AUDREY

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Beth y Susan la dejaron en casa antes de ir respectivamente a las suyas.

Una vez en su habitación, pensó en lo ocurrió durante el día.

Dan no había vuelto a dar señales de vida. Seguramente estaba cabreado. No era algo por lo que se sorprendiera.

Necesitaba a Tyler. Muchísimo. Pero se había marchado a la Universidad tras una fuerte discusión dos meses atrás, justo cuando finalmente ella y Dan dieron el paso y empezaron a salir.

Tyler se cabreó muchísimo cuando se lo contó. Nunca, jamás, le vio tan alterado. Y lo peor del caso es que resulta que él tenía razón.

Lo echaba de menos. ¿Por qué era tan cabezota?

Ella se había disculpado cientos de veces. Bueno, había dejado el mensaje en su buzón, ya que se negaba a responder a sus llamadas.

Cogió el teléfono y llamó. Saltó el buzón. De nuevo.

Ty, por favor. Necesito que hablemos.

Colgó. Debía estar muy cabreado para ni siquiera escribirle un mensaje de texto para felicitarla.

Que él no estuviese era otro de los motivos por los que prefirió celebrar su cumpleaños solo con las chicas. Lo lamentaba por Steven y Ethan, ellos no tenían la culpa, pero tenerles allí solo hubiese servido para recordar que Ty no estaba. Los seis habían sido inseparables desde que sus amigas empezaron a salir con ellos a principios de año.

Seguro que los chicos sabían de él. Ella no se atrevería a preguntarles. También era muy cabezota.

Miró su conversación, sus mensajes, con Chris.

¿Estaba bien seguir con ese juego? No lo sabía.

Susan y Beth creían que debía arriesgarse, pero ella estaba mortalmente confundida.

Era evidente que se atraían. Podía ver que la deseaba por como se tensaba cuando estaban a solas y ella reaccionaba a él. Su cuerpo entero se deshacía cuando él la miraba, cuando la tocaba.

Corrían un gran riesgo, pero, ¿qué otra cosa hacer?

Ella no podía dejar el trabajo y él estaba echándole una mano a James.

Se levantó de la cama, donde había terminado por tumbarse, y guardó sus cosas en el armario. Allí se quedarían hasta el sábado.

Suspiró.

Cogió el pijama y se dirigió al cuarto de baño. Necesitaba una ducha.

Chris no había respondido a su último mensaje. Prefirió no darle importancia y tratar de centrarse en otras cosas.

Cuando bajó a cenar, encontró a su madre en la cocina hablando por teléfono y a su padre en el sofá leyendo algunos historiales. Cualquiera diría que no tenía bastante en su trabajo como psicólogo del hospital. Se sentó a su lado y apoyó la cabeza en su hombro.

-¿Qué pasa, princesa?

-¿Me abrazas?

Su padre dejó los papeles en la mesa de centro y la rodeó con sus brazos.

-¿Audrey? ¿Qué es?

Ella negó con la cabeza y le abrazó con fuerza.

Sabía que sus padres intercambiaban miradas, preocupados, pero ninguno la forzaría para hablar. Esperarían a que estuviese lista. Bueno, lo estaba.

Cerró los ojos y dejó que el latido y la respiración de su padre la tranquilizasen. Como siempre lo hacía.

-He roto con Dan. Ya era hora, de todos modos. Él no es para mí. Tyler tenía razón, pero no le escuché y por eso se enfadó y no ha vuelto a casa y le necesito. Necesito que vuelva porque le extraño y quiero que vuelva.

-Lo sé, princesa.

-¿Por qué no me perdona?

-A veces los hombres somos un poco más tercos y rencorosos aunque no todos lo admitan. Tyler volverá, princesa. Sabes que sus padres no permitirán que siga lejos mucho más tiempo.

Asintió y se dejó abrazar más fuerte.

Teneros Conmigo (Serie Love 07) Where stories live. Discover now