Teneros Conmigo (Serie Love 07)

AUDREY

Bip, bip. Bip,bip. Bip,bip.

Nooo. El jodido despertador de nuevo.

Estaba agotada físicamente después de semejante noche. Sin embargo no pudo evitar sonreír.

Había estado con los dos hombres que amaba y había salido bien. Ellos estaban satisfechos también con aquella locura de relación a la que prácticamente les había lanzado con los ojos cerrados. Solo esperaba que jamás se arrepintiesen. No podía siquiera pensar en lo que le haría perderles.

Suspiró y alargó el brazo para detener la alarma. Su mano tocó algo. Algo caliente y áspero.

Abrió los ojos y se encontró con la mirada de Tyler y su sonrisa.

-Buenos días, sirenita.

-Buenos días, Ty.

-Estás hermosa cuando despiertas. Siempre quise saber como era verte así, sobretodo últimamente.

-¿Y estás satisfecho?

-Moriría por verlo todos los días.

Se acercó a ella y la besó suavemente al principio.

Deslizó la lengua por la comisura de sus labios y una cosa llevó a la otra para que el beso fuese intensificándose. Antes siquiera de poder pensar que el despertador seguía sonando, Tyler se colocó entre sus piernas y la penetró lentamente.

-Necesito hacerte el amor. Solos tu y yo. Necesito sentirte corriéndote a mi alrededor para poder soportar dejarte salir de esta cama.

La necesidad creció a pasos agigantados, sin embargo Tyler mantenía un ritmo pausado y firme.

Estaba por suplicarle cuando rotó sus caderas haciendo más presión y eso la llevó a gritar su culminación.

Tyler la siguió dos embestidas más tarde.

-Te amo, Audrey.

-Te amo también.

Cinco minutos después, ya ambos fuera de la cama, Chris entró para avisar que el desayuno ya estaba en la mesa.

Los tres se sentaron de nuevo en la isla de la cocina, en silencio, disfrutando del café y las tostadas.

-Creo que debería pensar en hacer la compra.- Dijo Chris rompiendo aquel silencio.

-Sería bueno, aunque como vosotros vais a trabajar, debería ir yo y traerla después si te parece bien.- se ofreció Ty.

-¿Entonces nos vemos aquí a las tres y media? Ya habremos cerrado la cafetería. ¿Que dices tú, nena?

Ella les miró a ambos. Ellos le devolvieron la mirada. Podía ver claramente en sus ojos lo que sentían por ella.

Exactamente lo mismo que ella por ellos.

-Aquí estaré.