Les observó dormir en su cama, ambos saciados.
Tyler envolvía a Audrey protectoramente entre sus brazos.
Quería unirse a ellos.
Lo había logrado. Había compartido a la chica que amaba con otro.
¿Y ahora qué? Dentro de un mes, él dejaría la cafetería y volvería a su vida de siempre.
¿Y ellos?
En un par de meses, volverían a la Universidad.
¿Cómo iban a hacer funcionar esa relación?
La diferencia de edad seguía siendo considerable.
-¿Chris?
Audrey le miró con los ojos somnolientos desde su cama. La cama a la que menos de una semana antes había dormido tras ingerir una gran cantidad de tequila. La noche en que la conoció.
-Duerme, pequeña. Tengo que trabajar.
-Por favor, no huyas. Sé que hay cosas que debemos resolver, pero ahora mismo, ven a la cama con nosotros.
No pudo negarse. Realmente quería aquello.
Si al final no salía bien, tendría recuerdos a los que aferrarse con todas sus fuerzas.
-Te quiero, Audrey.
-Te quiero también, jefe.
La sintió relajarse a su lado hasta que se durmió.
-No la engañes- Tyler susurró en la oscuridad de la habitación.- O estás en esto o no lo estás. Pero no la engañes.
-¿De verdad tú estás de acuerdo con esto?
-Me sigue pareciendo una locura, pero la amo. Tenía que intentarlo.
-¿Funcionará?
-No lo sé. ¿Qué otra opción nos queda? No voy a renunciar a ella.
-Yo tampoco.
-Deberíamos preocuparnos solo cuando llegue el momento. Comerte la cabeza ahora no resolverá nada.
-Supongo que no.
-¿Entonces estamos juntos en esto?
-Sí.