol de Navidad.

-¿Va a tener al bebé ya?

-Sí.

Corrió hasta James para abrazarle y le besó en la mejilla haciendo sonreír a su hermano.

-¿A qué hora?

-Esta tarde.

-Me muero por verlo. Por favor, llama cuando nazca, mándame fotos, lo que sea.

James sonrió aún más y la besó en la frente.

Aléjate ahora mismo de ella hermano.

¿De dónde había salido eso?

-Lo haré Audrey.

Audrey. Así se llamaba. Dios, era perfecto hasta su nombre.

-Bien- asintió un par de veces y luego bajó la mirada avergonzada mientras se frotaba las palmas de las manos contra sus vaqueros.- Perdona, me emocioné.

-Tranquila, estoy acostumbrado a tus muestras de felicidad.

La otra chica también abrazó a su hermano aunque era más comedida, cosa que no parecía a simple vista.

-Poneos a trabajar- y volviéndose hacia él.- Son buenas chicas, y trabajadoras. No vas a tener ningún problema.

Si, estaba de acuerdo, si no fuese porque una de ellas le tenía loco desde el viernes.

La observó dirigirse a la cocina cuando Sally la detuvo.

-Oye, ¿Qué tal con Dan?

Ella hizo un gesto con la mano como quitándole importancia.

-Rompimos.- y continuó andando.

-¿Perdona?- la morena se apresuró a seguirla y él apenas podía ya oír la conversación.- ¿Y has esperado quince minutos para decírmelo?

-No hay nada que contar. Simplemente no funcionaba.

-¿Y estás bien?

Se volvió para mirar a su amiga, cruzando la mirada con él, brevemente. Lo suficiente como para que él viese que no lo estaba.

-Claro. Vamos.

-¿Es que hay otra persona?

Resopló antes de echarse a reír.

-Como si pudiese pensar en eso.

Joder, no podía dejar de mirarla. Parecía un crío de instituto con las hormonas revolucionadas.

¿Y cuantos años tenía ella? ¿Veinticinco? Era una niña en comparación a los treinta y tres que tenía él.

Lo último que necesitaba era una erección constante.

James chasqueó los dedos frente a su cara.

-Eyyy...¿Estás bien?

-Si. Perdona. Oye, vete tranquilo. Me las arreglaré.

-De acuerdo.

Sintió a su hermano observándole. Algo era distinto en él y lo sabía. Algo había cambiado en el momento en que vio a las chicas, pero seguro que lo percibió en cuanto le vio al llegar.

James debía confiar en que se lo contaría en cuanto llegase el momento.

Miró hacia Audrey, que había regresado de la cocina y estaba rellenando los servilleteros. Sonrió.

-De verdad que son buenas chicas. Sally es alocada y directa. Audrey es un terremoto. Ya te darás cuenta. Sin embargo no las cambiaría por ninguna otra.

Un terremoto. Desde luego, ha movido completamente mi mundo.

James habló de nuevo.

-Me alegra que ya no esté con ese chico. Ella se merece mucho más.

Chris se volvió para mirar a su hermano. ¿Acaso James...