James se volvió hacia él en cuanto la puerta se cerró. Su expresión cambió de golpe.
-¿Qué cojones hacías anoche en su casa?
-Mierda.... ¿Cómo...
-Su madre me llamó hace media hora. Te dije que si le hacías daño te patearía. ¿A qué juegas?
Se dejó caer en la silla y miró a su hermano.
-No estoy jugando. Me gusta de verdad y yo le gusto.
-¿Tú has visto como está?
-¿Y das por sentado que es culpa mía?
Ahora sí que estaba cabreado.
-Aléjate de ella, Chris.
-No puedo.
-No quieres.
-No. No quiero, pero aunque quisiera tampoco podría. Está bajo mi piel y no puedo hacerla desaparecer.
>>Joder, fui a su casa a llevarle una tarrina grande de su helado favorito para disculparme. Yo, nunca he hecho eso por nadie. Nunca me ha preocupado ofender a una persona. He discutido con mujeres antes y ninguna me ha importado lo suficiente como para algo así.
-Me cago en la puta. Estás enamorado.
Le ofreció a su hermano una sonrisa torcida.
-Parece que tenemos ganador.