CHRIS

1.9K 207 12
                                    

Cerró el agua, cogió una toalla y se envolvió la cintura con ella.

¿Se habría despertado ya?

Sonrió y su mente volvió de nuevo a la noche anterior.

Tras regresar y realmente pensar que debía dejar de mirarla porque, joder, tenía novio y él no necesitaba complicarse la vida, esa rubia dulce había vuelto a la pista de baile tras beber un poco más.

Sus amigas no estaban mucho mejor que ella, mientras bailaban la una con la otra.

Decidido más que nunca a irse, observó como un tío se acercaba a ellas. A ella en particular.

Un cabrón que estaba repasando cada curva de su delicioso cuerpo y que se puso tras ella, pegándose a su espalda para restregarse. Y ella lo permitió.

Respiró hondo antes de acercarse. Le dio unos golpecitos en el hombro al tipo que bailaba con ella indicándole con su gesto que desapareciese.

Si ella iba a restregarse con alguien, sería él. Ganas no le faltaban.

El otro levantó las manos creyendo que era su novio y se esfumó.

Chico listo.

Sus manos ocuparon el lugar que había dejado el otro y la sintió moverse contra él.

Acercó su boca al oído de ella y un olor le golpeó de lleno. Menta.

Tuvo que detenerse antes de poner la boca en su cuello y lamerlo. Ella se volvió para mirarle y le rodeó el cuello con los brazos sin dejar de moverse.

-¡Hola!

-Hola.

-¿Estás siguiéndome?

-¿Es eso lo que quieres?

Ella se encogió de hombros y cambió de tema.

-No me dejes beber más.

-De acuerdo.

-Ni a ellas tampoco- señaló a sus amigas aun tras ella ajenas a su conversación.

-No lo haré.

-Deberían volver a casa.

-Estoy de acuerdo.

-Pidámosles un taxi.

-¿Y qué hay de ti?

-¿Qué pasa conmigo?

-¿No deberías volver a casa?

-Todavía no. Es mi cumpleaños. Quiero divertirme.

A él se le ocurrían diversos modos de entretenerla. Muchos de ellos, implicaban nada de ropa.

-¿Y qué quieres hacer?

Enarcó una ceja y luego se le iluminaron los ojos cuando sonrió.

-Quiero un helado.

Una vez sus amigas se alejaron en taxi, llevó a esa preciosidad hasta su coche.

Si, posiblemente lo mejor hubiese sido meterla en el taxi con sus amigas, pero ella quería un helado y él se moría por verla comer uno.

Si, era un pervertido. Se preguntó qué clase de helado le gustaría.

Y se quedó con las ganas. Tal y como se acomodó en el asiento del coche, se durmió.

Intentó despertarla. Vale, no lo intentó con demasiadas ganas. Sin saber que otra cosa hacer, la llevó a su casa, la puso en la cama tras quitarle los zapatos y la cubrió un poco con la sábana.

-Feliz cumpleaños, preciosa.

Tras eso, salió del cuarto y se dirigió a su despacho, dos puertas más allá. Encendió el ordenador, revisó los emails y se enfrentó a lo mismo desde hacía seis meses.

Intentó concentrarse sin éxito. Una hora después, comprobó que ella estuviese bien.

Observó asombrado que ella por lo visto se había despertado y desnudado. Completamente.

Joder, que no era de piedra. Apartó la mirada y volvió a taparla. Luego obligó a sus pies a marcharse.

Cinco horas después, con una erección que le estaba matando, se metió en la ducha.

Dormir había sido imposible.

Entró en la habitación para coger algo de ropa tratando de no despertarla. Aún era temprano.

La alarma de su móvil sonó y se apresuró hacia la cómoda para apagarla antes de volverse hacia la cama.

Ahí no había nadie. No estaba.

¡Mierda!

Teneros Conmigo (Serie Love 07) Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ